Dedicado a: BLK7u7
Malec, la hija de Lord Voldemort y Nagini, cuando aún era humana, claro, era exactamente igual a su padre, excepto la nariz, obviamente.
Es casi igual de poderosa que su padre, lo que hace que el la vea como su igual, pero sin ningún rastro de amor, ella se acostumbro.
Nunca había asistido a una de las reuniones de su padre, y eso la ponía más que nerviosa, así que fue a ver a su madre.
-- Mamá, ¿Crees que algún día seré como mi padre?.- La serpiente se acercó a ella y puso su cabeza en su pierna, a diferencia de su padre ella si la amaba.
-- ¿Te has enamorado de un hombre antes?.- La serpiente se quedó quieta por un momento para luego asentir con la cabeza.
-- Su nombre era....¿Felipe?.- Negó.- ¿Armando?.- Volvió a negar.- Empieza con C.- Asintió y se arrastró hacia un baúl con polvo. Malec lo abrió y encontró fotos de un periódico de un chico.- ¿Credence?.- Su mamá asintió.
-- Señorita Malec, mi señor quiere que baje.- Colagusano había hablado detrás de la puerta.
- Ya voy.- Bajo con su madre hacia la reunión que se encontraba su padre.
-- Ella es mi hija Malec, siéntate.- Me ordenó, me senté en la esquina de la mesa enfrenté estaba el Señor Malfoy y así lado un señor con ropas negras, no tomé importancia y traté de poner atención a su reunión, pero la mirada del señor de negro no me dejaba concentrarme.
Cuando pude poner atención vi que había una mujer flotando sobre la mesa, la mujer estaba desesperada y le pidió ayuda al señor de negro.
-- Severus, diles, diles que somos amigos.- El señor solo la miró pero no hizo nada.
-- Malec, mátala.- Ordenó mi padre con una mirada fría.
Agarre mi varita y le apunte.
-- ¡Avada Kedavra!.- Exclamé y la mujer murió rápidamente, un sentimiento de placer me recorrió por todo mi cuerpo y sonreí, mi padre me miró con una sonrisa orgullosa y eso ya era mucho.
Todos en la mesa me veían con una sonrisa, menos el Señor Severus.
-- Bien hecho querida, lo hiciste sin siquiera pensarlo, es un orgullo.- Todos aplaudieron y me sentí poderosa, ya entendía a mi padre.
Cuando la reunión término todos se fueron, mi padre me felicitó por mi primer asesinato, fui a mi cuarto y mi madre venía atrás mío.
-- Mamá, eso fue increíble.- Le dije y ella solo me miró.- ¿Que? Se sintió tan bien.- Ella salió de allí.
¿Que más da? Me había encantado y no pensaba negarlo.
En la próxima reunión también iría, de hecho iría a todas las reuniones ahora en adelante.
Mi padre llegaba minutos después para darle más suspenso a las reuniones, pero me obligaba a mi ir a la hora exacta.
Entable una conversación con el Señor Severus y para mí sorpresa no me la negó, claro que no lo haría.
-- Entonces usted es un espía infiltrado en Hogwarts y le da información a mi padre sobre los próximos movimientos de Dumbledore.
-- Así es, perdone mi atrevimiento pero, ¿Como se educa usted?.- En realidad nunca he ido a un colegio, mi padre se encargaba de eso.
-- Mi padre se encarga de educarme, pero solo con lo importante, maleficios y metodos de tortura.- Respondí con simpleza y el me miró con extrañeza.- ¿Quieres algo de beber?.- El negó.
-- Para ser hija del Señor Tenebroso eres muy amable.- Me dijo extrañado.
-- Mi mamá era así, me dijo que soy muy parecida a el, pero más a ella.- Le dije riendo y sorpresivamente el también rió
-- Creo que ya tenemos que ir a la reunión.- Asentí y caminamos hacia adentro.
La reunión empezó y término como siempre.
Así eran las reuniones ahora, hablaba con Severus antes de que empezará, siempre lo hacíamos a escondidas de los demás.
Era peligroso que mi padre se enterará de esto, la última vez que lleve a un chico a la casa él lo mató, no quiero ni imaginar que le haría a su seguidor más fiel.
-- ¿Cuantos años tienes?.- Le pregunte a Severus.
-- Soy mayor que tú.- Afirmó
-- Eso no es una edad, es una afirmación.
Él suspiro y habló.- Tengo 30.- Me sorprendió si respuesta, juraría que tenía 25.
-- Yo tengo 17, en cuatro meses cumpliré 18.- De la nada me comencé a reír fuerte y el me miró raro.
-- Severus, Severus, ¿Sabes que sería raro?.- Comencé a reír de nuevo.
--¿Que cosa?.
-- Que yo...me enamorará del enemigo de mi padre, el tal Jerry Porter.- Comencé a reír más fuerte y el frunció el ceño y suspiro.
