Detrás de la cámara. © [Tom F...

By Sherley_Vila

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Magdala O. Armstrong "Moa" siempre ha estado enamorada de su amigo Tom Felton desde que tiene memoria pero el... More

Detrás de la Cámara.
Antes de leer.
Capítulo uno.
Capítulo dos.
Capítulo tres.
Capítulo cuatro.
Capítulo cinco.
Capítulo seis.
Capítulo siete.
Capítulo ocho.
Capítulo nueve.
Capítulo diez.
Capítulo once.
Capítulo doce.
Capítulo trece.
Capítulo catorce.
Capítulo quince.
Capítulo dieciséis.
Capítulo diecisiete.
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve.
Capítulo veinte.
Capítulo veintiuno.
Capítulo veintidós.
Capítulo veintitrés.
Capítulo veinticuatro.
Capítulo veinticinco.
Capítulo veintiséis.
Capítulo veintisiete.
Capítulo veintiocho.
Capítulo veintinueve.
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno.
Capítulo treinta y dos.
Capítulo treinta y tres.
Capítulo treinta y cuatro.
Capítulo treinta y cinco.
Capítulo treinta y seis.
Capítulo treinta y siete.
Capítulo treinta y ocho.
Capítulo treinta y nueve | FINAL.
EPÍLOGO | PRIMERA TEMPORADA.
Invitación.
Invitación II.
Invitación III.
Invitación IV.
Detrás de la Cámara | SEGUNDA TEMPORADA.
Antes de leer. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo seis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo siete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo nueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo diez. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo once. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo doce. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo trece. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo catorce. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo quince. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo dieciséis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo diecisiete. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo dieciocho | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo diecinueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veinte. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintiuno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintidós. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintitrés. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veinticuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veinticinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintiséis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintisiete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintiocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintinueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y siete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y nueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo cuarenta y siete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y nueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA. | FINAL.
EPÍLOGO. | SEGUNDA TEMPORADA.
Una carta para Tom.
Agradecimientos.
EPÍLOGO. | FINAL ALTERNATIVO.
Curiosidades de DETRÁS DE LA CÁMARA.
"Mentiras." | ONE SHOT | Draco L. Malfoy.

Capítulo treinta. | SEGUNDA TEMPORADA.

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By Sherley_Vila

SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.

Varios rumores se habían desatado en Twitter con respecto al tweet de Diana hecho el día anterior, era sorprendente ver como es que aquella plataforma comenzó a desembocarse perdidamente en teorías y suposiciones afortunadamente, el mismo tweet aquella tarde pasado un día había comenzado a caer en el olvido.

Fue una simple mentira más para aquel fandom.

Tom regresaba al patio trasero con dos vasos de agua fría en mano deleitandose con la imagen de una morena feliz corriendo de un lado a otro con una pequeña can que conocía bien, Willow, aquella cachorra corría emocionada detrás de la mujer que sostenía una pelota pequeña que era uno de sus juguetes favoritos.

— Cuidado, se van a caer. —Dijo Tom en un tono obvio entre pequeñas risillas, tal cual como si advirtiera una madre a sus hijos.

Moa al percatarse de la presencia de Tom de regreso disminuyó sus pasos consiguiendo que aquella cachorra la alcanzara y saltara sobre ella haciendo que se cayera, la morena cayó de sentón con Willow encima de ella euforica para tomar la pelota en su hocico y salir corriendo nuevamente esperanzada en seguir jugando.

— ¡Mira, nada más! Se los dije. —Regañó el rubio acercandose a su novia para ayudarla no sin antes darle su vaso con agua y así librar su mano con la cual la ayudaría a ponerse de pie.— Willow, ya basta babe.—Regañó.

— Willow. —Llamó Moa al igual consiguiendo que la mencionada regresara a ellos calmada pero sin dejar de mostrar su euforia con el batir de su cola.— Ya, ya, jugaremos más tarde, tu papá ya nos regañó. —Hizo un pequeño puchero mientras miraba a su pareja y acariciaba con su mano libre a la cachorra.

