Era sábado por la mañana y Haechan no dejaba de caminar por su habitación.
- ¡Solo envíale el maldito mensaje!- Dijo Johnny tirado boca abajo en su cama, intentando ignorar el sonido de las pisadas de su compañero.
- ¡No es tan fácil!- Empezó a comerse las uñas por los nervios, cosa que le parecía totalmente desagradable.
- ¿Cómo rayos no va a ser tan fácil?- el americano se sentó en su cama, claramente molesto- Agarras el teléfono, le escribes un mensaje y lo envías ¡No es nada del otro mundo!
- ¿Y si me rechaza?- Se acercó a dónde estaba su compañero de cuarto y amigo.
- Entonces le dices algo inteligente. Como que era un mensaje para otra persona o algo así.
- Mierda Johnny, eres un genio- Le dió un besito en su cabeza y salió corriendo a buscar su teléfono.
Abrió uno de los chats que tenía y empezó a escribir un mensaje.
"¿Harás algo hoy?"
Enviar.
Los segundos pasaban y Haechan no recibía respuesta, haciendo que su ansiedad aumentará cada vez más. Normalmente no era esa clase de persona, realmente no le importaba si alguien ignoraba sus mensajes o si tardaban en contestar pero era sábado, uno de los pocos días libres que tenía y no quería que alguno de los otros miembros quedará en salir con el joven antes que él.
- Vamos, vamos, responde. - Empezó a decir en voz baja.
Johnny quién no había podido volver a dormir, se dirigió a la sala por un café para terminar de despertarse. Dónde encontró a Haechan en una extraña posición frente al teléfono.
- ¿Y ahora qué se supone que haces?- se detuvo para intentar analizar la situación.
- Ley de la atracción, lo ví en facebook. -
- Dios, es muy temprano para esto. - y regreso a la cama.
Justo cuando estaba a punto de rendirse, de hecho ya había empezado a maldecir a ese post de facebook; su teléfono vibro.
Lo agarro rápidamente entre sus manos y abrió el mensaje que le había llegado.
"le recordamos que únicamente recibe llamadas y mensajes, si quiere recuperar su saldo..."
Tiró su teléfono al sofá.
- Maldito seas, Telcel. - Se dirigió a la cocina, necesitaba algo dulce para calmar su enojó.
Los minutos habían pasado y ni siquiera se acordaba de su teléfono, de hecho se había preparado un muy rico desayuno, unos Cheetos y una coca cola; se encontraba viendo un programa de variedades que encontró en la tele cuando el timbre de la puerta sonó.
- ¡Taeyong! - gritó, intentando avisarle a su compañero de piso que alguien los buscaba.
El timbre volvió a sonar.
- ¡Taeyong, te buscan!- insistió, realmente no sabía quién era pero lo más probable es que fuera algún manager buscando a su líder, el cual siempre estaba ocupado con alguna promoción.
El timbre sonó por tercera vez.
- Ay, parece que uno se pone cómodo y la gente dice "es hora de chingar con más ganas" - Le puso pausa a su episodio de las Kardashian, se limpio el resto de cheetos de los dedos y se dirigió a abrir la puerta. - Buenas ¿Qué quiere?
Que bueno que había dejado los cheetos en el sofá porque de haberlos seguido comiendo se hubiese atragantado.
Jamás hubiese esperado encontrar al joven canadiense con el rostro avergonzado frente a su puerta mientras cargaba una sandía.
- La gente normalmente trae flores- se burló.
- Cállate, no es para ti- Al ver que el moreno se había movido hacia un lado, entro al apartamento.
- Wow, que sopresa te juro que me duele muchísimo - Cerro la puerta de nuevo. - ¿Qué haces aquí?
- Me enviaste un mensaje, así que pensé que teníamos ensayo hoy con los chicos- Dejo la sandía en la mesa.
- ¿¡Qué!?- grito el moreno y empezó a buscar su teléfono en su short, no podía ser cierto, él le había enviado mensaje a Sungchan,no a él. - Espera, ¿Y qué hace la sandía aquí?
- Me asusté pensando que iba tarde, me olvidé de dejarla- El canadiense se dirigió tranquilamente a la cocina en busca de un cuchillo.
- ¿Como mierda se te va a olvidar no llevarte una sandía? ¿No la sentías en las manos?¿Acaso no pesa, eres sansón? - empezó a quejarse mientras seguía buscando su teléfono, lo encontró al final en el sofá.
Abrió su aplicación de mensajería y era cierto, había enviado el mensaje por error a otro número. - Mierda- susurró al ver la hora.
Eran las 2 pm, era imposible que Sungchan no tuviera planes para esa hora. ¿Debería simplemente enviarle un mensaje aún así?
No, qué se supone que diría "Hola, buenas tardes. Te invito a comer cheetos a mi casa, apúrate que ya nomás hay media bolsa", era la peor idea del mundo.
Tal vez se había quedado mucho tiempo pensando en ello porque cuando menos se dió cuenta sintió un cuerpo al lado de él, Mark estaba viendo lo mismo que él en su teléfono.
Sintió su respiración cerca de él, por la corta distancia podía sentir el suave aroma de su perfume, algo que le encantaba de Mark eran todos esos perfumes masculinos que usaba, no como él, que prefería usar aromas más suaves.
