Bien, les tengo un aviso para este capítulo... A partir de ahora verán algunas cosas que seguramente les recordarán a Renesmee de Crepúsculo, así que no se sorprendan tanto, porque este embarazo no es normal y las similitudes existen. Tendrán notas al principio de una nueva fase, sobre el embarazo y al lado un tiempo escrito en negrita y entre paréntesis, éste será el tiempo que Camila lleva de embarazo, para que no se confundan. Todo esto porque la autora quiere que estén al tanto de cómo funciona y también lo que Camila está sintiendo, quiere que sientan y pasen por esto junto con ella, como siempre lo hace en cada nuevo capítulo que escribe. Haciendo parte de la historia y sintiendo con todos los personajes.
En fin, ¿vamos al capítulo?
P.O.V AUTORA
En la tercera semana de embarazo, el sistema nervioso del bebé comienza a formarse, así como sus piernas y brazos. (1ª semana).
Lauren acababa de salir de un baño cuando tenía los ojos pegados en la latina que seguía dormida en la cama. Eran más de las 2:00 pm y Camila aún no se había despertado ni había señales de que lo haría. Últimamente ha sido así... Duerme más que nunca. ¿Y la pereza entonces? La latina siempre estaba quejándose por los rincones del cansancio. A Lauren no le importaba en absoluto, solo quería pasar más tiempo con su prometida.
- Oye... ¿Camz...? - murmuró, inclinándose sobre la cama para depositar delicados besos en el rostro de la latina. - Vamos, dormilona... ¡Ya dormiste mucho, amor!
Retiró los mechones de pelo que cubrían la vista del rostro angelical de su prometida y le acarició la mejilla, notando una pequeña sonrisa perezosa que amenazaba con salir.
- Hm... sólo un poco más, Lolo. - la voz ronca de Camila sonaba somnolienta.
La latina agarró la almohada y enterró su rostro allí, tratando de librarse de la luz que invadía las ventanas.
- Cariño, ya corrí por la playa, monté en Jet Ski con las chicas... - Lauren comenzó a enumerar, encajándose detrás de la latina y apartando el pelo de su nuca para poder mordisquear su piel de forma provocativa. - Fui al acuario y al parque acuático, ¡y todavía estás aquí! Te estás perdiendo un día maravilloso, levántate... No es divertido sin ti. - murmuró adorablemente, pinchando las costillas de la latina y haciéndola retorcerse un poco por el cosquilleo que le provocaba.
- Tengo sueño, amor. Lo siento. - Camila suspiró profundamente, dándose la vuelta y llevándose una mano a la nuca de su prometida. - Prometo que intentaré levantarme después de desayunar uno de esos-
- ¡Bien servido! - completó Lauren, asintiendo. - Está bien... es un comienzo. - se inclinó, pegando sus labios en un dulce y ligero beso, frotando sus narices en el proceso antes de alejarse. - Llamaré al servicio de habitaciones... - Se levantó de un salto, provocando una carcajada en la latina que se frotó un ojo con la intención de despertarse más fácilmente. - Pero sabes que ya pasó la hora del almuerzo, ¿no?
- Me acabo de despertar, así que será el desayuno. - se encogió de hombros, sentándose y golpeándose los muslos para llamar a Spike que estaba tumbado en el suelo al otro lado de la habitación. - Pide un Banana Split con cobertura adicional y llama a Selena, por favor.
- Camila, ¡¿es el desayuno y te vas a comer Banana Split?! - Lauren se cruzó de brazos y la miró con seriedad.
- ¡Tengo ganas de comer Banana Split! - protestó.
- ¿Recuerdas lo que pasó la última vez que comiste demasiado? - Ella enarcó una ceja, recordando el episodio en la playa donde la latina lo echó todo.
- Y ya te dije que fue por el bebé, pero no voy a discutirlo porque no puedo estresarme, Jauregui. - Ella puso los ojos en blanco y forzó un puchero enseguida. - ¡Por favor, pida mi Banana Split y llama a la única persona que me entiende!
