Sobreviviendo A La Tentación...

By DannyBaladon

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Una ayuda caída del cielo lo hará comprender que el amor es también soltar y dejar ir al otro. Hasta que cono... More

Prólogo💀| ¡No todos caerán!
Capítulo 1| Tus heridas
Capítulo 2| Una estrella en tu cama
Capítulo 3| Extraño mi hogar
Capítulo 4| Explicaciones
Capítulo 5| Es Zay Sallow
Capítulo 6| Cuentos para dormir
Capítulo 7| Pierdes la cabeza
Capítulo 8| Insomnio
Capítulo 9| La técnica Miyagi
Capítulo 10| Borracha, pero feliz
Capítulo 11| La tierra nuca deja de girar
Capítulo 12| Los recuerdos
Capítulo 13| Pedir perdón
Capítulo 14| La cita
Capítulo 15| Bebé llorón
Capítulo 16| Entregaría mi corazón
Capítulo 17| Manos y pantalones
Capítulo 18| Fuerza de gravedad
Capítulo 19| Las consecuencias
Capítulo 20| La cabaña en el lago
Capítulo 21| Baño helado
Capítulo 22| General Argent
Capítulo 23| Las estrellas caigan
Capítulo 24| Sr. Vainilla
Capítulo 25| El baile
Capítulo 26| Olor a vodka
Capítulo 27| Un peligro latente
Capítulo 29| Amante del té
Capítulo 30| Si madre
Capítulo 31| Hermanas
Capítulo 32| Quiero que te vayas

Capítulo 28| Destino marcado

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By DannyBaladon

A V R I L
⛓🌼⛓

La guardería de la isla es siempre ruidosa, salvo a la hora de la siesta y es cuando me gusta venir a ver a los niños. Pacíficamente dormidos en el suelo acolchado de goma. Reina me había permitido entrar a verlos si mantenía silencio, con que se despierte uno antes de tiempo, es una sinfonía de llantos que me amenazaban con soportar hasta que todos se vuelvan a dormir. No me interesaban para nada los niños, su llanto o su asfixiante búsqueda de contención y cariño. Sin embargo, me encontraba allí, viéndolos dormir con sus mantas, muñecos de felpa y algunos muy pequeños todavía con los biberones colgando de sus bocas.

—General Argent —una de las cuidadoras habló a mis espaldas. Por su tono de voz nadie le había notificado que estaba en la guardería visitando a los niños, se me da mejor verlos cuando están dormidos. No les doy miedo. —No esperaba encontrarla aquí. Necesita que despierte a...

—No —la interrumpo elevando solo un poco la voz, pero no lo suficiente como para despertar a los niños —Estaba por irme —respondo luego de una larga pausa.

Salgo de la guardería a paso firme, los pocos semidioses que cruzó en mi camino hacen un saludo protocolar que correspondo mandándolos a descansar. Dirigiendo mis pasos a la oficina de la madre de los perdidos, cuyo lugar era el más vigilado de toda la isla y contaba con los mejores soldados para proteger a la diosa. Soldados los cuales me debían respeto por ser su general a cargo y los cuales apenas me vieron me dejaron ingresar en la oficina.

—Supe que me estabas buscando —hablo, apenas ingresó en la pulcra y acogedora oficina.

El lugar era sumamente limpio, con paredes pintadas de blanco, bibliotecas empotradas en la pared del mismo color de esta, con libros antiguos muy poderosos. Un elegante escritorio de cristal transparente, con una silla blanca. Un poco lejos del escritorio se podía ver un sillón para tres personas de color gris claro, una alfombra blanca y una pequeña mesa ratona de cristal.

Colgando del techo se encontraba una lámpara araña colgante, se encontraba apagada, pero por la noche, cuando se la encendía a través de sus cristales, se reflejan muchos arcoíris en las paredes. Ahora durante el día los enormes ventanales se encargaban de jugar con la luz del sol para reflejar arcoíris en las paredes, un truco llamativo de la madre de los perdidos.

Ella estaba observando a través de su ventana la isla, su pequeño imperio en la tierra. La isla está en constante movimiento, lo cual la vuelve perfecta para no ser detectada y con las protecciones que le puso la diosa todos sus habitantes son indetectables ante los demás dioses. Esto vuelve a la isla uno de los sitios idóneos para que fugitivos y mercenarios como yo, tengamos un sitio donde escondernos.

—Me han informado que visitaste de nuevo las guarderías —dejando de ver por la ventana, posó sus ojos en mí, sus alas blancas dejaron de estar en reposo y se extendieron. Estaba enfadada. —Te dejé muy claro en que no quiero que te acerques a mis niños, sus padres le dieron la espalda, ahora yo soy su única mamá. —Afirma con los puños cerrados a los costados de su cuerpo, me miraba con rabia, pero yo era incapaz de sentir nada.

