Día: Domingo
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Levantó ligeramente la pequeña hoja hacia la tenue luz del sol que traspasaba la ventana de su habitación. T/N se encontraba echada sobre sus brazos, observando con detenimiento la sencilla hoja que tal vez perteneció a un tonto árbol que la dejó caer.
No era una hoja muy especial, no pertenecía a algún tipo de árbol mágico, la había encontrado enredada en el cabello de Ray, le pareció gracioso y decidió guardarla.
Cada vez que observaba la hoja sentía un sentimiento punzante en su pecho, era agradable, pero al no saber de dónde provenía, se sentía enfadada.
Se levantó de la silla, y a pesar de haber despertado hace algunos minutos, se dispuso a irse a descansar. Cuando estuvo a punto de cerrar la ventana, para evitar que el viento desordenara los papeles de su escritorio, algo golpeo con fuerza su frente.
–¡Auch! – Exclamó con dolor, dirigiendo su mirada al objeto que la golpeó – ¿Una piedra?
–¡T/N! – Llamó alguien desde afuera de su casa.
Apoyó su cuerpo sobre su ventana, observando a Ray el cual se disponía a tirar otra piedra hacia su ventana –¡¿Qué estás haciendo?! ¡Acaso quieres romper mi ventana!
–¡No estaría lanzando piedras si hubieras respondido a los mensajes de Emma!
"¿Mensajes?" T/N recordó que el día anterior estuvo toda la noche viendo una interesante novela que olvidó cargar su celular, por lo que hoy se encontraba sin batería.
–Lo lamento, pero mi celular tiene la batería muerta. –Comentó con una sonrisa evitando sentirse algo culpable por el hecho de no responder a los mensajes –¿Tenemos algún tipo de tarea?
–En realidad no, pero organizamos una reunión para avanzar la evaluación del mes.
"¿Evaluación del mes? ¡Casi lo olvido! Yuugo nos piensa explotar con más exámenes"
–Apresúrate y sal, De lo contrario llegaremos tarde.
–Lo haré, Aunque tengo una pregunta... – T/N señaló con sus manos a la derecha donde se podía observar la puerta de su casa –¿Por qué no tocaste la puerta?
–Eh... Bueno... – Ray colocó sus manos en su nuca algo nervioso – A tú madre no le agrado mucho.
–¿Enserio? ¿Qué te hace pensar eso?
Ray recordó la mirada observadora de la madre de T/N hacia él, su comentario hacia su flequillo, y su tono al hablarle. –No lo sé – Mintió evitando mirar a T/N.
T/N decidió no preguntar más, Se apartó de la ventana para cerrarla y guardó la pequeña hoja dentro de un cuaderno rojo.
Observó su cuarto, el cual se encontraba desordenado, y decidió guardar algunas cosas dentro de su ropero y sacar una ropa algo ligera para salir, después de todo no tenía una colección de ropa que deslumbrar en la calle.
Aún era de mañana, aproximadamente las 6, lo que significaba que el camión recolector no había pasado a recoger las bolsas de basura que se encontraban fuera de las casas. Además, el hecho de que la señora Marta no sacara a su perro a la calle afirmaba la hipótesis de la madre de T/N, la cual se disponía a sacar la basura de su casa.
Al llegar al tacho de afuera, arrojó la basura sin preocupación, como si tratara de encestar una pelota. –¡Lo logré! – Exclamó en voz baja, con una sonrisa al ver que esta vez la bolsa no cayó al suelo.
Antes de ingresar a su casa dirigió su mirada hacia la parte izquierda de su pequeño jardín, logrando así observar a Ray. La madre de T/N se encontraba asombrada y algo confundida, pero una sonrisa brotó de su rostro.
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T/N terminó de cambiarse y se dispuso a acomodar algunas cosas. A pesar de que había limpiado a profundidad su habitación solo hace un día, este se encontraba hecho un desastre. Su cuarto era pequeño y no tenía muchas cosas, pero por alguna razón siempre se ensuciaba. Era como si existiera un portal mágico que trasladara cosas hacia este.