- Ah, ahora no te entiendo... - murmuró, retrocediendo lentamente. - Vale.
Antes de que Camila pudiera decir algo más, Lauren ya había salido y cerró la puerta de un portazo detrás de ella. La latina resopló y se tiró contra el colchón, controlándose para no dejar que las lágrimas le alcanzaran. Spike se acurrucó contra su dueña y le lamió la mejilla, tratando de llamar su atención. Camila sonrió ligeramente y le acarició la cabeza. Recordó lo ocurrido hace una semana e hizo una mueca involuntaria... Durante ese tiempo se habían encontrado dos chicas más sin vida, pero esa vez se encontraron restos de algas y agua salada. No pudieron decir qué lo había causado, pero por ahora, Justin estaba libre de cargos.
- Hola. - saludó Selena al entrar a la habitación con la taza de Banana Split que había pedido la latina. - Banana Split, ¿eh? - habló irónicamente, luego se rió cuando la vio poner los ojos en blanco. - Quiero que sepas que sólo lo traje porque no quiero que mi sobrino nazca con cara de plátano, ¡con el pobre de Spike ya es suficiente!
- ¡Tráelo aquí! - Camila se sentó rápidamente, tirando de la taza y haciendo reír a la bruja.
- Sabes, ya puedo sentir mejor su presencia. - comentó Selena con una amplia sonrisa, mientras Camila atacaba la taza sin piedad. - Se está desarrollando demasiado rápido... - Frunció el ceño cuando pronunció la última frase.
- ¿Es eso un problema? - cuestionó la latina al notar el tono serio de la bruja.
- No lo sé. - respondió con sinceridad. - Tenemos que cuidarlo.
- Pero cuanto antes lo veamos, mejor, ¿no? - Camila se encogió de hombros, sonriendo mientras se tocaba la barriga y se llevaba otra cucharada de helado y plátano adentro.
En menos de diez minutos, el cuenco estaba vacío y la mujer latina se sentó contenta en la cabecera, hasta que Spike saltó sobre sus piernas... el olor del perfume que exhalaba de sus pelos porque el animalito acababa de regresar de un baño, invadió sus fosas nasales, haciendo que se le revolviera el estómago. Camila se llevó una mano a la boca entre una mueca, sintiendo que las náuseas subían por su garganta y salió corriendo poco después.
- Aquí vamos... - murmuró Selena, levantándose y yendo justo detrás de la latina para sujetar su pelo antes de que se ensuciara. - Parece que al bebé no le gusta tanto esas porquerías que comes, así que... ¿qué tal una dieta más saludable a partir de ahora? - sugirió, acariciando su espalda cariñosamente.
Incapaz de comunicarse, Camila solo levantó su dedo medio hacia su amiga, haciéndola reír aunque estuviera realmente preocupada por ello.
Tras recuperarse y limpiarse, la latina apoyó la espalda contra la pared del baño y las lágrimas corrieron libremente por sus mejillas.
- ¿Por qué lloras, Mila? - Selena suspiró con tristeza, poniéndose al lado de su amiga y acariciando su pelo.
- No lo sé. - murmuró, perdida. - Sólo quiero llorar.
- Vale, pues vamos a levantarnos y dar un paseo por el hotel. - la bruja se levantó y tiró de las manos de la latina, escuchándola refunfuñar en protesta. - Te hará bien respirar aire puro, ¡vamos!
Camila fue prácticamente arrastrada por Selena a través del hotel. Lo único positivo que vio en ese momento fue que estaba llevando a Spike a pasear. Su pequeño agitaba la colita alegremente y saltaba por entre sus piernas, mostrando lo emocionado que estaba al ver algún movimiento fuera de la habitación.
En ese momento, Camila había ido a uno de los bares del parque acuático para tomar un bocadillo antes de ir a por Lauren y el resto de sus amigos en la playa. Necesitaba urgentemente disculparse con su prometida... aunque le molestara que Lauren siquiera sin creerse que iban a tener un hijo, no tenía que ser tan grosera con la hispana.
