Tenebris

By Val_Ales

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Amores prohibidos e imposibles, todos saben que ese tipo de relaciones terminan en tragedia. ¿Serán ellos una... More

Guía
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Lucidus, segunda parte

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By Val_Ales

Dedicatoria a: @winniexxxin ¡feliz cumpleaños! 💓

TaeYong

Me apoyé en el barandal y cerré los ojos con suavidad, disfrutando del gélido viento y del ligero raspón que se sentía en mi piel. Recordaba que de niño el invierno era mi temporada menos favorita, mi condición era peor y pasaba los dos meses conectado a una máquina en el hospital. Mi madre y padre rotaban para quedarse a mi lado, lo que me ponía triste al verlos temblar de frío. El invierno para mí era soledad y dolor, pero ahora era todo lo contrario. Antes era una época de muerte, donde sentía con más cercanía el final, mas en la actualidad se sentía como estar vivo de nuevo. Los muy ligeros escalofríos, las manos más heladas de lo normal, labios resecos y uñas azules eran lo más cercano a la humanidad que tenía. Y lo disfrutaba al máximo porque sabía que pronto dejaría de sentirlo.

Abrí los ojos para ver el bonito paisaje. El peligro estaba a unos metros más allá, pero eso no me impedía disfrutar de lo precioso que de veía el bosque cubierto de blanco. La nieve le daba un toque más fantasioso de lo que ya era, haciéndolo ver cómo una de esas escenas de películas de ciencia ficción que a mi hermana tanto le gustaban. Era, sin duda, una vista magnífica. JaeHyun hubiese quedado encantado de estar aquí.

JaeHyun.

Mordí mi labio al visualizarlo a mi lado, con ese porte tan principesco que tenía y el rostro de rasgos suaves y masculinos a la vez. De seguro tendría una muy pequeña sonrisa en los labios, lo suficiente como para marcar los huequitos en sus mejillas. Miraría todo con detenimiento como quien buscaba guardar cada detalle en su memoria para recordarlo con nitidez en los siguientes días. También tendría las mejillas rojas por el frío, la piel mucho más sonrosada de lo que era por naturaleza. Se veía especialmente bonito cuando admiraba algo que le gustaba.

Fruncí el ceño al notar la gran sonrisa que se me había formado. No era nada correcto considerando porqué estaba aquí. Debía apartar a JaeHyun de mi mente y concentrarme en el plan que habíamos trazado hace unos minutos y en otros alternos por si se presenta algún inconveniente.

Y aun así mi mente regresó a la imagen de JaeHyun en el instituto, una mueca confundida en el rostro al no vernos en ninguna parte. Para los demás luciría intimidante, pero yo solo podía pensar en lo adorable que se vería.

—¿En qué piensas que tienes esa sonrisita? —salté más por costumbre, poniendo una mano en mi corazón por puro impulso— Veo qué hay cosas que no se quitan.

BaekHyun entró a la azotea con dos copas en la mano, ambas llenas de sangre hasta la mitad. Tenía una expresión burlona en el rostro, pero también noté la melancolía en sus ojos.

—En nada. —mentí apoyándome en la baranda y viéndolo acercarse.

—Corrijo, no en qué, sino en quién. —me extendió una de las copas, la cual tomé con gusto.

Tomé un sorbo desviando la mirada, sabiendo bien que no podría engañarlo. Me conocía como la palma de su mano, veía con claridad dentro mío como ninguno. Bueno, no como ninguno, DoYoung también lo hacía.

Me resultaba algo aterrador y a la vez confortante lo bien que me leía. Llevábamos cinco años conociéndonos, una buena cantidad de tiempo, pero aún no me acostumbraba del todo. Con la cantidad de personas que conocía aquí en Corea y el otro montón en otras partes del mundo, me sorprendía que recordara cada manía mía.

—¿Acaso ya le hiciste caso a DoYoung? —lo miré con enojo fingido, uniéndome después a la carcajada que soltó— Es broma, sé que no se quieren de esa forma. Igual es extraño porque tienen una de las mejores químicas que he visto en toda mi vida. Y eso es mucho.

—DoYoung no tiene nada que ver. —aclaré por si acaso— Y, como dije antes, no es nada importante, hyung.

