chapter forty-two

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A pesar de que todos le aseguraban que todo estaba bien y que no había hecho nada malo, Renata ciertamente no sentía que todo estuviera bien y sabía muy bien que algo andaba mal

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A pesar de que todos le aseguraban que todo estaba bien y que no había hecho nada malo, Renata ciertamente no sentía que todo estuviera bien y sabía muy bien que algo andaba mal. Pasar tanto tiempo sin ningún problema y de repente enfrentarse no sólo a un terror nocturno sino a un episodio que hizo que James llamara a su hermano, la dejó realmente nerviosa. Por no hablar de que podía percibir la tensión a su alrededor, nadie podía mentirle a la cara porque sabía lo que estaban sintiendo. La única persona que llevaba una sonrisa genuina la mayor parte del tiempo era Harry y eso era porque no sabía lo que estaba pasando a su alrededor.

La cantidad de culpa que sentía era abrumadora porque lo último que quería hacer era cargar sus problemas sobre James y Harry. Ellos ya habían sufrido bastante y no sería justo que tuvieran que enfrentarse a sus problemas. Después de que Adelmo se marchara, Renata se mantuvo ocupada con Harry, que jugaba con sus juguetes en su regazo, pero siempre que levantaba la vista, Sirius y James la observaban. Las sonrisas en sus rostros eran falsas, delatadas por la mirada de preocupación en sus miradas. Le hacía creer que había pasado algo más, quizás algo que no le estaban contando.

¿Había ocurrido algo más durante el tiempo que no podía recordar? ¿Había dicho algo hiriente o extraño que les costaba comprender? Adelmo no había dicho nada de eso, pero Renata conocía demasiado bien a su hermano. Le ocultaría cosas si eso significaba protegerla, ya lo había hecho muchas veces.

Cuando Harry se aburrió de los juguetes que tenía entre manos, se fue a su habitación a recoger otros, dejando a Renata con la posibilidad de mirar en la dirección en la que Sirius y James estaban hablando fuera. De vez en cuando, James miraba dentro para ver si ella estaba bien, y cuando vio que estaba sentada en el salón, mirándolo, dejó de hablar con Sirius y se excusó para entrar.

-¿Está todo bien?- le preguntó al entrar, con sus ojos examinando la habitación en busca de Harry.

-Me encuentro con la misma pregunta, señor Potter- respondió en voz baja -siento que mi presencia le pone nervioso. ¿Quiere que me vaya?

La cara de James se quedó sin color al oír su sugerencia, ya que era lo último que quería. Ni siquiera se atrevió a responder verbalmente de inmediato, ya que le había dejado sin palabras. Pero consiguió sacudir la cabeza antes de acercarse y agacharse frente a ella.

-No, no quiero que te vayas- dijo -nunca querría eso. Definitivamente quiero que sigas aquí, y tu presencia no me pone nervioso....

-Pero está nervioso, ¿no?

Mirando por encima de su hombro, James miró a Sirius, que estaba esperando fuera y le llamó para que llevara a Harry fuera. A pesar de que Adelmo quería esperar para hablar con Renata, necesitaba hablar con ella. Ella sólo iba a captar las vibraciones que la rodeaban y no había forma de que le siguieran mintiendo en la cara. Ahora James entendía sus habilidades como empática y si ella seguía percibiendo que algo andaba mal, eso iba a pesar en su mente.

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