A N K E R
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El desayuno se volvió un duelo de miradas entre mis padres y yo, Nina estaba demasiado concentrada con sacarle las chispas a su cupcake para prestarnos atención. Mi padre me estaba viendo desde la cabecera de la mesa con sus dedos cruzados frente a sus labios, su pose de hombre rudo siempre me ha intimidado, no es que siempre tenga esa pose, pero de las pocas veces que lo he visto es imposible que la sangre no se me congele. Frente a mi padre, del otro lado de la mesa estaba mi madre, ella casi nunca me pone castigos o me mira de mala manera por lo que su rostro serio me generaba aún más terror que ver a mi padre. Nina terminó de comer los chips de su cupcake y se fue de la mesa volviendo el ambiente aún más hostil ya sin su presencia pacificadora.
—Creímos haber dejado claro que nadie más se puede quedar en la casa sin que nosotros sepamos desde qué pasó el incidente de Bunnie —vociferó mi madre quebrando el silencio del comedor, su cuchara cayó dentro de la taza y llevó ambas manos a su rostro. No dije nada, si algo que me enseñó mi padre hace mucho tiempo es que no puedes interrumpir a mamá cuando está enojada o te irá peor. —Lo que hiciste fue imprudente, irresponsable y muy inmaduro. No eres un ente de la noche, no controlas a las estrellas o el manto nocturno, pudiste salir lastimado tu, tu hermana o esa chica. Siempre te he protegido de todo, trate de ser una buena madre dándote libertades y siempre mostrándome abierta a que me cuentes las cosas, pero tu tomaste esa confianza y la destruiste con esa mentira —sus manos dejaron ver su rostro, no estaba llorando, pero si se veía muy enfadada, decepcionada y triste.
—Lo sé, pero no podía echarla a la calle cuando en primer lugar que haya caído en la tierra es mi culpa. Me estaba lamentando una vez más porque Bunnie y Tadeus están juntos y Azul apareció gritándome un montón de verdades. Ella no cayó por casualidad en mi patio, creo que ella se cayó porque quería decirme o mejor gritarme unas cuantas cosas y es por eso que la mantuve escondida en la casa —reveló finalmente sintiendo un gran alivio en el pecho, como si kilos de rocas hubieran sido retiradas de mi espalda y mi conciencia se sintiera más limpia. Viendo a mi madre y luego a mi padre note que ellos se sorprendieron ante mi revelación, pero mantienen su pose de duros.
—Desde el primer momento en que todo esto pasó debiste decirnos, como familia tomaríamos la mejor decisión y ahora Azul no estaría en riesgo de no volver a su hogar —manifestó mi padre sin despegar la mirada de mis ojos, sé que me castigaran, pero sus palabras me hicieron sentirme menos como un inútil.
—Estás castigado por mentirnos, por poner en riesgo a tu hermana y a esa chica. No vas a poder salir en un mes, te llevaremos al liceo, no vas a poder usar tus poderes o la magia y tu vas a pintar la pared que se arruinó en tu cuarto, es hora que aprendas a valorar el trabajo duro. No porque seas un príncipe lo vas a tener todo en una bandeja de oro —expresa mi madre moviendo su silla hacia atrás generando un ruido irritante de las patas del mueble contra el suelo. —Y no más bromas o visitas a la casa de tus abuelos estás castigado jovencito, donde me enteré de que no cumples con lo que te ordenó el castigo se aumentará un mes más —señaló con su dedo en mi dirección y se fue dejándome con un nudo en la garganta que se me hizo difícil de tragar.
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Como me prometieron me trajeron al liceo, mi madre fue la encargada de traerme al establecimiento, gritando desde el auto que me deseaba un buen día y que me amaba. Humillando públicamente me puse la capucha de mi campera y me alejé del resto de personas que se estaban burlando de las palabras de mi progenitora que aun al día de hoy seguía tratándome como un bebé. Continué mi camino hasta llegar a unas bancas que estaban debajo de árboles, me dejé caer en ese lugar junto con mi mochila y mientras veía a las personas caminar vi a mi amigo Kevin llegar junto a su novia Lila. Mi amigo me saluda dejando a su novia irse con la recién llegada Bunnie en el auto de su novio Tadeus.