- ¿Cuánto tiempo? - La latina saltó hacia atrás cuando escuchó la voz masculina a su lado, llevándose una mano al pecho por el susto. - Oh, lo siento. ¡No quise asustarte!
Camila miró al chico rubio que estaba a su lado, siendo golpeada por la deslumbrante belleza del chico que ahora le sonreía con culpabilidad.
- Oh, está bien. - sonrió avergonzada por casi caerse del banco donde estaba sentada.
- Soy Will. - le tendió la mano, sonriendo amablemente.
- Camila. - le estrechó la mano gentilmente.
- Entonces... ¿Cuánto tiempo de embarazo llevas? - cuestionó el rubio, haciendo que la latina abriera ligeramente los ojos.
- ¿Cómo sabes que...
- Te acaricias la barriga a cada minuto y acabo de verte llevar dos enormes sándwiches adentro. - interrumpió Will, haciéndola reír suavemente ante su respuesta. - Era algo obvio. - se encogió de hombros. - Entonces, ¿Cuánto tiempo?
- Ahm, no estoy segura... una semana tal vez. - se mordió el labio con nerviosismo. - Es muy reciente.
- Ya veo. - asintió el rubio, tomando un sorbo de su agua que Camila acababa de notar. - ¡Felicitaciones! - lo deseó.
- Gracias. - sonrió genuinamente.
Camila se sintió intrigada y algo molesta porque incluso un desconocido se dio cuenta de su embarazo y la felicitó, mientras que su prometida fingía que no pasaba nada.
- Serás una embarazada hermosa... es decir, ya eres hermosa, ¡pero la gran barriga y ese bebé te harán lucir aún más! - la elogió, provocando un fuerte rubor en las mejillas de la latina que pensó seriamente en salir corriendo a esconderse. - Oh, vaya, lamento que pareciera un piropo... ¡No te estoy coqueteando, sólo estaba siendo sincero!
- No hay problema. - Camila dejó escarpar el aire con algo de alivio, no quería meterse en una situación embarazosa e incómoda. - Y gracias... Creo que este bebé nos traerá lo mejor.
- No hay duda. - Will se rió por lo bajo, casi irónico, pero la latina ni siquiera se detuvo a pensar en ello.
- Bueno, tengo que irme... mis amigos y mi prometida me están esperando. - señaló hacia la playa y sonrió. - Quién sabe nos vemos por ahí, Will - le ofreció gentilmente su mano de nuevo.
- Nos vemos. - dijo, estrechando su mano y besando su mejilla.
Camila caminó tranquilamente hacia donde le esperaba Selena, la que mantenía sus ojos en el chico que seguía sentado en la barra.
- Por Zeus, ¿quién era el guapetón? - lo preguntó tan pronto como llegó la latina, entrelazando sus brazos para guiarla hacia la playa. - ¿Debo recordarte que estás comprometida?
- Qué chistoso, podría decirte lo mismo... A Demi le encantaría saber que llamaste a alguien más de guapetón. - se burló Camila, haciéndola reír bajito. - Y no es para tanto. - se encogió de hombros.
- Deberíamos hacer una boda doble. - Selena frunció el ceño pensativa, sonriendo ampliamente ante la idea. - O una boda grupal, ¡hay tantas parejas para casar que me pierdo! - Señaló, provocando una carcajada en la latina.
- Eso sería casi como la tercera guerra, ¡sería un gran desastre que los dioses podrían soportar! - Camila lo negó con la cabeza, aún riéndose.
Selena le entregó el collar de Spike, que estaba sobre el dominio de la bruja mientras Camila comía, y caminaron por la suave arena en busca de sus amigos y prometidas.
- Ah, antes de que te arrojes a los brazos de la cara pálida y te olvides del mundo... ¡ten! - Selena le entregó una botella de agua. - Lo olvidaste, pero yo no. ¡Debes mantener a mi sobrino muy bien hidratado, Cabello!
