A Z U L
⭐⭐⭐
Desde hace una semana Melione fue puesta en cuarentena en su propia habitación, cuidada por su madre que decidió estar en su casa mientras su hija estuviera enferma. Hades que se veía un poco más animado por tener a su esposa, pero no lo estaba pasando muy bien por ver a su pequeña en cama. A mi ni siquiera me dejaron acercarme a ver cómo estaba Mel, los reyes dijeron que es una enfermedad contagiosa y que se parece mucho a la varicela humana. Siendo diferenciadas porque los sarpullidos que aparecen son violetas y no rojos, causan el doble de picazón y puede durar hasta catorce días en el cuerpo.
Como los reyes no saben que podría pasarme si contraigo esta enfermedad no me permiten verla. Y ellos están inmunizados porque ya han pasado esta enfermedad antes por lo que están cuidando a Mel y vigilando que no se rasque. Llegue a ver a la princesa con guantes para horno, para evitar que se rascara. La vi cuando fui a llevarle la cena que preparo su madre y Hades me abrió para tomar la bandeja. Estaba sentada en la cama con un pijama de verano y con sarpullidos violetas por todo su cuerpo.
—Pobre Mel, aún recuerdo cuando tuve varicela lunar y me picaba todo el cuerpo. Mi madre me tuvo que poner guantes para que no me rascara las ampollas —habla Anker. Por los reyes estar tan ocupados con cuidar a Mel le pidieron al príncipe que me llevara y trajera del liceo. Me sentía más acompañada con él que viniendo sola con mis guardaespaldas. Ellos no hablan mucho.
—No se que es peor para ella, el no poder rascarse o el estar aislada de sus amigos —contestó afligida. Desde que la aislaron físicamente Mel sólo puede hablar por mensajes y videollamadas cortas. No es que se pueda hablar en privado con tus padres cuidando de que no te rasques.
—Sospecho que es una combinación de ambas. Desde que me caí en la tierra estoy aislada completamente de mis hermanas y a pesar de que hice nuevos amigos, sigo con ganas de hablar con ellas y verlas pronto —digo melancólica.
No quería seguir ahondando en ese tema, se que a Anker le afecta que extrañe tanto a mis hermanas. Fue por su causa que me caí del cielo o es lo que él cree, porque en realidad no tenemos una respuesta a porque aparecí en su patio.
—Algo me dice que ellas también te extrañan Azul, es imposible no extrañar a una estrella tan especial como tu —aseguró el príncipe. Acercándose para acariciar mi mejilla con delicadeza, me gustaba que me tocara la cara con su mano fría y sentir su tacto como una suave brisa del espacio.
—Supongo que ya te vas, ¿no? —pregunto cuando alejo su mano de mi rostro. Me sentía vacía cuando eso pasaba, me estaba volviendo demasiado dependiente de Anker y eso me hacía sentir mal. Siempre e sido una estrella libre, me gusta el silencio del espacio y el hablar con mis hermanas poco, no me gustan sus comentarios maliciosos sobre los mortales. Pero desde que estoy en la tierra, siento que me aferro a todos y no quiero separarme de ellos. En especial del príncipe de los muertos.
—Tengo que, la tarea no se hará sola y mi madre quiere que practique un poco de magia con su grimorio —comenta metiendo las manos en los bolsillos delanteros de su jean. Se veía algo apenado por tener que dejarme, pero algo en su mirada me decía que me estaba ocultando un secreto importante.
—Bueno, hablamos más tarde en la noche, ¿te parece bien? —habíamos desarrollado un hábito de llamadas desde que Mel enfermo. Luego de mi llamada grupal con las chicas, me llamaba Anker para desearme buenas noches y hablar de cómo nos organizamos mañana para ir al liceo. Me gusta dormir escuchando su voz.
—Hablamos en la noche —aseguró dándome un beso corto en los labios.
🌟🌟🌟
Durante la tarde mientras veía una serie en la sala, pude notar que Hades estaba mensajeando mucho con su celular. Aparato el cual no le agrada demasiado usar, pero que ahora parecía que estaba escondiendo algo mientras que escribía. Y tampoco se me escapó el que se estuvieran secreteando con Persefone en las escaleras. Me estaban ocultando algo y lo estaban haciendo terriblemente mal.
—¿Hades está todo bien con Mel? —le preguntó cuando estaba pasando por quinta vez por la sala. Sabía que Melione estaba bien, hablé con ella hace unos segundos y se encontraba mejor, esperaba que pronto le levanten la cuarentena.
—Si, Mel está bien. No sucede nada Azul, vuelve a tu serie —respondió el rey. Ignorando un poco la idea de que me oculta cosas, me giré a seguir viendo mi serie y lograr distraerme.