-- Malec, se llama Harry Potter.-
-- ¿Y que dije yo?.- Se me había ocurrido una forma de molestarlo y eso iba a hacer.
-- Dijiste Jerry Porter.
--¿Y como es?.
-- Harry Potter.
-- ¿Y yo que dije?.- Me estaba aguantando la risa.
-- Jerry Por... No voy a caer en tus juegos.- Reí.- Ya vámonos.- dijo sonriendo.
Pasó un año y Severus y yo éramos muy amigos, pero solo el y yo lo sabíamos.
Pero el me miraba mucho durante las reuniones, esa era la única ocasión en la que podíamos vernos y charlar, pero me ponía nerviosa cuando hacía eso.
-- Mamá no le digas nada a papá, ¿pero estaría mal si me atrajera un hombre de 30 años?.- Mi madre me miró y se acercó muy rápido a mí.
Me miraba fijamente y negó.
Pasaron más años y acepté que estaba enamorada de Severus, pero el me triplica la edad.
Mi padre me enviaba a misiones y yo con gusto las aceptaba, hasta que llegó la Segunda Guerra Magica.
Draco no había podido con la misión que le encargó mi padre y a mi ya no me interesaba el poder, solo Severus.
-- Llama a Severus.- Le dijo mi padre a Lucius.- Te diré lo que vas a hacer.- Se dirigió a mí y yo asentí.- Yo iré por Harry Potter y tú.- Esperó un momento y continuó.- Matarás a Snape.- Abrí muy grande mis ojos.- El me traicionó y yo no perdonó una traición, él es el verdadero dueño de la varita de saúco.
-- Pero si lo mató yo...
-- Así es querida, tu serás la dueña, y cuando llegué el momento. Te mataré.- Sabía que nada bueno saldría de esto, obviamente no mataría a Snape y no dejaría que ese bastardo me matase.
-- Si tengo que morir para que tú domines el mundo mágico y elimines a los sangre sucia y muggles, así lo haré.- Hablé decidida, él sonrió satisfecho y se fue.
Fui a la casa de los gritos y allí estaba Severus
-- ¿Malec?.- Me miró.
-- Me mandó a matarte.- Le dije seria.
-- ¿Lo harás?.- Negué.- Entonces...
-- Te irás de aquí, para siempre. Jerry, digo, Harry.- Me corregí.- Él ganará está batalla y Voldemort morirá y tú estarás lejos de aquí.
--¿Y tú?.
-- Probablemente iré a Askaban.
-- De ninguna manera. Malec tu no eres mala.- Se acerco y tomó mis manos.- Escapemos.
--¿Que?.- Lo mire confundida.
-- No me voy a ir sabiendo que tú no estarás a salvo, escapa conmigo, por favor.- Me rogó.- Malec, se que no es un buen momento, pero yo te amo.
Abrí la boca pero no salía nada, lo miré con el ceño fruncido.- Tienes razón, no es un buen momento, así que cuando le diga que te maté, nos iremos y lo harás apropiadamente.- Besé su mejilla y salí.
Llegué con mi padre y asentí.- Lo hice.- Me dio una sonrisa malvada y acarició mi cabello con una mano.
-- Lo sé, reuní a Potter aquí, ya sabes lo que pasará ahora.- Asentí, no le había dicho de esto a él pero tendría que pasar.
Sin esperar respuesta me apunto.- ¡Avada Kedavra!.
Vi todo negro pero luego todo se puso blanco y estaba ¿Dumbledore?.
-- La hija de Tom, ¿Quien lo diría?.- No respondí.- Quizás merezcas morir, pero no ahora.
--¿De que habla? Prácticamente estoy muerta.- Me dio una charla larga, hasta que apareció Potter y habló con él.
Luego abrí los ojos y vi a Severus llorando.
Toqué su mejilla y me vió.
-- Estás...
--Viva, no preguntes, ni yo sé que pasó.- Me sonrió y me abrazó. Dirigí mi vista hacia afuera y vi a un chico matar a mi mamá.
-- Mamá...- Él entendió y me abrazó más fuerte.
Todos nos miraban mal, hasta que llegó Potter y nos defendió, Severus quedó como héroe y yo pues, libre de cargos.
Severus recogió mis cosas de mi antigua casa y nos aparecimos y en una casa muy bonita.
-- La heredé de la familia de mi madre, La Mansión Prince.-
-- Es hermosa.-
-- No es lo único hermoso aquí.- Dijo mirándome le sonreí.
-- Respecto a lo que me dijiste en la casa de los gritos.- Me acerqué más a él.- Yo también te amo.- Lo besé y el me correspondió el besos juntandome más a él.
El beso se hizo más apasionado cuando el comenzó a introducir su lengua en mi cavidad bucal y yo daba pequeñas mordidas en su labio inferior.
Me cargó y me llevo hacia una habitación.
Lo único que les diré es que esa noche estrenamos la cama