Soñando Contigo

By urantiana63

60.8K 1.2K 359

Revive la historia de amor entre Can y Sanem, en "Soñando Contigo " More

Cap 1o
2a Parte
3o parte
Cap 2o
2o parte
3a parte
Cap.3o
2a parte
3a parte
Cap. 4o
2a Parte
3a parte
Cap 5o
2a parte.
3a parte
Cap 6o
2o parte
3a parte
Cap 7
2a parte
3a parte
Cap 8o
2a parte
3a parte
Cap 9o
2a parte.
3a parte
Cap 10
2a Parte
3a parte
Cap 11
2a Parte
3a Parte
Cap 12
2a Parte
3a Parte
Cap 13
2a Parte
3a Parte
Cap 14
2a Parte
3a Parte
Cap 15
2a Parte
3a Parte
Cap 16
2a Parte.
Cap 17
2a Parte
Cap 18
2a Parte
Cap 19
2o Parte
3a Parte
Cap 20
2a Parte
3a Parte
Cap 21
3o Parte.
Cap 22
2a Parte
3o Parte
Cap 23
2a Parte
3a Parte
Cap 24
2a Parte
3a Parte
Cap 25
2o Parte
3a Parte
Cap 26
2a Parte
3a Parte.
Cap 27
2a Parte
3a Parte
Cap 28
2a Parte
3a Parte
Cap 29
2a Parte
3a Parte
Cap 30
2a Part
3a Parte
Cap 31
2a Parte
3a Parte
Cap 32
2 Parte
3a Parte
Capítulo 33
2a Parte
3a Parte
Capítulo 34
2a Parte
3a Parte
Capítulo 35
2a Parte

2o Parte

302 10 4
By urantiana63

Mezquive, que había preparado una empanada de berenjena, para dárselo a Can. Nihad que había olido, cree que es para él, al enterarse de que es para Can, se enfada y le grita que él no se lo iba ha comer, porque quería cuidarse. Después de la rabieta de Nihad, Mezquive va a la agencia para dársela como agradecimiento por lo de la campaña. Allí se entera de que Can y ella, estuvieron encerrados en el ascensor. Ahora ella, está preparando los tes. Para su madre y para él.

-- Si no me para, y sigo, sigo, y me lo voy ha comer toda entera-- dijo él, con la boca llena.
-- Tú come, come hijo. que ,todavia eres joven, y necesitas energía-- le dijo Mezquive.
-- Mm.
-- Además con la cantidad de escaleras que hay aquí, seguro que haces mucho ejercicio-- dijo Mezquive, con guasa.
-- Vienes...de la planta baja? Todavía no funciona el ascensor? Has subido, por las escaleras?
-- Por lo visto no funciona bien, y no lo he querido coger. Y he oído, que anoche te quedaste dentro. Qué miedo.
-- Sí. Una faena.
-- Y Sanem, estaba contigo?
-- Aahh. Te lo ha contado?
-- Pues sí. Siempre le han dado miedo, los ascensores. Pero creo, que...al estar contigo...no se asustó, tanto. 
-- Al principio, se puso nerviosa. Pero luego...se le fue pasando. Es que a uno, se le acaba acostumbrado a todo. Ya lo sabes.
-- Menos mal que tenéis vigilante nocturno, que sí no...podíais haberos quedado hasta mañana, por lo menos.
-- Pues hasta mañana...no. Pero nos sacaron, bastante tarde. No, no me de más empanada, que ya me he puesto morao.
-- El te-- interrumpió ella.
-- Estoy lleno, y también Sanem, me hizo el desayuno. Ya he comido, bastante.
-- No me digas!-- dijo Mezquive.
-- No me digas! -- dijo ella -- El te-- dijo dejando la bandeja.
-- Hija, has tardado tanto, que el pobre se lo ha comido, a palo seco. Dónde, has dormido? -- le preguntó, enojada.
-- Ya te lo dije. Dónde voy ha dormir? Pues en la casa, de Ayham.
-- Ah sí? -- preguntó él, con disimulo.
-- Pues claro. Me estáis mareando, con tanto preguntar.
-- Sí, ya lo sé-- dijo Mezquive.
-- Qué...qué sabes? -- preguntó ella.
-- Me lo ha contado, el señor Can.
-- A..mamá.
-- Cómo que? Si le has preparado el desayuno, esta mañana?-- No acabas, de decir eso? -- le preguntó a él.
-- Adónde?
-- En casa, de Ayham? -- la pobre, ya estaba de los nervios.
-- Qué dices?
-- Yo...me estoy haciendo un lío, descomunal-- dijo ella, tocándose la cabeza.
-- Eso ha dicho Can, verdad?
-- Pero...en realidad...no quería decir eso, exactamente.
-- No me has contado, qué te quedaste encerrado dentro, con Sanem?
-- Pero yo he dormido, en casa de Ayham. -- dijo ella.
-- Habla del ascensor-- dijo él.
-- No habla, del ascensor. Ya te digo yo.-- Nos quedamos encerrados 2 minutos, y luego, me fui a casa de Ayham. 2 minutos. Quieres que sigamos, hablando de eso?
-- 2...2,minutos? Se...seguro, era eso?
-- Es qué ya no sé, ni lo que digo. Am...fueron 2 minutos, y después, me fui a casa de Ayham.
-- Ah, sí...se fue. Se fue-- dijo él, nervioso. -- Mezquive, solo miraba.
-- Si yo digo que sí, es qué sí-- dijo ella.
-- Y tú dices siempre, la verdad-- dijo él.
-- Eso es. Y esta mañana, he llegado ha trabajar, a mí hora.
-- Exacto. Cómo siempre.
-- Mi hija, es muy responsable.
-- Sí, mamá. Y aquí en la oficina, y nada más que en la oficina, en ningún otro sitio, le preparo el desayuno a mí jefe. Queda claro, mamá?
-- Bien hecho, hija. Cualquier tarea, pequeña o grande, es importante.
-- Di que sí, mamá. -- él, la mirada con asombro-- ése es mí lema. Soy la recadera de todo. Por el día trabajo, y por la tarde, me voy a casa. A la mía, o a la de Ayham. Pero no les hago, esperar.
-- Bravo! Justo eso lo que le estaba diciendo, a tu madre. Sanem me ha preparado un desayuno, para chuparse los dedos, esta mañana-- dijo él.
-- Vaya...! Jajaja.
-- Sí, pero aquí. En esta oficina.
-- Sí, en la oficina. Es lo que le estaba contando a tú madre. Y...qué no cabe, más empanada. Está deliciosa, pero no me la puedo terminar. Y justo de eso, estábamos hablando, y...
-- Y no digas, nada más. Porque no hay nada más que contar, verdad?-- le cortó ella, metiéndole un trozo de empanada en la boca. Vamos ha dejar trabajar, al señor Can. Verdad, que sí? Vamos, mamá.
-- Sí.
-- Cómo queráis. Ah, el te.
-- Bueno...ya hableremos, tú y yo, el tema de la asesoría. Vale? -- le dijo Mezquive, a él.
-- Claro! La próxima vez, le contaré mis aventuras de guerra. Muchísimas gracias. La empanada estaba de vicio. La más rica, que he probado. Y eso que...ya había desayunado. Pero...aún me faltaba algo.
-- Me alegra mucho. No hay, de que.
-- Vuelve ha visitarnos, cuando quieras.
-- Claro! Y traigo, otra cosa.
-- Hasta otra.
-- Te acompaño, a la salida-- dijo ella.
-- No, no...hace falta. Sé salir, sola.
-- Cómo quieras.-- Qué pasa?-- preguntó ella, al ver que todos iban a mirar por la ventana. -- Por qué, le has tenido que contar, lo del desayuno?
-- Pués...no sé. Creía que...se lo habías contado tú, lo del ascensor.
-- Qué va. Es que...lo ha oído, en la entrada.