—Los estaba visitando madre, no quiero robarte a ninguno.

—Avril, te quiero hija, pero no dejaré que corrompas a tus hermanos y hermanas. Aquí todos los que decidan actuar en el plan de venganza deben ser por propia voluntad, no por imposición. Mantente alejada, es lo mejor si quieres que ella no sufra por...

—Es suficiente. —Advierto para que no me siga hablando de algo que para mí es asunto cerrado. —No más visitas a la guardería y si quieres que entrene mejor a mis hermanos y hermanas, necesitamos más equipamiento de seguridad y nuevas espadas —comentó juntando mis manos tras mi espalda. Le debo mucho a la madre de los perdidos y para sacar el mejor provecho para mi conveniencia es mantenerla tranquila, de lo contrario no tendré un refugio seguro en el cual esconderme de los dioses.

—Perfecto. Me encargaré de que te llegue el nuevo equipamiento y la próxima vez que quieras asustar a la estrella, avísame antes. Sabes que puedes salir de la isla como los demás y no como una criminal que busca fugarse de una cárcel de máxima seguridad.

—Las cosas son más divertidas cuando las haces en silencio madre.

Dando media vuelta me fui de su oficina. Tengo que volver al área de entrenamientos, necesito golpear a alguien. Desde que me fui de esta isla al mundo mortal no había tenido que rendirle cuentas a nadie, pero desde que se me permitió regresar a mi antiguo hogar, recordé por qué me fui en primer lugar. Pero no puedo abandonar la isla, los dioses me están respirando en la nuca, intentan atraparme, pero siempre me termino escapando en sus narices.

—General Argent, tenemos un problema en la arena de entrenamientos —uno de los guardias detuvo su carrera frente a mí, se veía agitado y un poco cansado por correr.

—¿Qué hicieron ahora esos engendros?

—Tomaron una de sus espadas... Y dañaron a una niña con esta —comentó con miedo. Detuve mis pasos siendo golpeada apenas por su cuerpo chocando contra mi espalda y antes de que dijera otra tontería me gire tomándolo del cuello de su camisa.

—Dime, ¿qué espada tomaron y donde está la niña? ¡Ahora! —exijo con furia.

—Una espada de hoja negra general, tenía una piedra de rubí en el mango y la niña está en la enfermería —responde temblando.

—Tráeme al engendro que tomó mi espada, no permitas que nadie más la toque y si alguien la tocó tráemelo también. Voy a estar en la enfermería con la niña.

Soltando al muchacho dejó que se vaya corriendo, si no se apresura deberá atenerse a las consecuencias y serán más severas que las que les pone la madre. Camino a la enfermería busco en mis bolsillos un frasco con una dosis especial para el veneno que tiene mi espada. Por algo no dejo que nadie toque mis cosas, es demasiado poder en manos equivocadas y lo único en que puedo ayudarlos es a no morir. La maldición de la espada debe ser erradicada por la madre y si es que tiene el poder suficiente para ello.

M E L I O N E
👻🥀👻

Apretando los puños, mantengo mi mirada en un punto fijo para no quemar por completo la habitación de Azul. Lo que me contaron fue una fuerte bofetada a que ninguno está seguro cuando se trata de Avril, es una amenaza por la que tenemos que luchar para erradicar de la faz de la tierra.

—¿Melione, estás bien? —pregunta la rubia al ver que no me he movido desde que comenzó con su relato.

—Si —miento —Necesito un momento para pensar —añado. Levantándome de la cama, me voy de la habitación de Azul apretando los dientes para no gritar.

En el jardín de mi madre veo a las plantas a mi alrededor morir, para posteriormente ser aplastadas por mis pies. Me arrepiento tanto de haber asistido a esa carrera clandestina donde gané el gran premio del que tanto me reclama Avril. Nunca debí retarla, ella me reconoció en cuanto me vio, sabía quiénes eran mis padres y por eso me golpeó, yo fui su puerta de acceso a mi familia.

—A tu madre no le gustará ver que sus plantas están muertas —escuchó decir a mi padre. De entre las sombras aparece mi padre, está sosteniendo una flor muerta entre sus dedos.

Sus ojos grises me escudriñan escarbando en mi interior. Nadie me conoce mejor que mi padre, él puede deducir con tan solo una mirada que pasa por mi cabeza y es muy difícil mentirle. Y en estos momentos puedo verlo intentando sacar lo que sea que esconde mi cerebro, pero no crea que me pueda entender. Mi cabeza divaga entre lagunas de recuerdos y pensamientos sobre Avril y toda la culpa que cargo por su causa.

—Las regresaré a la vida antes de que mamá vuelva a casa —respondo dándole la espalda a mi padre. No me apetecía hablar. No, lo que no quería es que él me dijera que no es mi culpa, que nada de lo que está pasando es por mi causa. Cuando todos sabemos que soy una estrella que es gravitada por problemas.

