—Huele delicioso.—anuncio mientras Danna coloca cuidadosamente sobre los platos porciones de lasaña.
—¿Lo dices de verdad o solamente lo estás diciendo para que no me sienta mal?—se ríe.
—Claro que no.—respondo de inmediato.—Lo estoy diciendo de verdad, eso huele delicioso…—sus ojos se encuentran un momento con los míos antes de tenderme un plato. Lo tomo entre mis manos y ella suelta un pequeño suspiro.—Te amo con todas mis fuerzas. Y cuando haces este tipo de cosas solo haces que me enamore más de ti…
—Entonces tendré que alimentarte todos los días para tenerte en la palma de mi mano.—bromea haciéndome reír.
—Oh, ni siquiera tienes que hacerlo porque ya me tienes en la palma de tu mano.—confieso y ella niega un poco.—Apenas y me puedo terminar de creer que estás aquí…
—Bueno…pues estoy aquí.—hace una pausa.—Mira…sé que tener que lidiar con todo lo que viene en mi paquete es algo realmente abrumador, tanto que hoy el conductor del Uber me declaró su amor sin saber que era yo cuando Starving comenzó a sonar en la radio.—me rio.—Pero amo hacer esto, Chris…son las cosas que una pareja normal hace…y hacerlas definitivamente me llena…
—¿Te hace ser una chica normal?—cuestiono.
—De alguna manera.
—Eres una chica normal siempre, Danna. Encima de un escenario o abajo tú siempre eres una chica normal y eres la chica más hermosa que jamás conocí…—hago una pequeña pausa.—Y yo te amo siempre ¿sabes?—coloco mi plato sobre el suelo y la miro un segundo.—Es más…hagamos un brindis…—propongo tomando la botella para abrirla bajo la atenta mirada de Danna.
—¿Un brindis…?—repite y yo asiento. Vierto un poco de vino en su copa y luego se la tiendo.—¿Y por qué se supone que vamos a brindar…?
—Por el simple hecho de que Dios fue bueno conmigo y te puso en mi camino…—susurra lentamente.—Y por todo ese amor que sentimos el uno por el otro…porque ha sido realmente fuerte y porque hemos superado un montón de cosas…
—Y superaremos todas las que vengan, Chris.—completa en voz baja.
—Lo sé.—murmuro levantando un poco mi copa.—Entonces bella señorita; brindemos por nuestro amor…por todas las pruebas que hemos superado y por todas las que superaremos…
—Salud, señor Vélez.—inquiere lentamente golpeando suavemente su copa con la mía.
—Salud, señorita Silvetti.—repito. Danna suelta una risita y niega divertida colocando la copa sobre la manta del picnic.
—Dios, la verdad es que cada vez que recuerdo la manera en la que nos conocimos me da mucha pena…—confiesa haciéndome reír.—La verdad es que para ser honesta; si hubiese sabido que estabas en la sala con Aarón nunca se me habría ocurrido bajar…
—Hey ¿por qué no?—cuestiono dejando mi con cuidado sobre la mesa del picnic.
—Porque estaba en pijama, con los pies descalzos y casi recién despierta…—se burla.
—Um, yo creo que ese cuadro ahora mismo valdría una fortuna…—me rio y Danna deja escapar una risita completamente divertida.—Pero lo digo de verdad, Dan…
—Si alguna vez alguien me hubiese dicho que iba a terminar así de enamorada del mejor amigo de mi hermano me hubiese reído y mucho…porque ha pasado mucho tiempo y seguimos acá—hago una pequeña pausa.—Siempre dije que los amigos de mi hermano me daban vergüenza y terminé acá…—niego lentamente antes de acercarme a ella para depositar un pequeño beso sobre sus labios.
—Pues que suerte que cambiaste de opinión…
—Cuando me di cuenta que te habías metido en mi cabeza no tienes ni idea de la manera en la que me asusté…—susurra volviendo a anclar sus ojos en los míos.—Se supone que entre mejores amigos existe un código de amistad que obviamente incluye no salir con la hermana de tu mejor amigo…—me río.—Pero fue algo realmente inevitable ¿sabes? Y ahora han pasado once años desde entonces…
—Tenía catorce cuando me enamoré de ti…—responde en voz baja.—Y nunca más se me pasó…
—Y espero que no se te pase nunca.—bromeo y los dos nos reímos. Llevo la copa de vino a mis labios y mis ojos se posan en los de Danna.
—Puedes estar totalmente seguro que nunca se me va a pasar…—se ríe.—¿Por qué tardaste tanto en decírmelo, mi amor…?—se queja.—Podríamos haber sido felices desde hace mucho tiempo…—me echo a reír divertido.
—Sólo fueron dos años, tampoco es que me haya tardado demasiado.—bromeo y los dos nos reímos.—Creo que la manera en la que nos conocimos sería una buena historia familiar para contarle a nuestros nietos ¿no?—asiento.