BaekHyun chasqueó la lengua y me miró aburrido— Pensé que ya te había quedado claro que a mí no podías engañarme. —se apoyó a mi lado, dando un pequeño sorbo de su copa— Si no fuera importante, no tendrías esa sonrisa. Creo que nunca te he visto una igual. Muchas parecidas sí, pero ninguna tan radiante como esa.

Me escondí detrás de mi copa, algo avergonzado por lo que dijo. El TaeYong humano estaría rojo como tomate ahora, agradecía haber perdido esa habilidad hace unos años.

—No te diré que no te voy a presionar, porque eso es justo lo que voy a hacer. —sonrió con tristeza— No sabemos si vamos a salir vivos de esta, TaeYongie, y no quiero que te quedes sin liberarte de eso que te carcome la cabeza.

Bajé la cabeza admitiendo que tenía razón. Tal vez no regresaría y me quedaría sin contarle a alguien lo alegre que me sentía últimamente— Tienes razón. Pero no le puedes decir a nadie más, hyung. Solo a ChanYeol hyung. —añadí interrumpiéndolo, sabiendo que eso era exactamente lo que iba a decir.

—Promesa. —alzó su dedo meñique, entrelazándolo con el mío mucho más huesudo.

—Es JaeHyun. —miré a la entrada de la azotea para asegurarme de que nadie vaya a entrar— Hemos estado pasando mucho tiempo juntos desde hace unos meses y yo... Hyung, ¿cómo te enamoraste de ChanYeol?

BaekHyun sonrió en grande por mi pregunta. Era una sonrisa ligeramente distinta a las que normalmente hacía. Esta era más cercana a la natural, solo un poco— Lo primero que debes saber es que el término "enamorado" es muy diferente al de los humanos. Ya sabes, nosotros no podemos sentir algo tan puro como el amor. —asentí con amargura— Para mí, el enamorarme de Chan fue encontrar a la persona correcta con la que me veía pasando la eternidad. No había nada de mariposas en el estómago ni sonrisas embobadas o mejillas sonrojadas. Yo lo supe porque cuando estaba con él me sentía más cómodo y seguro, como si al fin encontraras ese lugar especial en el mundo. Me era ridículamente sencillo el pasar todos los días la misma rutina si es que él estaba conmigo, así que eventualmente se lo propuse. Yo, porque Yeol es algo lento para esas cosas. Y fue tal vez la mejor decisión de mi vida, porque durante todos estos años que llevamos juntos, en ningún momento me paré a pensar en lo tediosa que es la inmortalidad.

Sonreí por lo bonito y cálido que se veía hablando de ChanYeol. Había teñido razón en todo. Su sonrisa no era una embobada, como esas que ponía John cuando miraba a TaeIl, sino una serena y casi en paz. Sus ojos no brillaban, nunca lo hacían, era imposible; pero tenían una forma distinta. Más grandes, más animados. Me preguntaba si esa era la expresión que tuve hace unos momentos.

—Pero debes recordar que yo conocí a ChanYeol cuando ambos llevábamos tiempo de habernos convertido en vampiros. Tú tienes un año más todavía, debes sentirte algo diferente a lo que yo describí.

—Se parece mucho a lo que siento, tal vez por lo poco que me queda para la inmortalidad. —dije sincero— Pero sí, hay ciertas cosas que no terminan de cuadrar.

—¿Como qué? —preguntó viéndose interesado al máximo.

Me detuve un momento a pensar, recordando cómo me sentía cuando pasaba largas horas con JaeHyun en nuestro lugar especial— Como un cosquilleo en las manos, y unas tremendas ganas de pegarme a él.

—Eso es hambre. —me reí con fuerza por lo que dijo, derramando un poco del contenido de la copa.

—Podría ser, hace mucho que no pruebo sangre humana. ¿Crees que la suya sepa diferente por ser un semi demonio? —detuve lentamente mi risa al ver que BaekHyun había tomado un semblante más serio.

—No debes confiarte, Tae. JaeHyun parece bueno, lo he estado vigilando más de lo que crees. Yo sabía de tus escapadas desde el inicio, pillo. —di un trago rápido evitando su mirada— Pero eso no quita que lleva la maldad pura en su sangre. Puede que solo sea un poco, pero basta para hacerlo peligroso. No confíes en él hasta estar cien por ciento seguro de que no te traicionará.