—Hermano espero que el castigo no haya sido tan severo —comenta mi amigo haciendo nuestro típico saludo de apreton de manos y abrazo con una palmada en la espalda. Se sentó a mi lado corriendo mi mochila para ver a Lila riéndose de algo con Bunnie, la castaña estaba risueña y me atrevería a decir que se veía mucho más feliz.
—No tienes ni idea, mis padres se tomaron muy en serio lo de castigarme creo que tienen miedo de que me vuelva igual de problemático que mi tía Melione —respondo volviendo a observar a Bunnie, estaba saludando a Mar con un fuerte abrazo, en poco tiempo vendrá Colín y ya no podré ver a la descendiente de la luna porque mi amigo me prohíbe hacerlo para que supere de una vez mi enamoramiento por ella. Pero no puedo, me es imposible no dejar de verla y no sentir que mi corazón explotara cada vez que la observo.
—No soy problemática, solo soy un fuerte atractivo para los problemas —comenta mi tía haciendo su gran entrada delante de mí y Kevin, pero no venía sola, a su lado con un vestido negro y chaqueta de jean blanca se encontraba Azul.
—Hola, muchachos —saludó la rubia con la mano, muchas personas la estaban viendo porque es la primera vez que viene al liceo y es el centro de toda la atención que encuentra a su alrededor. Como Helios, que recibe la atención de tantos planetas girando en su órbita, Azul era el sol del estacionamiento. —Los reyes del inframundo dijeron que venir al liceo con Melione me hará sentirme menos sola —agrega la estrella sonriendo y haciendo que su piel brillara un poco.
A Z U L
⭐⭐⭐
No pude dormir de noche, la casa de los reyes era muy silenciosa lo que me hizo sentir como en casa, pero la falta de mis hermanas y esa soledad fue percibida por la reina Perséfone. La matriarca de la mansión ordenó traer todo lo necesario para que inicie las clases en el liceo, asistirá como una mortal más, pero tendría ayuda de maestros particulares para entender los conceptos humanos. Melione se demostró más que feliz de tenerme como su nueva compañera, el caso es que soy un año menor que ella por lo que no podré asistir a las mismas clases que ella.
—Tranquila estarás con Calíope, ella te ayudará si se lo pides, es la chica a la que le quitaste las frituras en mi casa. La de pelo blanco, con estilo de ropas oscuras y con una mirada de que quiere asesinar a todos menos a Blake, ese chico es la única persona después de Oliver que la hace reír hasta que se cae al suelo por el dolor en su estómago. No te atrevas a preguntarle si es la novia de Blake o te cortará la garganta, son amigos y Calí aún está superando su corazón roto —comenta Melione frenando su auto en el estacionamiento del liceo, viéndose en un pequeño espejo retoca el color en sus labios.
—Entiendo, nada de preguntas sobre Blake. ¿Anker estará conmigo en las clases? —preguntó apretando mis manos contra la mochila que la reina me había entregado esta mañana antes de salir de la mansión. Necesitaba ver al príncipe para saber que estaba bien, escuche decir a los reyes que la reina Diana y el rey Apolión castigaron al príncipe y por lo poco que sé de los humanos sé que no les gustan ser castigados.
—Anker es un año mayor que tú, no irá a clases contigo Azul, por eso te dije que Calí te ayudaría. Escucha, sé que te agrada mi sobrino porque fue la primera persona que viste al caer en la tierra, pero él no está en condiciones de cuidar de alguien más se debe cuidar a sí mismo primero. Lo que está pasando Anker lo está afectando demasiado, él no podía cuidarte como necesitas es por eso que mis padres se ofrecieron a ser tus tutores temporales. Si en verdad quieres ayudar puedes ser su amiga, no le preguntes sobre Bunnie y pídele que te lleve a la cafetería de tía Emma. Él adora las salchipapas con queso de ese lugar y es lo único que siempre lo hace feliz cuando está desanimado, ese lugar aún sigue siendo un recuerdo bonito en su memoria y necesita crear nuevos con otras personas —murmura la princesa con la mirada perdida en el espejo, suelta un suspiro y vuelve a su estado normal bajando del auto de manera animada.
