Miércoles 26 de noviembre del 2014 (12:30 p.m.)
Cansado de los gritos de la señora Briony, -Quien se cree una excelente profesora, pero no es más que una vieja vacilona - me dispongo a dibujar, sentado en un extremo del suelo, a lado del salón de artes.
Los recuerdos de la noche anterior me invaden, me corretean, y no dejan concentrarme, me lanzan piedras pesadas y ásperas, y duele.
Lo hice. De verdad lo hice. No me creí tan estúpido como para terminar rendido a sus pies y esperar que pida su jugosa recompensa. ¿Qué pensaba quitarme? ¿Dinero? ¿Me asesinará?
Lo pienso otra vez.
Crédulo.
¿Moriré?
Arranco bruscamente la hoja que inútilmente garabatee, y empiezo en la otra. De cero.
- ¿Disculpa? Yo, um... Tengo clases que química, y no encuentro el... -Alzo la vista y veo a una morena, pidiendo mi ayuda, para ubicarse. ¿No era tierno?
La verdad, para mí no. En absoluto.
Para mi sorpresa, ya estaba envuelta de su automático rubor en la cara.
-Lo... Lo siento, buscaré por mi cuenta -Y empieza su búsqueda.
-Eres nueva, por lo visto -La sigo con la mirada y le sonrío. -Aquí no es nada pequeño, como te habrás dado cuenta, entonces dudo que encuentres el salón que solicitas.
Ella también sonríe, y me hace sentir bien.
-Soy Elly - Me dice cohibida - Elizabeth, quiero decir.
-Elly me gusta -Mi sonrisa no podría ser más amplia, y picara - Soy Christian, un placer - contesto sin titubear ni un poco. - El salón que busca, está justo enfrente.
Le señalo, se gira para contemplarlo, y se percata de que no miento.
-Muchas gracias -dice- Por cierto, eres el primer amigo que consigo aquí.
En realidad, eso era conmovedor, y laxante, ¿Habla en serio? ¿De verdad soy el primer chico con el que se limita a hablar? ¿Me estoy volviendo loco?
Señores y señoras, prepárense para la tormenta, Christian Mendler se está comportando de una manera social.
¡Está conviviendo, como una persona normal!
-Espero volver a verte pronto.
Y se va muy despacio.
♠♠♠♠♠
- ¿Dónde está Colette? - pregunto.
-No la he visto en todo el santo día, te apuesto a que está con Adeline - Dylan, con sus apuestas tan típicas, ¿Cuándo no lo hacía? Si el color de bikini de una chica era rojo o azul, apostaba, si las donas que quedaban en la cafetería eran de chocolate, apostaba otra vez. Es irritante. - ¿Recuerdas que tiene sus propias amigas?
Sí, lo recordaba. Adeline es una buena chica, divertida, extravagante, y risueña, pero algo chiflada e insoportable. Algo así como Dylan. Nada que ver con Colette, ella es tan suave, calmada, y manteniendo siempre la postura.
-Peleaste con ella, ¿no? - ríe - Tranquis, amigo mío, es probable que es esté en sus... Bueno ya sabes, esos días. -Respira hondo - Joder, hermano, detesto cuando las visita su tal amiguito, Andrés, creo.
Suelto una carcajada, estoy de acuerdo con él, después de todo.
Sin embargo, aún no consigo lo que quiero.
- ¿Qué harás cuando termines la carrera? Me refiero a que, cuando acabemos todo esto, yo alzaré los brazos al cielo y gritaré al viento: ''Aleluya'' - Vuelvo a reírme - Pero, en sí, a las metas o trabajos próximos. Planeo irme de viaje, no sé, quizá ahorré un buen dinero y me vaya de barcos y putas, tu me entiendes - Le da un gran bocado a su hamburguesa, y comienza a hablar con la boca llena, ¡Hombre, que modales! - Lo que si es oficial es mi visita turística a Estados Unidos... ó, ¡México! Me han contado que sus playas con hermosas, como las mujeres de allá, lastima que hablen otro idioma.
Sigue con su pierna enyesada, precisamente la izquierda, lo que es técnicamente mala suerte para el, por ser zurdo. Necesita muletas para moverse de un lado a otro, y requiere ayuda de alguien más para subir y bajar las escaleras, no obstante, se columpia con ellas, bajando de dos en dos o hasta tres en tres.
Pareciera que no le importa si se rompe la otra, y por más que insista en su cuidado, manda eso por un tubo.
Una castaña llama mi atención, y me acerco hasta llegar a ella.