Tom soltó una risa, tendió su mano a la fémina la cual no tardó en tomarla y ponerse de pie dándole así un trago al vaso dejando que lo fresco del agua la inundara haciéndole sentir la vitalidad en aquel momento, soltó una risa divertida.
Aquella pareja había puesto manos a la obra a la jardinería del hogar de la mujer es por ello que se encontraban en la patio trasero y con la ropa sucia de tierra negra.

Moa caminó hasta una de las sillas que yacían debajo del no muy grande árbol de sicomoro que había sido plantado por su madre el primer año en el que habían comenzado a vivir en aquella casa.

— Estoy que me muero. —Se quejó la morena abanicando su rostro con su mano mientras dejaba entre sus piernas el vaso vacío.

— ¿Cómo no? Te has puesto a jugar con Willow también.

— Esa pequeña tiene mucha energía. —Dijo con diversión, Tom se sentó en la silla vacía que había a un lado de su novia para observarla como es que parecía desfallecer.— Lo bueno es que ya casi no hay mucho trabajo.—Se animó así misma observando el trabajo que habían hecho.

La pareja había replantado desde el jardín frontal pequeñas plantas de arbustos así como sembrado semillas de algunas que otras flores hasta llegar a la parte trasera del terreno, los arbustos habían sido abonados adecuadamente así como rociados con mataplagas, parecía una tarea sencilla pero en realidad era más complejo de lo que se esperaba.

El día era aún más caluroso que el anterior, no había tanto aire golpeando la ciudad y el aire que a veces llegaba era infernal pues daba una sensación tan caliente.

— Terminando de recoger todo, me meteré a bañar, ya no aguanto este infierno. —Exageró.— No esperes que salga de la ducha en un buen rato.

Tom soltó una risa.— Podríamos ir a la playa algún día.

— Es una buena idea. —Los ojos marrones de la mujer vislumbraron emocionada ¿Hacia cuanto que no visitaba una playa? Sin embargo esa misma energía poco a poco se fue. Tom pudo notarlo.— Pero pueden vernos juntos...

Moa no quería hacer sentir mal a Tom, ella no aceptaba que él le diera muestras de afecto en público pero no porque no le gustara sino porque quería evitar todo un revuelo, sabía que a veces el fanatismo llegaba muy lejos, ella lo vivió casi a diario por varios años: Ella era mejor amiga de Daniel y Robert, y estos dos al no ser fanáticos de las redes sociales, era un medio de información, la mayoría de sus escasos seguidores en las redes eran debido a ellos al igual que con Erin ¿Que clase de gente eran sus amigos? Sus perfiles los tuvo que poner en privado quedándose únicamente con los seguidores que ya tenía pues así disminuiría la presión y acoso que tenía encima por ser cercana a esos grandes actores. Armstrong no quería ver como es que el fandom de su rubio se ponía en su contra sin siquiera conocerla.

Felton hizo una pequeña mueca al escucharla, nunca había tenido que cuidarse de las cámaras con las novias que tuvo, siempre había salido de aquí a allá e incluso no solo con sus novias sino que con sus amigos también, aunque lo negara muy en el fondo le disgustaba eso.

—! Es cierto. —Dio la razón el rubio con calma.

El silencio los abarcó en la comodidad, Moa volvió su rostro al de su novio consiguiendo su mirada curiosa.— Creo que... En alguna parte del almacén debe estar la alberca. —Susurró la morena tratando de hacer memoria.

— ¿Alberca?

— Sí, una alberca de esas armables. —Soltó una risa pequeña.— Hace años que dejamos de ocuparla así que supongo que debe estar guardada.

— ¿Dejamos? ¿La ocupabas con tu mamá? —Preguntó Tom mostrando interés, reacomodandose en su asiento. La morena negó bajando un poco su cabeza.

