Cuando los hermanos Malfoy cumplieron once años les llegó la carta a Hogwarts, Draco estaba muy emocionado de ir y quedar en Slytherin, Malec por otra parte sentía que eso ya lo había vivido por lo que no le causó tanta emoción.
Sus padres los llevaron a comprar los mejores útiles, Draco iba de la mano de Malec mientras veían las tiendas, compraron todo lo que decía en su lista y algunas cosas para ellos mismos.
Severus no podía creer el parentesco que tenía la hija de Lucius con Malec, se decidió por protegerla a toda costa como tuvo que haberlo hecho con su Malec.
Malec se llevaba muy bien con Severus, ella lo quería mucho igual que él a ella.
Al entrar a Hogwarts, Malec conoció a una chica con cabello esponjado y amable pero muy sabelotodo.
Se hizo amiga de Hermione Granger, no le importó que fuera una sangre sucia, pero a su hermano no le agradaría nada.
Malec estaba a lado de su hermano cuando él intentó hacer amistad con Harry Potter, también vió como fue rechazado por su actitud.
Todo iba normal, ellos quedaron en Slytherin como era de esperarse.
En su primera clase de pociones ella se sentó a lado de Harry, él al principio no le caía muy bien al ser una Malfoy pero mientras hablaban se dió cuenta de que ella no era igual.
Harry se encontraba anotando todo lo que decía el profesor Snape al igual que Malec hasta que lo escucharon cerca de ellos.
- Harry Potter, nuestra nueva celebridad, dígame cuál es la diferencia de acónito y Lupario.- Le pregunto serio, Malec sabía la respuesta, lo había leído y por lo visto Hermione también, sabía que Harry no lo sabía entonces rápidamente escribió en un papel la respuesta y se lo paso por debajo de la mesa esperando que el profesor no se hubiera dado cuenta.
Harry disimuladamente bajo la cabeza y leyó la respuesta.- No hay diferencia, son lo mismo.- Dijo nervioso.
Snape se alejó y se dió la vuelta.- La respuesta es correcta. Cinco puntos menos para Gryffindor.- Ni Malec ni Harry entendían porque le había bajado puntos.- Señorita Malfoy, ni crea que no me di cuenta de que le paso la respuesta a su compañero Potter, debe estar la tanto de que no permito eso en mi clase.- La volteó a ver.- ¿Esta claro?.- Dijo alzando la voz.
-S-Si, lo s-siento porfesor.- La vergüenza que sentía ella era profunda, pero no sé arrepentía de haberlo ayudado.
Aunque al principio pensó que Snape era una mala persona pero luego se dió cuenta de que no era así, por lo menos con ella, él la había salvado en su primer partido de Quidditch, cuando casi cae de su escoba, o cuando el se levantó en plena madrugada cuando ella se sentía mal. Estaba claro que él la quería, él pensó que sería un apreció de "familia" pero al pasar del tiempo se dió cuenta de que no era así.
También se dió cuenta de que ella era su antigua novia, le tomó mucho tiempo descubrirlo, pero lo hizo, su manera de hablar, de ser, su físico, su voz, su forma de pensar, era como si ella hubiera reencarnado en la hija de Lucius y Narcissa.
Esta vez el no la dejaría ir, estaría con ella en cualquier momento y no dejará que ningún chico se le acerqué, lo cual ha hecho bien, se ha encargado de alejar a cualquier muchacho que tenga segundas intenciones con ella.
Ella por otro lado se sentía atraída hacia él desde pequeña, pero se obligó a si misma a olvidarlo, pues eran casi familia, había guardado sus sentimientos y no planeaba dejarlos salir.
Pero nada impedía que fueran amigos, así que ellos se habían hecho más "íntimos" por decirlo de alguna manera.
Los dos se reunían en el antiguo salón de astronomía, no era muy difícil encontrarse, pues ella ya era prefecta y él podía salir a patrullar en la noche.
Los dos se sentaban en una banca a charlar de su vida, era muy cómodo pero Snape sentía que el tiempo se le agotaba y decidió contarle todo a su niña.
Le contó de su novia, de sus promesas, de su tiempo juntos, de su muerte y de la posibilidad de que ellas fueran la misma persona.
Malec no le creyó, y Snape recordó de las clases de oclumancia que le había dado personalmente a ella.
Ella accedió a hacerlos y se adentró en su mente, vio todos sus recuerdos y todo resultaba ser verdad.
Por eso sentía que ya había recorrido todo Hogwarts, por eso sabía manejar tan bien la escoba. Todo tenía sentido.
Salió de su mente con lágrimas en los ojos.
- Malec, en serio lo lamento, no debí decirte todo eso, debí dejarte continuar con tu nueva vida.- Dijo arrepentido.
- Si no lo hubieras hecho yo seguiría ocultando mis sentimientos por ti.- Le dijo sonrojada, Severus la miró sorprendido.
- ¿Tienes sentimientos por mí?.
- Desde pequeña, pero no los entendía hasta hoy.- Los dos se sonrieron mutuamente.
Severus se fue acercando a ella lentamente y cuando la tuvo lo suficientemente cerca ella tomó su mejilla y la acarició.
Severus cerró los ojos antes las caricias que le brindaba ella, Malec se acercó más a él y lo besó.
Severus profundizó el besó, agarró su cintura con fuerza y la sentó en su regazo para seguir besándola.