-- Pero...qué hacéis? Vais ha tirar, la puerta abajo-- dijo Geygey, al ver a los compañeros correr.
-- No seáis brutos, por favor-- dijo Gollit.
-- Anda, venga! -- y lo que pasaba, es qué corrían para probar la empanada qué le habían llevado a él.

-- Pero...de todas formas...no se puede dormir, en casa de un amigo? -- preguntó él.
-- Claro...por supuesto. Porqué no?
--Pues, por eso lo digo. Qué problema, hay?
-- Ninguno. Y los amigos, pueden dormir, abrazados?
-- Sí, a veces. Porqué no?
-- Vale. Y se miran a los ojos, y se huelen, al despertar?
-- Mm.
-- Bueno...eso, no. Olvidalo. Eso no lo haremos, porque somos...amigos.
-- Genial! Amigos...sí.

-- Mm! Qué rico!!
-- Hum! Qué bueno!!

-- Ah...ése de ahí, hasta la bandeja se está comiendo. No le muerdas las manos, por Dios -- dijo Geygey.
-- Ah, ah. Qué es este jaleo-- interrumpió Aderen.
-- Qué pasa? -- preguntó él.
-- Qué barbaridad. Parecéis, caníbales.
-- Qué pasa, ahí?
-- Es que, tenéis hambre? Se puede saber, de donde ha salido la empanada?-- preguntó Aderen.

-- Señor Can. Parece que los chavales, no han desayunado-- dijo Geygey.
-- Se la han, comido?-- preguntó Gollit.
-- Se han comido, hasta la bandeja.
-- Qué, fuerte!!
-- De una mano, a otro.

-- De la madre, de quien? -- preguntó Aderen, que también había cogido un trocito.
-- De la madre, de Sanem.
-- De qué...
-- Qué está pasando, aquí chicos? -- preguntó él.
-- Si lleva carne, no puedo comer-- dijo Aderen.
-- Llevaros mí empanada, pero salid, de mí despacho. Por favor. -- dijo él.
-- Muchas gracias, señor Can.
-- Si es de carne, no puedo probarla-- dijo Aderen.
-- Gracias.
-- La ha hecho, mí madre. Dejadme, algo-- dijo ella.
-- Vale.
-- Tú madre, cocina muy bien-- dijo él.