—! Con Daniel. —Respondió en un tono bajo, casi rozando la melancolía. El índice de su diestra se deslizó por la boca del vaso mientras ella perdía su mirada ahí mismo.— Daniel y yo solíamos ahorrar y comprar cosas que a los dos nos gustara... Compramos esa alberca para ocuparla en estos tiempos de calor.

A pesar de no ser tan marcado la voz de la mujer era melancolía, ligera, muy airosa, Tom podía notar ese vacío en los ojos de la mujer, él sabía que le dolía no estar cerca de la persona que más quería.

—/Darling. —Llamó el ojiazul consiguiendo la atención de la chica cuando escuchó un "¿Mmmh?" de su parte.— Tú... Mencionaste el día de la fiesta en el bar, cuando nos hicimos novios que Daniel no estaba para ti al igual que Robert...

— Ah... Sí eso dije.

— ¿Que pasó?

Moa se reacomodó en su lugar incómoda mientras negaba con la cabeza tratando de restarle importancia pero la mirada de su novio estaba en ella ¿Debía decirle? Tom dejó notar su insatisfacción con un gesto de desagrado al notar el lenguaje corporal de ella.

— No es nada...

— Eso no es verdad.

— Cierto. —Acertó la chica con desgano.— Discutimos muy feo y bueno, nuestra amistad dejó de ser.

La sorpresa al escuchar la explicación se dejó notar en aquel rostro perlado, Tom pronto frunció el ceño confundido ¿De que habrían discutido como para que su amistad terminara fragmentada?

— ¿Sobre que discutieron?

Moa por fin lo observó, el pecho de la mujer se hinchó debido a la inhalación que dio sin embargo pronto negó decepcionada de solo recordarlo.

— No creo que sea el momento más adecuado para hablarlo...

— Si no lo hacemos ahora ¿Cuándo? —Insistió Tom.


— Mas tarde, en algún otro momento. —Excusó Moa, no quería tener que verse frágil ante él y confesarle todo, al menos no en ese instante.

El rubio asintió con calma, extendió su mano al hombro de su novia, sus miradas se encontraron, Tom le dedicó una mirada con tanto amor que hizo explotar en calidez el interior de aquella mujer. Moa le sonrió enternecida, agradeciendo en medio del silencio el sentimiento reconfortante que le brindaba su pareja.

Conforme pasaban las horas el sol comenzaba a ocultarse dándole a la noche pero lejos de ser esas noches donde el frío compensaba el infiernal calor, era de aquellas en la que la sensación sofocante era el doble de endemoniada, una noche muy calurosa. Moa servía la cena lo cual no era ni más ni menos que espaguetti que había quedado del mediodía.

— ¿Te molesta si hago un pequeño live en tu sala? —Preguntó Tom mientras se recargaba contra el umbral de la puerta de la cocina, la morena rió con ternura al ver como es que el rubio estaba, parecía un niño pequeño.

— Para nada, cielo. —Respondió Moa.— Pero antes debemos de cenar.

El rubio asintió tal cual niño pequeño caminando hasta el lavaplatos y poder lavar sus manos correctamente. Moa llegó a él casi de inmediato pues también necesitaba lavar sus manos antes de sentarse a comer, los dos adultos pronto tomaron asiento para comenzar a cenar en medio de la tranquilidad que se había instalado en ellos.

— Hace un calor infernal. —Chistó con disgusto la morena llevandose un bocado a la boca, Tom con un sonido asintió.

— Ni que lo digas...

Volvieron al silencio, solo se escuchaba como es que los cubiertos chocaban contra los trastos.

— ¿Qué harás en el live? —Preguntó Moa con curiosidad.— ¿Cantarás a acapella?

Una risa suave salió de los labios del rubio dándole la razón mientras chasqueaba sus dedos.— Cierto... Acostumbro a cantar un poco mientras hablo con mis fans.