- Dioses... Definitivamente eres mi ángel en la tierra, Sel. - Camila sonrió ampliamente, agradecida de tener una amiga como Selena que la cuidara y le recordara cosas importantes como esa. - ¡Gracias!
- No dejes que Ally escuche eso. - Selena se rió cuando citó al angelito del grupo, viendo a Camila asentir frenéticamente a su lado.
Las dos llegaron al lugar donde sus amigos estaban esparcidos, tumbados sobre pareos, sentados en sillas o tirados por la arena. En el caso de Avril y Ariana, cubiertos por el agua de mar. Selena se acercó a Demi, que estaba tumbada en uno de los pareos hablando animadamente con Ally, y se sentó junto a su lado, metiéndose en la conversación. Camila suspiró profundamente y siguió hasta Lauren, que estaba hablando con Verónica y Lucy. Envolvió suavemente sus brazos sobre la cintura de su prometida y la besó por encima del tatuaje en la parte posterior de su cuello, sintiendo que el corazón se le aceleraba con sólo olerla y sus dedos se entrelazaron casi instantáneamente sobre el vientre de la vampira.
- Lo siento por lo de antes. - susurró, provocando la piel de gallina en la piel expuesta. - Odio pelearme contigo. - suspiró con pesar, frotando su nariz contra su cuello y depositando pequeños besos húmedos en el lugar.
Spike se frotó contra las piernas de la hispana, domándola como lo hacía la latina. Lauren se rió ante eso, inclinándose un poco para soltar al cachorro de la correa y dejarlo correr un poco.
- Está bien. - volvió la cara hacia atrás, besando suavemente los carnosos labios de la latina y suspiró con el agradable sabor que sentía en su boca. Camila sonrió entre el beso, apretando sus brazos alrededor de su cintura y descansando su cabeza en su hombro. Lauren le abrió la botellita de agua para ella y se la entregó, mientras ambas miraban a Spike ahora jugar con Justin con el Boomerang que el rubio había traído. El cachorrito corría alegremente por la arena, sus orejitas volaban junto a su lengua, cuando de repente... se golpeó la cara con un bote de basura y rodó por el suelo, perdiendo de vista el juguete. Lauren se rió tan fuerte que Camila sintió que los músculos de su vientre se contraían violentamente contra sus brazos. - ¡Definitivamente es tu hijo, Camz!. - Declaró, sin cesar la sonora carcajada.
- ¡LAUREN!
[...]
En la 5ª semana, la placenta está formada por tejidos maternos y fetales, iniciando los intercambios entre la madre y el bebé. (2ª semana).
Había pasado otra semana y Camila seguía sintiendo el peso del cansancio tomándole las energías, tratando de quedarse en la cama sin hacer nada más que comer. Eso si algún alimento resistía tiempo suficiente como para detenerse en su estómago, sin verse obligado a salir poco después. Se sentía débil e impotente, aunque estuviera tratando junto a Selena a comer cosas más saludables, como ensaladas y alimentos integrales. Ambas estaban preocupadas, pero tenían que seguir intentando todo lo posible. Selena se propuso a investigar por su cuenta, dejando claro a Camila que no debía hacer nada imprudente. Sin embargo, a la bruja le estaba resultando bastante complicado lidiar con sus propios problemas, burlar a Demi, investigar sobre el embarazo de Camila, burlar a sus amigos y vigilar a la latina. Mientras que Lauren, bueno... Lauren seguía con la idea de que Camila probablemente deseaba tanto tener ese niño, que estaba deprimida, y no realmente embarazada. Eso le parecía demasiado surrealista en la mente de la hispana.
En ese momento, todos estaban en un paseo en barco, hasta la isla vecina. Ellos se dividieron entre surfear, montar en jet ski, nadar, senderismo... y Camila estaba sentada y apoyada contra una de las rocas casi a la entrada del bosque. No podía permitirse realizar ninguna actividad arriesgada, aunque despertara las sospechas de sus amigos. Sin embargo, en realidad se estaba divirtiendo viendo sus payasadas y dándole a su piel algo de vitamina C. Eso si un movimiento repentino a su lado no le hubiera llamado la atención.
