A Z U L
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El tejado de la casa parecía que podía resistir nuestro peso, con ayuda de Anker me senté sobre el pequeño colchón que había fuera de la ventana y cubrí mis piernas con la manta para que no me dé frío y que nadie abajo vea si mi vestido se levantó. El príncipe se sentó a mi lado con las dos latas de cerveza en las manos, me tendió una y nos dispusimos a abrirlas acomodándonos y con el sonido bajo de la música de fondo. El frío de la noche golpeó en mis mejillas calando fuerte en mi piel, las mejillas me ardían y tenía todo el cuerpo sudoroso, habíamos estado bailando mucho. Anker tenía el pelo desordenado, los botones de su camisa abiertos y las mangas remangadas, sentado con las rodillas flexionadas y sus brazos apoyados en estas.
—Mar acaba de caerse al agua —se ríe el viento hacia abajo en donde se escuchaban los gritos de la princesa desde la piscina, más personas se tiraron tras ella para continuar con una fiesta que estaba decayendo en estos momentos. Colín estaba en la orilla gritándole a su novia que tenía que salir porque el agua estaba helada y se resfriara, pero Mar estaba muy contenta nadando.
—¿Aquella que se está besando con un chico a escondidas no es Becca? —pregunto señalando con el dedo un punto alejado de aquel pequeño patio, justo detrás de un enorme árbol al cual la luz casi ni llegaba se podía ver a una pareja besándose en la sombra del tronco.
—Mierda, si es Becca —confirma Anker abriendo mucho los ojos al percatarse de que es su prima —¿Quién carajos es ese chico? —se abalanzó tan rápido hacia adelante que tuve miedo de que se cayera del tejado, me estire para frenarlo y la cerveza se me derramó encima de las piernas manchando la manta.
—¡Cuidado! —Siseo molesta volviendo a sentarlo de un tirón, quitándome la manta, veo que solo tengo las piernas un poco mojadas.
—Perdón, ¿quieres que baje por una servilleta para limpiarte?
—No, estoy bien. Fue un accidente, casi te matas Anker —reprocho cruzándome de brazos, el pelinegro se sentó a mi lado de nuevo y me cubrió las piernas con la parte seca de la manta. Por más que haya querido permanecer más tiempo enojada no pude cuando lo viéndome con ojos tristes y termine por ablandar mis palabras. —Becca se fue, ¿quieres que bajemos y veamos dónde está? —pregunto tomando mi lata con la poca cerveza que le quedaba.
—No, sería invadir su privacidad, solamente fue un impulso. Becca no es de la clase de chica que verás dándose un beso con un chico en una fiesta sin antes haberlo presentado con nosotros. Creo que me emocione de más con el chisme —se burló el castaño acomodándose a mi costado, ambos miramos como Colín sacó a Mar del agua que estaba temblando y se veía un poquito más lúcida luego del chapuzón. Sam estaba arrastrando a Blake a dentro de la casa, Lila le estaba gritando a un chico por orinar un árbol en el patio y Kevin estaba tratando de calmar los ánimos entre ambas partes. Bunnie y Tadeus estaban cerca de la piscina hablando y bebiendo mientras se reían, Red estaba hablando con Oliver sentados en unas tumbonas, estaban absortos en sus asuntos, normales.
Solo una chica que bailaba en un área de poca iluminación, de una forma extraña, de espaldas, vi su cabello castaño cayendo por sus hombros con las puntas teñidas de rojo, un crop top negro que dejaba ver su piel y un sostén negro. Una falda negra de cuero y unos tacones altos que realzaba mucho más la belleza de sus piernas. Estaba bailando junto a un chico, pero algo en su actitud me inquietaba y cuando se giró levantando su cabeza en mi dirección la reconocí.
—Anker —aferrando con fuerza mi mano en su brazo lo muevo sin dejar de ver a esa chica —Es... es Avril —susurro, notando la mirada asesina de Avril sobre mí, puso sus manos en su cuello como si estuviera apretando el de alguien y comencé a sentir que mi propio cuello se comenzaba a cerrar.
Desesperada solté la mano de Anker llevándola a mi cuello, sentía que el aire no entraba en mis pulmones y me quemaba el pecho. La mirada oscura de Avril se intensificó sobre la mía y sonrió liberando las manos de su cuello, cosa que me dejó volver a respirar. Anker se acercó y logró distraerme un segundo, cuando volví a mirar hacia donde se encontraba Avril, ella había desaparecido.