Ni siquiera pude disfrutar por quince minutos de relajación cuando el timbre de la mansión sonó y me desconcentro ver a Hades casi que correr al recibidor. Habiendo perdido el hilo de la serie y con la curiosidad de vuelta instalada en mi mente fui a ver qué estaba pasando. Muchas voces estaban hablando a la vez, pero no se lograba entender porque susurraban. Haciendo que aumentara aún más mi curiosidad y de brazos cruzados acelere el paso.
Fue cuando vi a muchas personas entrando a la mansión, corrigiendo mis palabras, vi a muchas chicas entrar. Al menos unas siete estaban dando vueltas alrededor de los reyes que hablaban en secreto con ellas. No fue hasta que reconocí a Vía, mi hermana. Y a las demás chicas que hacia mucho que no veía, Cirio, Rigel, Vega, Columba, Ceres, y Astra, mis hermanas mayores.
—¡Por la madre Nyx! ¡Mis hermanas! —exclamé corriendo hacia ellas.
Nos abrazamos con tanta fuerza, era algo lleno de añoranza, amor y mucha alegría. Podía sentir como algo dentro de mi comenzaba a brillar y el efecto pareció ser contagioso hasta para mis hermanas que también brillaron con mayor intensidad a la mía.
—Azul estuvimos tan preocupadas por ti desde que te caíste, vimos a una familia de cazadores muy cerca de ti. Nos enteramos de tu enfrentamiento con una cazadora de semidioses y tuvimos mucho miedo de que busque venganza contra ti por eso —habló apresurada Vía. Es la mayor de todas y la que más nos cuida a las demás en nuestro pequeño cuadrante del espacio.
—Estoy bien, me cuidan mucho aquí y mis heridas pronto se cerrarán. Volveremos a casa para estar juntas hermanas —exclamé con alegría. Pero una parte en el fondo de mi ser se sintió contrariada con volver a casa, no tenía tantas ganas de volver ahora y sentía una opresión en el pecho por pensar así.
—No hace falta que finjas con nosotras Azul. Somos tus hermanas mayores, hemos paseado por la tierra más veces que tú y entendemos mejor las emociones humanas. Sabemos que no quieres irte, pero también que quieres volver porque nos extrañas y es normal —respondió Columba.
—¿Qué? Pero hermanas quiero ir a casa, las extraño a ustedes y a las demás. El frío del espacio, el silencio que se siente y observar a los humanos desde lo más alto —me justifique con la voz aguda. No quería que ellas supieran que tenía dudas, hace meses que no estábamos juntas y ellas están más preparadas para dejarme que con ganas de llevarme con ellas.
—Lo que trató de decir Columba, es que cuando vuelvas a casa siempre podrás regresar a la tierra. Este es tu hogar también y no nos molestará ayudarte a bajar —aclara Vega, antes de que Columba pueda abrir la boca de nuevo.
—Ahora cuéntanos todo, necesito saber los detalles que nos perdimos por estar durmiendo —pregunta Rigel abriéndose paso entre las demás.
A V R I L
⛓🌼⛓
El sol estaba ardiendo sobre mi piel, tan sensible por el cambio de apariencia, pero necesario para vigilar a la protegida de Hades. Había pasado frente a la mansión dos veces simulando ir de compras al mercado, tratando de pasar desapercibida ante la custodia de la estrella. Logre ver a un grupo de chicas demasiado peculiares, una sensación de calidez me embriago y una risa se escapó de mis labios. Sonando dulce y angelical, desentonando por completo con las cosas malas que estaban pasando por mi cabeza. La llegada de las estrellas me vino como un regalo divino de la mismísima Nyx, destruyendo a sus hermanas, Azul sufrirá y estando débil lograré asesinarla de una vez por todas. Y para derrotar a un grupo de estrellas necesito a los peones indicados para el trabajo.
Sabía que ese cazador me vendría bien en algún momento, el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Los Sallow resonaban fuerte en su rubro, son despiadados y demasiado escandalosos para realizar sus trabajos. El chivo expiatorio perfecto para ejecutar mi plan y salir ilesa del enfrentamiento. Podré vengarme de la estrella sin tocar una sola hebra de pelo de Bunnie o sus amigos, tal y como se lo prometí a la madre de los perdidos.
Ahora debía ser rápido, no sé con cuánto tiempo dispongo antes de que las estrellas vuelvan a subir. Y atrapar a tantas personas requiere de un plan elaborado, pero no tengo tiempo para esperar tanto. Usando mis dones voy a manipular a los cazadores y hacer que actúen bajo mi influencia. Sin tantas preguntas en medio.
