Solo el camino del bosque

By Sofidoet3

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Deneb una adolescente de 17 años que tuvo una niñez muy difícil desarrolla una conexión y fascinación por el... More

Capítulo 2 (Como la luna)
Capítulo 3 (De regreso)
Capítulo 4 (El momento equivocado)
Capítulo 5 (No lo puedo cambiar)

Capítulo 1 (Mi lugar)

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By Sofidoet3

Deneb:

No les pasa que a veces solo quieren escapar, salir corriendo o simplemente quieres desaparecer, pues a mí me pasa muy seguido, regularmente cuando estoy rodeada de muchas personas o cuando tengo muchos nervios, siempre que me encuentro en situaciones así quiero estar en mi lugar, mi lugar es el bosque, soy fan del bosque, la forma en la que los pinos forman oscuridad y las montañas los rodean, simplemente me da paz, he ido solo una vez, hace mucho por parte de la escuela, tenía 13 años y fuimos a un bosque a acampar, para ser honesta ese día estaba aterrada, yo no quería ir, mis papás me obligaron a asistir, el camión sonó fuera de mi casa y solo significaba que era hora de partir, el campamento duraba una semana, para cualquier niño la idea de ir de campamento una semana con sus amigos sonaba muy bien pero para mí no, era una semana sin escape, una semana sin estar en mi habitación, que en ese entonces mi habitación era mi único escape de la escuela y de mi familia, una semana rodeada de personas, en fin no tuve de otra más que ir, al subir al camión me fui hasta atrás a lado de la ventana deseando estar sola para no tener esos ataques al estar rodeada de muchas personas, llegaban y llegaban niños gritando y emocionados buscando un asiento donde estar con sus amigos, el camino duro 4 horas, la verdad disfrute estar cuatro horas viendo el camino por la ventana, árboles, pasto, pinos, nubes, prestaba atención a cada parte del paisaje, lo hubiera disfrutado mucho más si mis compañeros en ese entonces no estuvieran cantando o gritando, pero no permití que eso arruinara la paz que me daba ver cada detalle del camino, hicimos una parada a un restaurante para desayunar, era un restaurante ya muy viejo donde vendían waffles, jugos, malteadas y ese tipo de comida, yo no comí nada esa vez, me daba asco el lugar ya que al estar en el mostrador a punto de pedir lo que iba a desayunar pude ver como un señor preparaba la comida, era un señor sudoroso, sudaba y se limpiaba la nariz con la mano que estaba preparando la comida por lo que me dio mucho asco y decidí quedarme con hambre, fui a una mesa en la esquina del restaurante esperando a que partiéramos de nuevo, pasaron unos 40 minutos más o menos y nos subimos nuevamente al camión para continuar con el viaje, yo no quería llegar ya que el llegar implicaba tener que convivir con los demás en actividades y juegos que nos pondrían, solo quería que pasaran las horas mientras veía la ventana.

Llegamos y ya eran las 11:00 am, al llegar nos pusieron a bajar las cosas, yo solo llevaba una maleta que en ningún momento solté, al bajar del camión quede asombrada por el tamaño de los pinos, es uno de esos momentos donde te enamoras y te quedas asombrada al mismo tiempo, el olor de tierra mojada y pinos simplemente me encanto, al ver semejante paisaje cambie un poco de parecer acerca de no querer estar ahí, después de un rato todos empezaron a hacer equipos para ver con quién estarían en las casa de campaña, obviamente yo no tenía a nadie, la razón por la que no tenía amigos en ese entonces era por mi forma de ser, siempre he sido muy cerrada, no hablo con cualquiera, nunca he sido como las típicas niñas imperativas y felices, siempre he sido seria y muy reservada, otra razón por la que no tenía amigos era por mi nombre, nombre que actualmente a los 17 me sigue sin gustar mucho , Deneb, un nombre muy poco común del cual nunca he sido fan, con los años me ha dejado de importar los comentarios de las personas pero en ese entonces los niños me hacían burla de todo y mi nombre no era una excepción, también se reían de mis ojos, siempre he tenido ojos muy grandes y de color grisáceos, por esas razones es que no tenía amigos, y así fue como la maestra al darse cuenta que no fui considerada por nadie me dijo que tendría que estar sola en una casa de campaña o estar con ella en la suya por lo que obviamente le dije que prefería estar sola, de verdad el tener una casa de campaña yo sola fue lo mejor que me pudo pasar, después de instalarnos nos llamaron y nos dijeron que íbamos a dar un recorrido por el bosque, yo estaba muy emocionada por dentro por conocer más del bosque, fue una expedición como de 40 minutos, nos llevaron a ver todo lo que había alrededor de la zona, nunca olvidaré lo impresionante que se ven los pinos desde abajo, las montañas, tierra mojada y también recuerdo que había una cascada que daba para un gran lago lleno de peces, de verdad estaba asombrada por todo lo que había, simplemente era perfecto y mucho más perfecto con ese peculiar olor a mojado y madera, mientras todos iban caminando como si nada yo cada vez me quedaba más atrás apreciando cada detalle, desde los hongos debajo de los pinos hasta las hojas mojadas en la tierra, al regresar a las casas de campaña nos dieron de comer, recuerdo que eran sándwiches de jamón con lechuga, me lo devore de tanta hambre que tenía por no haber desayunado, al terminar de comer nos pusieron a hacer actividades y juegos los cuales no quería hacer por lo que le dije a la maestra que me dolía mucho la pansa, por lo que me dijo que podía quedarme sentada, fui a una roca y me senté por un momento viendo a todos jugar, me quede cuestionándome ¿Por qué no soy como los demás? ¿Por qué no podía divertirme al jugar? ¿Por qué no podía socializar? Después de un rato de haberme quedado pensando eso mientras veía a todos convivir decidí alejarme ya que al quedarme ahí viéndolos me hacía sentía mal por ser diferente, por lo que decidí ir a caminar al fin y al cabo la maestra no se iba a dar cuenta ya que estaba muy metida en las actividades, fui por un camino entre los pinos al cual no habíamos ido, mientras caminaba veía gotitas caer de los pinos, mis tenis llenándose de lodo y el cielo lleno de nubes, no me cansaba de admirar todo, mientras más caminaba más enamorada quedaba, el estar sola en medio de los pinos en el bosque sin ruido simplemente me hacía sentir mejor, me hacía sentir como si ese fuera mi lugar, nunca antes me había sentido tan segura, después de un rato decidí regresar ya que no quería que la maestra se diera cuenta que no estaba y no quería que se asustara, al llegar seguían jugando, por lo que decidí volver a dar una vuelta por el bosque.

