—Me pregunto con quién tendremos esta clase —dijo Ymir acomodándose en su pupitre.
Estábamos en clase de dibujo I, obligué a Ymir a llegar diez minutos antes de la clase, esta no entendía el porqué, pero terminó accediendo a regañadientes. Gracias a esta gran ventaja, estábamos en el rincón más alejado del escritorio del profesor, con suerte no lograría verme aquel hombre.
El tiempo pasó lentamente, Ymir se desparramó en su pupitre, soltaba pequeños bufidos en señal de molestia, odiaba madrugar e ir a clases. Me acomodé para poder dormirme en la tabla de la silla, colocando mi cabeza en el espacio hueco que formé con mis brazos.
—Hola, chicas —levanté mi vista rápidamente, volviéndome a sentar como de costumbre, era Historia.
—Hey, hola —le respondió Ymir animada, rápidamente apagó la pantalla de su celular—. ¿Qué haces aquí? ¿También tienes clase de dibujo?
—Sí, creo que es casi que obligación que todos los de carreras de artes y diseño vean dibujo I en primer semestre —se sentó en el pupitre más cercano a Ymir.
Me dediqué a solo ser una espectadora de la conversación.
—¿En serio? —movió las cejas sorprendida— Creí que solamente los de artes plásticas y visuales y arquitectura tenían que ver este curso, en todo caso, me alegra poder verte por aquí.
—Sí —sonrió la rubia—, también estoy contenta de poder ver caras conocidas, en la mayoría de clases que he tenido no conozco a nadie, desafortunadamente, todos mis amigos estudian carreras demasiado diferentes a la mía, y bueno, con mi compañera de cuarto no me llevo bien —soltó un sonido al final en señal de nerviosismo.
—¿Ah, sí? ¿Y quién es? Digo, es casi imposible pensar que alguien no se llevaría bien contigo.
—¿Se acuerdan de la alta chica de rasgos asiáticos? —preguntó acercándose más a nosotras.
—¿La que se llama Mikasa? —preguntó Ymir.
—Sí —hizo una breve pausa—. Pues ella es mi compañera de cuarto, es raro porque está en otra facultad y en semestres superiores a mí. Tenía entendido que su anterior compañera de cuarto solicitó cambio y se lo concedieron, y como no habían más matriculadas en arquitectura y diseño, me dieron la habitación.
—Vaya, ¿y por qué no se llevan bien? —preguntó Ymir curiosa.
—Son estupideces más que todo —desvió la mirada hacia sus piernas mientras movía sus pulgares.
—Ay, vamos, puedes contarnos, hasta te ayudaremos si ella te llega a molestar.
—Está bien... Pero no le digan a nadie —me miró un poco fastidiada, no entendía por qué.
—Soy como una tumba.
—Básicamente estamos en malos términos por un chico en específico.
Sus palabras fueron tajantes para mi compañera de cuarto, no parecía estar cómoda con lo que estaba escuchando, pero trató de ocultar lo que sentía. Yo, por otro lado, estaba recopilando la información y tratando de encajarla. Forcé a mi memoria a recordar lo sucedido en el sótano, que fue allí donde vi por primera y única vez a Mikasa. Todo comenzaba a cuadrar. Tanto Historia como Mikasa me fusilaron con la mirada cuando me fui con Eren, Sasha y Connie al minimercado. ¿Acaso ellas tenían algo con Eren? ¿Alguna de ellas había sido la chica del baño? Mierda. Historia. Ahora todo tenía sentido. Con razón sentí su voz familiar, tenía que ser ella. La chica a la que Eren le estaba provocando el mejor orgasmo de su vida. No sabía qué decir, ya ni siquiera podía mirarla de la misma forma. No podía confirmar por completo que era justo ella, pero una corazonada me decía que sí lo era totalmente. Preferí mantenerme al margen, neutral antes de sacar una conclusión apresurada, sin embargo, no descartaría la posibilidad aunque mi instinto me dijera que escuchara mi intuición.
—¿Es en serio? Yo las veía distintas en todo sentido, hasta en los gustos para los hombres —se le notaba en la voz que le era difícil pronunciar aquellas últimas palabras.
—La verdad es que sí somos totalmente diferentes, pero es gracioso que justo con los chicos no sea así —rio al final.
—Igual estoy segura que tú lo conquistarás, Mikasa me cae bien, pero se ve demasiado distante y fría con todo el mundo.
—No lo creo, él es muy disperso, demasiado impredecible, no puedes saber ni esperar qué hará o decidirá. Además, parece interesarle otra chica... De lo contrario estaría más atento conmigo —se sentía triste, en su voz se notaba.
¿De quién carajos hablaba Historia? Imposible que sea yo.
—Entonces es un imbécil que no necesitas.