- ¡Colette! -Se detiene - ¿Me permites saludar? No te he visto por un largo tiempo y ya necesito ver tu sonrisa una vez más. - Sonrío pero ella no lo hace, es ahí cuando se que ocurre algo malo.
-No lo puedo creer.
- ¿Qué cosa no puedes creer? - Pregunto - Cuéntame, ¿acaso no somos amigos?
Aprieta los labios y cierra los ojos. No comprendo su expresión, necesito explicaciones ahora mismo. ¡Y ella solo dice No lo puedo creer!
- ¿Te molesta mi presencia?
- ¡No! - ladea la cabeza varias veces continúas - ¡Quiero decir, Si, Me molesta tu presencia!
- ¿Huelo mal?
Ella ríe pero no dura mucho asiéndolo, y una lágrima se escapa de sus ojos.
- ¿No lo recuerdas? Creí que estabas enfadado conmigo, por que tú me...
- Por que te gusto. Lo entiendo. - Completo - Pero eso no quiere decir que termine nuestra amistad, ¿o si?
Vi un rastro de tristeza y esperanza en sus ojos, y sonríe, no abiertamente, pero algo es algo.
- ¿De verdad? ¿Lo dices enserio?
Me encojo de hombros.
- Joder, ¿Qué pensaste? - Niego con la cabeza - Lo admito, eso fue algo... Sorprendente para mí, nunca me lo había esperado, mucho menos de ti. Pero, luego pensé y reflexioné, y caí en la cuenta de que sólo te gusto ¿no es así? - Asiente - Entonces no es nada de otro mundo. Te gusto. Como te gusta la pizza, como te gusta leer en días de lluvia...
- Eso no me gusta, me encanta. Corrigiendo. - Me interrumpe y reímos los dos.
-Entonces está claro. Podemos seguir siendo amigos, ¿verdad?
Lo duda un poco, pero termina asintiendo entusiasta, y jamás en la vida me había sentido más aliviado.
-Amigos - Sonríe abiertamente - Ahora tengo que llevar esto - Deja a la vista un refresco, sabor lima, obviamente para Adeline, Colette no toma ese sabor.
-Adelante, señorita Jones.
Sonríe extrañada, y me di cuenta de que me comporté de una manera formal por una vez en mi vida.
♠♠♠♠♠
En mi ida a mi siguiente clase, me topé otra vez con Jessica, lo que me aceleró el corazón.
Actúa natural, actúa natural, por Dios Christian.
Se le caen las carpetas y plumones que llevaba cargando en brazos. Parece torpe, por primera vez.
Sin embargo, la ayudo a recogerlo.
- Muchas gracias - dice mientras me analiza.
-De nada, supongo. No hay mucha gente ahora que pueda ayudarte, de hecho, voy tarde a mi clase.
Asiente, comprendiendo todo lo que digo.
-Lamento si retrasé tu ida.
-Descuida, no siempre se topa uno con una chica tan hermosa.
Se sonroja, y mi yo interior salta de la alegría, queriendo volar como una paloma.
Dios santo, que gay me siento.
-Gracias. Soy Jessica - me extiende una mano
Lo sé cariño, lo sé perfectamente.
-Christian... Mendler, para completar.
Se echa a reír, y me pregunto: ¿He dicho algo cómico? ¿Desde cuando me volví gracioso?
No importa ahora, estoy entablando una conversación con Jessica Collingwood.
Y quería irme corriendo, sonriendo, alborotado como un niño que ha recibido el caramelo que tanto ha querido.
-Un gusto, Christian.
La veo a los ojos. Son hermosamente grises. Sus delicados labios parecían haber sido rojos hace un momento, porque ahora lucen de un tono rosado.
Siento celos, quizá alguien la besó antes de venir corriendo, para que se le cayeran los cuadernos de la prisa, y sin quererlo, conocerme.
Suspiro. No me queda más que hacer.
-Si no te importa, tengo que irme, nos vemos luego, Jessica. - Susurré, con la intención de que nadie más que ella me escuchara.
- ¿Es una cita?
Me detengo luego de haber avanzado apenas un paso.
-Si tú lo deseas, si.
Sonríe tímidamente. Nunca la había visto sonreír así.
-Me encantaría.
Y antes de que me retrase más, me voy.
------------------------------------------------------------------------------------
Hola a todos :)
Bueno, no planeaba publicar hoy, pero me dí cuenta de que esta historia ha llegado a los 2.000 vistas que no me pude contener :'D
¡Muchísimas gracias por sus votos y sus comentarios!
*Capítulo dedicado a Nati Lopez, por revelarme su gusto por la novela, que me motiva mucho, gracias por eso :')