Esta vez fui a el lago, me senté justo en la orilla, el sol me daba en la cara mientras veía las nubes y ahí estaban de nuevo esos pensamientos, me quedaba pensando una y otra vez porque no podía ser como los demás, ellos son felices, no necesitan grandes cosas para sonreír, simplemente con cosas sencillas lo hacen, mientras tanto yo no lograba sonreír o sentirme emocionada a menos que sea algo que realmente me guste o apasione, es por eso que le tome tanto cariño al bosque, el hecho de que el bosque me hiciera sentir emoción y felicidad, cosa que nunca nadie me ha podido hacerme sentir, me sorprendía como un océano de pinos me podía hacer sentir mejor que las personas que me rodeaban, en fin, por una parte siento que soy así por culpa de mis papás, nunca me han demostrado ni un poco de aprecio, desde chiquita me han dicho una y otra vez que soy un estorbo, cosa que con el paso del tiempo me ha dejado de importar, ya que me di cuenta que yo en sus vidas no soy muy importante, en todo caso prefiero estar sola, la mayor parte de mi vida lo he estado, por lo que ya me acostumbre a sentirme y estarlo, después de tanto tiempo pensando mil cosas decidí volver al campamento, al llegar ya habían acabado de jugar.

Después de un rato escuche como un camión frena por lo que voltee a ver y era una niña que nunca había visto, la maestra emocionada se acercó a recibirla y reunió a todos para presentarla-

-Pues bien, clase les presento a su nueva compañera que el día de hoy se integra con nosotros, ¿Nos puedes decir cómo te llamas?

-Ayden- dijo de forma seria-

Aun puedo recordar la impresión al ver a Ayden, su cabello brillaba con el sol y tenía pecas por toda la cara, pude notar que no era muy sociable ya que al momento de que todos se le acercaban ella simplemente los evadía sin ganas de jugar o estar con ellos, obviamente todos querían ser su amiga, era muy bonita pero ella no quería jugar o hacer las actividades al igual que yo por lo que me llamó mucho la atención, la maestra nos llamó para que hiciéramos una fogata ya que íbamos a comer bombones con chocolate, yo no estaba emocionada ya que no me gustan ni los bombones ni el chocolate por lo que me quede viendo como todos la hacían sentada en un tronco, mientras los veía pude notar como Ayden se estaba acercando a mí, me puse nerviosa ya que nunca nadie se acercaba a mí, llegó y se sentó a lado de mí, suspiro y dijo:

-ridículo ¿no?

- ¿Qué?...

- Que se emocionen tanto por hacer una fogata.

- Si, siempre se emocionan, no sé porque no soy como ellos, simplemente no me emociono muy fácil.

No entendía cómo es que le dije eso si yo no solía hablar con nadie y menos acerca de mí, no sé qué fue lo que pensó de mí al decirlo eso ya que volteo a verme fijamente a los ojos y me pregunto por mi nombre por lo que se lo dije y solo levanto una ceja y sonrió, algo que me pareció muy raro porque regularmente cuando digo mi nombre hacen cara de rareza o me dicen que es muy raro, pero ella no lo hizo y me gusto.