—¿Qué pasó? —preguntó acariciando mi rostro, entre sus manos pude comenzar a respirar con normalidad y me relaje en sus brazos.
—Avril, ella... ella estuvo aquí e hizo algo para ahorcarme —balbuceo acelerada por la adrenalina del momento, mi pecho parece querer explotar y mi cabeza trabajaba a todo ritmo.
—¿Estás segura de eso Azul? Yo no vi a nadie —afirma viéndome a los ojos, mi cuerpo temblaba y estaba segura de haberla visto. Sentí esa opresión en el cuello y vi su sonrisa gélida. Pero al ver la seguridad de Anker me pregunté si en verdad la vi o fue un producto de mi imaginación.
—Es mejor que regrese a casa de tus abuelos, el alcohol ya comenzó a afectarme.
—Te llevaré a casa, no sé en qué condiciones se encuentra Melione a esta altura —comentó ayudándome a entrar de nuevo por la ventana al hogar, la música volvió a escucharse más clara y algunas risas y murmullos de las personas. Me aferro al brazo de Anker caminando por los pasillos de la segunda planta donde ya no se encontraban muchas personas y muy pocas chocaron con nosotros en su afán por querer subir rápido a las habitaciones.
—Debo avisarle a Mel que me llevaras contigo, espérame afuera —digo soltando su brazo, no me tomará mucho tiempo encontrar a la princesa estando la fiesta casi vacía.
Entrando en la sala encontré solo unas pocas parejas bailando, a Sam bailando sola y algo alejados de las personas, estaban Blake y Calíope besándose en una esquina. No me sorprende que estos dos finalmente hayan caído ante el otro, su conexión es especial y una de las más bonitas que me gustaba apreciar desde el espacio. Dejando de ver a la pareja mi mirada recorre la estancia hasta dar con Mel, se encuentra junto a Nate y una chica. Doy unos pasos en su dirección y me choco con alguien, unas manos se sostienen de mis brazos y yo hago lo mismo para no caer. Al levantar mi mirada veo de nuevo aquella frívola mirada que minutos antes me había dejado sin habla.
—Pagarás caro lo que me hiciste estrellita, ni siquiera tus poderosos amigos podrán salvarte. Te arrancaré el corazón y lo venderé al mejor postor, todo ese dinero manchado de sangre se lo enviaré a tu querido Anker —gruñó cerca de mi rostro sin dejar de sonreír con cinismo, sus manos apretaron mis brazos antes de que la hiciera soltarme.
No lo había imaginado, Avril estaba detrás de mí.
A N K E R
💀🔮💀
Un silencio perpetuo nos acompañó desde que ella subió en la motocicleta, no me habló cuando frenaba en los semáforos y su agarre en mi cintura se mantuvo apretado todo el camino. Cuando frené en la mansión de mis abuelos Azul no espero a que apagara el motor, se bajó y abrazando su cuerpo, comenzó a avanzar sin darme oportunidad de charlar. Quitando las llaves de la moto me bajé con torpeza. Corriendo detrás de la rubia logró alcanzarla mientras buscaba las llaves de la mansión en su pequeña bolsa.
—¿Azul te paso algo? —preguntó con cautela.
—No —apretando los labios, la estrella retuvo lo más que pudo su mirada sobre mí. Su labio inferior tembló y apartó el rostro, frotando con sus manos sus brazos, Azul habló de nuevo. —Avril estuvo en la fiesta. Sigue enfadada por lo que le hice en la fábrica, busca venganza y quiere arrancarme el corazón para venderlo. Estoy asustada Anker, cometí un error al enfrentarme sola a ese monstruo y yo... yo tengo miedo de lo que pueda hacer —su vómito verbal terminó con Azul derrumbándose, arrodillada en el suelo frente al portal de la mansión ella comenzó a llorar.
—Azul te prometí protegerte y no dejaré que esa loca te ponga un dedo encima —dije, intentando tranquilizarla.
Rodeándola con mis brazos, busco confrontarla, darle una seguridad de que no dejaré que nada le pase y no sé cómo pueda proporcionarle eso. Avril es una rival poderosa, cuenta con ventaja sobre nosotros y un conocimiento para infiltrarse donde sea sin ser vista que puede helar la sangre hasta el más valiente. Pero de lo que estaba seguro es que no dejaré que lastime a Azul, ella solo intento protegernos y ahora debemos devolverle el favor.
—Va a matarme, no podré ver a mis hermanas jamás —gimoteo contra mi cuello.