Escondida tras un contenedor de basura, me transportó al vecindario de los Sallow. Un lugar menos cuidado, pero acogedor para las familias de clase media, con arbustos que me pueden esconder para cambiar a mi verdadera apariencia sin llamar la atención. Saliendo de estas plantas caminé hacia la casa de los cazadores y no parecía ser la vivienda de una despiadada familia de asesinos. Actuaban muy bien su papel de familia ordinaria de los suburbios, es por eso que nadie sospecha de ellos cuando al terminar un trabajo se van por la noche.
Las piedras del camino de la entrada crujen bajo mis botas, la pequeña casa se nota acogedora y usando mis poderes sé que dentro el ambiente es predilecto para manipular a los dos adultos en el hogar. Sonriendo con malicia utilizo mis poderes para hacer aparecer un tatuaje de cazadora de estrellas, con esto me ganaré su confianza de inmediato y voy a tenerlos comiendo de mi mano.
Tocando el timbre de la puerta remango mi chaqueta para dejar aún más visible mi tatuaje, del otro lado de la puerta se escuchan unos pesados pasos. Y la puerta se abrió, frente a mí estaba un hombre tan alto como un rascacielos, de cabellos dorados como el sol y ojos de un color verde claro. Impone respeto, de esa clase que te da miedo hacer una pregunta incorrecta o de lo contrario él podría romperte el cuello con una sola mano.
—¿Te puedo ayudar en algo? —pregunta arqueando una de sus cejas. Estaba parada en su puerta mirándolo como una idiota sin decir nada. Moviendo mi cabeza para volver a concentrarme en el plan, le extendí mi mano con el tatuaje para presentarme y que él confiara en mí.
—Mi nombre es Celeste, el consejo de cazadores me mandó con buenas noticias, señor Sallow.
⛓🌼⛓
—Desde hace siglos que no baja un grupo de estrellas a la tierra. ¿Por qué bajaron para ir a una mansión? —cuestiona el chico rubio mirando a sus padres.
—Zay no nos importa porque han bajado un grupo de estrellas, lo que tiene que importarte es cazarlas y vender sus partes —le reta su padre con poco tacto.
—Tu hijo hizo una buena pregunta, ¿qué tal si bajan más?, si las atacamos ahora las demás no bajarán y perderemos mucho dinero —dijo su madre. Una mujer diminuta, pero las apariencias engañan. Tiene algunas cicatrices por sus brazos y otra tras la nuca que es ocultada por su cabello rubio. Marcas de que había peleado distintas batallas y que de todas ellas había sobrevivido, lo cual sí me hacía respetarla un poco. Si tan solo no fueran tan ingenuos.
—Pueden pedir un rescate —hablo atrayendo nuevamente la atención sobre mí. —Secuestrando a una o dos de ellas, las demás se van a desesperar y tratarán de conseguir riquezas de donde sea. Van a invocar a más de sus hermanas y tendremos nuestra oportunidad de acabar con unas cuantas.
—Es un buen plan, pero si hacemos eso tendremos que pedir apoyo con el consejo. Tres cazadores y un novicio no son suficientes para la cantidad de estrellas que dices que bajaron, nos arriesgaríamos demasiado y tendríamos más que perder —dice la mujer negando con la cabeza. Su mente era un poco más difícil de manipular que la de su esposo, en su cuello colgaba una reliquia antigua que emanaba mucho poder protector. Solo necesitaba acercarme un poco más a ella para poder tocarla y conseguir el control sobre su mente.
—El consejo me envió en busca de los mejores para el trabajo, pero creo que estaban equivocados —dije recogiendo las fotos que había estado tomando de las estrellas. Les había dado de probar una gota de miel y ahora se las estaba arrebatando antes de que hundieran su cabeza en ella.
—Espera —me corta la mujer tomándome de la muñeca. Una sonrisa maligna surco mis labios, esta tonta había caído y fue tan sencillo atravesar las barreras de su protección. —Podemos atacarlas durante el día, por lo general duermen mucho durante el día cuando recién bajan a la tierra.
La voluntad de estos dos cazadores estaba en mis manos, ellos ahora estaban siendo guiados por mi influencia y su querido hijo, aunque no quiera participar, se verá obligado a hacerlo. Sé que él sabe el secreto de Azul, pero por sus ridículos sentimientos no le dijo nada a sus padres. Y por su rostro pálido creo que él no esperaba que sus padres aceptaran la misión de asesinar a su amada tan deprisa.
—Una última misión antes del retiro —repiten al unísono la parejita.
Prepárate para caer Azul.
Hola, llamitas. Luego de un largo bloqueo escritor, lector y diversos temas personales que me afectaron, hoy pude traerles finalmente el capítulo terminado. Espero que lo disfruten y que les haya gustado. Azul finalmente se pudo reuinir con alguna de sus hermans y se siente un poquito mejor, pero parece que esto hace que la loca de Avril quiera dañarla con más ganas. ¿Lograra hacerle algo?