Detrás de la cámara. © [Tom F...

By Sherley_Vila

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Magdala O. Armstrong "Moa" siempre ha estado enamorada de su amigo Tom Felton desde que tiene memoria pero el... More

Detrás de la Cámara.
Antes de leer.
Capítulo uno.
Capítulo dos.
Capítulo tres.
Capítulo cuatro.
Capítulo cinco.
Capítulo seis.
Capítulo siete.
Capítulo ocho.
Capítulo nueve.
Capítulo diez.
Capítulo once.
Capítulo doce.
Capítulo trece.
Capítulo catorce.
Capítulo quince.
Capítulo dieciséis.
Capítulo diecisiete.
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve.
Capítulo veinte.
Capítulo veintiuno.
Capítulo veintidós.
Capítulo veintitrés.
Capítulo veinticuatro.
Capítulo veinticinco.
Capítulo veintiséis.
Capítulo veintisiete.
Capítulo veintiocho.
Capítulo veintinueve.
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno.
Capítulo treinta y dos.
Capítulo treinta y tres.
Capítulo treinta y cuatro.
Capítulo treinta y cinco.
Capítulo treinta y seis.
Capítulo treinta y siete.
Capítulo treinta y ocho.
Capítulo treinta y nueve | FINAL.
EPÍLOGO | PRIMERA TEMPORADA.
Invitación.
Invitación II.
Invitación III.
Invitación IV.
Detrás de la Cámara | SEGUNDA TEMPORADA.
Antes de leer. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo seis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo siete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo nueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo diez. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo once. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo doce. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo trece. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo catorce. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo quince. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo diecisiete. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo dieciocho | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo diecinueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veinte. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintiuno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintidós. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintitrés. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veinticuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veinticinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintiséis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintisiete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintiocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintinueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y siete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y nueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo cuarenta y siete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y nueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA. | FINAL.
EPÍLOGO. | SEGUNDA TEMPORADA.
Una carta para Tom.
Agradecimientos.
EPÍLOGO. | FINAL ALTERNATIVO.
Curiosidades de DETRÁS DE LA CÁMARA.
"Mentiras." | ONE SHOT | Draco L. Malfoy.

Capítulo dieciséis. | SEGUNDA TEMPORADA.

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By Sherley_Vila

Narrador omnisciente.

Nunca estaría de más mencionar que aquella mujer de piel morena tenía un cúmulo de emociones en su interior que trataban de ser reprimidas, todavía recordaba ese peculiar día de trabajo donde Tom le había dicho aquellas dos palabras que desde hace tiempo quería escuchar pero no ahora, no en ese momento, no cuando aún atravesaba la lucha interna debido a la pelea que tuvo con su hermano, no aún que ella todavía realmente sentía algo por él. Siempre anheló escuchar esas palabras venir de los labios de ese hombre que en más de una ocasión le robó el aliento ¿Cuántas veces no soñó con escuchar esa melodiosa declaración?

En su mente se repetía todavía ese "Te amo" que cuando lo escuchó perturbó su interior ocasionando una explosión de sensaciones, la joven suspiró con pesar, ella sabía bien que era débil ante ese varón aunque ya no lo pareciera, lo seguía siendo.

Seguía suspirando airosamente enamorada cuando sus ojos veían en la lejanía el fervor de la emoción y felicidad brillar en esos ojos azules.

Seguía estando enamorada ¿Eso estaba mal? ¿Por qué sentía que sí? Ella no había elegido a quien amar.

Nadie elegí de quien enamorarse.

El sonido de una campana sacó de la ensoñación a Moa quien desvió sus ojos a la puerta con la esperanza de ver a cierta persona que como siempre, le traería paz pero no era esa persona la que atravesaba el umbral. Hizo una pequeña mueca para sí misma mientras mentalmente se distraía con sus pensamientos sin embargo no estuvo tanto tiempo divagando pues al cabo de unos minutos vio a un hombre que la hizo sentir un cosquilleo en su interior con emoción.

