12 CHICOS LOBOS ©

By bellaminelli

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Erika acaba de terminar con su novio, es de noche, hace frío y esta sola. Como si eso no fuera suficiente, la... More

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 1
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 2
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 3
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 4
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 5
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 6
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 7
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 8
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 9
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 10
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 11
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 12
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 13
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 14
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 16
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 17
12 CHICOS LOBOS - Capítulo 18
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 19
12 CHICOS LOBOS - Capítulo 20
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 21
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 22
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 23
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 24
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 25
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 26
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 27
Capitulo 28 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 29 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 30 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 31 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 32 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 33 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 34 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 35 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 36 - 12 CHICOS LOBOS

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 15

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By bellaminelli

Capítulo 15

Nick, Simón y Erika permanecieron sumidos en un agradable silencio. Nick se había recargado en una pared cercana, y Erika se había recargado sobre él, mientras le acariciaba el cabello suavemente. Simón se resignó a cerrar los ojos.

- Nick, ¿Qué están haciendo aquí? - Aún estaba confundida por la repentina aparición de Nick y sus hermanos en la madriguera de los chicos.

El chico suspiro y frunció el ceño, buscando las palabras adecuadas para explicar aquella desagradable situación.

- Micaél ha ido a nuestra cabaña a decirnos lo que Jim te había hecho. Al principio no le creímos, pero luego él nos mostró la chaqueta de Jim, que tenía tú aroma, y un poco de tu sangre. - Nick se tensó después de decir eso, pero continuó - Dylan le dijo que no lo habíamos visto desde la mañana y todos se ofrecieron a buscarlo, incluyéndome. Pero cuando llegue aquí, no pude evitar entrar corriendo a verte.

Nick sonaba cansado. Esta situación había agotado mentalmente a todos.

- ¿Te dejaron pasar? - la idea de que todos los chicos hubieran olvidado sus diferencias para siempre era esperanzadora.

- Algo así supongo, por lo menos nadie me lo impidió.- dijo encogiéndose de hombros.

Tal vez no era la respuesta que esperaba, pero era un gran avance. Erika no hizo más preguntas por lo que Nick permaneció en silencio. Tenía sueño, pero por alguna razón sentía miedo de cerrar los ojos. Simón y Nick la hacían sentir segura, pero aún no era suficiente.

Se esforzaba por no revivir el recuerdo de lo que había pasado. En teoría, Jim solo la había golpeado, arrastrándola y tirándola como un muñeco viejo. Pudo haber sido mucho peor, pero eso no la reconfortaba lo suficiente como para poder descansar.

Se removió incomoda sobre el pecho de Nick sin lograr encontrar alguna posición agradable por lo que decidió incorporarse. El chico la miro con condescendencia, tratando de descifrar en su mirada lo que quería.

- Te vez muy cansada.

- No puedo dormir...

- Solo relájate, no iré a ninguna parte, me quedare aquí contigo.

- Mejor espero a que Larry me dé algo, para poder dormir.

- ¿Te dan cosas para dormir? - no espero a que Erika respondiera y se giró hacía Simón - ¿La medican? ¿Para dormir? - pregunto frunciendo el ceño.

- No. - contesto secamente. Simón permaneció con los ojos cerrados y las manos detrás de la cabeza en una postura relajada.

Nick tenso la mandíbula por la indiferencia de Simón. Los chicos se habían vuelto amigos, pero eso no evitaba que siguieran siendo celosos entre ellos.

- No, no me dan pastillas. - contesto Erika para atraer de nuevo la atención del chico - Pero pediré una esta vez. Quiero dormir pero no consigo hacerlo sola.

Las palabras cansadas de Erika lograron que Nick relajara el entrecejo, con una mirada cargada de lastima.

No le gustaba que sintieran lastima por ella, nunca le había gustado. Sin embargo a lo largo de su vida había sido muy inevitable que eso pasara. Parecía que era lo único que conseguía de las personas. Pero esta situación en especial, le hacía muy difícil reprocharle a los chicos que sintieran lastima por la pobre y perdida chica que no había podido defenderse de un brabucón perturbado.

En ese momento Baco y Lucas entraron en la habitación. Ambos le dedicaron una mirada de precaución a Nick cuando lo vieron, pero no parecía representar un gran peligro para ellos, así que volvieron la mirada rápidamente a Erika.

- ¿Cómo te sientes? - pregunto Lucas inclinándose hasta donde ella se encontraba para poder mirarla a los ojos.

- ¿Tu cómo crees que se siente? - respondió Nick con un tono sarcástico e irritado.

Lucas le dedicó una mirada indiferente pero amenazante por unos segundos, recordándole que le convenía mantener la boca cerrada. Luego regreso la atención a Erika. Ella suspiro en su interior, de haber sido Chris, Parker o Kaiser le habrían dado una paliza. Por suerte Lucas era mucho más razonable.

- Estoy mejor, pero quiero una pastilla para dormir. ¿Podrías conseguirme una?

