Pov t/n:
Cuando abrí mis ojos me di cuenta que seguía todavía en la cama con Harry, desperté acostada en su pecho, revise debajo de las sábanas, ambos seguíamos desnudos y me levante de golpe a buscar ropa pero al poner los pies en el suelo mi entrepierna ardió, haber tenido sexo dos veces en una noche al parecer te pasa factura.
Solté un pequeño quejido y volví a sentarme en la cama.
Harry estrujó sus ojos y se colocó sus lentes.
-¿Problemas para levantarte?- su voz era ronca y mañanera. Apoyó su dorso al espaldar de la cama mientras me miraba con cierta burla en sus ojos.
Bufé y al empezar a escuchar puertas abrirse recordé que nadie debía darse cuenta de que dormí con Harry.
-Levántate cuatro ojos y vístete- me volví a levantar y el dolor seguía ahí pero lo ignoré tratando de disimular lo más posible, le lance sus pantalones en la cara a Potter y cuando fui a recoger mi vestido noté que seguía húmedo.
-Ponte mi camiseta- el azabache me lanzó la camisa que llevaba puesta anoche y me la puse, me cubría a la mitad de los muslos así que estaba bien.
-Escúchame bien- capte la atención de Harry -todos están empezando a salir, por lo tanto, tienes que ir al baño del segundo piso, yo iré corriendo al de planta baja para que no sospechen que dormimos juntos.
Él obedeció y salió como un fugitivo escapando de la cárcel. Luego de arreglar la habitación después del desastre que hicimos en ella me fui corriendo al primer piso y entré al baño, me duché y salí.
-Buenos días t/n- hablo Ginny, sus ojos azules analizaron mi vestimenta -¿esa camiseta no es de Harry?
Me la había puesto otra vez ya que no había llevado ropa para cambiarme -Esto- me señale -Oh si, lo qué pasó es que me bañe, no traje ropa para cambiarme y vi esta camisa aquí, ni siquiera sabía que era de él- mentí.
-Ah, está bien ¿sabes dónde está el?
Cuando abrí mi boca para responder llego Potter y alterno su vista entre ambas, llevaba un calentador gris junto a sus típicas camisetas unicolor.
-Hola Harry- la voz de la pelirroja desprendía alegría.
-Hola Ginny- respondió en seco.
El azabache se acercó a paso acelerado hacia mi esperaba que no dijera o hiciera algo que me pusiera en problemas con la Weasley.
Llego a mi me abrazo de frente pasando sus brazos por mis hombros empujándome más hacia el, puse mi cabeza es su pecho entrelazando mis brazos en su cintura y con el rabillo de mis ojos vi a la pelirroja mirándonos fijamente.
Cuando intente separarlo de mi el tomo mi cara entre sus manos y plantó un suave beso en mi frente.
-Te quiero.- dijo en un susurro contra mi piel y se fue.
Ginny se fue y me miro con decepción, no hice ni el mínimo esfuerzo en seguirla, al fin y al cabo no tenía porque darle explicaciones de nada.
El día transcurrió aburrido, Ginevra sin hablarme y pasando tiempo con Hermione, los chicos hablando de quidditch y los señores Weasley hablando de cualquier cosa. Me dediqué a escribir en mi diario como siempre y a leer uno que otro libro hasta que llegó la noche.
Todos nos habíamos vestido para la cena de navidad de esta noche, estaba abajo con la castaña y Ron hablando sobre porque Lavender y él daban diabetes mientras Potter estaba en una reunión con Lupin, Tonks y el señor Weasley. Cuando ellos salieron vi entrar a Ginny con una bandeja de galletas.
-Disculpen chicos... debo ver algo- me levante y me fui a espiarlos, no porque desconfiara del azabache, solo lo hice para ver qué pretendía hacer la pelirroja.
La imagen ante mis ojos era incomoda, vi que ella le estaba dando de comer a Harry en la boca y él le recibía tensó, los celos son algo con lo que siempre he lidiado, algunas veces no de las mejores maneras y en este caso no podía permitir que ella siguiera alimentando a mi novio... que no es mi novio pero algún día lo será... otra vez.
-Ron- lo llame -creo que Harry y Ginny quieren galletas.- mentí a mi conveniencia y junto como lo deseé Ron fue a interrumpir a esos dos.
-Los celos te carcomen ¿no es así?- exclamo divertida Her a mi lado mirando a escondidas al trío de incómodos.
-Tú no tienes derecho a juzgarme, también eres celosa con Ron y Lavender.
-Y no te estoy juzgando, Ginny a pesar de haber tenido a otros chicos sigue siendo un poco mala para coquetear con Harry.