Bajó las gradas sosteniendo una mochila en sus brazos – Mamá Tengo que ir a... – Observó con asombró el piso de su sala, del cual brotaba un hermoso resplandor.
–Tu mamá fue a comprar algunas cosas para cocinar. –Habló Ray deteniendo el caminar de T/N con el trapeador – No se te ocurra arruinar mi arduo trabajo. Quítate los zapatos.
–Lo lamento, no intentaba arruinar tu deslumbrante limpieza – Comentó T/N con sarcasmo, y se dispuso a quitarse sus recientes lavados zapatos, dejándolos al lado de la escalera. –Creí que esperarías a fuera de mi casa.
–Tu madre me invito a pasar.
Se apartó del lado de Ray y caminó hacia la cocina. –Te lo dije, no le desagradas, es solo que ella siempre desconfía de las personas. – T/N tomó un bolígrafo y anotó algo en un papel para después colgarlo en la puerta de la refrigeradora – ¡Listo! Ray pásame mis zapatillas y apresurémonos en llegar a la reunión...
–No puedo irme... – T/N se detuvo antes de abrir la cerradura de la puerta – ... aún no he terminado de limpiar.
–¿Piensas quedarte a limpiar?
–Solo hasta que termine de ordenar la sala.
–Bueno... – T/N tomó asiento en el pequeño sillón de color crema que se encontraba en un rincón de la sala – Supongo que, si limpias mi casa, eso me beneficia, así que Te esperaré. – Habló con una sonrisa levantando el pulgar arriba – ¡Haz tu mejor esfuerzo!
–T/N tengo algo que decirte... – Ray se aproximó hacia ella, Sus miradas se miraron fijamente, ocasionando que T/N se sintiera algo nerviosa – ... Descubrí donde ocultaste la olla de frejoles.
–¡¿Qué?!
Ray levantó hacia T/N la olla que sostenía en sus manos, la cual no tenía un buen aspecto –Nunca fuiste muy buena ocultando objetos, pero por lo visto tu madre aún no sabe que quemaste la olla. – Ray colocó la olla sobre la cabeza de T/N –¿Cómo hiciste para que ella no lo notara?
–Ayer después de recordarme que olvide apagar la olla, envié un mensaje a mi vecina, ella ingresó a mi casa y apagó la hornilla de la olla antes de que esta causara algún otro problema más grave. – T/N apartó su cabeza de la olla – Regresé a mi casa más temprano de lo normal, para poder preparar nuevamente los frejoles, y después deshacerme de la olla...
Ray apoyó sus manos a su barbilla –Así que esta limpieza es por eso.
–¿Por eso?
–El olor. – Respondió – Escondiste la olla, pero el olor permaneció, y al parecer eso alertó a tu madre a limpiar toda la casa.
T/N dirigió su mirada a Ray y levantó sus manos hacia el recipiente quemado – Ray, dame la olla. La arrojare a la basura y...
–No.
–¿Qué?
–No lo haré, se lo entregare a tu madre...
–¡¿Estás demente?! – Exclamó algo molesta ante su respuesta – ¿Por qué harías eso?
–Porque no quiero desagradarle más – Afirmó Ray.
–Entonces piensas traicionarme para agradarle a mi madre. – T/N intentó quitarle la olla, pero Ray se alejó de ella – ¡Ray entrégame la olla!
–¡No lo haré! – Ray elevó sus manos evitando que T/N llegará a la olla – ¡Tú dijiste que no vivías de mentiras!
–¡Y tú que vivías de ellas! – T/N saltó hacia Ray, el cual la esquivó tropezando con la mesa, arrojando accidentalmente hacia el piso un hermoso frasco de vidrio.
Aquel recipiente pertenecía a la madre de T/N, a la cual le agradaba mucho la elegancia que traía el rosáceo frasco a su hogar, era un regalo de mudanza por parte de sus suegros, los cuales vivían muy lejos de allí, por lo que verlo le traía recuerdos.
