Sobreviviendo A La Tentación...

By DannyBaladon

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Una ayuda caída del cielo lo hará comprender que el amor es también soltar y dejar ir al otro. Hasta que cono... More

Prólogo💀| ¡No todos caerán!
Capítulo 1| Tus heridas
Capítulo 2| Una estrella en tu cama
Capítulo 3| Extraño mi hogar
Capítulo 4| Explicaciones
Capítulo 5| Es Zay Sallow
Capítulo 6| Cuentos para dormir
Capítulo 7| Pierdes la cabeza
Capítulo 8| Insomnio
Capítulo 9| La técnica Miyagi
Capítulo 10| Borracha, pero feliz
Capítulo 11| La tierra nuca deja de girar
Capítulo 13| Pedir perdón
Capítulo 14| La cita
Capítulo 15| Bebé llorón
Capítulo 16| Entregaría mi corazón
Capítulo 17| Manos y pantalones
Capítulo 18| Fuerza de gravedad
Capítulo 19| Las consecuencias
Capítulo 20| La cabaña en el lago
Capítulo 21| Baño helado
Capítulo 22| General Argent
Capítulo 23| Las estrellas caigan
Capítulo 24| Sr. Vainilla
Capítulo 25| El baile
Capítulo 26| Olor a vodka
Capítulo 27| Un peligro latente
Capítulo 28| Destino marcado
Capítulo 29| Amante del té
Capítulo 30| Si madre
Capítulo 31| Hermanas
Capítulo 32| Quiero que te vayas

Capítulo 12| Los recuerdos

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By DannyBaladon

A Z U L
🌟🌟🌟

Calíope me aseguró que sus amigas Eirene y Alcíone eran una experta en esto de los hechizos, pero la mirada que le dedicó Oliver me hizo pensar si en verdad ellas eran tan buenas en esto. La platinada ignoró la mirada de su hermano y me aseguro que las jóvenes brujas saben lo que hacen, que practicaron lo necesario para no matar o transformar a nadie en un animal. Mar no estaba de acuerdo con que tome esa poción, afirmó que nada importante pasó, Melione la secundo al igual que Sam y se pusieron nerviosas cuando Calí las miro entrecerrando los ojos.

—Sea lo que sea que recuerdes Azul no tienes nada de que temer, estamos contigo —me da ánimos la platinada, entrando finalmente en la mansión de la diosa Circe. El lugar estaba decorado como si fuera un verdadero templo antiguo griego, con enormes columnas, estatuas de mármol con representaciones de Circe y muchos cuadros donde se la veía a la dueña del lugar con sus hijas u otras diosas.

—¡Calí! —escucho un grito femenino emerger detrás de una de las columnas, apareció una chica con el cabello negro como la noche, largo hasta la cintura y las puntas de color púrpura. Traía puesto un overol negro, una blusa de manga corta rosa y borcegos negros. Esta corre a darle un abrazo a la platinada que no tarda en devolver con una sonrisa.

—Hasta que nos visitas —otra chica con el mismo rostro a la anterior aparece, la única diferencia que tenían era que esta chica tenía el cabello por los hombros y mechas púrpuras. Una falda negra corta, medias de red, borcegos y una camiseta cortada a la altura de su ombligo de color gris oscuro. Acorta la distancia y abraza a Calí cuando es liberada por la otra chica, me quede analizando sus rostros y me percate que eran lo que muchos mortales llaman como gemelas.

—Saben donde vivo pueden ir a verme también, no he venido porque estoy entrenando a Azul con Blake —comenta la rubia girándose hacia mí, ambas jóvenes me miran por unos minutos analizándome como yo a ellas. Se miraron entre ellas para luego volver a verme y me sonríen felices.

—Hola Azul, somos Eirene y Alcíone —habla la de cabello largo, Alcíone me saluda muy animada a la par de su hermana.

—Listas las presentaciones a lo que hemos venido —dictamina Melione apoyando sus manos en mis hombros, saluda a las gemelas y las seguimos hasta lo que parece ser su taller.

Era un lugar enorme poco iluminado, con las cortinas cerradas apenas si filtrando luz, con enormes estanterías empotradas a la pared repletas de libros muy bien ordenados. Una enorme mesa con un libro en el centro y un enorme caldero, me dieron escalofríos al ver una de las estanterías con ingredientes para pócimas. En medio de la habitación se encendió una araña colgante del techo y permitió ver mejor el espacio en donde nos encontrábamos. Las paredes estaban pintadas de azul, pero el techo mostraba el cielo nocturno con sus constelaciones y astros.

—Díganos ¿para qué nos necesitan? —interroga Eirene caminando hasta donde se encontraba la mesa con el caldero, viendo en su interior.

