Magnate Vélez

By Storiesscris

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El Magnate Vélez conoce a Cyara Ross en uno de sus viajes a Marbella. Como cualquiera joven, a Christopher le... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Epílogo

Capítulo 25 (FINAL)

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By Storiesscris



Christopher Vélez

Mi pecho arde, no era lo mismo pensarlo que decirlo. De algún modo tenía que saberlo, no era justo que yo siguiera tirando mis cartas y que ella no supiera el juego.

Estaba enamorado de Cyara Ross.

Y si ahora era muy temprano para ella, no tendría problema en esperarla.

Siempre dije que estas mierdas no eran para mi, en el instituto me burlaba de los amigos que eran cursis con sus novias, hasta hace no demasiado hacía lo mismo con Joel y Erick, pues de los cinco eran los únicos que se habían comprometido con una mujer por amor. Si, había tenido ligues antes, ninguno podría llamarse amor. Las chicas eran guapas y despertaban deseo sexual en mi, pero nada más. Me borré de la mente la idea de enamorarme cuando me casé con una mujer que claramente no amaba.

Que equivocado estaba.

El amor es un sentimiento increíble, aborda sensaciones maravillosas que te hacen sentir vivo. Y no estoy hablando del amor que uno le tiene a la familia, a los amigos, a los animales, a la música, o a cualquier cosa relacionada.

Estoy hablando del amor que tengo por Cyara.

—Señor Vélez, lamento la molestia pero acaba de llegar Zabdiel.— dijo Celia llegando hasta nosotros.

—Dile que está en su casa, no es necesario que avise.— murmuré sin romper el contacto visual con Cyara.

—Es que... Señor, creo que es algo de lo que quiere hablar en privado.

Frunzo ligeramente el ceño, obligándome a apartar la mirada para llevar mis ojos a ella.

—No tengo privacidad con Cyara, ella puede estar presente sin ningún problema.

—Christopher, no insistas.— dijo la suave voz de Cyara—. Tal vez podemos vernos más tarde o...

—No. — la interrumpo—. Prometo que no me tardaré demasiado...

Mi mirada va hasta Zaid, quien se encuentra mirándome mientras agita el peluche en el aire.

—¿Puedo llevármelo?— pregunto haciendo un puchero, Cyara asiente con una sonrisa en los labios así que no me tardo en cargarlo en brazos.

Escucho a Celia hablar con Cyara a mis espaldas pero no le tomo demasiada importancia a sus palabras, bajo las escaleras con Zaid en brazos para encontrarme con Zabdiel dando pasos por la sala.

—¡Christopher!— exclama sonriente al verme acareándome—. Te traigo buenas noticias... Oh, por Dios, que cosa más adorable.

—Zabdiel, continúa...— digo al ver que se ha distraído con solo ver a mi hijo.

—Oh si, disculpa... Me encontré a tu abogado cuando salía de tu empresa, iba a entregarte unos documentos importantes así que le dije que yo podría entregártelos sin ningún problema.— murmura extendiéndome una carpeta de color negro—. ¿Puedo cargar al Vélez menor mientras mirar de que se trata?

—¿Ya te has enamorado de mi hijo?— cuestiono divertido.

—Ugh, si... Sería imposible no hacerlo.

Reí mientras dejaba a Zaid en sus brazos, él no dudó en mostrarle el peluche de Spiderman como si fuera lo más importante en esos momentos, Zabdiel sonrió mientras le decía que era muy bonito.

No estaba seguro de si el bonito era el peluche o mi hijo.

Abrí la carpeta para ver los papeles que había dentro, mis sentidos se detienen por varios segundos con solo leer la primera hoja.

El divorcio.

Mi esposa me había concedido el divorcio.

Una sonrisa se dibuja en mis labios mientras leo las cosas más importantes que aparecen allí escritas, mi abogado no mentía al decir que lo conseguiría.

Escucho a Zabdiel hablar pero mis oídos no llegan a captar sus palabras, estaba demasiado concentrado en lo que mis ojos leían que no permitía que mis demás sentidos funcionasen

—¿Christopher?