-- Supervisor, supervisor...homofis, homofis...supervisor. A ver. Es que no se puede encontrar un trabajo, normal, para un hombre normal, que se pueda entender? Ah. -- decía Nihad-- anda que...
-- Hola. Muy buenos días, que tal?-- interrumpió Musafer-- no me voy ha quedar en la puerta. Mejor, entro.
-- Sí, Musafer, pasa. Tomamos, un te?
-- Sí, claro. -- Radmir, traenos dos tes. Qué aquí, tenemos la garganta seca.
-- Ahora mismo.
-- Musafer. Qué te ha pasado? Estás hecho, una pena. -- preguntó Nihad, al ver su estado.
-- Ya. Sé que estoy hecho, una penita. No puedo seguir, más tiempo, así. Pero yo, no quería que pasara esto. En la casa, donde me alojo, no puedo pedir, ni que me planchen la ropa. Y qué, hago?
-- Aaahhh. Aún sigues en el exilio, no?
-- Sí.-- dijo con un gesto.
-- No se ablanda, tú madre?
-- Qué va. Es una piedra, y yo sin casa, buscando un sitio donde vivir.
-- Pues llegas, a tiempo. Estoy buscando, trabajo.
-- Trabajo? Y eso? Eres tendero, o es que llevas años engañadonos y en realidad, la tienda, no es tuya?
--  No hombre, no es eso. Pero la vida ha subido mucho, y necesito otro trabajo.
-- Y cómo piensas encontrarlo, en el periódico? Eso no funciona, para nada -- dijo Musafer, quitándoselo.
-- Pero bueno. Aquí vienen, muchas ofertas de trabajo. Dónde, voy ha buscar?
-- En Internet. Todo el mundo, encuentra trabajo ahí. Vamos ha buscarlo, como la gente moderna.
-- En Internet?
-- Sí..hoy en día, todo se pide, por Internet. Jujuju -- Y tú, porqué me miras con esa cara? Era una broma, hombre-- le dijo a Radmir--. Hay que ver, y se lo ha creído.

-- No es eso.-- Siéntate. -- dijo él.
-- A ver, qué le parece éste?
-- Bien. A ver? Vale!
-- Señor Can, y esto?
-- Biennn!!
-- Gracias. Llevamos una semana con ello. Es el éxito...de todos.
-- Geygey, si me permites. Todas las ideas, de la campaña, son buenas. Pero no, basta. Y la mayoría, son topicazos.
-- Topicazos. No sirven-- dijo Geygey.
-- Para qué nuestro cliente, venda ropa de montaña.
-- Lo veis?
-- A ver. Lo que el señor Can, quiere decir es que nos hemos pasado de alto detalles. Muy importantes, de nuestro cliente. Tenemos que reunirnos, el resto del día. -- dijo Aderen.
-- Exacto-- dijo Geygey.
-- Trabajo sobretodo, al aire libre. Pensad en eso y centrad las relacionadas. -- dijo él.
-- Efectivamente. En eso, hay que centrarnos. Digo yo. -- dijo Geygey.
-- Lo que el señor Can, quiere decir, es que tenemos que tener en cuenta, el gusto del consumidor, y centrarnos, en ellos.
-- Muy bien. Exacto, eso. Lo que necesitamos, es...presentar ideas nuevas y diferentes. Y sobretodo, lo necesitamos con urgencia.
-- Señor Can. A ver, que le parece? --  dijo Geygey, después de carraspear-- un niño, en pijama, está delante de una gran puerta al aire libre. Sí...ah, sí.  Bien, gracias...y...entonces, alguien le tiende una mano. Ah...sí. Ah...bien. La mano, le trae, una bolsa, y en la bolsa, hay pluma, y material de acampada. Venga.
--   No habléis tanto, a la vez-- dijo Aderen.
-- No interrumpais. Ya hablareis, cuando acabe. De acuerdo? -- ella, se reía, con la boca tapada-- se escucha música de fondo, de acuerdo? Empieza a escalar, y la madre abre la puerta, pero...demasiado tarde. Y el chaval, ya ha empezado a escalar, sube y sube, y de repente, da un traspiés, y hay miedo, y adrenalina, a tope, y está a punto de caerse, y el equipo le salva. En el desenlace, se da la vuelta, y grita; Mi equipo, es el mejorrrr, mejor, mejor. Porque el eco de la montaña. Usted, ya sabe-- terminó Geygey.
-- Qué, tontería es esa?-- preguntó Gollit.
-- En la montaña, hay eco. Y déjame terminar, vale? -- dijo Geygey. -- luego se ven, aguilas volando. Cuervos" wou, wou, wou. Vuelan en círculo, alrededor del niño, y de repente...vemos el logo de la marca, que se pegan en la frente del niño. Un final, sorprendente. Y  sabéis quien es, la mano amiga? A mí se ha ocurrido?
-- Ooohh. Geygey, de verdad que te enrrollas más que una persiana. Vamos, termina de una vez.
-- Ya.
-- Bueno. Alguna idea más, de esta idea tan brillante? -- preguntó él.
-- No. Yo no.
-- Yo tampoco.
-- No, eehh?-- Sanem?
-- Yo?
-- Mm.
-- Aamm. Algo de deportes, al aire libre.
-- Eeso.
-- Bueno, hasta ahora...todos esos anuncios, las han producido hombres. Escalan montañas, y saltan, como cabras. -- dijo ella.
-- Sí!! Siempre han sido hombres-- dijo Aderen.
-- Y..?
-- Pues qué...indirectamente, se puede entender, que sólo los hombres, pueden hacer, ese tipo de deportes. Y sí incluyeramos mujeres, en ese anuncio? -- propuso ella.
-- Sí. Algo así.
-- Bravo, Sanem.
-- Sí, eso es. Hay que buscar, enfoques nuevos. Para eso, nos hemos reunido-- dijo él--buenas opiniones. Ideas nuevas, y frescas.
-- Me parece, un buen enfoque-- dijo Aderen.
-- Sí.
-- Por, probar-- dijo ella.
-- Es una idea, genial-- dijo Gollit.
-- Ah. Yo no hago, montañismo. No me pida, mucho más.
-- Eso es. Ya está.
-- El qué?
-- Tú punto, de partida.
-- De qué, habla?
-- Esa idea, es la qué vamos ha desarrollar. Mañana nos iremos a la montaña, a experimentar.
-- Una, excursión-- dijo Geygey, ilusionado.
-- Ohh!
-- Oohh!
-- Mañana, de acampada-- aplausos-- Organizalo, todo.
-- Cómo tú, quieras-- dijo Aderen.
-- Bravo.
-- Para eso, están los amigos-- dijo ella.
-- Claro.
-- Lo odio. -- decía Gollit.
-- Es una buena idea.