–¿Qué fue ese ruido? – Preguntó la madre de T/N ingresando a casa, cargando en sus brazos unas bolsas de tela. Al no escuchar una respuesta la curiosidad le invadió, apartó la mirada de los jóvenes y la dirigió hacia la mesa, donde al no encontrar el frasco, se dio cuenta rápidamente de lo sucedido.
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Una repentina notificación ocasionó un vibrante movimiento en su celular, dirigió su mirada hacia la pantalla y observó el mensaje enviado hacia ella.
–Ray y T/N tardarán en venir – Habló Emma, levantando su celular hacia Gilda y Don los cuales se encontraban sentados sobre un cojín.
Don apoyó su brazo a la pequeña mesa de madera – Hoy no parece ser un buen día para reunirnos. – Comentó algo desalentado.
–Comprendo la preocupación de Anna por su examen, yo estaría igual... – Gilda movió levemente sus pies, acomodándose sobre la almohadilla en la que se encontraba sentada – ... Pero no puedo evitar sentirme triste, esperaba poder hablar con ella de las nuevas vestimentas del catalogó de mi madre.
– Sea o no un buen día para reunirnos, estamos los tres aquí. – Emma soltó una leve sonrisa – No hay porque desanimarnos, solo tenemos que esperar, y si nadie viene pues tendremos más comida para nosotros.
–¿Emma, trajiste comida? – Preguntó Don dirigiendo su interés hacia ella.
–Claro que sí, está en mi mochila... – Emma señaló a uno de los muebles donde no había nada más que revistas.
–Se olvidó la mochila.
Emma deslizó su cabeza mirando hacia el suelo –Lo lamento.
–No te preocupes Emma, venimos a estudiar no a comer. – Comentó Gilda con una sonrisa intentando animarla.
–¿Alguien pronunció comida? – Preguntó Norman ingresando por la puerta de cristal hacia ellos, mientras sostenía unas bolsas las cuales parecían pesarle.
–¿Norman? – Don corrió hacia él, tropezando ligeramente con la mesa – ¡Eres Norman! Creí que nunca volvería a verte. – Añadió abrasándolo con fuerza, ocasionando que casi perdiera el equilibrio.
Norman parecía asombrado ante el repentino abraso de Don hacia él, Soltó una leve sonrisa y correspondió a su saludo. – Me alegra volver a verlos.
–¡Bienvenido Norman! – Saludó Emma con una sonrisa.
–Lamento el retraso, es solo que...
–No te preocupes. – Don golpeó su espalda con confianza y lo empujó hacia adelante – Vamos, toma asiento.
Norman se sentó sobre la almohadilla que se encontraba en el suelo, al lado de Emma, colocando las bolsas que cargaba sobre la mesa.
–¿Cómo has estado? – Preguntó Don tomando asiento al lado de Gilda.
–Bien. – Respondió Norman sin dudarlo – Estoy adaptándome a mi nueva clase.
Don cruzó los brazos – No pensaras en cambiarnos por otros compañeros ¿Verdad?
–No, claro que no...
Don soltó una carcajada interrumpiendo a Norman –Es broma, tú nunca pensarías en cambiarnos.
–Norman... – Gilda colocó sus manos en la mesa, y mirándolo fijamente habló – ... Se sincero, ¿Te encuentras bien? ¿Cómo te tratan los de la clase "E"?
Norman miró a Gilda a los ojos –Estoy bien. – afirmó – El trato de la clase "E" no es muy distinta al de Yuugo con nosotros.
–Me alegra saber que estas bien. – Gilda dibujo una sonrisa en su rostro.
–¿Trajiste comida? – Preguntó Don desatando el nudo de las bolsas, observando con entusiasmo lo que había dentro.
–¡Don... – Gilda apartó la bolsa de la mesa –... venimos a estudiar, comeremos después!
–¿Dónde están los demás?
–Anna está estudiando para sus exámenes. Cuando fuimos a su casa de Nat, la señora Katrina dijo que se levantó muy de temprano y se fue diciendo que tenía una importante actividad que hacer en la escuela. Ray fue a avisar a T/N de la reunión, hace no mucho envió un mensaje donde decía que se tardaran en venir.