-Es porque ella lo quiere.
-Tu también.
-Y mucho.
-Y él también te quiere a ti.
-Lo sé.
Después de eso nos llamaron a todos a cenar, durante eso estuvimos todos hablando alegres como si fuéramos una sola familia.
Al terminar todos fuimos a abrir nuestros regalos y Molly me había regalado un lindo suéter tejido el cual no dude en ponerme apenas lo vi, era cálido.
Estaba sola frente al árbol de navidad de la casa, viendo sus luces y bambalinas cuando llegó Harry con sus manos escondidas en su espalda.
-Hola bonita.
-Hola cuatro ojos.
Extendió una cajita hacia mi -Es para ti- dude en tomarla pero lo hice.
Mi rostro reflejó una sorpresa genuina al abrir la cajita, tenía un brazalete con un ciervo el cual tenía tallado en la parte de atrás un mensaje con letras pequeñas "La façon dont je t'aime me fait peur, c'est comme s'il n'y avait rien avant toi et ni après toi."
Que se traduciría al español como: "Me asusta la manera en la que te quiero, es como si antes de ti no hubiera nada y despues de ti tampoco."
-Marcela Novoa- manifesté al leer la frase, ver el hermoso detalle del azabache mi corazón se estremeció de ternura, mis ojos se aguaron levemente.
-¿Hay alguna escritora que no conozcas? No se vale que no pueda plagiar ningún poema como mío para ti.
-Te daré el crédito por haberlo traducido al francés, le da un toque más romántico.
-Todo en francés es más romántico.
Él saco el brazalete de la caja y me lo coloco alrededor de mi muñeca, era de un color plateado.
-Es hermoso Harry.- salte a abrazarlo y cuando lo solté tome su cara entre mis manos -Eres- beso -jodidamente- beso -tierno- beso, beso y beso. Con mis pies en puntillas planté mis labios por todos los lados de su cara.
Lo solté y pude contemplar el sonrojo de sus mejillas.
-Feliz navidad t/n.
-Feliz navidad Harry.- lo tome de la nuca y lo jale hacia mi plantándole un dulce beso y el me lo siguió.
Escuche a alguien aclararse bruscamente la garganta detrás de nosotros, cuando volteé mi vista me encontré con la pelirroja enamorada de Harry mirándonos cabizbaja y triste.
-Lo siento mucho Ginny- dije yo, no tenía sentido mentirle o empezar a darle explicaciones buscando su perdón.
Ella se dio la vuelta y se fue, dejándonos solos nuevamente.
~.~
La tranquilidad de mi noche con Harry fue interrumpida por una luz amarilla que vimos desde el sofá por la ventana. Fuimos corriendo a ver y notamos que un círculo de fuego alrededor de la casa de los Weasley y sin pensarlo Potter salió corriendo.
Me apresuré a ir tras él y al ver que cruzo la puerta no pude evitar gritarle.
-¡Harry no!- corrí detrás de él sin pensarlo con mi varita en mano.
Las siembras dificultaban la vista y a pesar de que que yo estuviera siguiendo a Harry no lo había encontrado, al contrario, estaba sola entre esos matorrales con el silencio que llegaba a aturdirme.
Sentí movimiento detrás de mí y me volteé, no veía nada, los minutos pasaban lento volviéndome más paranoica cada segundo. Mi respiración era agitada y el miedo corría por mis venas como un detonante para mis sentidos.
Finalmente vi salir desde los matorrales a Rodolphus Lestrange, Blaise me había hablado de él y las cosas horribles que había hecho, mi pánico incremento y lo único qué pasó por mi mente fue "Harry ven a mi, por favor".
-Mira nada más lo que me encontré- su voz era áspera y turbia -la preciada nieta de Albus Dumbledore.
Apreté con mi puño mi varita a un costado.
Se acercó más a mi y con la punta de su varita acarició mi cabello, no retrocedí para no demostrarle miedo y hacerlo sentir superior, me mantuve firme sin decir nada.
-¿Que ocurre pequeña?- lo miraba fijamente con desprecio -¿Te comió la lengua el gato?
Él tenía su vista fija en mi así que aproveche eso para levantar mi varita sin que él lo notara y en un murmuró casi insonoro recité "Everte Statum" el hombre salió volando fuera de mi y sin pensarlo dos veces salí corriendo, me estaba alejando bastante pero de repente sentí un hechizo contra mi espalda, mi vista se nubló y me detuve en seco, mis piernas flaquearon haciéndome estamparme contra el suelo y perder la conciencia.