-- Eso...desliza, más rápido-- decía Musafer.-- pasando, pasando.
-- Qué barbaridad. Si pasas, tan rápido, no lo puedo leer.-- dijo Nihad. Me vas ha poner, la cabeza tonta.
-- Aquí no hay trabajo, para ti. Vamos, sigue pasando, y pasando. Pasa, paasa. Maas.
-- Ah, Musafer. Te estaba buscando, hijo-- interrumpió Mezquive.
-- Pues lo que es mí madre...no quiere saber nada de mí.
-- Mezquive, y qué? Ya se lo has, dado? -- preguntó Nihad.
-- Sí. Y le ha encantado.
-- Como no. Pues claro.
-- Cariño. Ya te haré, otra a ti.
--Venga, que nos vamos.
-- Sí, si.
-- Adónde? Qué ha, pasado?
-- Can me ha dado, ideas estupendas. Ni te imaginas. Hay que ponerlas, en prácticas. Vamos.
-- Can? En serio? Buenas ideas? Haberme preguntado, a mí. Yo también, las tengo. Y gracias a mí cerebro agilizado, el señor Can, no es el único que piensa.
-- Claro, y también me las puedes contar.-- dijo Mezquive.
-- Coge el móvil. Adiós-- dijo Nihad.

-- Ay, por Dios. Pero porqué, vas tan desastrado-- preguntó Mezquive.
-- Algunos van desastrados, y les dices, que van elegantes. Y  a mí, me decís, que si me pasa algo. Qué pasa? Éste es mí nuevo estilo. Ése tal Can, sale con un cencerro, al cuello. Pues de paso, que se cuelgue una herradura-- dijo Musafer.
-- Pero tú eres secretario. No puedes ir así.

-- Está heladisima. Pero toma-- le dijo ella, a un compañero, dándole una taza de café.
-- Gracias.
-- No hay, de qué. -- y soy, guionista en prácticas-- se dijo, ella.
-- Señorita Sanem? -- interrumpió Fabryk.
-- Am...señor Fabryk, que tal?
-- Bien gracias. He venido aquí, para hablar del perfume. Si tiene tiempo...podríamos trabajar, éste fin de semana. Y así, no...no, interrumpimos su trabajo.
-- Éste fin de semana, es imposible. Estámos todos, de acampada.
-- A sí? Qué bien! Pués, que tal, hoy mismo?
-- Ya...si me deja, el señor Can.
-- Claro, claro. Pregúntele. Seguro, que no tiene inconveniente.
-- Vale. Voy ha preguntarle.
-- Por cierto...también...quería disculparme una vez más...por todo aquel incidente...no volverá, ha ocurrir. Vale?
-- Vale. Se lo agradezco.
-- Ah...todo bien?
-- Sí.
-- Perfecto. Por favor.
-- Puedo pasar?-- preguntó ella, tras llamar a la puerta de la oficina.
-- Claro.
-- Hola, Can-- dijo Fabryk.
-- Enso. No te esperaba hoy, por aquí-- dijo él.
-- En realidad...he venido a ver, a la señorita Sanem.
-- Eem. En realidad, ha venido a hablar, sobre el perfume. Y yo...he dicho, que éste fin de semana, no puedo.
-- Por favor-- dijo él, invitandolo a sentarse.
-- Estábamos pensando, en trabajar esta tarde. Si a ti, te parece bien.
-- Hoy no. Sanem tiene mucho trabajo. Muchísimo-- Tenemos que trabajar, en la nueva campaña-- le dijo, a ella.
-- Mm.
-- Pues entonces...nos pondremos, cuando la señorita Sanem, termine.
-- Imposible. Esta es una oficina. No lo creo. 
-- Sí...claro...es una oficina. Entonces...podríamos trabajar, por la noche. Por ejemplo. Claro, si...si...le parece bien.
-- Ya...y trabajar, de noche. -- dijo ella. 
-- Sí...si no tiene, inconveniente.-- una llamada de teléfono, interrumpió la conversación.
-- Dime, Ramse. Bien, y tú, que tal?
-- De noche...estoy pensando, si tenía un plan, para esta noche-- dijo ella.
-- Hoy? -- preguntó Fabryk.
-- Esta noche? Vale, no tengo nada. Te llamo, cuando salga. Vale, hasta luego.--   terminó el la llamada.
-- Señorita Sanem? -- preguntó Fabryk.
-- Qué has, decidido? -- preguntó él.
-- Ya...me acuerdo, y estoy libre. Podremos trabajar, esta noche.
-- Magnífico! Bien...la veo, esta noche-- Can?
-- No le apetece tomar...ni siquiera, un te? -- preguntó ella.
-- Un té...nos lo podemos tomar, esta noche. Hasta luego.
-- Sí. Hasta luego. -- Bueno--dijo ella, después de que se fuera Fabryk.
-- Espera, un segundo-- dijo él.
-- Mm, espero. Cambiamos, de oficina? -- preguntó ella, al ver que él, le daba todos los archivos.
-- Estan son, todas campañas electorales. Quiero que los repases todo. De acuerdo?
-- Oh. Ya podías mirar tú, uno-- se dijo ella.