—No Azul, eso no pasará. Avril es astuta, pero nosotros lo somos aún más —le aseguro separándome un poco de ella para que me viera a los ojos. Ella tenía las mejillas empapadas, los ojos rojos al igual que su nariz y su rostro reflejaba pánico, un miedo natural a la muerte. Miedo a lo que en esencia es parte de mí también. —Esta noche me quedaré contigo hasta que venga Mel, no puedes dormir sola —zanjó poniendo punto final a esta charla.
Ayudando a la rubia a ponerse en pie, tomó las llaves de la mansión para abrir la puerta sin hacer mucho ruido. El calor del hogar nos abrazó y cerrando la puerta tras nosotros comenzamos a subir las escaleras a la segunda planta. En mi cabeza no dejaba de escuchar los reproches de mi abuelo acerca de que me estaba metiendo en su casa, entrando en la habitación de Azul a solas y aún peor es que dormiré con ella en la misma cama.
Un peligro latente.
La habitación de Azul es acogedora, le había implantado un poco más su estilo y sonreí al ver el techo pintado de negro con pequeñas estrellas de plástico brillante pegadas sobre el firmamento negro. Su cama estaba armada y la rubia se sentó en esta para quitarse los zapatos, soltando un sonido de alivio al sentir el frío suelo bajo la planta de sus pies. Estirándose un poco hacia las almohadas, saco su pijama y se fue al baño donde escuche el agua del grifo correr. Estando solo me quité los zapatos, mi abrigo y abrí la cama para meterme dentro.
Quince minutos después escuché a Azul abriendo la puerta del baño, caminando despacio para no despertarme, se metió dentro de la cama y quedó estática en su lado por unos cinco minutos. Antes de que se girara y acercará más su cuerpo contra el mío y me abrazara por la cintura con sus manos heladas.
No me moví. Pero si tomé su mano y la subí un poco hasta mi pecho, con una sonrisa en los labios, me dormí tranquilo.
Estaba incómodo. Dormir con la ropa anoche no fue cómodo, pero no estaba en mi casa o en mi propia cama y tuve que adaptarme a la situación. Girando sobre mi cuerpo noté que el costado donde se supone debe estar durmiendo Azul estaba frío. Abriendo de golpe los ojos vi que ella no estaba, su lado de la cama estaba vacío y el pánico comenzó a crecer dentro de mi pecho. Me levanté a tropezones.
Abriendo la puerta de la habitación rápido, casi chocando con la rubia que estaba parada en la puerta con una bandeja de desayuno para los dos. Me sonrió con dulzura apartándome de la puerta para seguir su camino hasta la cama. Con los miedos abandonando mi sistema me acerqué a la cama donde ella se había sentado, untando manteca sobre una tostada que olía delicioso.
—Perdón si te asuste. Fui por el desayuno para ambos abajo, Mel llegó muy tarde anoche y Hades se fue temprano, las ninfas prepararon el desayuno para mí en el comedor. Tuve que pedir que prepararan algo para ti también.
—Medio dormido, pensé lo peor Azul. Ni tienes por qué disculparte, el paranoico soy yo —comento en un tomo bromista.
No quiero que la estrella sienta que ni siquiera en la casa de mis abuelos pueda estar segura. Avril nunca vino a casa de mis abuelos o al menos eso creo, por lo que no sé que tan segura sea la mansión para dejar a Azul vagando sola por la casa.
—Azul, no sabes lo que pasó anoche con Blake y Calí... —deteniendo sus palabras Mel quedo estática con su mano aun en el pomo de la puerta.
Sus oscuros ojos reflejaban confusión, pero a la vez picardía. Conocía ese gesto y sabía que en su cabeza se estaba originando una historia que estaba demasiado alejada de la realidad.
—¿Qué pasó con Calí y Blake? —preguntó Azul. Su tono nervioso no pasó desapercibido por mi perspicaz tía que soltó la puerta y se cruzó de brazos, observándonos a ambos con detenimiento.
—Al carajo el chisme de esos dos. Encontré otro más interesante aquí —afirmó. Si no le decíamos la verdad, Melione deducirá cosas que no pasaron.
💀🔮💀
#FelizSábadoDeHechiceros
Hola, llamitas. ¿Qué les parece el capítulo? Avril sigue siendo una de pierda en el zapato, que alguien la detenga.
Por otro lado perdón por no actualizar en mucho tiempo. Estoy pasando por un bloqueo creativo y apenas si escribo en ninguna historia. Lo siento llamitas.