La seguí bajando del auto, el sol calentaba mi piel y por primera vez cerré los ojos estando tranquila. Respire hondo antes de abrir los ojos y ver que muchos humanos estaban viendo con curiosidad, murmuraban cosas y me señalaban. Melione comenzó a avanzar ignorando al resto, la imité caminando junto a ella y sonreí al ver a dónde nos dirigimos. Sentado en una banca junto a Kevin estaba Anker, los dos estaban charlando y no se dieron cuenta de que estábamos caminando hacia ellos.
—No tienes ni idea, mis padres se tomaron muy en serio lo de castigarme creo que tienen miedo de que me vuelva igual de problemático que mi tía Melione —escuchamos decir a Anker mientras observaba a un lugar distinto al de donde veníamos nosotras, viendo en esa dirección vi a Bunnie con la princesa Mar abrazadas.
—No soy problemática, solo soy un fuerte atractivo para los problemas —se defiende la princesa del inframundo con la frente en alto frenando su andar frente a los dos muchachos. Sus miradas se dirigieron a la princesa y cambiaron a mí, con un gesto en sus rostros que no terminaba de comprender.
—Hola, muchachos —levantando mi mano los saludo —Los reyes del inframundo dijeron que venir al liceo con Melione me hará sentirme menos sola —agregó sintiendo como algo cálido crecía en mi interior, sonreí porque comenzaba a identificar ese nuevo sentimiento, era lo que los humanos llamaban felicidad. Sí, era eso, felicidad por un evento tan simple como convivir con los humanos.
—Mueve tu trasero Kevin quiero sentarme —habla con un tono que llegaba a ser de enojo, pero eso no se reflejaba en el rostro de la princesa Melione, Kevin se movió un poco dejando un sitio donde la pelinegra se sentó. —¿Y ese fenómeno quien es? —interroga señalando con el mentón a un chico que estaba junto a un vehículo de dos ruedas, si mal no recuerdo mis hermanas me dijeron que cuando es muy pequeño es una bicicleta. Ese muchacho de cabello rubio como el sol brillaba bajo la luz de Helios, vestía de negro y tenía los ojos rodeados por color negro. Las personas se alejaban cuando pasaba y otras salían corriendo como si él les fuera a hacer daño, pero él tan solo los ignoraba.
—Los rumores dicen que su nombre es Zay Sallow, viene de Inglaterra con su familia y el porqué está aquí tiene dos versiones; la primera dice que él asesinó a su novia, pero el juez lo dejó libre por falta de pruebas y la segunda es que vendía drogas en el internado donde vivía y lo expulsaron —responde Kevin viendo con algo de desconfianza al muchacho que seguía su camino a la entrada del establecimiento.
—Kevin sí que eres peor que una vieja chismosa, pero creo que el primer rumor es falso, no tiene fantasmas persiguiéndolo. Humanos no, pero algo raro se trae. ¿Anker ya viste el tatuaje de su mano derecha? —señaló la princesa con su mentón y el príncipe dirigió su mirada a ese punto, era un hacha y lo que los humanos representan que es una estrella de siete puntas.
—Es un cazador —el semblante del príncipe era frío, tan serio como el del mismísimo Hades —Un cazador de estrellas —el estómago me quedo en la garganta al escuchar esas palabras. Había oído historias de cazadores de estrellas, cuando cae alguna siempre debe tener cuidado con estos cazadores, buscan arrancarnos el corazón para vendérselos a las brujas. Pensé que eran solo cuentos para asustar a las más jóvenes y ahora me encontraba a unos metros del asesino de mis hermanas.
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#FelizDomingoDeHechiceros
Hola, hola llamitas. ¿Cómo están? Yo estoy bien, bien viendo el drama que se va a armar con la llegada de un cazador de estrellas. Ya era hora de ver algo de drama me estaba asustando 🤣 ver todo tranquilo ¿y ustedes? Bueno espero saber sus teorías y que les parece todo esto.
Pd: Los cazadores de estrellas no tienen ninguna relación con los cazadores de semidioses. Esto se explica más adelante pero ya lo adelanto porque se que se van a acordar de Avril y toda su familia 🙃