–¿Ray llegará tarde? Eso es sorpréndete, normalmente es el que tiene que esperarnos.
–¿Por qué estarán demorando tanto...
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Era la primera vez, desde la mudanza aquel lugar, que fue hace dos meses, que la casa se encontraba impecable, cada esquina se encontraba reluciente, al igual que todos los muebles, el olor que desprendía de la casa encantaba a cualquiera que caminara cerca de ella.
–¡Listo! Ahora solo tengo que... –T/N empezó a alejarse del baño evitando ensuciar el piso que tanto le había costado limpiar – ... alejarme cuidadosamente.
Ray alejó el balde de agua que se encontraba detrás de T/N, evitando que se tropezara o lo derramara al suelo.
–Parece que te gané. – Habló T/N dirigiéndose a Ray, el cual caminaba hacia el lavadero sosteniendo en sus manos algunos trapos que se encontraban sucios de polvo – ¡Admira mi hermoso baño! Limpio, impecable y sin ninguna mancha de suciedad.
–No sabía que a las personas le enorgullecía limpiar su baño – Comentó Ray.
–¡Terminé antes que tú! – Insistió T/N.
–En realidad termine de limpiar la azotea, pero decidí limpiar los utensilios que usamos para la limpieza ¿Quieres que guarde tu escoba?
–Es enserio ¿No estas cansado de limpiar?
–No. – Afirmó Ray – Limpiar tu casa es más fácil que encargarse de limpiar el cuarto de Yuugo.
T/N soltó una sonrisa y empezó a bajar las gradas hacia la sala – Quisiera preguntar el "Por qué", pero creo que será mejor no saberlo.
–Parece que terminaron de limpiar. – Comentó la madre de T/N con una sonrisa, acomodando en la mesa unas tasas de té – ¿Quieren tomar un vaso de té?
–No, no queremos molestarla. – Hablaron en unisonó los dos – Continuaremos limpiando el jardín y después relimpiaremos el...
–¡De ninguna manera! Dejen de actuar de esa manera, que me asustan. – La madre de T/N se aproximó hacia ellos y tomó el brazo de Ray y T/N y los arrastró hacia la mesa – ¿Por qué parecen asustados? Desde que llegué a la casa, no paran de disculparse y querer limpiar todo lo que ven.
–¿No estas enojadas? – Pregunto T/N tomando asiento.
–¿Enojada por qué?
–Rompí su jarrón. – Confesó Ray apartando su mirada de ella – Lo lamento, debió ser muy importante para usted...
–Si, era un jarrón hermoso, pero está roto, algo roto no se puede reparar y no importa cuánto nos lamentemos, nada cambiará. T/N me ha roto miles de cosas desde que es pequeña, estoy acostumbrada a estas cosas.
–¿Entonces no está molesta?
–Estoy algo enojada con T/N, descubrí esto encima del sillón... – Dijo levantando la olla quemada – ... Con esta olla, sería la tercera vez que me quemas un utensilio que te advertí que tuvieras cuidado.
–Lo lamento.
–¿Qué haré contigo? – Pensó apoyando su mano sobre su cabeza preocupada – ¿Qué hubiera pasado si causabas algún accidente?
–No lo volveré hacer, confía en mí, seré más responsable.
–T/N la confianza se gana, Es por eso que, por este mes, te prohíbo acercarte a la cocina.
"Creí que Yuugo era el único que daba ese tipo de castigos" pensó Ray tomando tranquilamente su vaso de té.
T/N solo guardo silenció y solo aceptó lo dicho por su madre.
–Lo olvidé. – La madre de T/N dirigió su mirada a Ray. – Ray, te deje a pasar a mi casa, pero no te pregunte el porqué de tu visita.
–Mis compañeros y yo invitamos a T/N a una reunión para poder avanzar sobre la próxima evaluación que tendremos el mes de abril.
–¿Entonces que hacen aquí? – La madre de T/N se levantó de su asiento – ¿A qué hora era su reunión?
–Seis y treinta. – Respondió Ray colocando el vaso en la mesa.
