-¿Alguna duda que tenga señorita Banks, sobre el trabajo que va a realizar? -preguntó el profesor Green.
-No. -respondí sin ánimos.
-¿Quiere hacer algún comentario de conclusión u opinión? Hace días que no lo hace.
-No tengo nada que decir. He entendido la clase, gracias.
Escucho esa típica expresión de cansancio cuando respiran bruscamente.
-Es todo entonces. Que pase un excelente día.
Mi profesor se retiró finalmente.
Llevo al menos 3 días esta semana sin parar de llorar. La visita de mis primos y Chris fue una completa tortura. Traté de hablar con Kathy pero ella nunca contestó a mis llamados, el doctor Morris dijo que por esta vez no podía tenerme porque estaba de vacaciones y Joe... a pesar de lo que escuché de Marie lo llamé, le mandé textos y nunca contestó. Tampoco ha venido después de clase a alegrar mi día, así que he de suponer que Marie tenía razón después de todo. Yo tenía esperanza que fueran sus inventos pero no, esto lo comprueba todo. He sido solo un estorbo.
Se cansó de fingir ser bueno conmigo, y me dolía darme cuenta de lo que en realidad era Joe.
El otro lugar donde podía quedarme era la institución y mi padre terminó sacándome de ahí diciendo que no podía quedarme en ese lugar, sino en casa. Me aseguró, no más problemas para mí, pero sabía que eso era una mentira.
Cuando la familia estaba reunida, mis primos y Chris no hacían comentarios, y cuando estaba sola, tal vez mano decían cosas de mí pero si cosas referentes, cosas desagradables de personas como yo, catalogándonos de inútiles. Por si eso fuera poco, ocurrió lo inimaginable refiriendome a Marie. En solo pocos días, Maroe consiguió hablar con Joe y sé que lo hizo a proposito. Hablaba por telefono cuando estaba alrededor y ponía el altavoz para que yo lo escuchara.
Fue lo que más me dolió, acertar mis suposiciones debido a ello.
A ella le contestaba las llamadas o le llamaba, mientras que conmigo no hablaba más; incluso, creo que quedaban para verse, le tomó interés a ella y a mí me dejó de lado.
Todos tenían razón ¿quién quisiera pasar tiempo con una ciega que necesita ser cuidada? ¿Por qué perder el tiempo?
Exacto, ¿por qué me mintió y fingió cada una de sus actitudes? ¿Para qué desperdiciar su tiempo conmigo así?
Marie tiene ese don con el que se gana a la gente, ya lo hizo con Joe. Seguramente la pasan muy bien.
Yo era un estorbo y Marie no.
-Kim -me sobresalté y limpié mis lágrimas rápidamente -el profesor Green de nuevo se está quejando de tu actitud y... cariño ¿por qué lloras?
Por más que traté de detenerme no podía y más estúpidas lágrimas escurrían por mis mejillas.
-Puedes hablarme de lo que sea Kim ¿qué ha sucedido? Tienes días algo seria ¿está todo bien en casa? -negué con mi cabeza.
-Mis primos y Chris estuvieron en casa. Quise una salida para no vivir el infierno pero, la única persona que creí me ayudaría le dijo a Marie cómo se sentía respecto a mí. Él... Yo era para él una carga en su vida -dije entre sollozos -Señorita Hill por favor dígame la verdad ¿Es cierto que Joe fue castigado y tenía que hacer algo de caridad aquí conmigo?
-Sí, Joe tiene que venir algunas veces aquí como parte de un fuerte castigo de algo que hizo y yo entrego algunas cartas afirmando su asistencia pero muchas otras veces lo hace voluntariamente y viene aquí por ti no por el castigo.
De nuevo algo en mi interior se quebró, no importaba si resulta que algunas veces lo hace voluntariamente, el punto es que es parte de un castigo y lo demás es lástima, está fastidiado de todo lo que soy, de lidiar, de ser un buzón de quejas, de tratar con una chica que a veces se comporta como una niña.
Oh Dios ¡qué estúpida he sido todo este tiempo!
-Fue un error -hundo mi cara entre mis brazos recargados sobre mi mesa-fue un error, un error, un error.
-¿De qué estás hablando Kim?