Entró Eren al aula, Historia levantó rápidamente la mirada y sus ojos se abrieron al instante, Ymir se percató de esto rápidamente. Sin mirarme, me dio un codazo, quería indicarme algo, pero no sabía qué. Era obvio que ya sabía que el hombre del que Historia estaba enamorada era el mismísimo Eren, pero lo que debía hacer con esa información con ella era todo un enigma. En el aula ya habían bastantes alumnos, por lo que él tuvo que resignarse a los puestos de la mitad. En ningún momento nos miró, parecía no importarle nuestra presencia.
Historia estaba distraída, por lo que Ymir aprovechó el momento.
—Métete al WhatsApp —dijo tan bajo que fue casi inaudible.
—¿Estás pendeja o qué? Recuerda que no tengo el celular.
—Ah, es cierto —rio.
—Tan solo dilo, no creo que Historia vaya a escuchar.
—Mejor hablamos cuando se acabe la clase.
Agh. Odiaba tener que esperar para saber al respecto de un chisme.
Todos los estudiantes habían llegado al aula, se sentaron rápidamente acomodándose en sus asientos sin emitir ni una sola palabra. Es como si todos temieran por su vida. No me sorprendería si se sentían así en presencia de Levi, era casi que seguro que él generaba ese temor en todos aquellos que lo veían.
—¿Y a estos qué les pasa? —preguntó Ymir desconcertada.
—El profesor Ackerman tiene fama de tirano, es demasiado estricto en sus clases y a la hora de calificar —le respondió Historia temerosa.
—¿Ackerman? ¿Y quién es ese? ¿Que acaso no es ese el apellido de Mikasa?
—Ni idea, nunca lo he visto, y tampoco la conozco lo suficiente como para saber si tienen algún tipo de parentesco, aunque tengan la misma actitud, lo dudo. Ella tiene rasgos orientales y es alta, y por las descripciones que me han dado de él, apuntan a que es occidental y un enano.
Ymir se rio.
Maldición, cuando entre al salón ambas sabrán al instante. Ymir sabía que tenía clase de anatomía artística con él, pero en ningún momento le mencioné su nombre ni que también dictaría el curso de dibujo I.
El hombre entró al aula sin decir ni una sola palabra. Esta vez tenía otro tipo de traje, solo que nuevamente traía el pañuelo y el maletín. De seguro es alguien de mucho dinero. Nunca antes un salón había estado en tanto silencio, lo único que podía escuchar era mi respiración, mis latidos acelerados y los pasos de él hacia el escritorio. Como ayer, sacó algo para limpiar exhaustivamente su lugar de trabajo, botó el pedazo que usó y dejó sus cosas allí. Sacó las gafas de su estuche y las limpió, se las colocó. Ese tipo se quedaba harto tiempo limpiando, como si nosotros no existiéramos. El profesor más raro que me haya tocado en la vida.
Ymir e Historia me miraron, sabían que era el tipo del bar.
—¿Que ese no es el enano con cara de culo? —preguntó Ymir en voz baja, le asentí— Bueno, ¿y a este tipo qué le pasa? —Historia y yo atemorizadas la hicimos callar, no queríamos que nos llamaran la atención por culpa de ella.
Una vez que terminó su proceso de extrema limpieza, fijó su mirada hacia su alumnado, parecía buscar a alguien en específico. Cuando lo logró, clavó su vista hacia mí. Miré hacia mis lados incrédula, no quería creer que él me buscara, sin embargo, tenía que ser yo. Ymir estaba a unos 50 centímetros de distancia de mí hacia la izquierda, si estuviera mirándola, la diferencia se notaría, mientras que a mi derecha no había absolutamente nadie, estaba pegada a la pared. Tenía que ser yo. Maldición.
Mi corazón parecía a punto de salirse de mi pecho, me dieron náuseas y ganas de expulsar todo el desayuno que comí antes de clase. Todo se revolvía, mi estómago de asco, mi cabeza de miedo, y mi zona íntima de una extraña sensación de excitación. "¿Estás enferma o qué? ¿Cómo puede gustarte que te intimiden de esa forma?" pensé para mí misma.
El hombre dejó de mirarme y se volteó para empezar a copiar cosas en su tablero. La misma rutina de ayer. Saqué mi cuaderno y copié todo rápidamente, si tenía esa mala fama que todos decían, no podías dejarte sacar ventaja. Una vez que este terminó, se volvió a dirigir a nosotros.
—Como verán, me llamo Levi Ackerman, y para mala suerte de algunos que también están en mi curso de anatomía artística, desafortunadamente también verán dibujo I conmigo —hizo una breve pausa para volver a vernos a todos—. Cada uno se presentará, empezando por ti —me señaló con la mirada, todos voltearon hacia mí.
