Supo de la noticia casi un mes desde que habían regresado de sus vacaciones de fin de año y se había molestado de que su mejor amigo no se lo hubiera dicho antes. Como rayos le ocultó Lucas que había encontrado a su pareja predestinada y que, peor aun, lo había golpeaba y sin darle algún tipo de información de como encontrarlo.
- Ya decía yo que actuabas extraño.
Ambos estaban en su hora de descanso, habían decidido ir al pequeño centro comercial que estaba justo frente a su lugar de trabajo. El área de comida era su lugar favorito. Si se preguntan en qué trabajaban pues no eran más que oficinistas.
- Pero no puedo creer que no me lo hayas dicho antes y que lo hayas golpeado además Lucas, ¿estas loco?
- Cállate, es su culpa por no pedir permiso, además no te lo estoy contando para que me juzgues gato.
Silvestre quería replicar pero pudo notar cierto arrepentimiento en los ojos del pato cuando le contó la parte en que su alfa fue golpeado, y conocía lo suficiente a Lucas como para saber que nunca admitiría eso, no fácilmente al menos. Decidió dejarlo de lado por ahora.
- mmm ok, pues ¿qué sigue entonces?- quiso saber el minino.
- ¿De qué hablas?
- ¿Qué vas a hacer ahora? ¿no intentaras nada con él?
- No tengo tiempo de pensar en eso ahora.
Quería golpearlo, de verdad que quería hacerlo.
- Oye gato, ahí esta tú Romeo.
La sonrisa burlona no le dio buena espina, y cuando dijo Romeo la piel se le puso de gallina.
- ¿Dónde?- susurró con nervios y miró a los lados.
El omega señalo detrás de él y, con todo lo disimulado que pudo ser, Silvestre volteo en la dirección encontrándose al alfa francés atendiendo a unas señoras en una tienda de perfumes.
- ¡¿Desde cuando trabaja ahí!?- grito en susurros.
- No lo sé, ¿hoy?- dijo sin importancia pero aun con la sonrisa en su cara.
Pepe ha sido su acosador desde hace más de tres meses, bueno tal vez acosador no sea la palabra exacta, es decir el zorrillo es un mujeriego y no suele insistir mucho luego del tercer rechazo, pero Silvestre ya lo ha rechazado seis veces y el alfa nada mas no parece cansarse de él. No lo llama a horas inapropiadas y no lo sigue a su casa, (hasta donde él sabe) pero cada vez que se cruzan es un martirio porque
- ¡Oye Zorrillo! Aquí esta tu gato y dice que ya se moría de ganas por verte.
- ¡Lucas te voy a matar!
No paso ni un segundo cuando se sintió aprisionado por unos fuertes brazos, y no bastando con eso el zorrillo esparcía por su cuello y brazos besos que pretendían ser amorosos pero que para Silvestre eran asfixiantes y vergonzosos. Trataba de soltarse, pero escapar de Pepe era tan difícil como escapar de una boa gigante.
- ¡Oh! Mon petit chaton ¿es verdad lo que dice Monsieur Duck? ¿me extrañaste mon chérie?
El alfa comenzaba a acercarse mucho a su barbilla y labios y, no pudiendo aguantar más los toques y esa sensación de nerviosismo, le dio una cachetada al francés marca lloraras y salió corriendo.
Lucas se hecho a reír un momento y luego se paro de su cilla para ayudar al alfa a ponerse de pie y le dio unos golpecitos en la espalda.
- Si sigues haciendo eso cada vez que lo vez, Silvestre terminara por llamar a la policía zorrillo tonto.
- No puedo evitarlo, Mon petit chaton es el omega de mis sueños.
La cara de Pepe mostraba su ilusión, cosa que quiso hacer vomitar a Lucas.
- Pero ni siquiera son almas predestinadas, no veo de dónde sale toda esa explosión de sentimientos que dices tener por el gato.
- No es necesario serlo, yo amo a Silvestre tal cual es, siempre me imagine al amor de mi vida desde niño y Silvestre cumple con casi todos los requisitos.
- ¿Y qué es lo que le falta?- dijo con algo de interés.
- Qué fuera mujer jeje, pero no importa yo no me enamore de él por su apariencia después de todo, además eso le da más emoción a las cosas.
-¿Y si un día encuentras a tu pareja predestinada, o lo hace Silvestre?...¿Qué harás?
La cara de Pepe reflejo tristeza un momento, pero luego una suave sonrisa se coloco en ella.