—Azul necesita una pócima para la memoria —habla por mi Calí acercándose a la mesa de Eirene, Alcíone por su lado comenzó a tomar ingredientes y un libro. Se acercó a su hermana dejando los utensilios y esta comenzó a ojear las páginas del libro hasta que se detuvo en el que necesitaba.

—Aquí dice que necesitamos polvo de estrellas, fíjate si nos queda algo en las reservas —al escuchar decir eso mi cuerpo entero se tensó. ¿Es que acaso ellas trabajan con el corazón de mis hermanas? ¿Son esa clase de brujas?

Aterrada di un paso hacia atrás chocando con otra mesa y dejando caer por accidente un frasco que contenía un poco polvo negro que se fue con una brisa del aire. Alcíone se acercó rápido viendo el frasco y miró a su hermana con preocupación.

—Lo que nos quedaba se acaba de esparcir por suelo, no tenemos más polvo y Nyx no tiene más de donde proporcionarnos —se lamenta la joven bruja con su hermana y por mi parte el hecho de que la madre de la noche nos vende como ganado me hizo sentirme algo mareada. Me aferré al brazo de Melione para no caerme, la princesa del inframundo me miró preocupada y luego a las dos brujas.

—Explícale a Azul a que se refieren con polvos de estrellas. Ella es una y tenemos a un cazador de estrellas en el liceo que le pone los pelos de punta —aclara por mí la descendiente del inframundo. Las dos brujas sonríen antes de girar a verme y decirme con normalidad de que se trata lo que acabo de tirar al suelo.

—El polvo de estrellas no se hace con el corazón de ninguna estrella, sino que es cabello. Si le cortas el cabello a una estrella y lo alejas de esta se vuelve polvo, este ingrediente tan escaso es un ingrediente muy preciado para hacer que la memoria traiga los recuerdos. El corazón se usa para hechizos paganos de eterna juventud, nosotros tenemos la ambrosía y Nyx no permitiría que ningún dios amenace las vidas de sus estrellas —aclara el malentendido Eirene. Viendo la sinceridad de sus palabras comencé a calmarme y tomé entre mis dedos uno de mis mechones, si esto me ayudaba a recordar se los daría.

—Córtalos —les ordenó con algo de dudas, una de las hermanas se me acerca y corta un poco del cabello, lo envuelve en una servilleta y lo aleja. Hasta que abre el pañuelo y encuentra un puñado de polvo negro brillante, es sorprendente.

Eirene se encargó de hacer la pócima mientras su hermana la observaba con un frasco vacío en las manos, era uno muy pequeño y transparente. Del caldero comenzó a brotar un humo blanco espeso que moría sobre la mesa y con cada nuevo ingrediente agregado una luz brotaba de dentro de ese místico recipiente. Cuando la pócima quedó preparada la colocaron en ese pequeño frasco y me la entregaron, me dijeron que por haberlas ayudado con el polvo de estrellas me darían la pócima gratis.

No tardamos en salir de la mansión, le habíamos pedido que nos dejara venir al papá de Melione por una hora y media y el tiempo ya casi se agotaba. Fuera de la residencia no me lo pensé dos veces, tomé el contenido del frasco que sabía horrible, pero no pude quejarme cuando todos los recuerdos vinieron a mi mente como una bofetada.

A N K E R
💀🔮💀

—¡Anker! —grito Mar desde la puerta de mi casa nada más verme bajar por las escaleras, corrió hasta el final de la escalera donde fue detenida por Colín que la retenía de la cintura desde atrás. Desde la puerta aparecieron Becca y una cabizbaja Sam que no decía nada, la empleada que abrió la puerta se retiró al ver que nadie pediría nada porque aquello no sería una charla normal. —Besaste a Azul en la fiesta —manifiesta la rubia retorciéndose en los brazos de su novio que trata de contenerla lo más que puede. En ese momento los recuerdos de la noche anterior vienen a mi cabeza, el beso con Azul y mi conversación con Colín.

—No recordaba haber hecho eso en la fiesta hasta que tú me lo dijiste Mar, fue un error que aclararé con Azul en cuanto la vea —declaró viéndola a los ojos, ella detuvo su pelea por liberarse y me miró con los ojos llenos de lágrimas.

—¿Es que no lo entiendes verdad? —sollozo la rubia aplanando sus labios —Sam los flechó, donde le rompas el corazón a Azul ella se muere. No quiero ver morir a otra persona delante de mis narices Anker, tú y Azul no pueden verse hasta que le saquemos la flecha a ambos —sin poder contener más el llanto Mar se derrumba en brazos de Colín y yo siento que quiero arrancarle la cabeza a cierta castaña. Se lo había dicho, que cualquier tontería que estuviera planeando con respecto a Azul lo olvidara, pero como siempre Sam hacía lo que le apetecía.