Cuando acabaron de hacer la fogata la maestra al vernos a mí y Ayden nos pidió que fuéramos por los bombones y chocolates a su casa de campaña por lo que fuimos, los tomamos y los llevamos a la fogata, yo como siempre acostumbraba me aleje y me senté en una roca y de repente veo como Ayden se acerca y nuevamente se sienta a lado de mí, se me hacía muy raro que alguien quisiera estar conmigo, pero no me desagradaba-

-No sabes cuánto amo el chocolate- dijo mientras los ojos le brillaban.

- Si quieres toma los míos, a mí no me gusta- le dije sonriendo.

Volteo y tomo el chocolate, rozó mi mano y me sonrió- Gracias Deneb-dijo.

En el momento en el que dijo mi nombre sentí algo en el estómago, me gusto como sonó mi nombre mientras salía de su boca, me gusto la forma en que lo dijo, me gusto que ella lo dijera...

El bosque se oscurecía cada vez más por lo que la maestra nos dijo que preparamos nuestras casas de campaña para poder dormir, Ayden fue con la maestra y le dijo que ella no tenía casa, la maestra volteo a verme y me señaló diciéndole a Ayden que había espacio conmigo, Ayden sonrió y vino corriendo mientras cargaba sus maletas-

- La maestra me dijo que había espacio contigo- me dijo agitada-

- Si, aquí tengo mucho espacio de sobra.

- Qué bueno que me toco contigo- me dijo sonriendo.

Estaba un poco nerviosa porque jamás había estado tanto tiempo con alguien y mucho menos dormir junto a una persona, pero había algo en Ayden que me llamaba mucho la atención, no era como las demás niñas, tenía algo que era diferente.

Pasó un rato y la maestra nos dijo que nos pusiéramos el pijama en los baños, Ayden me dijo que fuéramos y la seguí, al llegar todos veían raro a Ayden ya que estaba conmigo y normalmente a nadie le gustaba estar conmigo. Al ponernos el pijama regresamos a la casa de campaña y nos quedamos un rato calladas mientras veíamos el techo, hasta que Ayden se da la vuela y se me queda viendo por lo que yo me di cuenta y hago lo mismo-

- Esto es aburrido- le digo a Ayden tratando de sacar platica.

- Lo sé, no tengo nada de sueño.

- ¿Quieres ir al bosque?

- Estaba esperando a que lo dijeras- me dijo emocionada.

Abrió la casa de campaña silenciosamente para no despertar a nadie, me tomo la mano mientras me ayudaba a salir, cerré la casa de campaña y nos fuimos corriendo, mientras ella corría me tomo de la mano, yo solo la veía correr y a su pelo despeinarse por el viento, paramos para tomar aire.

Nos quedamos viendo los pinos y como el cielo era en su totalidad negro, solo se veían algunas estrellas brillar, lo único que nos daba un poco de luz era la luna.

- Quisiera quedarme aquí para siempre-le dije mientras veía todo el alrededor.

- Yo también, todo es tan perfecto, sin ningún ruido- me volteo a ver mientras se acerca- ven vamos a bailar.

- Pero yo no sé bailar.

- No importa solo acércate, tómame de la cintura y déjate llevar.

La miré e hice lo que me dijo, mientras ella me tomaba de los hombros, al principio no sabía qué hacer, pero me deje llevar y cada vez lo hacía mejor, me di cuenta de que solo se trataba de balancearse, Ayden me miro a los ojos, me sonrió y recargo su cabeza sobre mi pecho, era algo muy raro y nuevo para mí, seguía sin saber ¿Por qué yo? Pudo haberse hecho amiga de cualquier otra niña en el campamento, pero decidió estar conmigo.

Después de bailar por un rato le dije que me siguiera, la lleve a la orilla del lago el cual había visto en el recorrido, sacudí un poco el suelo para podernos sentar y mientras veíamos la luna reflejarse en el lago Ayden suspiro y dijo-

- Lástima que todo esto acabara.

- ¿A qué te refieres?

- Si, en este momento me siento feliz, segura y en paz, pero sé que solo es cuestión de tiempo para volver a la vida normal y aburrida de siempre.

Me quede pensando en lo que Ayden había dicho, me di cuenta de que esta era la primera vez que me sentía bien compartiendo tiempo con alguien y tenía miedo de que acabara, ahí me di cuenta de que el estar en el bosque con Ayden solo sería un buen recuerdo que con el paso del tiempo sería muy probable que olvidara o simplemente dejara de sentir el amor que tenía por el bosque y el estar con alguien que me hacía sentir bien, afortunadamente no fue el caso.

- No lo había pensado, espero que este momento no acabe, por lo menos me conformaría con recordarlo.

- Espero recordarlo también, en especial recordarte a ti- me dijo mientras me volteaba a ver-

- ¿Por qué decidiste hablarme? Nunca nadie se acerca a mí.

Ayden volteo a ver la luna y la señalo-

- ¿Si ves la luna rodeada de estrellas?