- Yo lo dejaría ir si reamente fuera feliz con ese alguien especial y en cuanto a mi...jeje no sé lo que pasara pero sabré que estar con alguien que ame habrá valido toda la pena del mundo. No me arrepentiría de nada y buscaría aferrarme a él todo lo posible. Las almas gemelas, como les conocemos en France, son cosas muy raras Monsieur Duck; puede que estén destinadas pero hallarlas puede tomar toda una vida, y hay quienes nunca la encuentran pero aun así viven felices y sin arrepentimientos. No digo que Mon chaton y yo seamos de esos pero...me gusta creer que si.
Ninguno de los dos lo sabía pero el gato omega los escuchaba desde la esquina de un pasillo. ¿Realmente Pepe lo amaba tanto? todo parecía tan irreal en ese momento, ¿por qué él, qué tenía de especial? No era más que un gato común y corriente, pero Pepe lo adoraba, ahora estaba seguro de ello.
Solía creer que él no era más que otra conquista y que si aceptaba salir con él lo desecharía en cuanto se aburriera, y Silvestre no se creía la persona más interesante del mundo, así que creía que eso sería un noviazgo muy fugas; y peor aun, él si sentía cariño por el alfa y hasta comenzaba a sentirse atraído por él así que los miedos y dudas lo hacían alejarce...ok, también lo hacían esos brazos de pulpo pero se da a entender ¿no?
- ¿Pepe?
Su mejor migo y el zorrillo voltearon sorprendidos hacia el menor. Un pequeño sonrojo cubrió sus mejillas y casi en susurros le pidió que se acercara. El alfa obedeció casi en seguida, nervioso y un poco rojo de que el minino hubiera oído su conversación con el pato. El omega capto de inmediato el delicioso aroma a campo que desprendía el zorrillo, una de las cualidades que más le gustaba de él por cierto.
- ¿Qué pasa Mon chaton?
Silvestre dejo que sus acciones hablaran por él y beso su mejilla seguido de un abrazo.
- Si te atreves a engañarme te arrancare las bolas.
Pepe se quedo petrificado un momento ante tal declaración, pero una vez comprendió las implicaciones de eso, sintió una inmensa felicidad llenarlo de pies a cabeza. No tardo nada en volver a abrazar al omega, solo que esta vez trato de ser un poco más delicado, no quería asustar a Silvestre como dijo Lucas y para su sorpresa éste aceptó su afecto sin mayor problema, e incluso le devolvió el abrazo.
Cuando vio lo cariñosos que se estaban poniendo Lucas decidió adelantarse a la oficina, no quería tener que ver eso más tiempo, ya tenía suficiente con Road coqueteando y besándose todo el tiempo con Willy en la oficina. Esos dos no saben lo que es privacidad o pudor para nada.
Lucas medito las palabras del zorrillo un momento mientras caminaba. Él realmente tenía suerte de haber hallado a su predestinado ¿verdad? y aun así...
- Hola Lucas.
Se sobresalto al escuchar la voz y rápidamente se volteo. Ya estaba en su área de trabajo pero la mayoría de sus compañeros aun seguían afuera, no se esperaba que le llamaran y mucho menos él.
- ¡¿Qué haces aquí!?
- Vine aquí por un trabajo temporal- dijo Bugs con su típica sonrisa relajada y juguetona.
- ¿Qué?
- Oye Lucas no sabía que tenías un novio tan atento.
La voz burlona de Road solo termino por irritarlo del todo.
- ¡No es mi novio maldito metiche!
- No tienes de que apenarte Lucas, ya decía yo que te morías de envidia al verme a mi y a Willy juntos. Por eso te conseguiste uno ¿verdad?
- ¡Ya deja de hablar maldita ave parlanchina!
Bugs solo veía la escena divertido pero cuando vio que esos dos comenzaban a acercarse mucho su instinto lo ínsito a atraer al omega hacia su cuerpo. Cuando abrazó desde atrás la cintura del omega no pudo evitar olfatear su cuello y unas extrañas ganas de morderlo estuvieron apunto de dominarlo, sin embargo pudo controlarse a tiempo.
- Creo que es suficiente de peleas por hoy doc.
-¿Disculpa? tu no me ordenas nada y ahora ¡suéltame!
- También me alegro de verte cariño.
FIN.
Una disculpa, sé que fue poco de Pepe x Silvestre pero no se me ocurría mucho jeje aun así espero que les guste.