Moa no pudo evitar sonreír enternecida.- Sabes... Una vez vi un live tuyo.

— ¿En serio? —Preguntó Tom alzando sus cejas con sorpresa. Moa asintió aguardando a digerir todo para hablar.

— Sí, y estabas cantando...

— ¿Que cantaba?

— Una canción. —Seguido de un pequeño "Daaah" denotando obviedad cosa que hizo reír al chico.— ¿Sabes tocar solo la guitarra?

— La guitarra acústica, el bajo, el ukulele y el piano. —Enumeró con calma.— ¿Tú?

— Ay, a duras penas sé cuáles son las notas musicales. —Rodó los ojos con barbaridad consiguiendo la risa de su novio, esa pequeña risa suave que era tan dulce para los oídos de aquella.— Soy un asco con los instrumentos, no sé tocar ninguno, no soy buena con los instrumentos o cantando, o en los deportes... En general no soy buena existiendo.

Tom dejó escapar una risa al escucharla mientras negaba con la cabeza divertido.- Puedo enseñarte.

— ¿Que cosa?

— Lo que quieras. —Una ceja alzada un momento fue lo que hizo sentir a la mujer un particular nerviosismo, divertida únicamente esta negó.

— Quiero que me enseñes todo. —Respondió coqueta.

— Tú dime cuándo, yo me encargo del resto.

Moa no pudo evitar soltar una carcajada mientras negaba con la cabeza, sentía su rostro comenzar a arder.— Yaaa, hablemos en serio. —Chistó con gracia tratando de tomar seriedad aunque era imposible.

— Yo estoy hablando en serio... Te enseñaré todo lo que sé, te enseñaré a cantar, a tocar la guitarra, a lo que sea que quieras...

— ¿Y si no sabes? —Preguntó divertida.

— Aprenderé para enseñarte.

— ¿En serio? —Tom asintió.— Muchas gracias, lo tendré en cuenta.

La conversación siguió fructuosa hasta que por fin terminaron de comer, encargándose la morena de preparar algo para aue Willow comiera, ella aún no tenía alimento para cachorro en su despensa, nunca tuvo animales incluso.

Tom tal cual había anunciado, había comenzado a hacer un corto live mientras que Moa se encargaba ahora de poder ducharse para limpiar cada parte de su cuerpo y desprenderse de esa horrible sensación pegajosa que la envolvía.

Había sido un día un tanto agotador, estuvo de un lado a otro junto al rubio bajo ese infernal sol que con tan solo estar estático en un lugar la hacía sudar. El agua era fría, refrescante, perfecta, sentía como es que las gotas de agua caía en su piel morena deslizándose hasta caer en el piso y perderse en el desagüe. Moa cerró sus ojos un momento enterrando su rostro en esa sensación deleitante del líquido golpearla, en el primer piso podía escuchar la euforia hecha eco de su novio que estaba en un live, sonrió para si misma sin mostrar los dientes, ese chico la volvía loca y con ello su mente divagó.

Sus manos pasaban el jabón por su cuerpo, sus dedos los moldeaban, parecía querer memorizar cada parte de ella misma.

Peligrosamente sus pequeñas manos pasaron por su cuello haciendo una ligera presión que bajó encaminandose a sus pechos los cuales apenas quiso rozar, un suave jadeo salió de sus labios al sentir de golpe ese calor interior, el extasis de esa fantasía.

La mente era poderosa y traviesa.

Sus dedos curvearon su propio cuerpo poniendo en alerta sus sentidos, sus piernas flaquearon por un segundo, Moa cruzó sus piernas sintiendo una sensación placentera en su intimidad moviendo poco a poco para sentir la fricción de sus propios extremidades.

Sin duda a veces era mejor frotarse.