La latina se dio la vuelta rápidamente, abriendo ligeramente los ojos al notar que una de las piedras se movía. La pequeña roca se desplegó en movimientos perfectamente calculados y sonidos extraños, que en la mente de Camila sonaban como exclamaciones. Pero eso era imposible, ¿no?
No si esa roca fuera un troll .
Al principio, la latina pensó que era posible que algún monstruo o incluso algún humano estuviera haciendo algo para empujar la piedra por alguna razón, pero se encontró con la boca abierta cuando estuvo frente a frente con el troll.
Un troll femenino, para que conste.
La piel gris estaba decorada con guirnaldas, piedras preciosas, un par de ojos grandes, brillantes y atentos y una sonrisa de dientes torcidos.
- ¡Hola! - La voz profunda y al mismo tiempo graciosa resonó junto a un gesto simpático con la mano, lo que provocó un pequeño grito en Camila. La latina se llevó una mano al pecho, respirando más lentamente cuando notó que también había asustado a la criatura que amenazaba con encogerse y camuflarse nuevamente en forma de piedra. - ¿Se-señorita Ca-Cabello?
- Lo siento, me has asustado. - dijo Camila luego de tragar seco, acercándose cautelosamente a la criatura que temblaba de miedo. - No te haré daño, tranquila. - aseguró, sonriendo para tranquilizarla. - Probablemente ya debería haberme acostumbrado a estas situaciones inusuales. - se rió, haciéndola sentirse más cómoda para abrirse nuevamente y devolverle la sonrisa. - Entonces, ¿Cómo te llamas y qué te trajo a mí? ¿Te puedo ayudar en algo?
La escena parecía un poco graciosa si se miraba desde lejos. El troll llegaba a la altura de las rodillas de Camila si, ésta, estuviera de pie y estaban hablando normalmente, como si fuera lo más común del mundo. Incluso después de los sustos.
- Soy Winky, señora. - respondió, inclinándose en una pequeña reverencia. Camila se preguntaba por qué demonios las criaturas mágicas insistían en tratarla a ella y a Lauren así, como si fueran diosas o algo así. Era curioso que al mismo tiempo que habían criaturas adorables que los admiraban y respetaban, también había quienes los odiaban y vivían tratando de matarlas en todas las maneras. - No podía perder la oportunidad de conocer al hijo de todos los mundos, así que tuve que aparecer.
- ¿Hijo de todos los mundos? - Camila frunció el ceño, confundida.
- ¿No lo sabías? - Winky se rió ligeramente, al ver como la latina parecía ajena a los acontecimientos aparentemente más importantes del siglo. - Así es como llamamos a tu bebé. - señaló gentilmente el vientre de Camila, inclinando la cabeza hacia un lado y sonriendo encantada. - ¡Todos ya lo saben! ¡Y en nombre de todos los trolls de las Bahamas, vine a felicitarles!
- Oh... - la latina asintió débilmente al darse cuenta, abriendo una sonrisa mientras se tocaba la barriga descubierta por el bikini que llevaba. - Gracias, Winky. - agradeció, notando que la sonrisa de la criatura se ampliaba. - Ahm, cuando dijiste que todos estaban al tanto, ¿Te refieres a...?
- Sí, me refería a todas las criaturas de nuestro mundo. - murmuró con pesar, sabiendo que no era algo bueno. - Es parte de la razón por la que he venido, para alertarte que debes tener cuidado con todos los que se acercan a ti, a tu prometida y a tu bebé. - Camila asintió, suspirando con fuerza. - Los trolls estamos del lado de la vida, de tu lado y de la señorita Jauregui. Tienes nuestro apoyo para lo que sea. - Nuevamente, Winky reverenció, haciendo hincapié de lo que decía.