- Si- le dije confundida-

- Pues tu eres como la luna, resaltas ante todas las estrellas, al llegar llamaste mi atención, el que estuvieras alejada de todos me hizo pensar que eras diferente al resto, así como la luna es diferente a las estrellas, es más grande y brilla más, yo pienso que tu brillas más que todos los demás en este campamento.

El oír decir eso a Ayden me hizo sentir especial, simplemente bien conmigo misma cosa que nunca había sentido, no pude controlar el abrazarla, era raro ya que yo nunca suelo abrazar a las personas, pero al oír decir eso a Ayden solo provoco que lo hiciera, Ayden me abrazo también, el sentir que alguien pensara eso de mi por primera vez simplemente me hizo querer a Ayden, me di cuenta de que efectivamente era diferente al resto de una buena manera, fue capaz de ver algo en mí que nunca nadie había notado.

Ayden se acercó a mí y justo en ese momento escuchamos un ruido en los arbustos, era un niño- ¡Aquí están! – grito mientras nos señalaba con una linterna, en eso vemos a la maestra llegar toda asustada.

- ¿Qué hacen aquí? - pregunto algo enojada y asustada a la vez.

- Nada, me sentía mal y tenía que tomar aire, Deneb me acompañó para no perderme, ¿Verdad Deneb? - me dijo Ayden intentando que confirmara lo que había dicho.

- Si, es que Ayden no estuvo en el recorrido y se podía perder.

- Si se sienten mal me deben de decir y no alejarse así a estas horas, me asuste mucho, ahora regresen a su casa de campaña.

Ayden y yo íbamos en camino a las casas de campaña como la maestra había dicho, intentando aguantarnos la risa porque la maestra se había creído la mentira de Ayden, era muy raro para mí el sentirme así, no suelo reírme y mucho menos estar con personas, Ayden simplemente era especial y me hacía sentirme única. Al llegar a la casa de campaña nos acostamos algo agitadas y nos empezamos a reír.

- Me gustó mucho esta noche Deneb – me dijo sonriendo.

- A mi igual, nunca había conocido a alguien como tú.

- Mucho menos yo, eres muy especial, no eres como el resto.

- Si, eso siempre lo he sabido, soy muy diferente a los demás, mientras ellos se emocionan por juegos yo me emociono al ver pinos, es raro- dije con la cabeza baja.

- Mírame – Dijo Ayden mientras me levantaba la cabeza- eso es lo que te hace única Deneb y eso fue lo que llamó mi atención.

Me quede callada mientras le sonreía, simplemente era algo nuevo para mí, ni mis papás pensaban eso de mí, mis papás siempre han pensado que había algo mal conmigo, por eso siempre su insistencia con juntarme con niños de mi edad para que tuviera amigos, lo cual nunca resultó, nunca supe cómo se sentía el tener a una amiga, no sabía cómo se tenía que tratar, hablar o simplemente hacer, pero Ayden lo hacía todo tan perfecto que las cosas solo fluían, llegó un punto en donde las dos nos acostamos y simplemente disfrutamos de la presencia de la otra sin la necesidad de hablar, me preguntaba que pasaba por su cabeza, ¿Estará pensando en mí? Me lo cuestionaba una y otra vez, no sabía por qué quería que pensara en mí, pues yo no podía sacarla de mi cabeza, Ayden se acercó y yo me puse nerviosa, buscaba acurrucarse, por lo que se recostó en mi brazo, mi corazón estaba latiendo tan rápido que sentía que se iba a salir, no entendía porque sentía esto, era algo muy raro.

- Gracias – dijo Ayden con los ojos cerrados.

- ¿Gracias por qué? - pregunte confundida.

- Porque me haces sentir bien, no me había sentido bien desde hace mucho, pero lograste que recordara cómo se siente estarlo.

- ¿Por qué no lo habías estado? – pregunté, pero rápidamente me arrepentí, tal vez era algo personal.

- Pues... en mi anterior escuela tenía muchos amigos, pero todos estaban conmigo simplemente por mi dinero, nunca tuve una migo de verdad, hasta que conocí a un niño el cual era mi vecino se llamaba Brayton, era muy reservado y callado, pero algo me llamaba la atención de él- se detuvo y dijo- perdón si estoy hablando mucho, si quieres me detengo.

- No, no sigue, me gusta escucharte.

- Bueno pues un día Brayton estaba sentado en la banqueta, yo al verlo muy solo me acerque y le pregunté su nombre, él era un poco tímido pero con el paso del tiempo se le fue quitando, nos volvimos muy cercanos, me hacía sentir feliz todo el tiempo, siempre estaba para mí y me escuchaba cuando estaba triste, hasta que un día escuchó que llamaron a la casa, mi mamá tomó el teléfono y su cara cambio totalmente, le pregunte que si todo estaba bien y me dijo que Brayton había fallecido, murió en un accidente automovilístico, después de eso caí en una tristeza muy grande, ya que la única persona que estaba ahí para mí ya se había ido, no tuve la oportunidad de ir al funeral, mis papás no me dejaron, dijeron que era muy pequeña para ir a funerales, mis papás al verme tan mal decidieron cambiarme de escuela para que intentara hacer nuevos amigos y poco a poco superar lo de Brayton y por eso estoy aquí, al verte tan sola alejada de todos me recordaste un poco a Brayton y no dude en hablarte, no me arrepiento, efectivamente eres como la luna Deneb.

- Lamento que se haya ido Ayden, pero sabes que ahora me tienes a mí, no sé cómo se ha de sentir perder a alguien que en verdad quieres y te quiere, nunca he tenido a una persona así, pero ten por seguro que Brayton sigue contigo y te acompaña desde arriba.

- Muchas gracias, Deneb, aunque todavía no lo he superado el estar contigo me hace sentir mejor.

En ese momento no lo pensé y la abracé acercándola hacia mí, me imagino lo feo que ha de sentirse el perder a una persona tan especial, por lo menos sus papás se preocuparon e intentaron buscar una solución para que se sintiera mejor, mis papás ni siquiera se preocupan por mí, lo único que buscan es que tenga amigos y me obligan a eso, nunca resultó hasta ahora que tengo a Ayden, a pesar de eso en ocasiones siento que no les importo, siento que soy una carga para ellos o simplemente les estorbo, ya que siempre que intentaba estar con ellos se alejaban, por lo que con el paso del tiempo ya no me preocupo por pasar tiempo con ellos, siempre al llegar a mi casa se trata de ir a mi cuarto cerrar la puerta y estar ahí todo el día, siento que de eso modo les estorbo menos.

Mientras abrazaba a Ayden se quedó dormida en mi pecho, era muy bonito el que alguien se sintiera bien contigo, normalmente es lo contrario, yo no quería que acabara el campamento, faltaban pocos días y no quería que esto terminara, el imaginar volver a mi casa con mis papás y estar sola en mi cuarto nuevamente no me emocionaba mucho, pero decidí olvidar eso y disfrutar el momento, después de unos minutos me quede dormida al igual que Ayden.

Pues bien los días pasaron y cada vez faltaba menos para que el campamento acabara, fueron unos de los mejores días que había tenido, me hice muy cercana a Ayden al igual que ella a mí, nos contamos muchas cosas y nos desvelábamos diario hablando de todo un poco, faltaba tan solo un día para dejar el bosque, yo quería quedarme, el bosque simplemente me hacía sentir bien, no podía dejar de pensar en lo hermosos que se ven los pinos y su peculiar olor, sin embargo no podía hacer nada, no podía quedarme ahí, no podía escaparme ya que se darían cuenta por lo que no me quedo de otra más que disfrutar estar en el bosque con Ayden, estos últimos días me di cuenta que puedo llegar a ser importante para personas, hay tantas en este mundo que probablemente Ayden no sea la única que vea algo especial en mí, pensar en eso me hacía sentir mejor.

Como hoy es el penúltimo día la maestra nos había dicho que íbamos a pasear en kayak en el lago, estaba emocionada ya que en el kayak ibas acompañado de una persona por lo que obviamente yo iba a ir con Ayden, Ayden también estaba muy emocionada, mientras nos preparábamos los ojos no le dejaban de brillar, al llegar a la orilla del lago Ayden me tomo de la mano y me ayudo a subirme al kayak, estaba algo nerviosa porque nunca me había subido a uno. Pasó un rato y al parecer estábamos listas, un señor era el que nos marcaba por donde teníamos que ir y todos íbamos detrás de él, Ayden y yo éramos las últimas, éramos las más lentas, nos estábamos riendo y eso nos distraía más por lo que cada vez nos quedábamos más atrás, al distraernos no nos dimos cuenta que todos se habían ido por otro camino y Ayden y yo nos desviamos, no nos dimos cuenta hasta que vimos que no había nadie más, intentamos volver pero la corriente no nos dejaba, no sabíamos si reír o asustarnos, al estar por otro camino vimos a una persona parada en una orilla por lo que le empezamos a gritar para que nos ayudará a detenernos y así fue, nos ayudó a llevar a él kayak a la orilla donde nos bajamos y por la fuente corriente el kayak se fue, quedábamos Ayden y yo solas junto con el señor.

- ¿Qué hacen aquí solas? – preguntó el señor confundido.

- Pues nos perdimos por irnos por otro camino que no era – dijo Ayden.

- ¿Sabe cómo podemos regresar? – le pregunté.

- No, pero me pueden acompañarme a mi casa, tengo algunos dulces.

Obviamente Ayden y yo nos empezamos a asustar, el señor no parecía muy amigable al decir eso, el señor tomó el brazo de Ayden intentando acercarla a él por lo que yo lo patee en sus partes, tome a Ayden y nos fuimos corriendo, el señor se tiró al piso del dolor por lo que no nos pudo alcanzar, no sabíamos en dónde estábamos y no podíamos regresar porque el kayak se había ido por la corriente, estábamos algo asustadas, pero a la vez nos daba risa.

Cada vez se hacía más tarde y se iba oscureciendo más el bosque, yo le decía una y otra vez a Ayden que de seguro la maestra y los demás nos estaban buscando y estaban preocupados para que no se asustara, lo cual resultó un poco, pero la verdad yo estaba encantada, no tenía miedo de que fuera de noche y estuviéramos solas, al contrario, me gustaba, pero podía notar un poco asustada a Ayden, intentando calmarla escuchamos un ruido detrás de nosotras, Ayden se asustó pensando que era el señor nuevamente pero no era él, era una señora muy tierna que al parecer vivía ahí, tenía una antorcha para iluminar.

- ¿Qué hacen aquí solas niñas? Es muy tarde – nos preguntó la señora preocupada y confundida.

- Nos perdimos y no sabemos regresar a nuestro campamento – le dije.

- Ah, ¿ustedes son del campamento que se organizó hace días?

- Si – confirmo Ayden.

- Pues es su día de suerte, afortunadamente se como llegar, yo soy la que les ayuda a llevar la comida a la zona, pero ahora ya es muy tarde para ir, nos podríamos perder, si gustan se pueden pasar la noche en mi casa.

Yo no estaba segura si aceptar o no ya que me daba un poco de miedo que pasara lo mismo que con el señor, pero me puse a pensar y el pasar la noche en la nada del bosque podría ser más peligroso por lo que aceptamos, al fin y al cabo, se veía muy agradable la señora, Ayden y yo íbamos agarradas de la mano para sentirnos más seguras, la señora nos iba guiando y contándonos acerca de cómo es que llegó a vivir en el bosque.

Al llegar la señora nos enseñó el cuarto en donde nos quedaríamos Ayden y yo, nos trajo ropa limpia ya que la nuestra estaba llena de lodo y algo mojada por el Kayak.

- Bueno las dejo para que se cambien, en un momento más la cena estará lista – nos dijo la señora con una gran sonrisa.

- Si, muchas gracias – le dijimos Ayden y yo.

La señora muy amablemente cerró la puerta, para que nos pudiéramos instalar y cambiar de ropa, la verdad en ese punto Ayden y yo ya nos sentíamos más seguras, la señora no tenía malas intenciones y se veía que se preocupaba por nosotras por lo que nos tranquilizamos.

- Wow esto fue una buena aventura, apuesto que jamás la olvidaré – me dijo Ayden sonriendo.

- Lo sé, ahora podré decir que me he perdido en el bosque de noche contigo – le dije riendo.

En eso Ayden se empieza a levantar la blusa, yo entre en nervios ya que nunca había visto a nadie sin ropa, siempre estoy sola por lo que no sabía cómo actuar, opte por voltearme y cerrar los ojos, pero por los nervios no me fije y me tropecé, por lo que Ayden sin haberse alcanzado a poner la blusa me ayudo a levantarme, me puse el doble de nerviosa al verla así, Ayden solo se reía mientras intentaba levantarme.

- Deneb, puedes ver, no me importa – dijo Ayden riéndose.

- perdón Ayden es que no sé cómo actuar, nunca he tenido una amiga – le dije mientras me reía también.

- No te preocupes, te tengo mucha confianza entonces no me importa que me veas.

Las dos nos reímos y nos terminamos de vestir, después de un rato la señora nos llamó para cenar, cenamos y después de eso nos fuimos a la habitación a preparar todo para dormirnos, destendimos la cama y nos acostamos, Ayden estaba muy cansada por lo que callo dormida, yo me quede acostada volteando a ver el techo, me quedé pensando en muchas cosas, una de ellas fue cuando Ayden se quitó la blusa, nueva mente había sentido esa sensación en el estómago, no sabía que era pero se había sentido igual a cuando Ayden había dicho mi nombre por primera vez en la fogata, no sabía a qué se debía esa sensación, nunca la había sentido con nadie, me preguntaba si Ayden sentía lo mismo o si era normal sentirlo, en fin, después de unas horas de quedarme pensando en muchas cosas me quede dormida.

Al día siguiente me desperté, Ayden seguía dormida y después de unos minutos la señora nos llamó para desayunar, por lo que Ayden se despertó, la saludé y salimos a desayunar, la señora muy amable nos preguntó cómo habíamos pasado la noche, hablamos mientras estábamos desayunando.

- Muy bien, dormí super a gusto, tenía mucho sueño – dijo Ayden.

- Perfecto, pues terminen de desayunar para poderlas llevar de regreso al campamento – dijo la señora mientras recogía unos trastes de la mesa.

Al terminar de desayunar nos alistamos y caminamos por unos 30 minutos para llegar al campamento, al llegar la maestra nos ve con cara de alivio, como si se hubiera quitado un peso de encima.

- O por dios, me tenían muy preocupada, las estuvimos buscando por toda la noche, ¿Dónde estaban metidas?

- Nos perdimos, no nos dimos cuenta de que nos desviamos del camino cuando estábamos en el kayak, era muy noche y la señora nos ofreció pasar la noche con ella para al día siguiente traernos de vuelta. – le explique a la maestra.

La maestra nos abrazó aliviada, Ayden y yo le agradecimos a la señora por lo que había hecho y nos despedimos, era el último día en el campamento, en verdad no quería que esto acabara, yo era feliz estando aquí, pasando todas las noches hablando con Ayden y desvelándonos, me puse a pensar que no sería lo mismo al regresar a casa, igual y seguiría viendo a Ayden pero cada una pasaría la noche en su casa con su familia, el pensar en estar sola en mi habitación otra vez sin la presencia de Ayden me hacía sentir muy mal, en esta semana me había hecho muy cercana a ella, le tomé mucho cariño y aprendí muchas cosas de ella, pero como dijo Ayden, esto tenía que llegar a su fin lamentablemente, al menos el tenerla en la escuela me hacía sentir mejor, ya no pasaría el tiempo sola y ya tendría con quien estar, eso me hacía sentir más segura.

Hoy que era el último día quería disfrutarlo más que los demás, no sabía que quería hacer exactamente pero quería que este día fuera diferente, en la mañana todos hicieron actividades, pero como yo acostumbraba me quede sentada en una roca viéndolos, pero ya no era solo yo si no también Ayden me acompañaba, nos poníamos a observar a cada uno de nuestros compañeros y ver como actuaban, nos entretenía mucho, la maestra no nos obligaba a participar en las actividades o juegos ya que era opcional, en fin más tarde comimos, nos dieron ensalada con jugo de naranja, nada especial, después de un rato la maestra nos juntó para decirnos que como era el último día íbamos a ir a un lugar donde había albercas cerca de la zona, era una especie de club en el bosque.

Nos subimos a el camión para ir al club, al llegar Ayden y yo fuimos a los vestidores y nos cambiamos para meternos a la alberca, todos fueron corriendo a la alberca, no dejaban de salpicar, jugar y gritar por lo que Ayden y yo nos desesperamos y nos salimos de la alberca, al caminar en busaca de algo de tomar nos topamos con un jacuzzi completamente solo, tenía una vista hermosa hacia todos los pinos y no dudamos dos veces en meternos, para ese entonces ya se estaba haciendo tarde, de verdad encontrarnos con ese jacuzzi fue lo mejor, tenía la temperatura perfecta y la vista perfecta, aparte de que estábamos solas.

- Wow que suerte en encontrar este jacuzzi – me dijo Ayden muy contenta.

- Si, fue lo mejor para acabar el campamento.

- Pero aún no acaba Deneb.

- Mmm, pero si ya está oscureciendo y nos vamos mañana en la mañana.

- Si, lo sé, pero aún no es mañana, nos faltan unas horas.

Después de platicar por un buen tiempo con Ayden nos llamaron ya que era hora de regresar a las casas de campaña, el oír a la maestra decir eso me dolió, cada vez faltaba menos.

Llegamos al campamento y nos pusimos el pijama, todos se metieron a sus casas de campaña para dormirse y despertar mañana muy temprano, al estar con Ayden en nuestra casa de campaña nos quedamos viendo al techo como acostumbrabamos, yo solo pensaba que iba a ser nuestra ultima desvelada hasta que Ayden se acercó a mí y me dijo.

- Muy bien creo que ya todos están dormidos, ya pasó un tiempo desde que regresamos.

- Si, lo más seguro es que si – dije confundida.

En eso Ayden empieza a abrir la casa de campaña, me tomó de la mano y me ayuda a salir, yo estaba muy confundida y no sabía por qué lo hacía, cerró la casa de campaña y me susurro que la siguiera, tomo mi mano y me hacía alcanzarla mientras corría, estábamos yendo por el mismo camino al que habíamos ido la primera noche que pasamos juntas, terminamos llegando al mismo lugar.

- Muy bien pues aquí comenzó todo Deneb – me dijo Ayden con una sonrisa.

- Si, la primera noche que pasamos juntas – le dije sonriendo.

- Pues muy bien, vamos a recrear esa noche.

En eso se acerca y pone mis manos en su cintura, ella coloca las suyas en mis hombros y empezamos a bailar como la primera vez, ella recargo su cabeza en mi pecho mientras nos balanceábamos y ahí estaba otra vez, esa sensación en mi estómago no quería que este momento acabara, el estar bailando con Ayden en la noche bajo los pinos simplemente me hacía sentir segura y feliz, sabía que nunca olvidaría esto y así fue.

Pasó un rato y fuimos a la orilla del lago, vimos la luna y nos acostamos en el pasto mientras empezamos a hablar, las pláticas con Ayden eran infinitas, nunca se acababa el tema de conversación, siempre que escuchaba la voz de Ayden sentía mucha paz y eso es bueno ya que a Ayden le gusta mucho hablar, puede pasar horas hablando y no se cansa, eso me encanta de ella, pasaron horas y decidimos volver a la casa de campaña, afortunadamente la maestra ni nadie se dio cuenta de que nos habíamos escapado, nos acostamos a voltear el techo nuevamente disfrutando simplemente la presencia de la otra, en ese momento Ayden toma mi mano, y ¡pum! La sensación estaba de vuelta, me empezaba a gustar sentirla.

Pues la noche terminó en eso, Ayden y yo nos quedamos perdidamente dormidas, al día siguiente la maestra nos despierta porque ya era hora de partir, la verdad es que yo tenía muchísimo sueño, no había dormido nada por todo lo que hice con Ayden en la noche, que en verdad fue lo mejor, el recrear la primera noche, simplemente fue perfecto, Ayden al contrario tenía mucha energía, no tenía nada de sueño, no entendía porque si las dos habíamos dormido lo mismo, en fin nos subimos al camión y ahora ya no iba sola, Ayden iba junto a mí. Los primeros 20 minutos me quede viendo el camino por la ventana, sentía que me habían arrebatado algo, ya que nos estábamos alejando cada vez más del bosque, mientras más avanzábamos mis ojos se iban cerrando más hasta que me quede dormida, recuerdo que mi cabeza se inclinó y Ayden puso su hombro para que me recargara, después de un rato Ayden me despertó ya que habíamos hecho una parada para desayunar, esta vez paramos en un restaurante diferente, afortunadamente se veía más limpio que el otro por lo que esta vez sí desayune, Ayden y yo desayunamos en una mesa a lado de la ventana, tenía una vista muy bonita, parecía un océano de pinos. Después de desayunar continuamos con el viaje, esta vez no me quede dormida, Ayden y yo platicamos todo el camino.

- Lamentablemente el estar en el bosque llegó a su fin. Dijo Ayden.

- Si, como habías dicho, todo esto tenía que acabar.

- Wow, ¿te acuerdas?

- Claro, se me quedó muy marcado, al igual que este viaje.

- Sí, estoy segura de que jamás lo olvidaré – dijo Ayden y bajó la cabeza - el llegar a mi casa y pasar las noches sola no me emociona mucho.

- No, ni a mí, extrañare desvelarme contigo.

- Pero ¿Sabes qué?

- ¿Qué? – pregunte confundida.

- Te recordare todas las noches, cuando voltee a ver el cielo por la ventana ahí estarás tú, brillando.

Ayden nuevamente lo hizo, hacerme sentir esa sensación, se estaba volviendo experta en hacerme sentirla, simplemente me encantaba que me comparara con la luna, me hacía sentir especial en los ojos de alguien, y todo lo que me decía solo me hacía quererla más, nunca había sentido tanto cariño por alguien, ni por mis papás, solo buscaban alejarme de ellos, de ahí viene la insistencia de que tenga amigos, para que pase el mayor tiempo fuera de la casa o simplemente para que los deje solos, y esto no es idea mía, ellos me lo han dicho y me lo han dejado más que claro, al principio el que me recordaran que era un estorbo para ellos una y otra vez me hacía sentir muy mal, lloraba diario en mi habitación pero con el tiempo me he acostumbrado a esto y ya no me importa más lo que me digan.

Y si, llego el momento menos deseado, habíamos llegado, paramos en la escuela y todos bajaron, los papás de Ayden ya estaban por llegar por ella, en cambio los míos no, a mí me tocaba ir caminando a mi casa, no creo que mis papás se hayan acordado de que hoy llegaba del campamento, simplemente ellos disfrutaron mi ausencia, en fin, me baje del camión junto con Ayden.

- Pues bien, acabo – dijo Ayden algo desanimada.

- Si, extrañare mucho el estar en el bosque.

- Si, yo también, lo bueno es que nos seguiremos viendo en la escuela.

- Si, eso es lo bueno, muchas gracias Ayden.

- ¿Por qué?

- Porque me hiciste sentir muy bien esta semana, cosa que rara vez pasa.

En eso Ayden me abraza, sus papás ya habían llegado por lo que nos despedimos.

- Pues nos vemos en dos días Deneb – me dijo Ayden mientras se alejaba.

Yo me despedí y seguí mi camino, al llegar a mi casa mis papás no estaban, cosa que no me sorprendía, de seguro estaban en un bar o algo así, subí a mi habitación y me acosté en mi cama, puse música y me quedé un rato viendo la computadora, en eso viene a mi mente cuando Ayden me comparaba con la luna y ¡pum! Esa sensación en mi estomago de nuevo, decidí buscar cosas sobre la luna, datos, información y me quedé viendo unas fotos, simplemente Ayden me había hecho amarla.

Pase horas así hasta que cada vez cabeceaba más y mis ojos se iban cerrando cada vez más, en eso me quedo dormida escuchando "Lonesome Town" de Ricky Nelson.

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