- Iré a buscar una, regreso en un rato.

Se levantó y salió del cuarto, mirando con indiferencia a Nick por última vez. Baco salió tras de él.

- Necesitas distraerte. - dijo Nick - Ángel, ¿quieres ir a mi casa a ver películas?

El solo hecho de pensar en ir a la casa de Nick, el lugar en donde Jim podía aparecer en cualquier momento le revolvió el estómago. El chico tenía buenas intenciones pero pésimas ideas.

- No

- ¿Por qué? - Nick frunció el ceño con desconcierto.

- No quiero ir a tu casa... - se encogió de hombros a modo de disculpa esperando que entendiera.

- Está bien, - dijo sonriendo para calmarla - puedo traer el DVD portátil si quieres.

Sonrió y asintió, dándole las gracias con la mirada. Nick se levantó y salió de la habitación, dejándola sola con Simón. Erika gateo hasta donde el chico se encontraba y se acurruco a su lado, pegando la cara contra su sudadera para inhalar su familiar y reconfortante aroma.

Simón tenía los ojos cerrados, pero ella sabía que estaba despierto. Se detuvo a observarlo, a tratar de percibir cambios en él. Pero no encontró nada diferente. Seguía siendo el mismo chico de aspecto angelical que había conocido hacia un mes. Cabello rubio, igual que la miel clara, facciones de niño pero al mismo tiempo de un hombre joven, olor a pinos, a bosque.

Cerró los ojos y se relajó contra Simón, quien respiraba pausadamente, como si tratara de transmitirle paz y tranquilidad a la indefensa chica que intentaba descansar a su lado. La rodeo con el brazo, enterrando su pequeña cara en la cuenca de su cuello.

Por enésima vez, Erika trato de dormir, pero tenía una migraña terrible que no se lo permitía. Abrió los ojos cuando sintió que alguien había entrado en la habitación. Lucas y Larry se sentaron a su lado.

- Baby Doll, te traje esto. - le susurro Lucas mientras le mostraba una pequeña pastilla color azul.

- Te ayudara a dormir. - afirmo Larry.

No necesito más explicaciones. Abrió la boca y permitió que Lucas metiera la pastilla, tomo un sorbo de agua y dejo que se deslizara por su garganta.

- Buena chica. - escuchó decir a Simón mientras él la volvía a acomodar sobre su hombro.

La pastilla comenzó a hacer efecto más rápido de lo que Erika esperaba. Rápidamente se le quito el dolor de cabeza, siendo sustituido por un hormigueo que recorría todo su cuerpo, comenzó a sentir como le pesaban los parpados, calmando su respiración hasta que se volvió un discreto silbido.

Miró por última vez hacia arriba para comprobar que Lucas y Larry seguían ahí, observando callados como ella se quedaba dormida.

***

Nadó por los canales de su subconsciente hasta llegar a un lejano y empolvado recuerdo. 1 de Noviembre del 2002, era su cumpleaños número 5, todo había transcurrido con normalidad, pero había algo que diferenciaba este cumpleaños de todos los demás. Las monjas querían tomarle una foto.

Una de las madres superioras tomo a Erika de la mano y la llevo por el pasillo, llegaron a una habitación dentro de las oficinas, y la hizo sentarse en un banquillo. Erika espero con curiosidad lo que iba a pasar. La madre tomó una cámara grande que estaba sobre la repisa.

- Mira aquí niña. - la llamo la madre con ternura.

Erika nunca había visto un objeto similar a ese. Miro con atención a la madre quien inclinaba un poco su espalda para un mejor enfoque. De la nada el objeto hizo un sonido y una luz blanca y brillante encandilo los ojos de la pequeña niña por un instante. Erika observo con fascinación como de la cámara salía una hoja pequeña y oscura. La madre la desprendió y comenzó a abanicarse con ella. Después de unos segundos la madre miro su creación y sonrió.

- Mira, eres tú. - le dijo sonriendo mientras le extendía la hoja que ahora mostraba una pequeña niña distraída.

En ese momento otra de las madres entro en la habitación con un marcador en la mano, le dedico una leve sonrisa a Erika y le pidió la foto a la primera madre. Garabateo algo sobre la parte inferior blanca de la foto para luego mirarla con mayor atención. Frunció el ceño con desaprobación dirigiéndose a la primera madre.

- La niña sale distraída, casi no se le ve el rostro.

- ¡Pero si sale muy linda! - contesto la madre defendiendo su trabajo.

- Hermana Sarah, no pierda el tiempo y tómele otra. - sonrió la madre por su obstinada compañera.

- Muy bien corazón, esta vez mira a la cámara. - dijo la madre dirigiéndose a Erika.

Se quedó muy quieta y observo el objeto con atención, esperando de nuevo esa fugaz luz. Cuando la foto se imprimió ambas madres se miraron y asintieron con aprobación, dando a entender que tenían lo que querían.

- Espera ahí linda. - dijo una de las madres mientras ambas se dirigían al cuarto de al lado.