–¡Ya van a hacer las 7! – Rápidamente arrastró otra vez a Ray y T/N hacia fuera de su casa – Tienen que apresurarse. Ray cuida a T/N y asegúrate que aprenda. Muchas gracias por limpiar mi casa, puedes volver a visitarnos cuando quieras, eres bienvenido.
–Gracias. – Habló Ray inclinándose hacia la madre de T/N.
La madre de T/N soltó una sonrisa al ver la actitud de Ray hacia ella, lo cual le pareció muy acto muy atento por su parte – ¿Cómo es que un muchacho como tú puedes ser amigo de mi hija?
Lo dicho por la madre de T/N causo un asombro en Ray. Había escuchado aquellas palabras ya alguna vez... "Eres un niño muy dulce Ray ¿Cómo es que eres el amigo de mi hija?"
–La cuidaré. – Aseguró retirándose con una leve sonrisa.
Mientras se alejaba de aquel lugar, aquellas preguntas que decidió ignorar volvían a su mente. Dirigió su mirada a T/N y sin dudarlo preguntó –¿Esto te recuerda a algo?
–¿Recordarme a qué?
–Algo que olvidaste... – Añadió Ray apartando su mirada de ella – ... Algo que tal vez no era muy importante.
–Me recuerda a la primera vez que limpié mi casa juntamente con mi familia. – Respondió T/N soltando una sonrisa – Nos demoramos aproximadamente 5 horas...
–¡Alto allí! – Exclamó una pequeña niña, de aproximadamente 12 años, con una hermosa coleta de colores.
–¿Xiomara?
–¿Es tu pololo? – Preguntó la niña observando a Ray con asombró – T/N no sabía que te interesan los chicos raros...
–No, Él es un amigo, su nombre es Ray.
–¿Ray? ¡Que nombre más bakan! – Habló Xiomara con una sonrisa. – Un gusto Ray, mi nombre es Xiomara, soy la vecina de T/N.
–¿Tu eres la vecina que apagó la olla de su casa?
–Por supuesto. Vivo a una ventana de su hogar, fue muy fácil ingresar a su casa. Que decir de mí, soy un antisistema...
–Es muy hablanchina – Comentó T/N.
–... Aún recuerdo cuando mi ama me cerró la puerta y me dijo, "No ingresaras a la casa" y yo como, "ahuevo entro por la ventana entonces". – Xiomara detuvo su hablar por un minuto esperando algún comentario por parte de Ray.
–Xiomara, que te parece si hablamos después. – T/N acarició la coleta de la pequeña niña – Ahora mismo tengo que ir a una reunión...
–¡Llévame! – Interrumpió Xiomara antes de que T/N terminara de hablar – Estoy puro dando la hora...
–Es una reunión para estudiar, no es divertida...
–Estar encerrada en mi casa es fome, además mi ama está con el ojo al charqui por papá... –Xiomara bajo su voz –... los pacos se lo llevaron.
–¿Fueron por los gritos de ayer? – Preguntó T/N algo preocupada.
Xiomara afirmó con un movimiento en su cabeza – Si, ¿Los escuchaste?
–No, Mi mamá me lo comentó hoy al despertar, ¿Te encuentras bien?
–Me quede dormida por lo que no escuche su parloteo, así que me encuentro bien.
–Aun así... ¿Tú mamá no se enojará si te llevo sin permiso?
–Estamos yendo a estudiar, no me estas raptando. – Explicó Xiomara colocándose al lado de T/N – ¡Vámonos altiro!
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–Sigo sin comprender... – Don apoyó sus manos en la mesa mientras observaba el problema de la hoja –¿Cómo encontraste esa respuesta?
–Solo leí el problema. – Respondió Emma señalando su examen –Debes colocar los datos en una hoja aparte, escribir lo que comprendes en otra, y así puedes tener en cuenta todos los datos que reuniste y al leerlo lo comprenderás.