-- Dime Leyla-- respondió Embre, a la llamada de teléfono.
-- Ah. Señor Embre, he estado revisando, los correos, que han llegado. Y sabe la presentación, que ha llegado esta mañana? He visto que...le han enviado, una invitación.
-- En serio? Qué bien.
-- Sí. Se la estoy mandando, ahora mismo.
-- No hace falta. Si quieres, quedamos esta noche...y me la das, en mano.
-- Esta noche?
-- Sí. Si quieres...te invito ha cenar.
-- Ah...claro. Por mí, de acuerdo. Así le llevo la invitación, y nos vemos, esta noche. Entonces, donde quiere... que quedemos, señor Embre?
-- Tranquila. Yo te...recojo, vale?
-- Me parece, perfecto.
-- Vale, adiós. -- Voy ha salir-- le dijo a Aylim, que tenía una cara muy larga.
-- Viene, ha recogerme-- dijo Leyla, emocionada. -- pero voy a ir, con esta pinta? Madre mía. Tengo que ir, a casa. Me arreglo, con calma.
-- Leyla. Tienes que revisar, esto -- interrumpió ella.
-- Si no te importa, lo veo luego. Es que ahora, tengo que irme.
-- Adónde?
-- Es qué tengo, algunas cosas que hacer, sabes?
-- Qué cosas? Qué te pasa?
-- Voy a ver, al señor Embre, para darle, esta invitación. Gracias por ser, tan comprensiva. Hasta luego.
-- Oohh, Leyla.

-- Los teléfonos de médicos, sastres. Todos los que tengan-- dijo Mezquive, por teléfono--  ah... qué estoy haciendo? Una guía del barrio. Para localizar, el servicio que se necesite. Ah? De acuerdo, vale. Buenosdías. Adiós, hasta luego.
-- Quién era? Quién era ahora? -- preguntó Musafer.
-- Bernard.
-- Bernard, hala. Pues ya estamos, con la C. Cafedan, la modista.-- dijo Musafer. 
-- Cafedan? Tengo yo, su teléfono? Ah...es muy necesario.