—Tendré cuidado. —prometí terminando toda la copa.

La puerta se abrió y de ella entró DoYoung. Llevaba un saco algo grande, de seguro perteneciente a ChanYeol. Alcé una ceja dispuesto a burlarme de lo despeinado que estaba y de como la ropa lo hacía verse pequeño, pero su expresión me detuvo. Tenía los ojos algo agrandados y el ceño fruncido, sus manos estaban hechas puños y todo su cuerpo parecía tenso.

BaekHyun dio un paso hacia adelante, tomando ese semblante oscuro que casi nunca veía y discordaba mucho con el alegre vampiro de hace unos segundos.

—Se están acercando. —avisó DoYoung antes de bajar a la segunda planta de nuevo.

BaekHyun suspiró antes de terminar su copa también. Pasó su lengua por la comisura, deteniendo la gota escarlata que quería bajar a su barbilla. Volteó para mirar al bosque y frunció más el entrecejo, como quien buscaba captar cualquier movimiento. Traté de hacer lo mismo pero con mi oído, sin embargo, lo único que lograba escuchar era la ventisca y los pasos que daba DoYoung hasta el estudio.

—Tiene razón, se están moviendo. —confirmó BaekHyun después de unos segundos.

—¿Cuánto tiempo? —pregunté despegándome de la baranda y siguiéndolo hasta la puerta.

—Unos quince o veinte minutos. Avanzan con calma, no tienen ninguna prisa en llegar.

Alcé las cejas confundido— ¿Qué crees que planeen?

Abrió la puerta sin bajar las escaleras aún, girando para mirarme a los ojos con los suyos ensombrecidos— Esa es la peor parte, Yongie, no lo sé. Pero si de algo estoy seguro es que todo lo que está pasando con los lobos y los brujos no es casualidad. Casi pareciera como si estuviese conectado.

ZiTao y Kun habían estado preocupados durante todos estos días, yendo de un lado hacia otro asegurándose de que todo marche en orden y de investigar lo que pudieran sobre cómo vencer a cada una de esas criaturas. Por lo que me había dicho, los brujos superiores que aún estaban en Corea habían sido informados de la situación, pero eran tan pocos que de llevarse a cabo una batalla tendrían que recurrir a algunos brujos de último año. Los padres de Kun, YangYang y la madre de XiaoJun seguían acá, por lo que entrarían a pelear juntos con otros dos brujos más. Sin embargo, la mayoría estaba fuera del país. Ellos viajaban por el mundo todo el tiempo, era como si no pudiesen quedarse en un mismo lugar por más de dos meses. Pero aun así era extraño que lo peor se avecine justo cuando la mayoría de brujos estaban fuera de rango.

No sabía mucho de los lobos, TaeIl era un persona más discreta, pero no tenía que escucharlo de su propia boca para saber que su situación era igual o peor a la nuestra. Si no estaba equivocado, hoy habría luna llena, y esa era una gran desventaja para ellos. Me preocupaba lo que podría pasar con un montón de alfas bajo los efectos de la luna y todos los omegas concentrados en un solo lugar. Perdían la conciencia, y estaba seguro de que el puro instinto de emparejarse sería mucho más fuerte que la razón.

Y todo eso me llevaba a pensar, ¿tendría la llegada de los semi demonios algo que ver? JaeHyun no me había dicho nada sobre eso, parecía como si no supiera lo que pasaba a su alrededor aparte de lo que yo le contaba. Me hablaba y reía con tanta naturalidad que quería creer que no sabía el gran problema que se había generado unos meses después de su llegada. Había visto de lejos a Mark y a Ten, pero ambos seguían actuando con normalidad. Bueno, lo que se podía considerar normalidad. Aunque estaban esas veces en las que atrapaba a Ten mirando a DoYoung, y en algunas de ellas él le regresaba la mirada. Yo lo ignoraba, tenía muchas cosas en la cabeza como para ponerme a pensar en lo que pasaba entre ellos, pero ahora que lo recordaba tal vez sí debí investigar.