–Es demasiado texto. – Don golpeó su cabeza a la mesa – Norman ¿No existe alguna aplicación que resuma los textos? Esas donde tomas foto y por obra de magia lo resumen. Me ayudaría mucho en los exámenes... – Nuevamente la cabeza de Don golpeó la mesa – ¡Maldición! Olvidé por un momento que Yuugo prohíbe los celulares en los exámenes.
–¿Cómo pudiste olvidar algo tan importante? – Preguntó Gilda con una sonrisa muy dulce, mientras se disponía a borrar la aplicación de su celular con rapidez.
–¡Mi mente está a punto de explotar!
–¡Ray! ¡T/N! – Exclamó Emma levantándose dé su asiento con una sonrisa en su rostro – ¡Bienvenidos!
–Hasta que al fin llegaron, ya se tardaban mucho...
–¿Ya podemos comer?
Gilda golpeó la cabeza de Don. Se levantó hacia ellos, observando a la pequeña de Xiomara que parecía estar muy emocionada –¿Quién es ella...
–Mi nombre es Xiomara, soy la vecina de T/N y vine a aprender con ustedes. Espero que no les moleste mi presencia, puedo quedarme callada si es que me lo piden.
–Hola Xiomara, me presento, mi nombre es Gilda. – Habló con una gentil sonrisa – Esta es mi casa...
–¿Vives sola? – Preguntó Xiomara ingresando a la casa de Gilda – Ya tengo una nueva meta, "viviré sola cuando cumple 13 años".
–Tengo 16 años, y No, No vivo sola. – Aclaró rápidamente Gilda – Mi mamá vive junto a mí, y a mi hermano mayor. Mi padre él ... bueno él fue por el pan y no volvió – Gilda dirigió su mirada a Don y los demás – ¿Lo explique de la mejor manera?
–¿O sea que no hay pan?
–¡Tenemos comida! – Añadió Don señalando las bolsas blancas que se ocultaban en un muble.
–¡Entonces, a estudiar se ha dicho! – Gritó Xiomara tomando asiento al lado de Emma.
La presencia de Xiomara no incomodaba a ninguno de ellos. Explicarle a Xiomara era como explicarle a un compañero más, no era nada fácil, pero al ser una niña lo comprendían mejor. Él más apegado a Xiomara parecía ser Don, que le encantaba su forma de expresarse.
–¿Tienes amigos Xiomara?
–Nop. Esta peluo tener amigos en el vecindario, casi no hay niños y los pocos que hay parecen ignorarme.
–Yo tampoco era bueno haciendo amigos. – Comento Don – Algunos me tenían miedo, decían que era rudo y que podía lastimarlos, tal vez era cierto.
–¿Jugamos a fuercita? – Preguntó Xiomara colocando su mano sobre la mesa con fuerza.
–¡Puedo ganarte con un solo dedo!
–¡Órale!
Don colocó sus manos en la mesa y aproximó sus manos a Xiomara, la cual presiono fuertemente sus brazos a la mesilla y intento derrumbar a Don, pero este ni siquiera sentía cosquilleos.
–Don... – Gilda se aproximó él, colocando sus manos sobre su brazo – ¿Ya resolviste la pregunta 4?
La pregunta de Gilda causó que Don perdiera la concentración. Xiomara tomó la delantera, golpeando su mano a la mesa – ¡Vencí! – Exclamó con emoción – ¡Ahora podre vencer a John Cena!
–¿Creí que de pequeña yo era la única con esas ideas? – Agregó Emma al escuchar lo dicho por Xiomara.
–¡Emma, pensabas pelear con John Cena!
–No. No con John Cena... –Emma dibujo una sonrisa en su rostro – ... Era con Dwayne Johnson.
–¿Por qué pensabas que podías vencer a la "roca"?
–En primaria era cinturón negro en karate. – Comentó Emma anotando la respuesta de las preguntas en sus manos, pero al ver que Ray se dio cuenta de ello, decidió borrarlas y memorizárselas.
–¿Entonces, tu apodo de "Peligro Naranja" no era inventado?