—La cuestión es ¿por qué las mataste en primer lugar fantasmita?

—Papá no quiero hablar de eso.

—Te desagrada quitarle la vida a las plantas, odias estar cerca de las personas porque no entienden que puedas ver fantasmas y que estos muchas veces se adhieren a ti para poder robarte algo de energía y debilitarte. No creo que consigas a nadie mejor para hablar de lo que te está pasando fantasmita, trato de que me veas como un amigo, pero sigo siendo tu padre y lo que te ocurra me preocupa Melione —asegura. Su mano toca mi hombro derecho apretándolo, diciendo sin palabras que él estaba conmigo y que puedo contarle lo que sea.

—Es mi culpa que Avril nos esté molestando papá, de no ser porque desobedecí a mamá, jamás habría conocido a esa cazadora y hoy no estaría en peligro la vida de mi familia —aseguró.

Pero mi padre pasó su mano por mis hombros y me atrajo a su costado. Suspirando sin dejar que me aleje de su costado, dejó que la flor que aún sostenía con una mano cayera al suelo y se aclaró la garganta.

—No tienes la culpa. Todos nacemos con un destino marcado y me temo que el tuyo estaba enlazado con el de esa cazadora. Pero no por ello significa que no debas luchar por salvarte a ti y a los que amas. Si es normal tener miedo, pero no puedes victimizarte ni cargar con todo el peso de la culpa fantasmita —afirma. Con una mano acaricia mi brazo y con la otra me entrega una flor que cortó de las únicas que no había muerto por mi estado de ánimo decadente. —Nos tienes a tu madre y a mi para no caer. Siempre te apoyaremos fantasmita.

👻🥀👻

Los guardias se paran en la puerta del cuarto de Azul, tal y como se los ordene. Muy a mi pesar es una medida que no estará bajo discusión sobre si debe tenerlos o no, Azul deberá entender que si quiere continuar asistiendo al liceo debe tener una escolta personal. De todo nuestro grupo ella es la más vulnerable por sus heridas y no pienso dejarla sola después de lo que nos contó.

—Van a seguir a Azul a todos lados siendo discretos —les digo a ambos guardias que asienten —No quiero que la dejen sola ni cuando hagan el cambio de guardias y si ven a esta chica —señaló el celular donde se puede ver una foto de la bruja de Avril. —Quiero que la mantengan alejada de la estrella y si los ataca, no duden en priorizar sus vidas por encima de la de esa asesina.

—Entendido, princesa.

Recobrando la compostura entre a la habitación de la rubia, estaba sola, Anker se fue poco después de desayunar. Algo que me dio un margen de tiempo para pensar luego de hablar con mi padre y decidí ponerle una escolta personal. Es lo mejor que puedo hacer para protegerla cuando yo no puedo hacerlo. Por lo que me dijo Mar, la estrella estaba mejorando muy bien y pronto nos dejará para regresar a su hogar.

—¿Estás mejor? —interroga Azul con cautela.

—Si —le aseguró con una sonrisa cálida. —Pero me temo que la solución que voy a darte puede no agradarte demasiado. Es por tu bienestar Azul, mis padres le dieron su palabra a la diosa Nyx y planeo que no la rompan por mi causa —habló casi sin parar, captando de inmediato la atención de la rubia.

—¿Qué pasa Mel?

—Vas a tener una escolta que te seguirá a todos lados para protegerte de Avril, ella es peligrosa y conozco que es perseverante, vengativa y no le tiene miedo a nada. —Suspiró con tristeza. —Sé que algo estaba pasando con Anker y ahora con los escoltas se puedan sentir un poco incómodos, pero te aseguro que ellos solo me dirán si Avril estuvo cerca y nada más. Puedes continuar actuando con normalidad, ellos no son mis espías —comentó con nerviosismo. No me gusta poner en esta situación a mi amiga, Avril me hizo daño y la estrella la lastimó a ella por mi causa. Volviéndola en su nuevo objetivo, el cual quiere eliminar porque la humilló.

—No pasa nada entre Anker y yo, pero muchas gracias por no invadir nuestra intimidad. Y gracias de nuevo por ayudarme Mel, en verdad me da mucho miedo todo lo que está pasando —lloriqueo la estrella.

Me acerqué a abrazarla. Conteniéndola mientras llora, desbordada por sus emociones.

💀🔮💀
#FelizSábadoDeHechiceros

Hola, llamitas. ¿Cómo están? Avril esconde muchos secretos al igual que la madre de los perdidos y parecen tener un pasado juntas. Y la pobre Mel sigue sintiendo culpa por todo lo que está pasando con Avril 🥺 ¿Qué les pareció? Espero ver sus comentarios.

Besos

De

Danny

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