NEPENTHE ⟶ James Potter ⟶ Esp...

-CamilleBlack- द्वारा

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Ha pasado más de un año desde el asesinato de su esposa, Lily, y James Potter desea cada día que sea simpleme... अधिक

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NEPENTHE
prologue
chapter one
chapter two
chapter three
chapter four
chapter five
chapter seven
chapter eight
chapter nine
chapter ten
chapter eleven
chapter twelve
chapter thirteen
chapter fourteen
chapter fifteen
chapter sixteen
chapter seventeen
chapter eighteen
chapter nineteen
chapter twenty
chapter twenty-one
chapter twenty-two
chapter twenty-three
chapter twenty-four
chapter twenty-five
chapter twenty-six
chapter twenty-seven
chapter twenty-eight
chapter twenty-nine
chapter thirty
chapter twenty-one
chapter thirty-two
chapter thirty-three
chapter thirty-four
chapter thirty-five
chapter thirty-six
chapter thirty-seven
chapter thirty-eight
chapter thirty-nine
chapter forty
chapter forty-one
chapter forty-two
chapter forty-three
chapter forty-four
chapter forty-five
chapter forty-six
chapter forty-seven
chapter forty-eight
chapter forty-nine
chapter fifty
chapter fifty-one
chapter fifty-two
chapter fifty-three
chapter fifty-four
chapter fifty-five
chapter fifty-six
chapter fifty-seven
chapter fifty-eight
chapter fifty-nine
chapter sixty
chapter sixty-one
chapter sixty-two
chapter sixty-three
chapter sixty-four
chapter sixty-five
chapter sixty-six
chapter sixty-seven
chapter sixty-eight
chapter sixty-nine
chapter seventy
chapter seventy-one
chapter seventy-two
chapter seventy-three
chapter seventy-four
chapter seventy-five
epilogue
sequel is up

chapter six

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-CamilleBlack- द्वारा

Renata tenía que admitir que no se creía totalmente capacitada para el puesto de niñera, especialmente de un niño tan famoso como Harry Potter. Sólo podía imaginar los horrores que caerían sobre ella si le ocurría algo malo mientras estaba bajo su vigilancia y cuidado. No sólo tendría a un padre enfadado tras ella, sino la posibilidad de que todo el mundo mágico la buscara. Al principio no estaba tan nerviosa, pero después de contárselo a Adelmo, éste le planteó algunas preocupaciones que la hicieron recelar de la idea.

Por suerte, James le aseguró que al principio iba a estar allí cuando tuvieran sus interacciones, básicamente, sólo la estaba invitando a la casa para que pudiera jugar con Harry. Eso era otra cosa que sonaba rara, no es que ella se quejara, pero ciertamente se sentía rara que le pagaran por ello. Pero era un trabajo, eso era lo que Adelmo le recordaba una y otra vez, era un trabajo y era de esperar que no pudiera arruinarlo.

Después de todo, tenía la sensación de que su familia estaba perdiendo la esperanza en sus capacidades para hacer cualquier cosa. Sus padres tenían muchas esperanzas puestas en ella a la hora de convertirse en Auror y Renata se sentía como si hubiera provocado la mayor sensación de decepción al no poder cumplir ese sueño. A sus ojos, sabía que un puesto de niñera no iba a caer bien, sabía que la verían como una falta de ambición. Podía oír la voz de su madre, diciéndole que podía hacerlo mucho mejor.

Pero con sus limitaciones y la forma en que se las arreglaba para causar siempre un problema, Renata no se creía capaz de hacerlo mucho mejor. Sólo esperaba poder manejar semejante responsabilidad de jugar con un niño pequeño.

Ya llena de nervios antes de llegar a la dirección designada que James le había proporcionado, Renata se encontró ligeramente nerviosa frente a la puerta que estaba a punto de tocar. Por no hablar de la confusión que le producía la distribución del piso en el que vivían Harry y James. No era un secreto para el mundo mágico que la familia Potter tenía una gran fortuna, gracias a Fleamont Potter, creador de la poción capilar Sleekeazy, que era mundialmente conocida para los que tenían el pelo loco. Sin embargo, la casa en la que parecían vivir Harry y James parecía relativamente pequeña en comparación con lo que Renata se había inventado en su mente.

Esperaba una casa de gran lujo, demasiado grande para un padre y un hijo, para acabar regañándose por hacer suposiciones rápidas. Todos los que estaban al tanto de la historia sabían que la casa de los Potter en Godric's Hollow había sido prácticamente destruida esa misma noche del ataque. Nadie podía esperar que volvieran allí después de semejante noche.