–Fue el primer apodo que recibí cuando estudiante. Mi profesor decía que era muy fuerte para ser una niña, que algún día lograría pelear con el enemigo más fuerte de todos, "La soledad", y que vencería como siempre.
–Ese fue un mensaje muy lindo por su parte, Aunque no comprendo ... – Gilda colocó los cuadernos al lado de Ray –... "La soledad como un enemigo" Eso no es racional. La soledad es el estado de una persona, cada uno lo decide ¿Cierto?
–Tal vez... – Respondió Emma – ... pero para mí profesor la soledad era un enemigo de la vida. Algo que ser humano debe afrontar.
–No afrontas a tus emociones, ¿Porque deberías afrontar a la soledad? Estar solo no es malo. – Comentó Ray sin apartar la mirada de libro que leía con interés.
–¿Y bueno quien tiene hambre? – Preguntó Don interrumpiendo el incomodo silencio – ¡Tenemos un menú completo! Agradezcamos al grande Norman.
La comida traída por Norman sobraba para más de 5 personas, de no ser por el hambre que rodeaba a todos los presentes.
–Chicos, ¿Por qué actúan como si no hubieran tomado desayuno?
El primer mordisco al pedazo de pollo fue ocasionado por Xiomara que parecía un perro protegiendo su comida. Ante ese acto Don separó unas algunas presas en sus manos. Ray parecía interesarle la comida. Emma colocó en su boca un par de bocadillos dulces que se encontraban en la pequeña bandeja amarilla, y compartió algunos con T/N, la cual intentaba luchar por alcanzar un pedazo de carne.
Se había armado toda una guerra de comida, donde el que metiera más cosas en su boca ganaba.
"¿Quién ganara?" Fue la pregunta formulada por Norman, mientras miraba con una gentil sonrisa a cada uno de ellos.
–¿Norman, no piensas comer? – Preguntó T/N sujetando unas bolitas de carne en su boca, como si tratara de un hámster.
–Prefiero verlos comer. Me encuentro llenó...
–¿Llenó, pero que has comido? Te has inflado de aire nada más... – Don colocó un plato al lado de Norman – A comer, que el viento te puede llevar ¡Ray, tú también ven a comer!
–Supongo que no puedo huir de ustedes. –Comentó Ray sentándose al lado de T/N, la cual escondió rápidamente sus bolitas de carne en su boca.
–Ya no hay... bolitas... de carne...
Ray soltó una sonrisa algo burlona hacia T/N –No las quería.
–¡Yo si las quería! – Exclamó Don sacudiendo el plato vacío esperando que se llenaran mágicamente –Bolitas de carne, nunca me olvidaré de ustedes.
–Lo lamento... – Habló T/N bajando su cabeza, mientras se apresuraba a disgustar las bolitas de carne.
Gilda agitó sus manos, esperando que el viento soplara hacía su boca –Esto esta picante. – Dijo antes de soltar el plato de fideos rojos y correr a tomar rápidamente un vaso de agua.
–¿T/N quieres fideos? – Preguntó Ray acercando una cuchara de fideos rojos hacia la boca de T/N.
"¿Por qué repentinamente cambio de actitud hacia mí?"
–¡Ray, deja de estar jugando con la comida, y cómetela! – Ordenó Don, metiéndole la cuchara de fideos a su boca.
El joven Don nunca se había revelado hacia la actitud o acciones de Ray. Su idea de igualarlo fue alguna vez grande, pero en aquel momento solo quería deshacerse de la furia e impotencia que sentía de no a ver probado las bolitas de carne, lo cual hacia al ocasionar que alguien obedeciera sus órdenes por medio de la fuerza.
–¡Está lloviendo! – Exclamó Xiomara con una sonrisa apegando sus cálidas mejillas a las ventanas, observando el caer de las gotas.
–¡No! Eso significa que llegaré a casa empapado. – Comentó Don levantándose del cojín. –Y pensar que creí que hoy podía mejorar...
–¡Pero, hoy es el mejor día de la semana! – Xiomara movió levemente las gotas que abundaban en la ventana, esperando aclarar la vista hacia afuera – Está lloviendo y es de día, significa que dentro de poco podremos ver un arco iris.