- Eso es muy bueno, muchas gracias. - volvió a agradecer Camila, sonriendo a la manera adorable del troll. - Y lo digo por mí y por Lauren, aunque a ella no le importa ahora. - susurró las últimas palabras con tristeza.
- Ay, cariño... a veces sólo necesitamos algo de tiempo para digerir las cosas, sobre todo en el mundo en el que vivimos, todo es tan impredecible. - dijo sabiamente la criatura, ganándose una nueva sonrisa de la latina. - Ella siempre estará ahí para ti, no te preocupes. - le aseguró y Camila asintió con la cabeza de manera positiva. - Ahora, debes estar consciente de que no todos están del lado bueno. A muchas de las criaturas sólo les interesa el poder, que ahora puedo sentir en tu bebé. Es tanto que podemos sentirlo desde lejos. - explicó, haciéndola tragar saliva. - Tú y Lauren ya son lo suficientemente fuertes y eso provocó una guerra una vez, ahora con ese doble poder todo se duplicará también. Las criaturas terribles anhelan hacer cosas terribles, pero hablo por nosotros, los trolls, que todo lo que queremos es paz y seguridad para nuestras familias. Algo que sólo ustedes pueden darnos, así como te ofrecemos nuestras eternas y sinceras servidumbres para proteger a tu familia como si fuera la nuestra.
- Serán parte de nuestra familia, Winky. - dijo Camila, pensando que no tenía otra forma de lidiar con esto. - No queremos sirvientes, sólo amigos. - dijo, no permitiendo que ella pensara que abusarían de su amabilidad para con su familia. - Tengo alguna idea de lo difícil que será, pero sé que podemos revertirlo con amor y unión.
- Eso es exactamente en lo que creemos, señora. - coincidió el troll, sonriendo y casi saltando sobre sus propios pies. Ni siquiera Winky podía negar lo eléctrica que era. - Y me imagino que estás enfrentando algunos problemas con el bebé, ¿no?
- ¿Cómo lo sabes? - Preguntó, sorprendida.
- Somos sensibles a los niños. - explicó. - Tu bebé es diferente a todos ellos, no sabría decirte sexo ni esas cosas normales, sólo decirte que empáticamente siento su fuerza. Y el poder, conlleva grandes consecuencias. - Camila fue recordando gradualmente todo lo que ya había estudiado sobre los trolls, sobre lo protectores que eran con sus hijos y su familia. Eran criaturas de paz, naturaleza y sentimientos. Tan cerca de los principios de su pueblo mágico, las hadas. - Las madres a menudo sentimos lo que nuestros hijos necesitan, si están bien o no... Es una conexión que nadie en el mundo puede explicar o negar. Te aconsejo que lo escuches. Aunque todavía no comprendas exactamente lo que está tratando de decirte, simplemente escúchalo con atención. Y recuerda, cariño, tu bebé es la unificación de todo lo que tú y Lauren son. Es la combinación de tus cualidades y defectos, tu personalidad y todo lo que les concierne.
Mientras tanto, del otro lado, dentro del mar...
- ¿Por qué demonios Camila está hablando con una piedra? - Ariana cuestionó a Avril, cesando la pequeña guerra de agua en la que previamente estaban entretenidas, para señalar a su amiga en la playa. - Pensé que tuvo una pelea con Lauren o algo así, no que realmente se estuviera volviendo loca.
Avril levantó una ceja, volviéndose hacia donde la chica de la gravedad estaba mirando y agudizando su visión y audición. Sonrió un poco cuando se dio cuenta de lo que era.
- Eso es un troll, Ari. - dijo, riéndose de la expresión indignada de Ariana por no haberse dado cuenta de lo obvio. - No te preocupes, sólo tengo visión de águila. - la consoló, encogiéndose de hombros y volviendo su atención a la latina. En ese momento pudo escuchar perfectamente la conversación que Camila estaba teniendo y sus ojos claros se abrieron de para en par con el contenido, dejándola en completo pánico. - Oh mi Zeus... No... ¡Eso no es posible!