—Eres una irresponsable Sam, te dije que no te metieras en mi amistad con Azul —le gritó bajando las escaleras a toda prisa, señalándola con el dedo la veo encogerse en su lugar, casi que escondiéndose detrás de Becca. —No puedo creer que confiara en ti, eres un desastre y nunca dejarás de serlo...

—Anker ya basta —me grita ahora Rebecca plantándose delante de mí, tenía los ojos grises y las cejas unidas mostrando su enojo, tal vez me arrepentiría mañana de mis palabras hacía Sam, pero en este momento no lo hacía. La vida de una inocente corría riesgo por su culpa.

La pelinegra apoyó una mano en mi pecho y como si atravesara mi tórax ella comenzó a extraer una flecha de plata de mi corazón. Me quede con los ojos muy abiertos cuando me percate de que aquella no era una flecha de oro, las que se supone deben enamorarte de la otra persona. Aquella flecha era una de plata, se supone que con esas se genera rechazo y odio hacia la otra persona lo que lleva a las rupturas amorosas.

—Sam estaba muy ebria debió confundir las flechas y en lugar de enamorarte de Azul te alejo de ella —murmuró Becca pasándole la flecha a su prima que la analizó a detalle, se la veía confundida y tanto Mar como Colín se acercaron a nosotros.

—Es imposible que se hayan besado teniendo una de estas en el pecho, yo recuerdo haberlos flechado antes de que se dieran el beso. No lo entiendo —susurró la castaña entregándole la flecha a la princesa del olimpo, esta la observa y vuelve a dirigirme la mirada.

—Las flechas nunca fallan pero el consumo de alcohol altera las emociones y hace que hasta los que se odian sean amigos. No me sorprende que eso haya pasado con Azul y Anker, pero hoy no se vieron porque los estuvimos separando todo el día. Tenemos esperanzas de sacarle la flecha a Azul antes de que sea tarde —aclara Becca animando a Sam que se le iluminó la cara como si le acabaran de decir que descubrió la cura para todos los males que desató Pandora al abrir la caja que le entregaron los dioses.

—Por los dioses no la cague tan feo esta vez, al menos voy progresando y no se enamoraron de una ardilla como mi último profesor del liceo privado —bromea la castaña riendo sola, aunque calla al ver las expresiones de los demás. —¿Ustedes nunca cometieron un error? Enserio van a decirme que siempre son los hijos perfectos, que nunca se meten el problemas que hacen que sus padres se avergüencen de ustedes o que jamás desearon tener un poquito más de las habilidades de sus padres en lugar de los que les tocó —dictamina con la voz un poco rota, no se la veía a punto de llorar pero si con el rostro muy rojo y al ver que ninguno decía nada Sam salió de la casa.

—Iré con Sam a ver a Azul, merece una explicación y lo mejor es que no se vean hasta mañana —sin mediar más palabras Becca se fue detrás de la castaña dejándonos a los tres nuevamente solos y los sonidos de Mar sorbiendo por la nariz me hicieron girar a verla.

—Soy una pésima diosa de la noche, se supone que debo cuidar de Azul y de no ser porque Sam abrió la boca un desastre hubiera ocurrido —se lamenta la rubia limpiando sus lágrimas con el dorso de su campera. —No entiendo porque mi papá sigue pensando que soy buena en esto —rompe en llanto la descendiente de los mares, mi amigo la abraza intentando contenerla pero ella parece ponerse peor ante las palabras de Colín y busca mi ayuda con la mirada.

—Mar no eres una pésima en tu trabajo, lo que pasó con Azul era algo inevitable, estábamos hablando de Chase y que no pudo darle un beso y nació de Azul dárselo conmigo. Ella quiere volver al cielo con ciertas preguntas resueltas, me deje llevar supongo en realidad no quiero que nada la dañe pero tal vez yo sea el peligro más grande para ella —manifiesto cabizbajo, mi prima deja de llorar y se separa de su novio para acercarse a mi.

—Primo no me molesto que la besaras, lo que me enfureció es que lo hagas aun teniendo tus sentimientos tan confusos por Bunnie y Azul con las nuevas emociones a flor de piel pueden llegar a confundirla. Me da mucho miedo de que le rompas el corazón y que ella muera bajo mi cargo, simplemente no puedo con otra muerte en mi conciencia —argumenta ella volviendo a limpiar sus lágrimas con el dorso de su mano.

💀🔮💀
#FelizSábadoDeHechiceros

Hola, hola llamitas. Bueno un capítulo que nos deja con mas preguntas que respuestas, veremos que nos depara el siguiente.

Les dejo un meme de Sobreviviendo a la tentación.

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