Sentí una presión en mi mano y como era bajada. No me había dado cuenta de que había estado mordiendo mi dedo pulgar hasta que él envolvió mi mano en la suya. Alcé un poco la cabeza para mirar a DoYoung. Se veía tan imponente y serio, totalmente diferente al chico vergonzoso que solía ser conmigo. Dio un apretón en mi mano y me guió hacia el estudio. No sabía que ya había bajado a la segunda planta.

Cuando entré BaekHyun, ChanYeol y Yuta ya estaban ahí. Los mayores hablaban entre ellos revisando el mapa y Yuta de había sentado en un sillón con los ojos cerrados y la cabeza tirada hacia atrás. Me acerqué a él e hice un pequeño masaje en sus hombros. DoYoung decía que mis dedos huesudos eran buenos en eso, esperaba sea verdad.

—Solo tenemos a tus padres, TaeYong, y a los de ChenLe. Hay unos pocos nobles que mandaron a sus sirvientes, algunos fuertes y otros más débiles. No hay mucha ayuda, tendremos que darlo todo. —dijo BaekHyun levantando la vista del mapa y mirándonos.

—¿TaeYeon no mandó a nadie? —me dolió escuchar la decepción en la voz de DoYoung.

—No. Ni siquiera respondió la carta que le mandé. —BaekHyun hablaba con resentimiento. TaeYeon y él habían sido cercanos en el pasado, era obvio que al menos una parte de él esperaba recibir su apoyo.

—Pero YooNa sí. —miré sorprendido a ChanYeol— Unos tres vampiros fuertes, serán de mucha ayuda.

—No se confíen, ellos están aquí para protegerme a mí. —Yuta abrió los ojos solo un poco— Ella no se arriesgaría a perder a su único heredero.

Su voz había salido tan neutral y apagada, literalmente como un muerto en vida. No esperaba nada de YooNa, él ya había terminado de aceptar que ella no haría nada que no le convenga.

—Incluso si esa es la razón, podemos aprovecharla. Te obedecerán sin dudarlo, úsalo a tu favor. —aconsejó BaekHyun.

Se separó de la gran mesa y avanzó a la salida, siendo seguido por ChanYeol. Fruncí el ceño al verlo concentrado, de seguro escuchando algo a lo lejos. Puse más atención a mi alrededor y pude captar lo que le había llamado la atención. Unas pisadas rápidas, como de cuatro personas. Me sobresalté cuando llegaron hasta la puerta principal de la casa y tocaron el timbre.

—Al fin. —murmuró BaekHyun con alivio y bajó a atenderlos.

—¿Quiénes son? —le pregunté a ChanYeol antes de que siga a BaekHyun.

—Tus padres y los de ChenLe. —sonrió viéndose adorable incluso con su inmensa estatura y la cicatriz de su ceja.

Me apresuré a seguirlo, ansiaba ver a mis padres después de tanto tiempo separados. No había ido a visitarlos desde la fatídica reunión, así que me preguntaba qué habían estado haciendo durante todos estos meses.

Bajé las escaleras casi corriendo, pasando a ChanYeol y alcanzando a Baek tan pronto abrió la puerta. Habían cuatro siluetas detrás de ella, pero mis ojos sólo podían enfocarse en las dos de la derecha.

JiEun tenía el largo cabello negro en un elegante recogido con pedrería escarlata dándole un detalle más lujoso. Vestía un vestido negro de encaje que le llegaba un poco arriba de la rodilla, guantes negros cubriéndole las manos y una pulsera con zafiros incrustados encima. Todo en ella gritaba fineza, incluso los botines negros que en cualquier otra persona hubiera arruinado el vestido.

TaeMin tenía en flequillo hacia el lado, dándole un aspecto mayor y mucho más refinado. A diferencia de JiEun, él iba más simple pero no por eso menos elegante. Toda su vestimenta era de color negro, desde la camisa satinada hasta los pantalones de vestir y los zapatos. Tenía un brazalete que se unía a los anillos de su mano con cadenas de plata. Piedras de zafiro en cada dedo.

—¿No vas a venir a saludarnos, TaeYong-ah? —la voz satinada de TaeMin me sacó de mis pensamientos. Tenía los brazos extendidos, esperando un gran abrazo.