-- Has terminado, con los archivadores? -- preguntó él, a ella. -- memoria fotográfica. Por cierto. Ya he solucionado, lo de la alarma.
-- Ni qué lo hubieses hecho, tú-- dijo ella-- pasa.
-- Por favor, las damas primero. Pasa-- dijo él.
-- Oh, que educado! Fíjate, qué cosa.-- dijo ella.
-- Qué dices?
-- No, nada, nada. Hablaba sola.
-- Pulsa tú, por sí acaso-- dijo él.
-- Nooo. Qué no quiero ser yo, la responsable-- dijo ella.
-- Los dos, a la vez. Cómo dice el poema: los pecados, que cometimos, los redidimos juntos.
-- No me interesa. No lo conozco. Eso se lo dices, a tú"Bamby.
-- Qué dices?
-- Has quedado, con tú amiga Yance, esta noche? -- preguntó ella.
-- Y tú, has quedado con Enso. Para trabajar, mm?
-- Mm. Sí, vamos ha trabajar, juntos. Estaremos juntos, y solos.
-- Solos?? Sí, lo he oído bien. Lo has, recalcado.
-- Mm.
-- Me parece, curioso.
-- Y, después...
-- Y después, qué?
-- Qué vas a hacer tú, con tú Bambi? Digo...con tú amiga, Yance?
-- Pues algo haremos...en casa.
-- Solos?
-- Y después...
-- Pues a lo mejor...me voy con el señor Fabryk, ha tomarnos, una copa.
-- No creo.  
-- Cómo que no, crees?
-- No creo, que no...vayáis ha tomar algo. Nosotros haremos, lo mismo. Mientras vemos una buena película. Seguro que Yance, trae una buena botella de vino.
-- Claro. Así, te atragantes.
-- Qué?
-- No he dicho nada. Dime, em. Qué clase de película, vais a ver?
-- Seguramente, una romántica. A Yance, les gustan mucho, las películas ñoñas.
-- Conque verá, una película juntos. Ah...creí que le gustaban, las películas de acción.
-- Noooo, que va. Si es una chica romántica. Ya sabes.
-- No me apetece mucho, ir a ningún sitio, con el señor Fabryk.
-- Pues...no, vayas. Tampoco hace falta, hacer sacrificios.
--  A lo mejor, vemos una película, en el cine. No sé.
-- Vais, al cine?
-- Mm.
-- Vaya. Qué tarde.
-- Tarde??
-- Mira...esto te lo voy ha decir, cómo amigo. No vayas a pensar, mal. Mañana vamos de acampada. Y vas ha llegar, tarde.
-- Claaaro!! Y me lo dices, como amigo.
-- Mm.
-- Tú también vas a ver, una peli. No te acuestes tarde. Vamos de acampada. Madrugamos. -- a ella, se le caen unas monedas, y al recogerlas entre los dos, sus ojos se miran. En ése momento, el guardia de seguridad, abre el ascensor.
-- Am. Qué lo pases bien, amigo.
-- Sí, amiga. -- Adiós-- le dice, al guardia de seguridad.

-- De día, en la oficina...no podéis hablar. Pero por la noche, sí podéis-- dijo Mezquive, a Leyla.
-- Mamá. Si ya te lo he dicho. El señor Embre, no va a la oficina. Su hermano y él, están enfadados. Soy el único contacto, que tengo en la empresa.
-- Oohh. Pués menos mal, que estás tú. Sino, se podía hundir la empresa. Pero qué buena chica, eres.
-- Mamá...
-- No contestes.

-- Hola Osman-- dijo Leyla, contestando al teléfono.
-- Oye Leyla...em. Ya estás, preparada?
-- Preparada? Para qué?
-- Sí. Habíamos quedado, para cenar. Lo he organizado, todo.
-- Ah, es verdad. Se me había olvidado. Lo siento mucho, Osman. Pero he quedado, con el señor Embre, por asuntos de trabajo. Se me había pasado, decirtelo.
-- Ah. Vale, no pasa nada. Yo sólo quería ayudarte...para que hicieras las paces con Sanem.
-- Ya hemos hablado. Y lo hemos arreglado, todo.
-- Vale. Pués...me alegro mucho. Pues... nada. Hasta otra.
-- Claro. Lo siento mucho, de verdad.
-- No te preocupes.
-- Ay madre! Está aquí! --dijo Leyla, cuando sonó el teléfono-- señor Embre? Sí. Ahora salgo. -- Mamá, me voy.
-- No llegues, tarde-- dijo Mezquive.

-- Vaya, por Dios. Dónde me estará esperando? -- se preguntó Leyla, al no ver el coche. -- casi mejor, le llamo.
-- Leyla. -- Embre, bajando del coche.
-- Ah, señor Embre. Perdone. Es que no veía, su coche.
-- Yaa!! Es que el mío, se ha quedado en el taller. Y me han dejado, éste.
-- Ya, claro.
-- Llevas el pañuelo. Te queda, bien.
-- Gracias. Quedaba bien, con el vestido.
-- Muy bien. Sube.

-- Hola, señor Fabryk? -- preguntó ella, por teléfono-- sí, sí. Mire...ya sé que le dije que esta noche, estaba libre. Pero...no podíamos, cambiarlo?
-- Señorita Sanem, se ha puesto enferma? Le noto la voz, cansada.
-- No...no estoy enferma. Sólo estoy, cansada. Es que hoy, he trabajado mucho. He tenido, una tarde...muy ajetreada. Y mañana madrugo, para ir de acampada. Sí no le, importa..?
-- Claro, claro. No hay problema. La salud, es importante. Entonces...empezamos la semana que viene.
-- De acuerdo. Hasta la semana, que viene.
-- Muy bien. Pues, cuidese mucho.
-- Muchas gracias. Uf.