—Sí, me parece que sí.—hace una pausa.—Pero mientras eso pasa…comamos de una vez porque si no nuestra comida terminará helada…
—Solo pasaron unos cuantos días desde que te vi en París y siento como si hubiese sido demasiado tiempo ¿sabes?—Danna me mira un momento.—Es como…extraño…
—Tú también luces más guapo.—comenta.—Tu piel parece un poco más bronceada…
—Largos entrenamientos en días realmente soleados.—respondo encogiéndome de hombros.
—Extraño los rayos de sol sobre mi piel…—confiesa.
—¿Quieres ir mañana por la tarde a la playa?—cuestiono.—Tengo la tarde libre así que…podríamos…
—Acepto.—responde de inmediato.—Creo que podemos llevar a Teenie…la pobre no ha visto más que habitaciones de hotel y aviones…
—Una cachorrita con mucha suerte, eh.—Danna se echa a reír de inmediato y niega lentamente.—¿Pero sabes una cosa…?—susurro y ella niega.
—¿Qué…?
—Más suerte tengo yo por tenerte acá…—anuncio. Danna se muerde los labios un segundo antes de que una sonrisa maliciosa aparezca en la comisura de sus labios.
—Ven acá…—murmura. Me inclino sobre ella dejando un largo beso sobre sus labios y cuando sus brazos rodean mi cuello la atraigo hacia mi cuerpo con fuerza. Danna se sienta sobre mi regazo sin dejar de besarme y llevo mis manos a su cintura acariciando su piel lentamente.
—¿Era un picnic sano para nada con dobles intenciones, verdad?—pregunto sin dejar de mirarla a los ojos y Danna se echa a reír de inmediato antes de volver a besarme con amor; entonces mi camiseta desaparece en el proceso.
—Podemos darle un giro…—comienza entre besos. Llevo mis manos al dobladillo de su blusa y la saco de su cuerpo en un movimiento ágil lanzándola por completo al olvido. Siento la piel de Danna estremecerse de golpe y una sonrisa aparece en sus labios.
—¡¿Podemos darle un giro caliente…?!—susurro alzando una ceja. Danna se muerde el labio inferior haciendo que mi corazón se acelere dentro de mi pecho de golpe y asiente de inmediato.
—Sí.—jadea.—Totalmente sí…
(…)
Abro mis ojos lentamente encontrándome solo en la habitación, paso mis manos por mi rostro tratando de despabilarme y me giro en la cama encontrándome con una pequeña nota encima de la almohada de Danna y Teenie profundamente dormida a mi lado.
Mi amor, tenía una junta importante con Gabbe en las oficinas de la empresa, parecías realmente agotado anoche así que preferí dejarte descansar pero te dejé el desayuno preparado en la cocina. Te amo con todas mis fuerzas, tu Dan.
Una pequeña sonrisa se forma en mis labios y cierro mis ojos un segundo.
—Mi Dan…
—¿Danna?—freno mis pasos de golpe.
Me giro sobre mis talones encontrándome con los ojos azules de Axel y su linda sonrisa.
—¡Axel!—exclamo lanzándole una amplia sonrisa.—¡Dios! ¿Qué haces acá?—cuestiono.
—Pues en realidad Renata me llamó para decirme que tenía que estar acá el día de hoy así que básicamente salí corriendo.—se ríe encogiéndose de hombros.
—¡Que increíble!—respondo.—¿En dónde está Lily?—él se ríe.
—Bueno, viajamos toda la noche así que prefirió quedarse descansando en mi departamento…—asiento lentamente.—Pensé que estabas en Europa de tour…
—Volví ayer por la mañana.—anuncio encogiéndome de hombros.
—También pensé en llamar a Chris…
—Pues creo que podríamos agendar algo para estos días…—murmuro.—Estaré un par de semanas aquí así que…
—¡Claro que sí!—responde de inmediato.
—Danna…—aparto mi mirada de Axel para mirar a Gabbe y una amplia sonrisa se forma en sus labios.—Axel, que bueno que has llegado también…
—¿También?—repite.
—Vengan acá para que podamos hablar con ustedes dos…—anuncia antes de volver a entrar en la habitación. Mi corazón da un vuelco dentro de mi pecho y llevo mis ojos hasta mi amigo un breve segundo.
—¿Qué es lo que pasa?—cuestiono en voz baja.
Axel se encoge de hombros.—No tengo ni idea…
—Siento que esto ya lo viví…—murmuro y Axel niega.
—Oh, no, Dan…—susurra.—Mira…si vuelve a repetirse la historia de hace un año no vamos a dejarlos ¿entiendes?—inquiere tomando mi mano.—Somos amigos. Christopher es mi amigo y yo nunca le haría algo así. Tú tienes una increíble relación con Chris. Tengo una increíble relación con Lily. Y ustedes son amigas así que no te preocupes…así se vaya todo a la mierda ahora sí no vamos a dejarlos ¿de acuerdo?