Yo fui a pasos lentos apenas conteniendo las ganas que tenía de darle un fuerte abrazo. Él era tan solo un poco más alto que yo, pero sentía como si me sacara una cabeza.

Después miré a JiEun, que tenía una mirada más calculadora en su rostro de muñeca de porcelana. A veces me encontraba a mí mismo analizando sus facciones, pensando en cómo alguien con un rostro tan joven pueda tener muchos más años que todos nosotros juntos. La rodeé con cuidado, incluso si sabía que era muchísimo más fuerte que yo. Ella me devolvió en abrazo, encajando sus pequeñas y delgadas manos en mi cintura.

—¿Cómo han estado? —pregunté después de dar una venia a los Zhong con educación.

—Ocupados. JiEun tuvo que... —ella le dio un golpe en el tobillo con el tacón de su botín— Nada.

—Ya sabes que nuestra familia se extiende por todo el país e incluso hasta Japón. Uno de los nuestros murió y tuve que hacerme cargo de lo que dejó sin completar. —asentí sin creerle del todo. Era difícil saber si un vampiro te mentía, mucho más si era un noble con tanta sabiduría como ella —DoYoung, Yuta. —volteé un poco para ver que ambos se habían puesto a mi lado, dando una venia a mis padres.

—Será mejor que empecemos ahora con el plan, BaekHyun. —la madre de ChenLe habló. Tenía su brazo entrelazado con el de su pareja, ambos teniendo ese porte elegante y cálido a la vez.

—Solo nos tomará unos minutos. Síganme.

Estábamos por voltear cuando un ruido extraño resonó por todo el bosque. Se escuchaba cerca, de seguro de los cazadores.

Todos tenían el ceño fruncido y las garras afuera. Sus iris se habían tornado escarlata y la mirada era filosa y gélida, analizando cada movimiento, sonido y olor que represente una amenaza.

—Bueno, supongo que ya no tenemos esos minutos. —Yuta tomó un gran sorbo de la copa que traía en mano y limpió sus labios con la manga de su saco, dejando apenas una pequeñísima mancha roja en él— Es hora de quebrar algunos cuellos. —sonrió de lado y sacó la gran cuchilla que había traído.

—Puedo ver algo de YooNa en él. —susurró la mamá de ChenLe cuando Yuta salió de la casa.

—Se parecen, pero al mismo tiempo son muy diferentes. Yuta es más sentimental, más humano, espero eso no se vaya cuando alcance la inmortalidad. Le respondió JiEun saliendo detrás de Yuta.

Miré a DoYoung con algo de angustia. Esperaba de verdad que Yuta haya estado lo suficientemente lejos como para no haber escuchado la conversación entre ambas vampiresas. Si había algo que él detestaba más que a YooNa misma, era ser comparado con ella. Yo sabía que era inevitable que después de tantos años de haber sido criado por alguien desde una edad tan joven, era inevitable que ciertos comportamientos o características de su personalidad se peguen a la tuya. Yuta también lo reconocía, me lo había confesado un día hace un par de años, y el odio que destiló por su voz cuando me lo dijo era inmenso.

Salí de la casa de último cerrando la puerta detrás mío. Ya no habían rastros de JiEun, TaeMin o los Zhong, a BaekHyun y ChanYeol aún los sentía cerca, y Yuta lo estaba aun más. DoYoung me miró esperando a que yo avance primero, cosa que hice sabiendo que una discusión por quién iba atrás no era lo más idóneo para este momento. Así que corrí lo más rápido que podía con él pisándome los talones.

La nieve ralentizaba un poco nuestros pasos, ir por las ramas de los árboles sería mucho mejor que seguir corriendo sobre esa densidad, pero nos tomaría unos cuantos preciados segundos el subir a un punto alto y no podíamos darnos el lujo de demorar. Estaba seguro que todos los demás habían trepado, años de experiencia y tener los sentidos al limite les daba más agilidad que nosotros.

Para cuando llegamos a la frontera, no pude ver a nadie cerca. Sabía que JiEun y TaeMin estaban ocultos entre las copas de los árboles, por lo que asumí que los demás también. Intenté escuchar algo o captar el olor de la sangre humana para averiguar su ubicación. Era consciente de que estaban aquí. Ocultos, pero más que listos para atacar.

