Capítulo 1 (Mi lugar)

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Deneb:

No les pasa que a veces solo quieren escapar, salir corriendo o simplemente quieres desaparecer, pues a mí me pasa muy seguido, regularmente cuando estoy rodeada de muchas personas o cuando tengo muchos nervios, siempre que me encuentro en situaciones así quiero estar en mi lugar, mi lugar es el bosque, soy fan del bosque, la forma en la que los pinos forman oscuridad y las montañas los rodean, simplemente me da paz, he ido solo una vez, hace mucho por parte de la escuela, tenía 13 años y fuimos a un bosque a acampar, para ser honesta ese día estaba aterrada, yo no quería ir, mis papás me obligaron a asistir, el camión sonó fuera de mi casa y solo significaba que era hora de partir, el campamento duraba una semana, para cualquier niño la idea de ir de campamento una semana con sus amigos sonaba muy bien pero para mí no, era una semana sin escape, una semana sin estar en mi habitación, que en ese entonces mi habitación era mi único escape de la escuela y de mi familia, una semana rodeada de personas, en fin no tuve de otra más que ir, al subir al camión me fui hasta atrás a lado de la ventana deseando estar sola para no tener esos ataques al estar rodeada de muchas personas, llegaban y llegaban niños gritando y emocionados buscando un asiento donde estar con sus amigos, el camino duro 4 horas, la verdad disfrute estar cuatro horas viendo el camino por la ventana, árboles, pasto, pinos, nubes, prestaba atención a cada parte del paisaje, lo hubiera disfrutado mucho más si mis compañeros en ese entonces no estuvieran cantando o gritando, pero no permití que eso arruinara la paz que me daba ver cada detalle del camino, hicimos una parada a un restaurante para desayunar, era un restaurante ya muy viejo donde vendían waffles, jugos, malteadas y ese tipo de comida, yo no comí nada esa vez, me daba asco el lugar ya que al estar en el mostrador a punto de pedir lo que iba a desayunar pude ver como un señor preparaba la comida, era un señor sudoroso, sudaba y se limpiaba la nariz con la mano que estaba preparando la comida por lo que me dio mucho asco y decidí quedarme con hambre, fui a una mesa en la esquina del restaurante esperando a que partiéramos de nuevo, pasaron unos 40 minutos más o menos y nos subimos nuevamente al camión para continuar con el viaje, yo no quería llegar ya que el llegar implicaba tener que convivir con los demás en actividades y juegos que nos pondrían, solo quería que pasaran las horas mientras veía la ventana.

Llegamos y ya eran las 11:00 am, al llegar nos pusieron a bajar las cosas, yo solo llevaba una maleta que en ningún momento solté, al bajar del camión quede asombrada por el tamaño de los pinos, es uno de esos momentos donde te enamoras y te quedas asombrada al mismo tiempo, el olor de tierra mojada y pinos simplemente me encanto, al ver semejante paisaje cambie un poco de parecer acerca de no querer estar ahí, después de un rato todos empezaron a hacer equipos para ver con quién estarían en las casa de campaña, obviamente yo no tenía a nadie, la razón por la que no tenía amigos en ese entonces era por mi forma de ser, siempre he sido muy cerrada, no hablo con cualquiera, nunca he sido como las típicas niñas imperativas y felices, siempre he sido seria y muy reservada, otra razón por la que no tenía amigos era por mi nombre, nombre que actualmente a los 17 me sigue sin gustar mucho , Deneb, un nombre muy poco común del cual nunca he sido fan, con los años me ha dejado de importar los comentarios de las personas pero en ese entonces los niños me hacían burla de todo y mi nombre no era una excepción, también se reían de mis ojos, siempre he tenido ojos muy grandes y de color grisáceos, por esas razones es que no tenía amigos, y así fue como la maestra al darse cuenta que no fui considerada por nadie me dijo que tendría que estar sola en una casa de campaña o estar con ella en la suya por lo que obviamente le dije que prefería estar sola, de verdad el tener una casa de campaña yo sola fue lo mejor que me pudo pasar, después de instalarnos nos llamaron y nos dijeron que íbamos a dar un recorrido por el bosque, yo estaba muy emocionada por dentro por conocer más del bosque, fue una expedición como de 40 minutos, nos llevaron a ver todo lo que había alrededor de la zona, nunca olvidaré lo impresionante que se ven los pinos desde abajo, las montañas, tierra mojada y también recuerdo que había una cascada que daba para un gran lago lleno de peces, de verdad estaba asombrada por todo lo que había, simplemente era perfecto y mucho más perfecto con ese peculiar olor a mojado y madera, mientras todos iban caminando como si nada yo cada vez me quedaba más atrás apreciando cada detalle, desde los hongos debajo de los pinos hasta las hojas mojadas en la tierra, al regresar a las casas de campaña nos dieron de comer, recuerdo que eran sándwiches de jamón con lechuga, me lo devore de tanta hambre que tenía por no haber desayunado, al terminar de comer nos pusieron a hacer actividades y juegos los cuales no quería hacer por lo que le dije a la maestra que me dolía mucho la pansa, por lo que me dijo que podía quedarme sentada, fui a una roca y me senté por un momento viendo a todos jugar, me quede cuestionándome ¿Por qué no soy como los demás? ¿Por qué no podía divertirme al jugar? ¿Por qué no podía socializar? Después de un rato de haberme quedado pensando eso mientras veía a todos convivir decidí alejarme ya que al quedarme ahí viéndolos me hacía sentía mal por ser diferente, por lo que decidí ir a caminar al fin y al cabo la maestra no se iba a dar cuenta ya que estaba muy metida en las actividades, fui por un camino entre los pinos al cual no habíamos ido, mientras caminaba veía gotitas caer de los pinos, mis tenis llenándose de lodo y el cielo lleno de nubes, no me cansaba de admirar todo, mientras más caminaba más enamorada quedaba, el estar sola en medio de los pinos en el bosque sin ruido simplemente me hacía sentir mejor, me hacía sentir como si ese fuera mi lugar, nunca antes me había sentido tan segura, después de un rato decidí regresar ya que no quería que la maestra se diera cuenta que no estaba y no quería que se asustara, al llegar seguían jugando, por lo que decidí volver a dar una vuelta por el bosque.

Solo el camino del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora