Mi nobre es ___ , y desde hace 2 años comparto apartamento con Niall Horan.
Él es mi... follamigo...novio.... no se cómo explicarlo, solo diré que, al vivir solos, lo único que se hace en nuestro piso es follar.
Tanto que casi parece un picadero.
Hoy contaré uno de nuestros tantos episodios sexuales.
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Yo estaba algo enferma, diría que gripe. Estaba en la cama descansando mientras Niall veía la TV en el salón, y yo me aburría horriblemente.
Mientras andaba trasteando en mi teléfono, una sucia idea apareció en mi mente. Con mucho esfuerzo, y con dolor en mis articulaciones, me dirigí al salón.
Nada más pisar el umbral de la puerta, Niall alzó la vista se levantó.
-¡___! ¿Qué haces levantada? -dijo mientras me empujaba suavemente hacia la habitación- Tienes que quedarte en la cama y descansar.
Ya habíamos llegado al cuarto, y él me arropó y me dio un beso en la frente.
-Niall -dije levantandome de nuevo-
-¿Sí?
Me acerqué a él y después de morderle juguetonamente el lóbulo de la oreja, le susurré.
-¿Sabías que el sexo ayuda a bajar la fiebre?
Le mordí el labio, y con una de mis manos comencé a desabrocharle los pantalones.
Me miró con una sonrisa algo pervertida, y aun sin dejarme acabar me tumbó suavemente en la cama.
-Todo sea por tu salud -dijo rozando mis labios con los suyos-.
Me sacó los pantalones del pijama, y después la camisa, quedando en ropa interior. Me quitó las bragas y mirándome a la cara introdujo uno de sus dedos en mí meténdolo y sacándolo lentamente, provocándome unos profundos gemidos.
Sonrió y sacó el dedo. Antes de poder replicarle, él comenzó con el sexo oral.
Gruñía, chupaba e introducía la lengua, haciéndo que yo le deseara dentro de mi cada vez más.
-Niall...-gemí-
-¿Si, ___? -dijo mientras me penetraba rápidamente con sus dedos índice y corazón, produciendo el típico sonido de agua en mi interior.
-¡Entra yaa...! -dije rozando el cielo-
Él se apartó bajandose los pantalones y los bóxers, y al fin pude admirar esa gran herramienta, que casi parecía querer tocar las nubes, por lo erecta que estaba.
Se acercó a mí, y en vez de entrar como creía que haría, me desabrochó el sujetador, y comenzó a jugar con mis excitados y rosados pezones. Se metió uno de ellos a la boca y comenzó a chupar y succionar, como si fuera un bebé buscando leche.
Yo gemía, suplicante.
-Por favor...
-Por favor qué, ¿princesa?
-Penétrame -dije alzando un poco la voz-.
-Tus deseos son órdenes, ___
Ahogando un gemido, entró en mí y comenzó a bombear, al principio suave paratorturarme, pero luego se aceleró, y sus embestidas movían el cabezal de la cama.
-Ohhh -gemí, mordiéndome el labio-, Niall... Niall... ¡Niaall!
-¿Qué te pasa, putita?
-Dale más rápido, ¡¡MÁÁÁS!!
Él obedeció, y a penas dos minutos más tarde me hizo gritar, al fin llegando a el tan esperado orgasmo.
-Aaahhhhh -dijo él, con voz rota-, ___, estoy a puntoo aaaaaahhh...
-¡Espera! -le paré, gimiendo de nuevo- No te corras dentro, no quiero quedarme embaarazada.
Él salió, y se incorporó, mientras se masturbaba.
Yo me arrodillé en el colchón, y ocupé su lugar, deslizando su pene por mi mano, y chupando la punta en algunas ocasiones.
-¡aaaahh! ¡___! ¡___, te lo suplico! ¡Hazme una garganta!
Sin responder, solté su miembro, y suave y lentamente deslicé mis labios po todo ello, haciéndo que este penetrara mi garganta.
-¡AAAAAHHH! ¡_________! -dijo corriéndose-
salió de mí y nos tumbamos en la cama. Segundos después caímos dormidos.