-- A ver si adivino. Otra vez, te dió plantón.
-- Sí-- dijo Fabryk, con un gesto.
-- Para, mí...es que no quiere darte ese perfume. Por eso, no para de darte largas.
-- El problema, no es Sanem. El problema, es Can. Es que lo creo, que no soporte la idea, de que no quiera qué trabaje con ella. Y por eso, hace todo lo que puede, para impedirlo.
-- Bueno...yo creo, que no es un tema de trabajo. Sino que Can, siente algo por Sanem. Está celoso, y no quiere veros juntos. Eso es, lo que pasa en realidad.
-- Exacto. Es, verdad. Pero...no se da cuenta, de que eso, me da más morbo todavía. Mañana...me voy, de acampada.
-- Con ellos? Ah...ah. Lo dices, en serio?
-- Aunque se podía decir, que voy a ir, de caza.
-- Ay, por favor. Ése estilo de playboy, no te pega en absoluto. --
-- Jajajaja. Pero no me malinterpretes. No voy por Sanem. Voy a la casa, de Can.
-- De Can? C...cómo es, eso?
-- Yo te lo explico. Resulta que Can, es una persona, que no se relaciona, con nada, ni con nadie. Y creo que trabaja en la agencia...solo por su padre. Y...se divierte, con Sanem. Lo que hace es, jugar con sus sentimientos. Es un auténtico, don Juan. Pero la pobre Sanem, no se cuenta de eso. Y yó voy a ir, ha enseñarle la verdad-- qué equivocado, estaba.
-- Mm. Uuuhhh, jajaja.

-- Hola Yance. Sí...acaba de llegar a casa, y....estoy agotado. La verdad, es que ha sido un día de locos, y mañana nos vamos de acampada, para hacer experimentos. Te importaría, si lo dejamos, para otro día? -- preguntó él.-- sí, exacto. Eres muy comprensiva. Te lo agradezco. Oye, te apuntas? Síii, no hay problema. Vente también, de acampada. Genial. Ahora mismo, te mando la hora, y el lugar. De acuerdo? Vale, pues hasta mañana. Adiós-- la qué se iba a armar!!

-- Le mando, un mensaje? -- se preguntaba ella, mientras comía pipas.-- ó le llamo. Ó le mando, un vídeo. Ó un,  audio. No, un audio, no.
"Qué haces? Estás como una cabra-- le dijo, la voz.
-- Tú no te metas. Ahora no me empieces ha liar. Cómo haces, siempre.
"Siento curiosidad. Qué le vas, ha decir?
-- Tranquila. Seré profesional. Observa.

-- Sanem? -- contestó él, la llamada. -- Sanem? No te oigo. Hay mucho ruido de fondo. Así no te puedo, oír. Sal a un sitio, donde no haya música. No te entiendo-- decía él, mientras que ella se reía.
-- Hola? Can.-- salto de pronto ella. -- Can?
-- Hola?
-- Perdona. Te he llamado, sin querer-- mintió ella.
-- Has llamado, sin querer? -- preguntó él.
-- Am...es que aquí, hay música. Am...he salido con el señor Fabryk, ha cenar...fuera. Por eso, se oye tan mal. Por la música.-- mintió.
-- Pero no ibais ha trabajar, esta noche? Pensé que vosotros, estariais trabajando. Así que habéis ido, ha cenar fuera, y...a un sitio con música.
-- Am...es que me ha entrado, un poco de hambre. Y, entonces...ya sabes.
-- Entiendo, entiendo-- Yance. No pares la película, que voy, ahora mismo-- mintió. -- sino...rebobinamos. No te preocupes. Sí...rebobinamos. No pasa nada. Tú, ponte cómoda. Cómo en tú casa. Ahora voy.
-- Ponte, cómoda-- se dijo ella, celosa-- haber...am...parece que estáis viendo una peli. No quiero, interrumpirte.
-- Sí...ahora mismo, estamos viendo una peli.
-- Y a ella le has dicho...qué se ponga...cómoda.
-- Mm.
-- Pab, pab, pab. Ajajaja. Ah...señor Fabryk, por Dios-- fingió -- qué es esto? Champán? Madre mía. Ay, madre mía. Qué no me lo puedo creer. Muchísimas gracias, pero ya no puedo beber más. Qué luego, me pongo...jajaja, muy tonta. Usted cree? Bueno, una copa más. Estás seguro? Entonces yom...
-- Yance. No habras esa botella. Qué yo tengo, vino español-- mintió--será mejor. Sí, éste. Es para ocasiones, especiales. Trae esa botella. Abrela.
-- Perdona? Vino...vivo, español? Pero a tú Bam...Yance, no le gustaba el te? Porque le servi, una tetera entera. Sino, no se la beberia. Y por eso, me pagas, sabes? -- Ay, pero señor Fabryk. Pero qué bien, baila! Hay que ver, que energía. Pero dónde ha aprendido usted, ha bailar tan bien? -- fingió. -- bueno claro...si quiere...es que yo no bailo, muy bien. Vale, vale. Ya voy.
-- Ahora estáis bailando, los dos? -- preguntó él.
-- Sí...,ya te digo. Hasta el amanecer. Y yo, ya no sé, que hacer.
-- Hija. Baja un poco el volumen, que no oímos nada-- interrumpió de pronto Mezquive. -- te estamos gritando, todo el rato, y tú, ni te enteras. Ay, señor.--Mezquive, descubrió la mentira.
-- Ah...ja. Sanem? Están tus padres, ahí contigo?
-- No...es que la música...está muy alta. Em...pues voy ha colgarte. No quiero, molestarte. Cuelgo, vale?
-- Ajá, sí claro. Por lo qué veo, no estás fuera. Sino que no, has salido, de casa. No hace falta que sigas. Estás, en casa. Se nota.
-- Se...nota, mucho?
-- Síii.
-- Pero, porqué? Era broma. Te estaba gastando, una broma. Jajajaja. Somos amigos, y los amigos, también se gastan bromas, jajaja. Bueno...y tú sigues...con la tele. No te interrumpo más.
-- Síii. Yo también, estaba de guasa. Y te lo has creído.
-- Qué...de guasa? Lo...lo tuyo, también era broma? Bambi...digo, Yance, no está contigo?
-- No.
-- Y ése vino...español?
-- Nada.
-- Qué me dices? Genial!! Haber...me refiero, a la acampada de mañana. Así...no podemos acostar, temprano. Los amigos están, para estas ocasiones. En fin, no querría, que llegases tarde mañana. Claro. Me preocupo, cómo amiga.
-- Pués claro, amiga. Claro.
-- Claro...pues ya no te molesto más.
-- Vale. Pues...hasta mañana, entonces.
-- Adiós. Qué duermas bien, amigo.
-- Y tú, adiós.
-- Ahhh!
"Huy, que profesional. -- le dijo, la voz.
-- Ya ves. Muy, profesional. -- dijo ella.