Llamando suavemente a la puerta, Renata esperó pacientemente fuera, mirando al cielo al ver las nubes grises que se acercaban. Parecía que iba a llover un día más, y no le sorprendió, pensó. Durante los veranos en Italia había muchas tormentas, pero durante las otras estaciones del año solía desaparecer. Sin embargo, al vivir en el Reino Unido nunca parecía dejar de llover. Al principio, a Renata le resultaba bastante sombrío en comparación, ya que echaba de menos los largos días de sol, pero luego parecía acostumbrarse a ello con el tiempo.

Detrás de la puerta, pudo oír los sonidos de James hablando de algo, mientras se escuchaban las risas de Harry.

-¡No es gracioso, Harry!

Renata tuvo que ponerse la mano sobre la boca para ocultar la sonrisa que se estaba formando mientras la risa de Harry no hacía más que aumentar ante las palabras de su padre. Debía admitir que eran un dúo adorable. Sus cabellos desordenados a juego y sus maneras de reñir, por no hablar de lo mucho que se demostraba que James se preocupaba por Harry. Se aseguraba de poner a Harry en primer lugar y eso era visible sólo con que preguntara si Renata podía pasar tiempo con su hijo. Ella no creía que James estuviera preparado para la compañía externa, pero como Harry lo estaba, no iba a sacrificar la felicidad del niño.

La puerta de entrada se abrió a tal velocidad que pilló a Renata desprevenida al encontrar a James de pie ante ella, cubierto de todo tipo de partículas de comida que goteaban desde su cara hasta su camisa. Si no fuera por el hecho evidente de que se trataba efectivamente de salsa de espaguetis, Renata se habría desmayado pensando que era la visión de la sangre.

-Sabes- empezó ella mientras él le daba la bienvenida al interior -la mayoría de la gente tiende a comer la salsa, no a usarla.

James hizo una mueca mientras encaraba la puerta para cerrarla antes de volverse hacia ella -Estoy al tanto, pero Harry aún no se ha enterado. Está siendo terriblemente terco esta mañana, no quiere comer lo que le he preparado.

Al llevarla al interior de la cocina, Renata sonrió al instante al ver a Harry sentado en la mesa. Había varios cojines apoyados debajo de él para que pudiera alcanzar la altura de la mesa. Tenía toda la cara cubierta por la salsa roja, los labios apretados por la negativa absoluta a comer nada y la cocina era un absoluto desorden.

Sin embargo, al ver a Renata, Harry vio que su salvadora entraba en la habitación y rápidamente le tendió las manos para que se salvara. Ella se acercó y lo levantó, dirigiéndose hacia la estufa donde James había estado cocinando. Al asomarse a la olla de salsa y fideos, Renata tuvo que admitir que no parecía muy apetitoso y al mirar a Harry, observó como él se ponía las dos manos sobre la boca, esperando que ella tampoco le obligara a comerlo.

-Oh, vamos, Harry- dijo ella, intentando ser alentadora en ese momento -no puede saber tan malo.



James vio cómo ella cogía una cuchara limpia y la sumergía en la olla para recoger un poco de salsa. La probó rápidamente y él fue testigo de cómo soltaba un gemido antes de apartar la cabeza. Hubo un momento en el que dejó la cuchara en la encimera y utilizó una mano para apoyarse mientras seguía sujetando a Harry. Tuvo que luchar contra sí misma para tragarlo, dejando que James hiciera una mueca.

-No es tan malo, ¿verdad?- preguntó acercándose. Renata intentaba ser cortés, forzando rápidamente una sonrisa en su rostro y negando con la cabeza.

-No, no es tan...- hizo una pausa mientras su cuerpo trataba de rechazar lo que acababa de tragar -...no es tan malo. Sólo necesita un poco de condimento y algunas especias, eso es todo.

-Oh, bueno, en realidad no tengo ningún condimento o especias- le admitió James -tengo unas papilas gustativas raras, supongo. No me importa que la comida sea sosa.

-¡Blegh!- dijo Harry arrugando la cara -¡No más! Nada de soso!

-Bueno, una cosa es sosa, señor Potter- dijo ella -esto es un poco más avanzado que eso.

James la miró con extrañeza, no estaba acostumbrado a la idea de que lo llamaran señor Potter, sonaba increíblemente formal, lo cual era extraño ya que él y Renata parecían tener más o menos la misma edad.

-¿Qué tal si limpiamos a Harry y luego podemos ir a las tiendas, a buscar algo que le guste a Harry para comer y que ustedes dos no se peleen tanto?