Obedeció y se quedó sobre el banquillo balanceando los pies. La puerta del cuarto de al lado estaba abierta, y Erika podía ver a las madres, una sentada en una silla mientras la otra buscaba algo en un archivero. La madre encontró lo que buscaba y saco un folder color amarillo, lo abrió y coloco ambas fotos en su interior sujetándolas con un clip. Antes de cerrar el folder la madre comenzó a hojearlo, y soltó un triste suspiro.

- ¿Qué sucede hermana?

La madre negó con la cabeza mientras cerraba y volvía a guardar el folder.

- Sigo sin entender hermana. Que dejen niños en nuestras puertas no es algo extraño, pero que los entreguen voluntariamente... - frunció el ceño - No puedo creer que ya han pasado cinco años y sigan sin regresar por ella.

- Hermana, usted sabe que no tenían otra opción. Recuerde lo difícil que fue para ellos.

- Siempre hay otra alternativa hermana, además, por más grave que fuera su problema, pienso que ya han tenido suficiente tiempo. Creo que ya deberíamos ponerla en adopción.

- Pero hermana, no nos corresponde hacer eso, si ellos dijeron que volverían es porque lo harán. ¿Qué pasaría si regresaran y su hija ya no está? ¿Qué les diríamos?

La madre cerró los ojos y reflexiono un momento mientras cerraba la gaveta del archivero.

- Definitivamente eso sería un problema hermana, pero ¿y si nunca lo hacen? Usted sabe lo duro que es para un niño ver como todos los demás se van a reconstruir sus vidas mientras otros tienen que quedarse. Ella no merece eso hermana.

- Si eso llegara a suceder, los padres han dejado por decisión propia sus nombres y una dirección, la niña podría buscarlos si eso es lo que desea, cuando cumpla los 17.

- Usted lo ha dicho hermana, si eso es lo que ella desea.

La madre tomo asiento junto a la otra mientras se retiraba sus gafas y masajeaba sus sienes. Al parecer no estaban de acuerdo en muchas cosas, pero ambas coincidían en algo, se habían olvidado por completo de Erika quien seguía sentada en el banquillo, escuchando toda su conversación, aunque no pudiera comprenderla.

- Deles un poco más de tiempo, hermana. Todos merecemos una segunda oportunidad.

- Lo sé hermana... pero trate de explicarle eso a la pobre niña.

***

Estiro los brazos sintiendo un agradable tronido, se removió palpando y buscando a Simón, pero ya no estaba. Froto sus ojos mientras estos se adaptaban a la luz de la madriguera, miro en todas las direcciones, estaba sola.

No quería reprocharle nada a nadie, pero dejarla sola no era una de las mejores opciones en esos momentos, en especial por la ansiedad que rápidamente se desataba en su interior.

Se levantó tomando la manta de Sheen para envolverse en ella, tratando de recordarse que estaba en la madriguera, la cual hasta el momento era el lugar más seguro al que podía aspirar.

Camino por el pasillo hasta llegar a la habitación principal, donde un suspiro de alivio la recorrió por completo al encontrar a los 12 chicos sentados en un medio circulo. Pero su sonrisa se desvaneció lentamente al mirar con más atención las miradas serias de todos los chicos.

- ¿Qué pasa? - pregunto confundida.

- Baby Doll, siéntate por favor. - dijo Arón con voz tranquila.

Se sentó junto a Demián sin poder relajar el entrecejo. ¿A qué venia tanto misterio de la nada?

- Baby Doll, todos coincidimos en que lo que paso es una experiencia muy frustrante y desagradable. - dijo Parker tomando la palabra - Todos estamos muy molestos, no contigo, sino con nosotros mismos y con lo que paso.

- Pero... - Erika quería intervenir pero no la dejaron.

- Cuando te trajimos aquí, sabíamos que estábamos tomando un riesgo muy grande, pero pensamos que siendo mayoría, podríamos manejarlo con facilidad. - continuo Lucas.

- Debemos admitir que al principio tus intentos de escape nos la ponían difícil, sin embargo seguía siendo algo que podíamos controlar. - afirmo Baco.

- Luego apareció ese niño, Nick, quien no estaba contemplado en nuestros planes. - dijo Kaiser mirando el suelo. - Él complico un poco las cosas.

- ¿Qué es lo que intentan decir? - logro decir Erika antes de que la callaran de nuevo.

Los chicos guardaron silencio unos minutos e intercambiaron miradas llenas de arrepentimiento y frustración.

- Creímos que podríamos cuidarte, prometimos que íbamos a cuidarte... pero creo que fallamos. - dijo Micaél penetrándola con unos ojos oscuros llenos de pesar.

Todos volvieron a callar. Erika negó con la cabeza mientras pasaba la vista de chico en chico sin entender lo que intentaban decirle. Por ultimo clavó la vista en Chris, quien la estaba viendo con más seriedad que de costumbre. De pronto su boca formó un triste intento de sonrisa.

- Baby Doll, ¿Estas lista para regresar a la ciudad?

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