— No creo que tarde mucho en casa de mi padre pero aún así, llámame si necesitas algo.
— Está bien, y tú ten cuidado. — le regalé una pequeña sonrisa acompañada de un corto beso antes de abrir la puerta del coche —.
— Sii, puedes estar tranquila conejita.
Sin más, me bajé del coche y cerré la puerta de éste para más tarde dirigirme a la puerta de la casa de mi amiga mientras el coche de Wonho se alejaba. Después de tocar el timbre, esperé unos segundos hasta que la puerta se abrió dejando ver la cara de sorpresa y confusión de mi amiga.
— AAAAAA, ¿Como es que estás aquí? ¿Por qué no me has avisado? — dijo mientras me abrazaba —.
— Sorpresaa —es lo único que pude decir antes de que mis pulmones se comprimieran más de lo que estaban por el fuerte estrujón que me dio mi amiga—.
— Pasa pasa, tengo que contarte cosas al igual que tú también tendrás que contarme las tuya.
-Sin más, ambas nos dirigimos al salón donde me senté en aquel cómodo sofá y esperaba a que Irene apareciera con dos cafés.
—Bueno y ¿que es lo que me tienes que contar? —pregunté—.
— Haber, como te lo explico... Jackson y yo lo hemos dejado. —Soltó con la mirada algo perdida y un tono de voz un tanto apagado—.
— ¿Enserio? ¿Y por qué? —dije lo más tranquila posible intentando disimular mi verdadero estado de shock ya que para nada me esperaba esa noticia—.
— Si, es enserio... En resumen, a llegó un momento en nuestra relación en la que sólo nos basábamos en discutir, así que llegamos a la conclusión que era mejor terminar con eso antes de que fuera a peor...
— ¿Pero os seguís hablando o no tenéis nada de contacto? y.... ¿Y cuando pasó todo esto. —Mi curiosidad aumentaba y con esta las preguntas que le hacía a mí amiga—.
— Si, seguimos hablando, hemos quedado como buenos amigos porque en verdad nos seguimos queriendo pero lo nuestro no funcionaba y... Pasó poco después de que tú te fueras a la universidad.
—Vaya... Al menos me alegro de que seguís teniendo contacto y no hubierais terminado mal —Dije intentando sonar lo más positiva posible—.
— Si... —dijo un poco cabizbaja— pero bueno no pasa nada, el mundo no termina así que... Cuéntame cosas, ¿Has conocido gente nueva? Oh nonono ¿Has conocido a algún chico? —añadió esto último con una cara un tanto pícara—.
—Jeje, sobre eso... —Dije no muy decidida porque sabía a la perfección que si le digo lo de Hoseok, me matará—.
—¿Jeje? ¿Que tienes que contarme? —dijo enarcando una ceja—.
—Es que es una historia larga sabes y no quiero aburrirte —solté intentando cambiar de tema—.
—No pasa nada, si para eso estoy, para escucharte, venga venga, cuéntalo todo.
—Está bien, pero promete no gritar.
—Que exagerada eres, no creo que tenga motivos para grit.
—E vuelto con Won.
—¡¿QUE HAS HECHO QUE?!
—Si, tiene una explicación, espera.
—No hay ninguna explicación, ese tío te hizo mucho daño ¿y tú vas y vuelves con él?
—Espera coño, que de verdad tiene una explicación, escúchame joder.
—hubo un silencio en la sala y en aquel silencio se encontraba mi amiga de brazos cruzados mirándome como si hubiera visto un fantasma o peor aún... A Hoseok—.
—Se plantó en el departamento una noche lluviosa a pedirme perdón, yo lo intenté rechazar y le pedí que me dejara en paz y que no volviera a molestarme..
—Te lo empotraste ¿cierto?
—Joder espérate, por partes... Él me pidió perdón por todo lo que hizo y dijo que fue allí solo a buscarme, que no me pudo olvidar y que estaba realmente enamorado.
—Típicas frases de tío hetero básico.
— —la miré algo irritada ya que no me dejaba explicarme, tome aire e intenté seguir contando—. Después de yo seguir rechazándolo me hizo una propuesta de acostarnos ya que según el necesitaba de mí, y para que mentirte Irene, por mucho daño que me hizo yo también lo necesitaba... Y bueno, pasó lo que pasó pero... No fue simple sexo, yo sentí que de verdad me amaba, esa noche no me tocó con intención de simple posesividad.
—Sé lo que es... Hicisteis el amor. —añadió con una sonrisa—.
—Si, eso fue. Después de eso pues estamos juntos... Bueno no lo estamos, lo estoy haciendo rabiar un poco por imbécil.
—Haces bien, deja que se arrastre un tiempo más...
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De vuelta en el departamento
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—¿Me vas a contar de una vez que te a dicho tu padre? Porque no me has pensado decir nada en todo el camino aquí, sin embargo yo te e contado lo que e estado haciendo.
—Está bien está bien... Se lo a tomado bastante mal, para qué mentirnos, pero después de estar hablando con él, a llegado a la conclusión de que si soy feliz así pues no pasa nada peero...
—¿Pero? —dije intrigada—.
—Pero estoy fuera de la herencia —dijo con una amplía sonrisa—.
—¿Y por qué te alegras?
—Porque todo eso me da igual, ¿Sabes lo feliz que soy al pensar que voy a poder estar contigo tranquilamente? Además soy uno de los dueños de la empresa de mi padre así que no me voy a quedar pobre.
—Aaw eres tan mono pequeño gran oso —me acerqué a él para depositar un pequeño beso sobre sus labios—. ¿Vemos una peli y comemos palomitas?
—¿Tienes hambre después de la super cena que hemos hecho?
—Y que hago, pasar todo el día en casa de Irene me a dado hambre.
—Bueno yo no voy a comer palomitas, si quieres hazlas para tí.
—A pues entonces no, porque un paquete yo sola no me como.
—Ui, ¿no te comes un paquete tú sola? —dijo con una cara bastante pervertida—
—Hoseok, eres un guarro enserio.
—Habló la reina.
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Hoseok
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Nos encontrábamos en el sofá _____ y yo viendo una película de Disney, Luka, yo me estaba empezando a aburrir pero _____ estaba bastante entretenida viéndola. Aproveché que estaba posicionada a mi lado con su cabeza en mi hombro para deslizar uno de mis brazos por detrás de su espalda hasta llegar a su cintura.
Obviamente mis intenciones era llegar a lo que sé que todas estáis pensando, porque realmente necesito sentirla día sí y día también, y para que mentirnos, me vuelve loco y que mejor manera de expresar lo que siento por ella que haciéndole disfrutar...
Así que metí mi mano por debajo de la sudadera que llevaba puesta para empezar a tocar sus muslos, que bendita sea la idea de no ponerse nada abajo aparte de sus bragas.
Tal y como empecé a tocar sus piernas y apretarlas pude escuchar un leve suspiro proveniente de su boca.
—¿Ni ver una película tranquila me vas a dejar? —dijo después de haberse acercado a escasos centímetros de mi cara—
Yo solo me quedé callado apreciando sus labios que tanto me llamaban la atención.
—¿No vas a responder? —dijo sin apartarse—
—Es que necesito volver a hacerte mía —susurré sin apartar mi mirada de sus labios—.