—De acuerdo…
—Ahora vamos que Gabbe no tarda en volver…
Dejo salir un largo suspiro y camino con pasos lentos hasta la puerta por la que ella ha desaparecido. Mis ojos se abren con sorpresa cuando me encuentro con Renata –la nueva representante de Axel-, Gabbe y un par de hombres y un joven de intensos ojos azules que nos observa con curiosidad.
—Grant Gibson…—susurra Axel a mi lado. Lo miro un segundo con renovado interés hasta que una voz me llama.
—Danna…—me saluda Renata.
—Hola…—susurro.
—Ven acá, cariño.—me anima Gabrielle. Caminamos juntos y cuando tomo asiento soy capaz de sentir los ojos azules del joven desconocido fijamente sobre mí. Tomo asiento junto a Axel y llevo mis ojos hasta Gabbe.
—¿Qué es lo que hacemos aquí…?—pregunto en voz baja.
—Primero que nada tengo que comenzar por presentarme contigo, Danna…—anuncia uno de los hombres poniéndose de pie.—Mi nombre es Grant Gibson…soy director de cine y si están acá ambos creo que ya se empiezan a dar una idea… ¿o me equivoco…?
—Bueno yo sigo siendo ajena a todo esto, la verdad…—murmuro colocando mis manos sobre la mesa.
—Sé que tu fuerte es la música, Danna y estamos totalmente al tanto de tu carrera musical, sabemos que eres completamente buena en esto así que queremos hacerte una oferta…—anuncia y mi corazón se hunde dentro de mi pecho.—Tenemos luz verde para un proyecto impresionante y con los directores en general hemos coincidido que tú serías la protagonista ideal…
—¿Qué?—jadeo.
Gabbe se ríe.—Cuando me lo dijeron quise contártelo, Dan.—anuncia la voz de Gabbe.—Pero estabas en medio de un concierto así que…
—¡Pero yo no sé nada de actuación!—confieso sin más.
—Lo sé.—asiente.—Pero vamos a proporcionarte absolutamente todas las herramientas que necesites para lograrlo…justo ahí es donde entra Axel Evenson…queremos que seas parte de nuestro proyecto también y creo que podrías ayudar a Danna con algunos consejos sobre actuación.
—Ay, por Dios…—murmura.—Yo sé…un montón de cosas sobre usted, quiero decir…sobre su carrera.—anuncia sin dejar de mirarlo.—Y…es realmente impresionante que…usted me esté pidiendo esto…
—Él es Levi Edevane…—anuncia señalando al otro castaño de ojos azules sentado delante de mí.
—Un placer conocerlos.—responde en general pero sus ojos siguen fijos en mí. Aparto la mirada y niego un poco.
—Es el protagonista, sería la pareja de Danna, claro si es que ella acepta el papel y sería parte de mi trío de oro…creo que han visto algunos tríos de oro ¿Verdad? Un claro ejemplo, Hermione, Harry y Ron…—murmura sin más.—Ustedes acá vendrías siendo un trío de oro…interesante por decirlo de algún modo. Frente a ustedes tienen los libretos de la obra…no tienen que darme una respuesta justo ahora, entiendo que tienen que procesarlo…sobre todo usted, señorita Silvetti…entiendo que lleva una agenda apretada…
—Yo no tengo nada que pensar.—decide Axel.—Trabajar con usted, señor Gibson sería un sueño hecho realidad así que cuente conmigo…
—Gracias, señor Evenson…—responde.
Me muerdo los labios y llevo mis ojos a Gabbe que me mira fijamente con una amplia sonrisa tirando de sus labios.—Creo que sería interesante participar en un proyecto así…
—¿Eso quiere decir que…?—asiento.
—Eso quiere decir que acepto…
(…)
—Mi amor…—saluda Chris.
—¡Tengo algo que contarte!—exclamo y Christopher deja salir una risita.—Dios, Chris…es…increíble…
—De acuerdo…—murmura.—¿Te apetece si te invito a comer fuera hoy?—cuestiona.—Justo estoy saliendo del departamento…
—Claro que sí—respondo de inmediato.—Entonces te cuento cuando nos veamos porque prefiero hacerlo mientras te veo a la cara…
—De acuerdo.—se ríe.—¿Quieres que pase por ti…?—pregunta.
—Sí, obvio.—asiento.
—Bien, entonces te veo en quince minutos.—anuncia.—Te amo.—agrega.
—También te amo.—le recuerdo sin perder la sonrisa de mis labios antes de finalizar la llamada.
—Hola…—me giro sobre mis talones y mi sonrisa se esfuma de inmediato.
—Eh, hola.—respondo lentamente.
—Así que en serio seremos pareja…—ladeo mi cabeza un poco y asiento lentamente.
—Sí, en la ficción.—anuncio encogiéndome de hombros.
—Claro.—asiente de inmediato.—Me presento oficialmente, soy Levi Edevane…—añade tendiéndome su mano. La miro un momento antes de tomarla.—Tu nuevo…amigo.