-¡De todo! -respondí en una mezcla de tristeza y odio -Mi vida es un fracaso. Fui tan tonta creyendo que podría tener una vida normal lo más posible. Venir aquí es una pérdida de tiempo porque nunca me darán un trabajo por ser ciega, nunca tendré personas a mi alrededor que me quieran realmente y no porque sientan una lástima porque soy ciega, nunca nadie...
-Kim ¡Dios mío! ¿Qué pasó? Estás pésimo, estás con todo lo negativo y hace años que no pensabas así, habíamos superado esa etapa con tu psicóloga anterior. Tienes muchas oportunidades en la vida y estás haciendo las cosas bien pero si entran en esta depresión, además de estancarte podrías cancelar definitivamente la cirugía que puede cambiarte la vida. ¿Hablo a tus padres para que vengan aquí? -negué de inmediato -Puedo intentar que más tarde venga Joe o Kathy o tal vez ambos
-No, ellos no.
-¿El Dr. Morris? Tengo que avisarle de todas formas.
-Es la mejor solución pero está de vacaciones.
-Si algo va mal contigo tiene tiempo para ti y lo sabes -la escuché suspirar. -Puedo hacer que se suspendan las clases restantes, te llevo a mi casa para que estés más a gusto si no quieres volver a casa.
-Puedo terminar el día de hoy normal solo no quiero volver a mi casa. Estaría bien ir a la institución, puedo estar ahí.
-Kim, ¿ellos siguen en tu casa? -negué -¿Por qué prefieres ir a la institución? ¿Tus padres se han molestado?
-No pero no me siento a gusto en mi casa y no quiero ir.
-Yo me encargo de todo. Toma esto -extendió mis dos manos colocando en una un vaso y en otra una ¿pastilla? -El Dr. Morris ha aprobado algunas cosas en caso de emergencia y esta es una, solo es un calmante estás muy estresada y deprimida. Por favor tómala.
Hice caso y por un momento todos esos sentimientos parecían apagados. No tenía ganas de reír y tampoco había una razón para ello pero ahora se sentía como hace tanto tiempo cuando estaba hundida en un hoyo y yo solo era como un si dependiera de una rutina "respirar-comer- despertar al día siguiente- repite lo del día anterior".
Había acompañado a la señortia Hill con la realización de algunas cosas que tenía que llevar a otros departamentos en la escuela y terminé siendo un desastre. El puñado de libros que ella me dio se me cayeron mientras ella me dijo que se desviaría unos segundos a hablar con alguien.
No tenía idea de donde estaba y un montón de risas masculinas se escucharon llenándome de pánico. Las manos me temblaban de miedo al grado de que las cosas se me caían nuevamente. Por fortuna la señorita Hill no andaba muy lejos porque les pidió que me dejaran en paz.
Ya no podía ser un secreto y guardarme para dejar de ser diversión. Parece que toda la escuela sabía que había una ciega en esta escuela de quien pueden burlarse. Hay que hacer lo de siempre. Cambiarme de escuela.
Cuando al fin terminó mi día en la escuela -incluyendo la clase de mi servicio -la señorita Hill me hizo el favor de llevarme a la institución. Se encargó de que mis padres no vinieran a molestar y agradecí por ello. A veces ayuda más estar en un lugar con personas que saben de tus defectos porque saben cómo lidiarlos y hay también quienes padecen lo mismo, lo que hace las cosas mucho mejor.
Era hora de pensar qué hacer conmigo y acceder cuanto antes a la cirugía en la primera oportunidad que se presentara.
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Joe
Después del entrenamiento, músculos adoloridos y una merecida ducha estaba fresco. Fútbol y mis amigos era todo lo que necesitaba en estos momentos.
-Deberías ir con nosotros este viernes a la fiesta de Kennedy -dijo mi amigo Bruno -Sé que aún eres cercano a Kathy y todo pero ya que eres soltero, además de cerveza habrá chicas -dijo golpeando uno de mía hombros con entusiasmo. -Combinación perfecta viejo. Es lo que necesitas.
Me reí sin ganas. Bruno era genial y tiene razón. Hace tiempo que me he perdido muchas cosas por hacer otras que creí...
-Joseph Collingwood -me llamó el entrenador.
Sentí que el mundo se detuvo por demasiado tiempo y el silencio de mis colegas no era lo mejor. Esto no sucedía en absoluto.
¿Estaba en problemas? No recuerdo haber hecho algo mal.