- ¿Vas a seguir viendo mi chat o vas a hacer otra cosa con tu teléfono? - La mano de mark en su hombro lo regreso a la tierra, otra vez sus pensamientos habían divagado. Le gustaba mucho la mano de mark, su tacto firme y gentil, una lastima que está era la única forma en la que lo podía sentir.
- Y eso a ti qué te importa- En un movimiento brusco quitó la mano de su hombro, volviendo a sentarse en el sofá, seguiría viendo las Kardashian e ignoraria a todos los problemas de su alrededor, sí, ese era el mejor plan.
-No sabía que te gustaba esta clase de programas- Mark se sentó a un lado de él, dejando una charola con sandía picada. Agarró una de las rebanadas y empezó a comerla.
-No sabes todo de mí- le subió el volumen a la tele, intentando ignorar a la persona que estaba a su lado.
-Tienes razón, solo se tus alergias- tragó el pedazo de sandía que estaba comiendo- la comida que te gusta, lo que haces en tu tiempo libre, a dónde vas cuando estás triste o molesto, tus colores favoritos, tus películas favoritas...
-Suenas como un acosador.- el rostro del moreno empezó a sonrojarse. Haechan maldijo al calor de Seúl, calor que no existía en ese momento porque estaban como a 10°
- Tus cantantes favoritos, la canción que te gusta tararear, lo que te da miedo...-Mark siguió comiendo, ignorando la mala mirada de su compañero. - ¡Oh mira, le lanzó algo a la cara!
- ¿Qué buscas con todo esto? -Haechan regreso su mirada a la tele.
Ese día no recibió respuesta.
De hecho Mark ni siquiera volvió a hablar en todo el capítulo que vieron, o el siguiente después de ese, cuando se canso de comer simplemente levanto su plato, lo limpio y se fue de la casa.
Minutos después era casi impercitible que Mark había estado ahí, no había rastro de la sandía, todo estaba limpio, no había dejado ni una pequeña mancha en el piso, no le había dicho adiós ni nada parecido. Si no fuera por el fuerte aroma de su perfume que se había quedado en el sofá, hubiese pensando que jamás estuvo allí.
- Tal vez me estoy volviendo loco- susurro Haechan.
- ¿Por estar abrazado al sofá? Yo creo que sí- en ese momento soltó el mueble y dirigió su vista a su compañero Doyoung, quién lo miraba raro.- ¿Estás bien?
- ¡A veces!-
- ¡Esa ni siquiera es una buena respuesta!-
-No lo molestes, él tendrá sus razones- hablo Taeyong quien estaba comiendo algo en la mesa.- Aparte tiene razón,la vida es difícil.- se quedó con la mirada vacía hacía su plato.
- No se puede hablar con ustedes, en serio- Doyoung se marchó molesto a su habitación, dejando un ambiente extraño en la sala.
-Sí...yo también me iré- Haechan se levantó del sofá, agarro su teléfono y se dirigió a su cuarto donde se tiró en su cama, necesitaba descansar.
Sí, más.
Abrió su teléfono para ver sus redes sociales, a ver si encontraba algo interesante. En eso le llegó un mensaje.
"¡Hoy te veías muy lindo!"
"Mierda, otra saessang" Pensó.
Espera, yo ni siquiera salí hoy- menciono en voz baja y abrió el mensaje.
"¿Quién mierda eres?" Le respondió.
"hyung, lastimas mi corazón:("
Haechan ya estaba buscando sus peores insultos para responderle a quien fuera que estuviese molestandolo. Esas ss estaban muy equivocadas si creían que lo podrían molestar y él se quedaría callado sin decir nada.
Era una persona al igual que ellas, merecía respeto y privacidad.
Ya se estaba armando un testamento cuando otro mensaje llegó.
"¡Soy Sungchan! Cambie de número (人 •͈ᴗ•͈)"
Borró todo lo que había escrito.
Estaba a punto de contestar cuando se dió cuenta de algo, hoy no se había visto con Sungchan, ¿Cómo rayos supo que se veía lindo?
No debía dejarse engañar.
Haechan casi tira el teléfono de nuevo, dios, los mensajes que recibía de ese niño eran siempre tan lindos. Sin duda alguna era él.
Volvió a leer el mensaje, sintiendo su corazón latir a mil por hora y sin poder quitar la sonrisa de su rostro.
Adoraba la forma en la que se sentía, podría acostumbrarse a ello.
Claro, podría acostumbrarse pero no sé la dejaría tan fácil.
Si Sungchan creía que podría obtener fácilmente su corazón con palabras bonitas estaba muy en lo cierto, pero no sé lo iba a decir, se tenía que hacer el difícil.
¡Porque Lee Haechan quería a alguien que le prestará atención pero también que fuera constante!
Porque no quería volver a caer en lo mismo, no quería simplemente dejarse llevar por la primera emoción de alegría, por las dulces palabras que le decían y ser abandonado de nuevo.
Porque no quería volver a ser utilizado.
♡
¡Hola! Uff perdón por dejar esto tan abandonado, hace tiempo que no lograba inspirarme
Así que lo siento de nuevo por el capítulo corto, algunos serán realmente cortos y otros largos, depende de lo que se me ocurra.
Gracias a todes por leer y por sus comentarios!