Los ojos del color del cielo se posaron en la figura de aquella mujer de cuerpo agradecido que tan pronto como lo vio ensanchó una sonrisa amplia.

Robert sintió que su día se había arreglado con solo ver como es que ella lo miraba con felicidad pero así como sintió tanta paz en su ser también sintió como su corazón se retorció en señal de dolor ¿Estaba bien lo que estaba por hacer? Esperaba que sí.

— ¡Robby! —Chilló ella desde su asiento aunque poco duró ahí cuando se puso de pie para darle un abrazo a aquel varón de 1,85 de forma casual.

En ese abrazo Moa pudo embriagarse de su aroma varonil que se desprendía del epcho del chico, sintió la misma calidez que siempre, sintió como es que su vida había mejorado, como si nunca se hubiese peleado con Daniel y Tom no le hubiese dicho esas palabras que atormentaban su consciencia de forma no intencional.

Los brazos de Robert le daban la misma calidez y seguridad que alguna vez le dio su madre cuando las cosas no iban bien.

— Moony, mi amor... —Susurró Robert cuando se separaron, el chico le sonrió, ambos se sentaron en los asientos de la mesa individual quedando frente a frente.— ¿Llevas mucho esperando?

— Para nada.

— Que bueno. —Ensanchó una sonrisa pasiva, su mirada se barrió a una de las meseras del lugar.— ¿Has ordenado ya?

— No, todavía, aguardaba por ti para pedir algo. —Respondió siguiendo la mirada de su compañero el cual agradeció el gesto de espera de Moa y llamó la atención de una mesera la cual llegó a ellos dándoles unas cartas de menú.

Ambos adultos se sumieron en las cartas pensando que pedir para almorzar, claro que pasando por alto las veces en las que Robert fue interrumpido por los clientes que pidieron unas foto o autógrafo.

A Moa siempre le había encantado eso, ver a sus amigos ser detenidos en la calle por reconocerlos, amaba ver las caras de los fans de sus amigos al conocerlos casualmente por la calle o en algún evento especial.

— ¿Que pedirás? —Preguntó Moa a su amigo mientras daba la vuelta a la carta observandola antes de entregarla.— Yo quiero una milanesa de pollo con ensalada, por favor.

— Lo mismo por favor. —La mesera anotó las ordenes.— Una limonada y una naranjada, la naranjada de agua natural. —Pidió con cortesía.— ¡Ah, y una orden de papas rizadas, por favor, gracias!

La morena esbozó una sonrisa divertida y enternecida al escuchar a su compañero pedir aquello.— Lo recuerdas... —Susurró un poco incrédula pero tan enternecida.

— Claro ¿Como olvidar algo que sé que te gusta? —En una ocasión, Moa mencionó que si había algo que amaba es que de aquel restaurante en donde se encontraban ahora, era la naranjada que servían, pero con la diferencia de que en lugar del agua mineral con la que la preparaban ella prefería el agua natural.

Moa balanceó su cabeza a un costado enternecida.

Robert se merecía todo.

La conversación entre ellos comenzó a ser amena, empezando principalmente por el interés de Pattinson en su adaptación a su hogar después de casi dos años. Cuando llegaron las ordenes al cabo de los minutos comenzaron a comer gustosos disfrutando de la compañía de cada uno.

Moa apreciaba sin duda que hasta el momento Robby no le hubiese preguntado por Daniel pero sabía que su suerte no duraría demasiado y antes de entrar en ese tema, aprovecharía de la compañía grata que era justo ahora el varón de ojos azules.

Robert por su parte cada bocado que daba era un recordatorio de la razón principal por la cual estaba ahí, Moa era la razón por la que él se iba de la ciudad pero no porque la detestara sino porque debía alejarse para encontrar a alguien más y sepultar así sus sentimientos por ella para que florecieran por alguien más que lo mereciera.

Sonaba egocéntrico, se sentía como todo un egoísta con ese pensar pero él también tenía derecho a buscar a alguien que lo amara ¿Verdad? Eso no estaba mal ¿Cierto?