—Ya no estoy casado.— susurro emocionado, mi mirada viaja a mi mano y busco el dedo en donde debería de llevar el anillo. Me deshice de él en Italia, justo cuando el sacerdote les dijo "yo los declaro marido y mujer" a Fiamma y Joel.

Unión de unos y separación de otros, esas sí que son las buenas bodas.

Zabdiel me regala una sonrisa antes de señalar con la mirada al individuo que tiene en brazos.

—Cyarapher.

—¿El qué?— cuestiono con una ceja alzada.

—Tú no eres más tonto porque no entrenas.— dice Zabdiel poniendo los ojos en blanco—. Cyarapher, tu shipp con Cyara...

—¿Cómo diablos le has enseñado esa palabra a mi hijo en apenas cinco minutos?

—Soy el tío inteligente, ¿verdad, Zaid?— pregunta alzando sus cejas, el recién nombrado se limita a asentir.

Pobrecito, no sabe lo que afirma.

No puedo creer que lo primero coherente que le oiga decir a mi hijo sea ni más ni menos que el shippeo entre su madre y yo.

Hablando de su madre...

—¡Cyara!— exclamo corriendo a la cocina, conociendo a Celia seguro que la llevó ahí para poder presumir de lo buena cocinera que es.

—¿Que pasa?— pregunta ladeando la cabeza—. No creo que sean necesarios los gritos...

Mis manos van directas a su rostro mientras que mis labios se adueñan de los suyos, las cocineras se quedan boquiabiertas ante mi acción y Cyara jadea sorprendida contra mi boca. No tarda en seguirme el beso, siento sus mejillas arder bajo mis manos, supongo que debido a la vergüenza.

—Te amo, te amo, te amo...— susurro dando pequeños besos por todo su rostro.

—Chris...

—Sshh... No tienes que decirme lo mismo solo por pena.— sonrío de lado—. Acaban de concederme el divorcio y...

Estaba vez es ella quien ataca mis labios y yo correspondo al beso más que gustoso.

—No lo digo por pena, lo digo porque también lo siento.— susurra—. Te amo.

—¿Lo haces?— pregunto también en un susurro, se me nubla la vista cuando mis ojos se llenan de lágrimas.

—Por supuesto que si, es imposible no amarte... Todo lo que has hecho por mi, como me has tratado y como me has hecho sentir, no tiene precio.

Mi labio inferior tiembla ligeramente y temo ponerme a llorar pronto.

Zabdiel entra en la cocina y deja a Zaid en los brazos de su manera, él se queda con el peluche favorito del niño.

—Venga Zaid, dile a papá que también lo amas.— lo animó Cyara.

Sus ojitos, idénticos a los míos, me miraron mientras que las comisuras de sus labios se alzaron en una sonrisa.

—Papá.— pronunció de forma lenta y suave.

Siguiente para que un sollozo se escapara de mis labios y rompiera a llorar.

Demasiadas emociones en un día para mi.

—Te amo.— terminó sonriente, seguido giró su rostro para buscar la aprobación de su madre.

—¡Clarisa, tráeme pañuelos también a mi!— escucho gritar a Zabdiel.

Al parecer no soy el único llorando...

Acercó a Cyara a mi cuerpo para abrazarla, dejo un par de besos en su sien antes de apoyar mi mejilla en su cabeza.

Por primera vez en mucho tiempo me sentía bien, completo. Tal vez la base de la felicidad no era el dinero, el poder o la fama.

La base de mi felicidad tenía nombre, apellido y un hijo conmigo.

Cyara Ross, no sé que nos tendrá preparado el futuro para nosotros... Solo sé que contigo digo si a todo. A pesar de que no nos conocimos en las mejores condiciones, ni con las mejores apariencias ni en el mejor estado...

Ella era, sin duda, el amor de mi vida... Al igual que el pequeño ser que tenía de nombre Zaid Vélez y me llamaba papá.

|| F I N A L ||

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