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Apoyó inconscientemente su cabeza hacia la silla de madera en la cual se encontraba sentado. Su pesado cuerpo empezó a decaer, lo cual ocasionó que inesperadamente despertara.
Al dirigir su mirada a la camilla, la observó despierta, ella se encontraba sentada, con la mirada hacia la ventana de la cual provenía una gélida corriente de viento. Se levantó y se dirigió a cerrar la ventana, cubriendo los alrededores con las cortinas.
–Se supone que es verano, pero hace más frio que en invierno. – Comentó Oliver forzando una sonrisa mirando el empalidecido rostro de la mujer.
Oliver tomó asiento a un lado de la señora Jude, y dirigió su mirada a la pequeña linterna naranja que se encontraba sobre la mesilla del lado, en la cual también abundaban medicamentos.
La linterna fue un regalo de él a su madre, cuando era pequeño. Lo encontró tras unos muebles mientras arreglaba las cosas para la mudanza y decidió llevarlo al hospital.
Oliver observó las manos de su madre, las cuales se encontraban cubiertas de vendas, y ligadas a una máquina que verificaba sus latidos, Eso a ella parecía no importarle.
–Lo lamento... – Habló Oliver intentando levantar su mirada hacia ella, sus labios temblaban. –Mamá...
–Tu cabello es de color blanco... – Interrumpió la señora Jude con una quebradiza voz, mientras acariciaba el cándido y blanco cabello de Oliver – ... Son iguales a los míos.
Apretó con la poca fuerza que tenía, la mejilla de su hijo, observando con ímpetu sus ojos. Lo miraba inconmoviblemente e impedía que él apartara su mirada de ella.
–¿Por qué? – Preguntó alejando sus manos de él – Tu cabello, tus ojos... – Sus manos temblaban – ... ¿Por qué son iguales a los míos?
Era otra pregunta delirante. Los doctores hablaron de esta situación, su madre despertaría, pero el efecto de las drogas que consumió y la pérdida de sangre harían que delirara cosas sin sentido.
–¡¿Por qué eres igual a mí?! –Insistió una respuesta inmediata, mientras se levantaba de la camilla con exasperación, tropezando ligeramente con la mesa.
–Debes descansar... – Oliver intentó aproximarse hacia ella, intentando calmarla – Aun no puedes levantarte, necesitas reposar...
–¿Qué hice? ¿Por qué lo hice? – La mujer seguía repitiéndose preguntas mientras se movía de un lugar a otro – ¡Oh, mi madre debe estar feliz! Siempre dijo que era inservible e inútil... Hice lo mismo con él, ¿Qué esperaba? La vida te entrega lo que das, y yo...
Dirigió su mirada a Oliver, el cual, a los ojos de su madre, solo era un niño de ojos rojos, y cabello blanco que temblaba intentando tranquilizarla.
Oliver tomó con delicadeza sus manos y se aferró a ella, abrasándola. –Está bien. – Dijo antes de inyectarle un tranquilizante, y dejarla inconsciente. La levantó en sus brazos y la llevó hacia la camilla.
En la habitación ingresó una enfermera la cual fue alarmada por los ruidos –¡Oh, por dios! – Exclamó observando el estado de la señora Jude. –Joven, por favor le pido que se retire. No se preocupe, trataremos a su madre, tenga por seguro que ella mejorara.
Oliver se alejó de su madre sin decir alguna palabra. Antes de salir del cuarto observó la lampara naranja, la cual se encontraba en el suelo, rota. Cuando su madre se levantó, accidentalmente tropezó con ella y la dejo caer. La levantó del suelo, y solo la tiro al tacho de basura que se encontraba cerca de la puerta, era tonto aferrarse a algo que no se puede reparar.
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Nota de la escritora:
Nombren un personaje de anime que todos odien,
pero ustedes amen.
➳ Créditos de las imágenes:
♡ @yala1453
♥ Chale de los demás no se (͡° ͜ʖ ͡°)
El que sepa, por favor comente.
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NANANANANANANA
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