En realidad, no se encontraba protestando por la idea porque siempre había sido una batalla y media conseguir que Harry comiera algo. Incluso cuando Lily había estado viva, se había presentado como un comensal quisquilloso, que normalmente se dedicaba a apartar la comida de él y a no molestarse con ella. Por supuesto, si alguien le ofrecía un dulce, se apresuraba a tomarlo.

A menudo llevaba a James a sentirse completamente frustrado, ya que Lily había sido la que había tenido más paciencia cuando se trataba de las peleas de Harry, pero incluso ella normalmente cedía y le daba a Harry algunos dulces, sólo para que comiera algo. Si Renata parecía descubrir una especia milagrosa que hacía que Harry comiera, se atrevía a besar los pies de la mujer.

Sacando su varita para limpiar la cara de Harry, James se detuvo en cuanto vio que Renata cogía una pequeña toalla limpia de la zona del lavabo y la utilizaba para limpiar suavemente la cara de Harry. Él ya no ponía pegas mientras la dejaba trabajar en la salsa seca que se le había pegado a la cara. James estuvo a punto de decir que usar la magia sería mucho más rápido, pero al ver que los dos estaban bastante contentos, se calló.

-Nanata, ¿vienes a jugar?- pidió Harry, mirando por encima de su hombro una vez limpio. Señaló con la mano en dirección a su habitación.

-Bueno, estamos a punto de ir a las tiendas, Harry- dijo -pero sí, puedes enseñarme tu habitación antes de irnos.

Lo dejó en el suelo y le ofreció la mano para que le guiara. Harry levantó la mano, y sólo pudo agarrar dos de sus dedos antes de empezar a caminar por el pasillo hacia su habitación. Renata tuvo que permanecer encorvada, caminando torpemente para encontrarlo, pero le dijo a James que volverían enseguida y estarían listos para salir en unos minutos.

En cuanto los dos se perdieron de vista y los oyó reírse en la habitación de Harry, James se acercó a la olla de salsa que había en el fuego y echó un vistazo. No parecía haber nada malo en ella, parecía una salsa de espaguetis normal. Pensando que Renata y Harry estaban formando algún tipo de alianza contra él, cogió una cuchara y dio un sorbo.

Segundos después, se encontró escupiendo en el fregadero, encendiéndolo para enjuagarse la boca ya que sólo podía describir el sabor como "culo ácido".

Limpiándose la boca y volviéndose a levantar, oyó el sonido de un carraspeo desde el otro lado del camino y vio que Renata y Harry habían regresado. Ambos tenían expresiones cómplices, especialmente Harry, que definitivamente tenía dominada la mirada de "te lo digo".

-En ese sentido- sonrió Renata -creo que será mejor que nos vayamos.



Mientras James extendía los brazos para llevar a Harry a través de la multitud del Callejón Diagon, Harry dejó muy claro enseguida que no le interesaba. En lugar de eso, quería caminar y quería caminar cogido de la mano de Renata. Les iba a costar muchísimo llegar a cualquier sitio al ritmo que llevaban, pero a Renata no parecía importarle en absoluto, ya que dejaba que Harry guiara el camino.

-Así que... ¿supongo que cocinas mucho?- preguntó James, tratando de entablar algún tipo de conversación para que no estuvieran caminando en total silencio -Como pareces saber de condimentos y especias, supuse que...

Renata asintió con la cabeza -Me interesé por los viajes a Parma para visitar a mi nonnina- dijo antes de mirar y ver la mirada confusa de él -Mi abuela.

-Oh, claro- dijo James, sintiendo que su cara se ponía roja -Cierto, lo sabía.

-¿Lo hiciste?- preguntó ella -¿Parli italiano?

-De acuerdo, basándome en el francés básico que he aprendido de Sirius a lo largo de los años, Parli suena como Parlez, que estoy correlacionando con Parlez-vous français? Que es como se pregunta, ¿hablas francés?

-Muy formalmente, sí- sonrió.

-Así que, Parli... así que me preguntas si hablo italiano y voy a ahorrarme la vergüenza y decir que no. No hablo italiano.

Ella se echó a reír mientras él parecía muy orgulloso de sí mismo por haber descifrado el código de un idioma diferente -Bueno, puede que no lo hables, pero tienes una excelente capacidad de reflexión. Bravo.



Finalmente, Harry se cansó de caminar, sus pequeñas piernas se rindieron por esos días y pidió que alguien lo llevara. En ese momento, ni siquiera le importó quién, ya que se giró para mirar a los dos adultos que estaban detrás de él. Fue James quien lo levantó y colocó a Harry sobre sus hombros para llevarlo con facilidad.

-Así que no fuiste a Hogwarts, ¿verdad?- cuestionó James tras darse cuenta de que no podía preguntarle en cuál de las cuatro casas había estado durante su etapa escolar.