¿Por qué justo yo tenía que empezar? Definitivamente este hombre estaba cogiéndome fastidio. Traté de tranquilizarme, respiré hondo, tragué saliva para evitar hablar mal.
—Mi nombre es —dije mi nombre completo—, tengo 18 años y estudio artes plásticas.
Se quedó pensativo, luego ignoró mis palabras posando sus ojos en Ymir.
—Eh... Soy Ymir —al decir su nombre le prestó más atención a ella—, tengo 19 y estudio artes plásticas.
—¿Ymir? —le preguntó.
—Sí, señor.
Su gesto era el mismo de siempre, pero noté un leve cambio en sus tristes ojos, los abrió sutilmente. Tenía agregada a Ymir en WhatsApp por su propio nombre, debía de estar suponiendo que era justo ella con la que hablé de él el día de ayer. Mierda.
Historia, Eren y los demás compañeros también se presentaron, Eren se mostró disgustado a la hora de hablar, como si tuviera algún conflicto con el profesor Ackerman. ¿Por qué justo hoy nos pedía presentarnos cuando en la clase de ayer empezó derecho sin importarle quiénes eran sus estudiantes?
Una vez que todos hablaron, el profesor empezó a dictar clase rápidamente. Primero habló de los ejes temáticos del curso, veríamos creación de personajes, creación de escenarios, también creación de animales y bestias, arte abstracto y un poco de teoría del color, tema extenso que también es una materia, pero de un semestre avanzado. Al terminar de hablar de esto, comenzó con la teoría.
Ymir estaba usando el celular descaradamente, no podía creer que no tuviera en cuenta nada de lo que sucedió ayer. Le di un fuerte manotazo en el hombro.
—¿Qué te pasa?
—Guarda esa porquería o te lo van a quitar —dije muy bajo.
El profesor carraspeó, miré hacia él, me estaba mirando.
—¿Se puede saber qué es más importante que mi clase, señorita...? —dijo mi apellido.
—N-nada señor, puede seguir —titubeé.
—Eso espero, no quiero más interrupciones —volvió a lo suyo.
Nuevamente todos me miraban, incluido Eren.
¿Qué le pasaba a ese imbécil? Literal vio a Ymir usando el celular y no le dijo absolutamente nada, hasta habló más fuerte que yo, en cambio a mí que hablé tan pasito y sin usar ningún aparato electrónico me jodió la existencia, de nuevo. Ese tipo quería hacerme la vida imposible.
Traté de no hacer absolutamente nada, ni siquiera moverme en mi asiento, solo me limitaba a copiar en mi cuaderno lo que decía y ya. La clase se me hizo eterna.
—Pueden irse —dijo indiferente.
Todos los estudiantes salieron en orden y haciendo el menor ruido posible. Me paré y nuevamente me temblaban las piernas.
—Ve a pedirle el celular, si quieres te acompaño —me dijo Ymir.
—No, yo lo haré.
Estaba decidida, tenía qué.
—Está bien, Historia y yo te esperaremos en las escaleras.
La mayoría de los estudiantes salieron del aula al igual que ellas. Cuando caminé hacia el asiento del señor Ackerman, Eren se paró de donde estaba sentado y me miró por unos momentos, luego se fue sin decirme ni una sola palabra. Nuevamente, estaba frente a frente a Levi.
—Señor Ackerman, usted me dijo que la próxima clase que tuviéramos le pidiera mi celular —dije nerviosa, no podía dejar de mover los pies justo donde estaba parada.
Me miró y se quitó las gafas.
—Me refería a la próxima clase de anatomía artística —volvió a ignorarme centrando su atención en el libro que también estaba leyendo el día de ayer.
—Señor, en serio lo necesito, si no, ¿cómo podré comunicarme con mis padres?
—Eso no es asunto mío —me volvió a mirar y echó un rápido vistazo a mi cuerpo de pies a cabeza, no le importó que fuera tan notoria su acción—. Pero si insistes tanto, ven a mi casa esta tarde cuando termines tus clases —me entregó mi celular—. En el bloc de notas está mi dirección.
Espera, ¿qué? ¿Acaso revisó mi celular? No puede ser.
—¿Por qué me lo entrega justo ahora si la condición para dármelo es ir a su casa?
No entendía nada de lo que sucedía.
—Sencillo, si no vas hoy, encontraré cualquier razón para molestarte en clase —se largó sin más.
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Hola, aprovecho este espacio para la reflexión y mostrar solidaridad a mi querido país Colombia que está pasando por grandes dificultades recientemente debido a los abusos policiales en las manifestaciones. También a aquellos países vecinos como México que hace poco presenciaron una horrible tragedia en el metro de CDMX. Me gustaría hablar más al respecto, sin embargo, lo mejor es mostrar discreción.
Espero que estén donde estén se encuentren bien y cuídense mucho por favor, les quiero <3
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