Durante las clases ellos se dirigían secretas miradas llenas de amor, Snape se volvía a sentir vivo y Malec se sentía amada.
Lucius entregó a su hijo a los mortífagos, pero no quería el mismo destino para su pequeña, Draco se veía cada vez más cansado, ella le ayudaba con las misiones que le encargaban a él, aunque fuera en contra con sus principios, pero lo hacía por su hermano.
Malec no sabía del oscuro pasado de Severus, y se enteró cuando él mató a Dumbledore.
Ella se sentía destrozada, pero no podía dejar de amarlo, fue hasta el nuevo despacho de Severus y entro.
- ¿Por qué nunca me lo dijiste?.- Pregunto llorando, Severus se levantó rápidamente y se acercó a ella.
- Lo siento, no quería que lo supieras y te alejes de mi, pero tienes que saber que desde hace mucho tiempo que mi lealtad es hacia Dumbledore.- Le dijo Severus tomándola de las manos.- Soy un doble espía, le daba información a Dumbledore de Voldemort. Tienes que creerme.- Le suplico.
Malec confiaba ciegamente en él y sabía que decía la verdad.
- Te creo, pero se acerca la guerra no?.- Le pregunto preocupada, el asintió.
- Pero te prometo que saldremos vivos de la guerra, nos iremos lejos, tendremos un hogar, solo tú y yo.- Le dijo esperanzado.
- ¿Nos casaremos?.- Le preguntó con mucha emoción.
Severus rió antes la emoción de su linda chica.- Si, pero no tenemos que esperar para eso.- Sonrió.
-¿A que te refieres?.- Severus la miró con una sonrisa y fue hacia su escrito y sacó una caja.
- Planeaba decírtelo cuando todo acabará, pero viendo que te emociona casarte conmigo pues lo adelante.- Se arrodilló y abrió la caja dejando ver dos anillos de bodas.- ¿Quieres ser mi esposa?.
Malec asintió repetidas veces.- Si, si quiero Sev.- Se pusieron los anillos, ya estaban casados antes sus ojos y a escondidas de todos, y tuvieron su luna de miel en ese mismo instante.
Pero la felicidad no duraría mucho pues la guerra empezó antes de lo previsto.
Había muchos muertos por donde sea que Malec viera, pero no sé podría distraer viéndolos, tenía que buscar a su esposo y tenía que hacerlo ahora.
Lo había buscado por todo el castillo sin éxito, no sabía por donde más buscarlo, ni siquiera sabía cómo estaba su familia.
Se dirigió a la Casa de los Gritos con la esperanza de encontrarlo y así fue, lo encontró parado se notaba nervioso.
- Amor...- Severus se dió la vuelta rápidamente, ella no podía estar allí, tenía que irse o la matarían.
- Malec, tienes que irte ahora.- Le dijo alterado.
Ella iba a responder pero no lo logró por qué ya había llegado Voldemort.
- Que tenemos aquí...- Dijo con malicia. Voldemort habló con Snape pero le había prohibido a Malec irse.
- Mi señor, déjela irse.- Imploró.
-¿Por qué Severus? ¿Acaso ella es especial para ti?.- Pregunto con una sonrisa.- Es una pena que la hija de Lucius muera así.- Ni Malec ni Severus tuvieron tiempo a reaccionar cuando Voldemort cortó el cuello a Malec.
Ella cayó al piso sujetándose el cuello, tratando de impedir desangrarse.
- Has sido un servidor muy leal, pero solo yo puedo vivir para siempre.
- My Lord...- No dijo más porque también le habían cortado el cuello.
- Nagini... Mátalo.- La serpiente obedeció a su amo y mordió repetidas veces el cuello de él.
Los dos estaban tirados en el suelo, muriendo lenta y dolorosamente.
Unieron sus manos y sus anillos quedaron juntos.
-¡Profesor, Malec!.- Gritó Harry.
Severus rápidamente lo miró.- Harry, rápido, no hay tiempo, tomalas.- Dijo llorando, pero Harry no se movía.- Por favor, toma las lágrimas.- Harry reaccionó le pidió a Hermione un frasco.
- Ponlas en el pensadero.- Susurró Malec.- Y, en mi tumba, pon mi nombre junto al apellido de mi esposo.- Dijo sonriendo.
-¿Snape?.- Pregunto Hermione y Malec asintió.
Severus y Malec se miraron y dijeron al mismo tiempo.- Te amo.- Finalizaron y cerraron sus ojos, los tres chicos lloraban.
Harry había recibido un Avada Kedavra por Voldemort y cuando Cissy fue a tomar su pulso supo que no había muerto.
-¿Draco está bien?.- Pregunto preocupada.
Harry asintió y ella sintió un alivio que no duró mucho.
-¿Y Malec?.- Pregunto por su niña.
Harry negó dos veces.
Cissy sabía lo que significaba eso, se levantó.- Está muerto.
La guerra terminó, la familia Malfoy fue absuelta de toda culpa y volvieron a casa con un gran vacío web su corazón.
En el funeral de todos los fallecidos, enterraron los cuerpos de Severus y Malec Snape juntos, Lucius y Narcissa se llevaron una gran sorpresa al enterarse que se habían casado, pero ya no podían hacer nada.
La pareja de recién casados había muerto en la segunda guerra mágica