—¡TaeYong! —escuché la voz de DoYoung unos pasos detrás mío.

Apenas vi una línea cruzar el camino desde un árbol hasta mi corazón. Escuché el zumbido, sentí como cortaba en aire, pero era algo tarde. El último microsegundo lo gasté en cerrar mis ojos y esperar lo peor, mas el dolor nunca llegó. Abrí los ojos al instante, viendo el cabello rojo de Yuta escapándose de la liga y su mano deteniendo el destino de la flecha. La alzó para analizarla, dejando frente a mis ojos la punta de plata.

—Ellos no traen balas, eso es bueno. Ya vimos que se pueden detener. —sonrió con socarronería y partió la flecha a la mitad, lanzándola muy lejos de donde nos encontrábamos.

Lo aparté de un empujón cuando vi otras dos flechas dirigidas a nosotros, pero esa vez tampoco llegaron a herirme. BaekHyun había detenido una y la otra la sostuvo TaeMin.

—No los traje para estar salvándoles el pellejo. —regañó Baek agarrando la muñeca de Yuta y jalándolo hasta quedar escudados detrás de un árbol.

—Despierta, TaeYong. Acá no puedes bajar la guardia ni un solo segundo. —TaeMin hizo lo mismo conmigo y quedamos protegidos por otro árbol, viendo una flecha más pasar a nuestro lado.

Asentí y enfoqué mi mente en la pelea. Yuta había tenido razón, al menos las flechas podíamos detenerlas por el astil. Con balas las cosas se hubieran complicado más para nosotros, me preocupaba cómo lo estaban haciendo los lobos teniendo en cuenta lo grandes que eran sus cuerpos.

TaeMin miró hacia arriba, comunicándose sólo con los ojos con JiEun. Llevaban muchos siglos juntos, habían enfrentado mil y un situaciones peores que esta, no necesitaban palabras o señas para decir lo que pensaban. Así que cuando TaeMin me susurró un "ahora" no dudé ni un segundo en seguirlo y cruzar la distancia que me separaba del árbol del cual había salido la primera flecha. El hombre me miró sin miedo alguno, como si hubiese estado esperando ese momento. No demoré en quitarle el carcaj con las flechas con una mano y sacarle el corazón con el otro. Sus ojos perdieron todo rastro de vida y su cuerpo cayó en un golpe seco sobre la nieve, manchando la arena blanca de rojo. Tiré el órgano a su costado y lancé el carcaj arriba, que fue recogido por ChanYeol, quien se encargaría de él.

Fui al árbol de la derecha escuchando el rápido latir de un corazón. Me encontré con un hombre más joven, visiblemente asustado, tensando una flecha en el arco con las manos temblando frenéticamente. Esta vez tuve algo más de piedad. Aparté el arco de un manotazo y quebré su cuello en un movimiento crudo. Dejé el cadaver en el suelo y me deshice yo mismo de su carcaj.

Yuta estaba matando a otro cazador como yo lo había hecho con el primero. Lamió la punta de sus dedos manchados de sangre y sonrió sádicamente antes de hacer lo mismo con el hombre que apuntaba a su cabeza. No tenía misericordia, los mataba con un brillo en los ojos que dejaba en claro lo mucho que lo estaba disfrutando.

Me obligué a hacer lo mismo, pensando en que si seguía sintiendo compasión por estos hombres terminaría muerto en pocos minutos. Ellos no la tendrían al apuntar, así que yo tampoco.

No sonreí mientras quebraba los cuellos de otros dos cazadores más, pero tampoco los miré antes de dejarlos caer. Habían muchos más por matar, y un segundo de duda bastaba para perder.







¡Hola hola! ¿Cómo están hoy? Espero que muy muy muy bien.

Capítulo desde la perspectiva de TaeYong para ver cómo la están llevando los vampiros. ¿Qué creen que pase? ¿Alguna muerte?

Por cierto, esto sucedió el mismo día que el capítulo anterior, por eso TaeYong menciona la luna llena.

Se viene el pov de los brujos, ¿adivinan quién lo va a narrar? Pista: hace mucho que no tiene un capítulo suyo.

En fin, espero les haya gustado mucho (más a ti, @winniexxxin ). Tomen agua, coman bien y descansen.

¡Nos vemos el martes!

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