-No- respondió -asistí a la Accademia di Magia Crusca, es donde trabaja mi madre.

-¿Tu madre fue directora mientras asistías? Apuesto a que fue agradable, probablemente se salió con la suya, ¿verdad?

James vio que ella sacudía la cabeza profusamente en respuesta a su pregunta -No, en absoluto- dijo ella -Mi madre es muy cariñosa pero muy estricta. Siempre tiene grandes expectativas para mi hermano y para mí. Como Adelmo tiene éxito, está bien en sus libros, pero yo no. Ya no tanto. Cuando iba a ser auror, ella me ayudaba constantemente a estudiar. Probablemente aún pueda recitar todo lo de los exámenes... pero...

-Pero tienes miedo a la sangre- terminó James por ella -¿siempre has tenido este miedo?

-No- dijo -al menos, no puedo recordarlo desde que era una niña. Por suerte, la magia me ayuda en la mayoría de los casos, así que no tengo que verlo. Pero si es inesperado, no puedo controlarme y me desmayo. Todo iba bien en mi examen de Auror y entonces una de las otras mujeres se cortó la mano con algo y la levantó. Me desmayé justo delante del supervisor y eso fue todo. Lo confirmaron y era demasiado riesgo para que continuara.

-Lamento escuchar eso, aunque parece que fueron ellos los que se perdieron. Y qué si te desmayas, te recuperas rápido, lo vi en el parque.

-Bueno, es muy amable de tu parte, pero si estuviera en una misión y me desmayara mientras me enfrento a un mago oscuro, no veo cómo podría ser útil, por muy rápido que sea mi tiempo de recuperación.

Al ver que ella miraba al pavimento con el ceño fruncido, James sintió que su propio ceño se fruncía, ya que no pretendía empañar el ambiente. Harry sintió que algo iba mal y sólo pudo suponer que James era el origen mientras tiraba del pelo de su padre. Una advertencia de que tenía que arreglar la situación o enfrentarse a su ira. No había mucho que James pudiera pensar en el momento, pero sí que consiguió pensar en algo.

Algo que normalmente le hacía sonreír cuando se sentía decaído.

-Oh, ¿Harry?- llamó a su hijo sobre los hombros -Hogwarts, Hogwarts, Hoggy Warty Hogwarts...

Renata levantó la vista cuando James empezó a cantar a su lado e inmediatamente Harry soltó un chillido de felicidad antes de intentar cantar con ella.

-¡Hoggy, Hoggy, Hoggy!- dijo, provocando al instante la risa de Renata, que no estaba segura de lo que estaba ocurriendo.

-Enséñanos algo, por favor, seamos viejos y calvos o jóvenes con las rodillas llenas de costras- continuó cantando James, mirando a Renata con una sonrisa -A nuestras cabezas les vendría bien llenarse de cosas interesantes. Por ahora están peladas y llenas de aire, moscas muertas y trozos de pelusa.

-¡PELUUUUUSA!- bramó Harry sacándolo y lanzando las manos hacia arriba. Aparentemente, esta era una rutina que habían trabajado una o dos veces antes.

-Así que enséñanos cosas que valgan la pena conocer, Devuélvenos lo que hemos olvidado, haz lo mejor que puedas, nosotros haremos el resto y aprenderemos hasta que se nos pudra el cerebro.

-¡BLEGH!- repitieron Harry y James juntos mientras cerraban los ojos y sacaban la lengua.

Cuando la canción terminó notablemente, Renata aplaudió gritando "bravo" y "bis" con su actuación. Harry no tardó en seguir su ejemplo disfrutando de las palmas, ya que empezó a aplaudir justo después de ella y a gritar "¡viva!".

-Eso fue maravilloso- le dijo a James -gracias por eso.

Y antes de que James pudiera decirle que era muy bienvenida, Harry tomó la palabra "bis" y la puso en marcha de nuevo.

-Hoggy...- incitó mirando a los dos. Su padre comenzó a cantar pero Harry lo detuvo gritando -no- de inmediato. Miró a Renata antes de empezar de nuevo -Hoggy...

-Creo que quiere que te aprendas la canción- James se rió -No te preocupes, no es tan difícil. Sólo tienes que seguirme. Hogwarts, Hogwarts...

-¿Hoggy Warty, Hogwarts?- terminó, ganándose un aplauso no sólo de Harry, sino también de James, ambos encantados de que lo estuviera entendiendo bastante rápido.

Cuando llegaron al callejón Diagon, Renata se sabía de memoria toda la canción del colegio Hogwarts.

-¡Enséñanos algo, por favor!

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