ᵖᵃʳᵗᵉ ᵈᵒˢ ᵈᵉ 𝑴𝒖𝒈𝒈𝒍𝒆
-No irás.- Dijo mi mejor amigo Aidan.
-Claro que iré, es lo menos que puedo hacer por él.
-Entonces iré contigo.
-No iras
-Si iré
-No irás
-Si iré.
-Si irás.
-No iré.
-Bien.- Dije sonriendo.
-Oh vamos, sabes que soy muy manipulable.
-Lo sé y lo siento.
-Esta bien, pero cuéntame de nuevo como lo conociste.- Preguntó con una ceja alzada.
-Pues me estaban atacando hasta que un hombre muy guapo, me defendió.- Dije quitando la parte en donde sacaba una varita y los mandaba a volar.
-¿Guapo?.
-Si era...- Iba a seguir hablando pero me interrumpe un golpe en la puerta.- Es él, oh Dios, es él.
Olvide mencionar que quedamos en vernos al día siguiente, pasó un bien tiempo hasta que él tuviera la agenda vacía.
Fui a abrir la puerta y ahí estaba él, tenía una camisa blanca con una chaqueta negra con muchos botones, pantalones negros y zapatos negros, cuánto negro.
-Buenas tardes ________ ¿Esta lista?.- Pregunto Severus.
-Si, vamos.
Él asintió y me ofreció su brazo que yo felizmente acepté.
Mientras caminabamos hacia una cafetería pasamos por un parque y allí habían dos ancianitos, cuando pasamos por ahí escuché que murmuraron.
-Miralos, se parecen a nosotros cuando éramos jóvenes, tú venías con rosas a mi casa a llevarme a una cita y me ofrecias el brazo.- Le dijo la señora a su esposo, el señor sonrió y la abrazó.
Esa escena me enterneció demasiado al contrario de Severus que se sonrojo con el comentario de la señora.
Llegamos a la cafetería y nos sentamos en una mesa, llegó una mesera para pedir nuestras órdenes, el solo pidió café yo un café con un pastel de fresa.
-Y ¿Cuantos años tienes?- Me pregunto él.
-En dos meses umpliré 29, ¿Y tú?.
-Mi cumpleaños ya pasó, ahora tengo 34.- Vaya, eso sí era una sorpresa, parece más joven.
Seguimos conociéndonos, hablando de cada uno, pero yo ya no podía más con mi duda.
-¿Eres un mago? Ya sabes, por lo del otro día.- Hable bajó, el se acercó más a la mesa.
-No está bien que lo sepas y que cuando lo supiste tenía que desmemorizarte...
-¿Y por qué no lo hiciste?- Lo interrumpí el suspiro.
-Ese es otro tema del que probablemente hablemos después. Si, soy un mago, trabajo de profesor en un colegio de Magia y Hechicería, y nadie más puede saber de esto.- Asentí apenas termino de hablar y sonreír.
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Ahora somos amigos, yo quiero algo más, pero me conformo con eso.
El viene todos los días a mi casa y nos quedamos hablando hasta muy tarde y luego el se va. Me ha contado de su vida y de una chica llamada Lily, admito que me puse un poco celosa al principio pero el me dijo que ahora lo único que lo une a ella es el amor que una vez le tuvo y el niño que cuida.
También me contó que él es un mortifago, pero que en realidad está del lado de Dumbledore.
Él me ha llevado a conocer lugares mágicos y yo a lugares muggles.
Él a veces es cariñoso conmigo, pero no sé si sienta lo mismo.