La voz de Tom en la lejanía la hacía deleitarse en sus fantasías, una de sus manos descendió mientras que la otra por el contrario ascendía para acunar sus pecho poniendo entre sus dedos su pezon el cual apretó ligeramente ocasionando que escapara un jadeo al sentirse tan sensible.

¡Dios! Estaba tan necesitada.~

Tom se adentraba a la habitación de su novia siendo recibido por la helado temperatura producto del aire acondicionado, sus ojos se posaron en la morena que yacía de piernas cruzadas firmemente frente a su tocador peinandonsu cabello húmedo, Moa únicamente portaba su pans de tela acogedora y una camisa grande desgastada.

— Acabo de terminar el live y vine a preguntarte sobre sí puedo ducharme. —Moa lo observó a través del espejo soltando una enternecida risa, muchas veces había repetido al rubio que podía hacer lo que quisiera en esa casa, no necesariamente debía preguntarle.

— Hazlo cariño, en seguida te llevo ropa. —Ropa de Tom no tenía pero en su posesión tenía las prendas viejas que Daniel o Robert le regalaban a ella. El rubio tan pronto le dieron luz verde, se perdió.

La morena terminó de peinar su cabello encargándose de dejar la ropa necesaria en el cuarto de baño, para luego caminar a la puerta de su habitación donde desde ahí llamó a alguien.— ¡Willow! —Llamó la morena— ¡Willow! —Volvió a llamar aguardando unos segundos en espera de escuchar unas patitas subir por las escaleras y así fue. Una somnolienta cachorrita subía las escaleras batiendo su cola suavemente.

Armstrong no pudo evitar sentirse mal de solo verla adormilada, la había despertado.

— Ven, entra. —Invitó la mujer consiguiéndolo, Moa caminó hasta su cama donde se adentró, con ayuda de su mano y una pierna alzó su frazada palmeando el colchón.— Ven aquí.—Aquella gran cachorra se subió al colchón, no se preocupaba en que apestara su frazada o ensuciara pues ella junto a su novio se habían encargado de bañarla después de que almorzaron. Tan pronto la perrita se acurrucó, Moa la cubrió, y se acurrucó al igual casi en una posición fetal.

Al poco tiempo Tom regresó deleitandose de que sus dos amores estaban juntas, una de ellas, ya dormida. El rubio se vistió adecuadamente para imitar el accionar de las dos féminas, abrazando por la espalda a la morena escurriendo su mano por debajo de su camisa, una manía que había adquirido.

Moa rió al sentirlo.

— Freshhh~—Susurró divertida la chica.

— Ni que lo digas...

La televisión sonaba, Tom y Moa la veían en medio de la calma, sintiendo la plenitud en ese momento de paz. El rubio se sentía tan feliz y no era el único.

En algún momento los dos adultos formaron un ambiente íntimo y no sexual, sino emocional, parecían tan sumidos en la comodidad y rogando que lo que estaba por hacer el rubio no lo estropeara, preguntó.

— ¿Lo extrañas? —Moa se sintió extrañada al escuchar a su novio ¿Extrañar a quién?— A Daniel. —Se respondió como si le hubiese leído la mente.

La morena suspiró con pesar.

— Mucho...

— Moa... ¿Qué fue lo que realmente pasó, amor? —Su sutil pregunta hizo a la morena removerse suavemente entre los brazos de aquel al igual que consiguió que la cachorra lo hiciera en los suyos.

Moa no sabía si realmente hacía bien en hablarlo pero en algún momento debería decírselo ¿No? Tocar ese tema era una fibra muy sensible para ella.

— Él... —Guardó silencio dudosa.

— No te juzgaré, puedes confiar en mí.—Susurró el chico el un suave beso que plantó en la coronilla de la cabeza de aquella.