Si no estaba mal ¿Por qué se sentía así?

— ¿Y que me dices de Daniel? —Preguntó Pattinson queriendo sacar un nuevo tema de conversación entre ellos dos.— No he podido verlo ¿Ha ido a la casa?

Moa hizo una mueca que fue prontamente reemplazada por esa expresión de desinterés.

— No, no ha ido... Pero está bien si te interesa, igual Erin, irán a la casa la próxima semana —Mintió.— Ve, así volvemos a pasar el rato como en los viejos tiempos.

La sonrisa de Magdala estremeció el interior de Robert.

De repente el ambiente entre ellos dos se había vuelto algo extraño, un poco serio, se notaba por el semblante de Robert quien en cuanto sus ojos azules chocaron con los de Moa no pudieron resistirse a mirarla con algo de tristeza.

— Respecto a eso...

¿Cómo le dirías "Adiós" a alguien a quien realmente no querías decirle eso?

Moa dejó de comer, bajó el cubierto con comida cuando notó a Robby algo incómodo cosa que la preocupó demasiado.

— ¿Qué pasa? —Bajó sus ojos marrones al platillo de Pattinson.— ¿Hay algo malo con tu milanesa?

Robert dejó salir una sonrisa triste sin gracia negando con la cabeza.— Para nada, no. —Se reacomodó en su silla optando en tener esa postura adecuada, recta, imponente, su diestra que sostenía el cubierto bajó para extenderse hacia su servilleta y limpiar su rostro.

Moa tenía una mala sensación sobre esto.
No dijo, miró al hombre frente a ella con curiosidad y preocupación.

Robert en su lugar, carraspeo su garganta después de darle un trago a su bebida.- Moa, tengo algo que decirte, es la razón por la cual te cité aquí.

El corazón de aquella mujer comenzó a bombear sangre por todo su cuerpo de forma acelerada, la fémina trató de limitarse a verse normal, tranquila cosa que consiguió a base de regañarse mentalmente.— Uh~ Misterio~—Burló tratando de relajar el ambiente cosa que consiguió y agradeció Robert pues su risa suave lo sacó de sus pensamientos, lo que diría no era realmente nada malo así que no debía porque tener que dificultar las cosas.— Dime, te escucho.

La morena al igual que Pattinson dejó de comer para reacomodarse en su lugar estando atenta a lo que aquel hombre frente a ella le diría. No era nada fácil para Robby tener que decir lo que diría, ni hacer lo que haría ¿Por qué todo se complicaba? Mirar los ojos de Moa lo volvía vulnerable, indefenso, débil. Quien diría que aquel hombre de 31 años se vería vulnerable ante esa mujer menor a él por tres años solamente.

Sus orbes se encontraron con los de ella quien le miraba esperando por sus palabras, sin saberlo aquel varón, Moa era un manojo de nervios que sentía como su tormento iba en crecimiento con esa mala sensación en su boca, para ambos el hambre se les había ido. Ninguno volvió a tocar su comida.

— Me iré de la ciudad.

Soltó aquellas palabras con su mirada en la mesa, Moa alzó sus cejas sorprendida aunque seguido de ello sonrió con diversión.

— ¿Te irás? ¿Conseguiste trabajo fuera, te contactaron?

— Yo no diría exactamente eso pero digamos que irme servirá para mi trabajo.

La morena simplemente asintió con tranquilidad aunque en realidad no terminaba de entender bien al chico, y sabía que tampoco era lo que este quería decirle exactamente pues notaba como es que el varón frente a ella luchaba para organizar sus palabras.

— Robert... —Lo llamó consiguiendo su atención. Moa extendió su mano al centro de la mesa haciéndole la invitación a la mano de Pattinson para que se tomaran, él, un tanto temeroso y dudoso extendió la mano para afirmar ese agarre.— Sabes que yo no te juzgaré ¿Verdad? —El chico asintió, y ella le dedicó la más pasiva de sus sonrisas consiguiendo que las tempestades en el interior de aquel hombre se apaciguaran.— ¿Qué pasa?