- ¿Qué? - Preguntó Ariana, tratando de pellizcar a la vampira para llamar su atención y dejar de asustarla, pero sabía que no tendría ningún efecto. - Avril, ¿Qué pasa? - Le giró la cara bruscamente, obligándola a mirarla. - ¿Qué escuchaste?
Avril suspiró profundamente y se quitó los mechones de pelo que le caían sobre la frente, tragando saliva mientras miraba los ojos marrones que lo habían estado atormentando últimamente.
- Camila está embarazada.
[...]
En la 6ª semana, su boca comienza a formarse y se puede ver su pequeño corazón rudimentario latiendo. La columna vertebral también es visible. (entre la 5ª y la 10ª semana se forman y desarrollan los principales órganos y sistemas). (3ª semana).
Tres semanas después, Lauren finalmente entró en razón. Escuchar los latidos del corazón de su hijo fue, con mínimo, el momento más memorable de su vida. Estaba asustada, perdida e inmensamente agradecida por el deseo concedido. Sin embargo, todavía no podía tratar directamente con Camila porque sus sentimientos y pensamientos ya eran demasiado confusos para ella, así que se mantuvo alejada para no involucrar a su novia en esto y lastimarla.
Camila sabía que Winky tenía razón ese día y que Lauren necesitaba su tiempo, pero la latina también la necesitaba cerca. Estaba pasando por momentos difíciles y por mucho que ahora tuviera a Ariana y Avril a su lado, además de Selena, lo único que quería era a su prometida. Los vómitos seguían siendo constantes y, peor aún, no importaba lo que comiera o bebiera, nada la sostenía. Su cansancio y debilidad la apuñalaban ahora con más fuerza, así como el mareo que la visitaba cada hora del día.
Como en ese momento.
Acababa de lavarse los dientes después de otra sesión de vómitos, pues se había obligado a comer una manzana por temor a desmayarse con el estómago vacío o algo peor. Estaba pálida y sudando frío. Le temblaban los dedos, tenía el estómago revuelto y las piernas blandas con lo que parecía que llevaba un camión sobre la espalda. No quería molestar a sus amigas cada vez que se sentía mal, así que decidió salir de su habitación y dar un paseo por el hotel con la esperanza de mejorar al menos un poco.
Estaba llegando a la playa, sus pies tocando la cálida y suave arena, mientras sus oídos eran invadidos por el ruido de la gente divirtiéndose y sus fosas nasales por los diversos olores que desprendían. Cerró los ojos momentáneamente, sintiendo una mezcla de aire marino, protectores solares, fuertes perfumes y algo extremadamente dulce y cálido, acogedor y que parecía llamarla.
- ¿Camila? - Escuchó una voz familiar llamándola preocupado y abrió sus ojos perdidos, enfocando a Will a su lado. - No te ves bien. - comentó, examinando las bolsas violáceos bajo los ojos de la latina, su piel extremadamente pálida y húmeda, así como la expresión cansada que tenía. - ¿Estás enferma?
- ¿Qué estás haciendo aquí? - La voz débil sonó, tratando de distraerlo.
- Trabajo como salvavidas. - explicó, pero sin quitarse la preocupación de encima que aumentó aún más cuando notó que Camila parecía desmayarse en cualquier momento. - ¡Cielos, debería llevarte a la enfermería! - Dijo, luego de sujetar a la latina por el brazo en el momento en que ésta se sintió mareada y ya estaba cayendo hacia atrás. - Camila, ¿puedes oírme? ¡Te llevaré!
- ¡No! - protestó la latina, tratando de alejarse de los brazos del chico sin camisa. - Estoy bien, no necesitas eso... - Hizo todo lo posible por mantenerse en pie, pero estaba fallando miserablemente. - Fue sólo... - Cerró los ojos, mientras intentaba una vez más tomar aire a través de sus secos y pálidos labios. - Sólo un malestar. - susurró por última vez, sin resistirse ni un segundo más y desmayarse en los brazos de un desesperado Will.