-- Te gusta, la comida? -- preguntó Embre, a Leyla.
-- Está deliciosa. Es un restaurante, muy bonito.
-- Te gusta? He acertado. Leyla.
-- Señor Embre-- dijeron, a la vez.
-- Jajaja.-- rió.
-- Usted, primero.
-- No, no. Hazlo, tú.
-- Por favor, hable usted.
-- No. Hazlo tú.
-- Sólo quería preguntartle...a hablado, con su hermano? Hay...alguna esperanza?
-- Aún no. Prefiero hablar...de cosas agradables. De ti, Leyla.
-- De mí...?
-- Tú siempre, me escuchas. Ahora, me toca a mí. Dime...cómo te va la vida? Estás bien? Eres feliz?
-- Bueno...más o menos. Y con Sanem, estoy mejor. Es un gran alivio. Vamos a hacer, las paces.
-- Me alegro mucho, sí. 
-- Y hace poco, han elegido a mí madre, como presidenta de la...asociación de vecinos.
-- No me digas?
-- Sí, sí.
-- como, ha sido?
-- Pues en realidad, todo empezó con una riña, entre mí madre, y otra vecina del barrio. Son las dos, unas mujeres muy cabezotas, y luego...murió, el antiguo presidente...

-- Tía. Me encanta, el regalo, que te ha hecho-- dijo Ayham.-- la verdad es que es, una auténtica chulada. Y...ya se nota...que Can...está coladito...por ti...y te quiere.
-- Me quiere. Me quería. Ya te he dicho, que solo somos amigos-- dijo ella.
-- De momento.
-- Pero...qué más, puedo hacer? Dice...que no confía, en mí. Y tiene, razón. Ya te he contado, mí pesadilla. Y no se me va, de la cabeza.
-- Juju. Pues a mí no se va de la cabeza, que los dormisteis juntos. Jajajaja.
-- Jajajaja. Ooff. Estar cerca de él...para guardar las distancias...es muy difícil. Ah, y sabes...que es lo peor?
-- Qué?
-- Que nunca, volveremos a ser, novios.
-- En el amor, no se puede decir nunca. Sólo debes tener...algo de paciencia.
-- No me queda, más remedio.
-- Geygey y yo, también hemos decidido, ser amigos. Para qué...vayamonos conociendo, poco a poco. A lo mejor así...nos vamos enamorando el uno del otro. Pero no podemos, estar juntos. Ya has visto, que no funciona.
-- Ayham...quieres venirte, de acampada?
-- En...serio? Tú crees, que puedo apuntarme?
-- Sí, claro. Nos han dicho que invitemos a amigos, si queremos. Y tú eres, la única amiga que tengo.
--Ahh, Sanem. Muchísimas gracias.
-- Jaja. Y Can...también estará.
-- A lo mejor, me quedo a solas, con Geygey.
-- Y yo, con Can, como amigos.
-- Nosotros también, claro.
-- Nosotras somos amigas, y ellos, nuestros amigos.
-- Aha, m...-- dijo Ayham, abrazandola.
-- Preparamos, la ropa?
-- Vale.
-- Pues, vamos.
-- Jaja.
-- Y esta? -- preguntó ella, enseñando la ropa que iba ella llevarse.
-- Mola.

Continue Reading

You'll Also Like

49K 2.9K 30
bueno, está será una historia ship de Catnap y dogday, trataré de que está historia sea lo más entretenida posible, lamento si algunas veces la histo...
12.1K 1K 20
Una de la últimas sobrevivientes de un clan que se creía extinto sigue con vida... Unos de los clanes que talvez varios se preguntaron siempre que pa...
14.7K 1K 19
Una noche lluviosa y un accidente los obligan a pasar juntos la noche. ¿Surgirá el amor entre Eda y Serkan? (Fanfic extendido del one shot Una noche...
96.6K 6.8K 65
Hola, está es mi primera historia y pues quise empezar con esta historia de esta hermosa pareja los personajes no me pertenecen si no te gusta este...