Moa pareció llenarse de valor.— Él me echó en cara que era una insensata por no tener en cuenta los sentimientos de Robert aunque sí lo hacía... Sé que mi comportamiento no fue el mejor y que no actué de forma madura con él emocionalmente... —El silencio se instaló en ellos unos segundos.— Él estaba molesto porque seguía enamorada de ti a pesar de lo que pasó... Yo me molesté con él debido a que no tenía idea de mi sentir, él no entendía todo el caos que había en mi interior, yo ya me lamentaba mi propio comportamiento...

Una pausa se hizo presente llamando la atención del rubio, los labios de la morena se abrían con ligereza y se cerraban, titubeando, insegura de sí hablar o no.

— Molesta le grité que... —Su voz se quebró, su débil respiración comenzó a alterarse poco a poco amenazando con romper en llanto, muchas veces lloró por Daniel y por Robert en soledad pero ahora era diferente, tenía unos brazos acogiendola a ella.— Le grité que no era mi hermano y que lo odiaba... Y desde ahí no lo he vuelto a ver.

Fue ahí donde recordó el rubio algo que Emma le había comentado, se rumoreaba que Daniel había caído de nuevo en su adicción por el alcohol, ahí entendió el por qué Radcliffe "permitía" que Moa llegase a esos extremos en su salud hace meses. Se habían dejado de hablar y ninguno sabía del otro.

Escuchó los sollozos de su novia lo que hizo que la aprisionara más contra su cuerpo.— Babe... —Habló el rubio.— Mírame...

Moa hizo caso dejó de abrazar a la cachorra que tan pronto sintió movimiento, somnolienta prefirió bajarse de la cama. La morena observó al chico cuando por fin lo tuvo de frente.

— ¿Discutieron por qué seguías amandome? —Preguntó, Moa no quería asentir a eso, no quería hacer sentir culpable de algún modo a su novio. El rubio sabía que ella no lo admitiria, suspiró con algo de pesar.

En un movimiento ligera posó a Moa encima de él, a horcajadas suyas.— Lamento que hayas tenido que discutir con él por mí culpa, por nublar tus sentimientos y demás pero que sepas que tú no has hecho nada malo... Y estoy seguro de que Robert te diría lo mismo... —Sus dos manos se posaron en las caderas de su chica, el rubio veía fascinado como la morena los observaba con sus ojos cristalizados, sus pestañas mojadas unidas dándole una impresión de muñequita. El rubio rió por lo bajo.—Pero así como lamento eso, agradezco que hayas elegido seguir amandome, te amo Magdala, lo hago como no tienes idea... —Su diestra subió hasta la mejilla de aquella para acariciarla.— Sé que tu amistad con Daniel es muy importante y sé que hará falta de algo mas fuerte para que puedan romperla... Él también te extraña y te necesita, de eso estoy seguro...

— No, debe estar molesto...

— Si lo está, no hay nada de malo pero como dicen por ahí, "No hay mal que dure cien años..."

"Ni cuerpo que lo resista." —Acompletó la morena dejando escapar una triste sonrisa.

— Yo no quiero que si estoy yo; no este Daniel, y si esta Daniel; no este yo... Quiero crecer contigo y a tu lado...

Moa sintió una pequeña presión punzante en su garganta, y débilmente le dedicó una sonrisa al varón.

— Te amo. —Susurró ella.

— Yo te amo más... —Dicho eso, con rapidez tomó a la mujer para tumbarla con cuidado a su costado y ahora ser él quien estuviera sobre la mujer.— Eres mía, mi amor, mi todo. —La morena ensanchó una sonrisa amplia, sus piernas las abrazó al rededor de la cintura del chico siendo esta una invitación a algo que ambos sabían como terminarían.

La mirada azul del rubio pareció oscurecerse dándole un brillo inexplicable que encendió la lujuria en la ambos. El varón acercó sus labios a los de la mujer para fundirse en ella con un beso apasionado, llenó de amor y deseo, Tom peligrosamente rozaba con el cuerpo de su amada.

Había toda una vida para demostrar la pasión que se tenían.

Mucho amor para solo dos personas.

¿No podían ser tres?

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