El entrenador me sacó de mi área, sin explicar mucho mas que un alguien que quería hablar conmigo y esa era la señorita Hill.
Se encontraba esperando justo fuera del pasillo de los vestidores, pareciendo tan contenta de verme, de la misma manera en que yo me sentía.
No quería volver a estar involucrado en algo que tuviera que ver con ella.
-No voy a demorarme mucho solo, quisiera saber si has hablado con Kim -preguntó algo preocupada.
-No -dije molesto -No pienso perder mi tiempo.
La señorita Hill no esperaba como respuesta eso y yo tampoco esperaba de Kim todo lo que supe, caer en cuenta de la realidad de todo lo que ha estado haciendo.
No quise creerle a la prima de Kim, no tenía por qué, estaba seguro de la Kim que yo conocía y apuesto es la que todos conocemos, pero pruebas llegaron a mi correo gracias a Marie -no sé cómo lo consiguió -fotografias que no quería ver, documentos, la verdad.
Una cosa es entender que Kim sea ciega pero otra cosa es una completa enfermedad que busque atención a como de lugar y eso era algo que no iba a tolerar.
Jamás me había decepcionado tanto como con Kim. Se convirtió en desilusión porque... eso ya no importa. Tengo que olvidar todo.
-¿Tuvieron una discusión? Sabes que Kim suele ser muy, explosiva -insistió la señorita Hill con esperanza.
-Con todo respeto señorita Hill, no me interesa. No discutí con ella, simplemente no quiero una convenenciera a mi alrededor.
Un estruendo seco nos hizo mirar a la señorita Hill de donde provenía. Tragué al ver a Kim en el suelo recogiendo torpemente sus libros. Un mal momento porque mis compañeros empezaban a salir y ella estaba siendo rodeada.
Quería ayudarle pero no podía.
La sangre me bombeó mucho más fuerte. Tuve que controlarme, extender y hacer puños con mis manos constantemente. Por más que quisiera no podía ayudarla frente a todos, no podía. Lo único que jamás haría es burlarme de ella. Jamás.
La señorita Hill me miró con urgencia esperando que me moviera pero solo negué y ella abrió los ojos en una expresión tan clara.
-Me has decepcionado Collingwood. Ella tenía razón cuando no quería que entraras en su vida -me miró furiosa -Kim no se merece tener alrededor a un farsante como tú.
Se presuró un poco más a donde estaba Kim alejando a los demás para que no la molestaran, y un simple vistazo de ella, dio en mi punto débil. No podía verla llorar.
En un lapso de solo segundos, sentí remordimiento por no haber hecho nada por ella.
Mierda.
Paso mis manos por mi cabeza y al final termino golpeando la pared, me sentía enojado y frustrado con todo esto. No sabía qué pensar ni qué creer.
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Kathy me había invitado a su casa esta tarde. Me sentía como una jodida chica hablando de lo que no debería, en todo caso Kathy era mi confidente en todo.
Ella no creía que Kim fuese como yo le explicaba, Kathy confiaba y creía de la misma forma en que lo hacía. No quería decepcionarla porque después de todo, habían forjado lazos estrechos pero tenía que abrirle los ojos, discutimos sobre ello y al final, me hizo llevarla a casa de Kim para averiguar por su propia cuenta, lo que pasaba.
Algo que me dejó pensando mucho, fue lo que Kathy dijo.
-Joe, esa chica ha sido maltratada por todos. Eso no es hacerse la víctima. Ella es una víctima.
-No Kathy, hemos perdido el tiempo con ella. Kim está gustosa de que le demos nuestro tiempo para conseguir amigos. Le gusta que todos estén preocupados por ella todo el tiempo. Es cierto que ha estado sola pero cuando nos acercamos eso le gustó pero sin embargo... lo que hizo con Hank, cuantas veces se lo advertimos, estuvimos casi rogándole pero ella insistía.
-Tienes un punto -Kathy se tiró a mi lado frustrada.
Kathy pasó horas en casa de Kim, no tengo idea de cómo fue todo o qué averiguó y cuando me habló nuevamente no me dejó nada en claro, solo dijo que cuando supiera todo, me iba a arrepentir de todo.
Kathy estaba del lado de Kim y eso significa que lo arruiné todo, esto era una locura o mejor dicho, estoy loco tengo que admitirlo...
Estoy loco por ella.
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