Los ojos azules de Robert miraron el tacto que tenían en sus manos, los observó unos segundos antes de levantar la mirada y ver esos ojos marrones que tanto quería.
Relamió sus labios que secos por las corrientes traviesas que entraban por las ventanas del restaurante delataban su nerviosismo.

— Me voy para no volver.

Dar aquellas palabras hizo que el varón sintiera como un pesa era quitado de sus hombros, Magdala estaba notoriamente sorprendida por las palabras que su amigo había soltado, soltó también el agarre de manos que ambos tenían en aquella mesa acción que perturbó y alertó a Pattinson quien al sentir como Moa soltaba suavemente el tacto él se aferró.

Moa procesaba detalladamente el verdadero peso de esas palabras.

— Para no volver estilo... ¿Quedarte en otra ciudad por trabajo o definitivamente no volver a pisar esta ciudad? —Preguntó Moa.

— No lo sé...

— ¿Cómo no lo sabes? —Preguntó nuevamente con suavidad, no quería ser grosera con él y no quería que en su voz o su forma de contestar se denotara el caos en su mente, soltó una risa nerviosa frunciendo suavemente el ceño.

Robert hizo una mueca no muy convencido, debía ser sincero.

— No sé cuánto tiempo me tome olvidarte.

Moa sintió como una descarga eléctrica la recorría de pies a cabeza, desde su uña hasta la punta abierta de esa cabellera oscura opaca.

— ¿Qué?

El silencio entre ellos se instaló, definitivamente ninguno ya tenía hambre, la necesidad de ingerir alimento fueron reemplazadas por la pesadez y escasez de apetito.

— Moony... Quiero ser sincero contigo.

— Creí que ya lo éramos.

— Lo somos. —Moa sintió como el dedo pulgar de Robert acarició su mano.— Pero quiero ser más sincero aún, franco.

—Adelante. —La conmoción podía con la chica, le regaló una sonrisa pequeña pero inexpresiva a su vez ¿Por qué se sentía sofocada?

Un suspiro lleno de pesadumbre llamó la atención de Moa, Robert lentamente la soltó.

— Siempre te he amado, y te amaré, nunca dudes de lo que pude, puedo y podré sentir por ti, eres una persona sumamente importante en mi vida y al igual que Daniel siempre trataré de protegerte, se lo prometí a tu madre. —Hizo una pequeña pausa para llenar sus pulmones de aire dejando exhalar todos sus miedos para que pudiese llenarse de valor.— Jamás te echaré en cara y no pretendo hacerlo nunca, que amas a alguien más... Sé que Tom sigue en tu corazón y de ahí no saldrá, no es nada malo, me gusta saber que no le guardas rencor realmente a pesar del daño que te hizo en el pasado... Me parece demasiado noble. —Pattinson le regaló una sonrisa a la chica.

Moa no sabía como sentirse pero sin duda, no se sentía para nada bien, justo ahora solo quería que esos escalofríos que la recorrían acabaran de una buena vez.

— Agradezco inmensamente los momentos de felicidad que me diste y me será grato saber que yo tal vez pude darte felicidad en el tiempo que nos conocemos.

— Me los diste, y me los das.

Robert dejó ver esa sonrisa tierna sin mostrar su dentadura.

— Me gusta saber eso.

Segundos de silencio se hicieron eternos en esos dos adultos, Robert buscaba las palabras para seguir pero Moa no podía siquiera jadear, un dolor punzante comenzaba a crecer en el interior de su garganta.

— He pensado en que es egoísta de mi parte alejarme de ti por querer dar un paso más a un futuro donde no quiero que estés tú... —Relamió sus labios.— No me malinterpretes, siempre te voy a querer cerca pero quiero amar a alguien más y que alguien más me ame.

La mujer sintió como su pecho era un millón de veces apuñalado con agujas pues el dolor era agudo, su garganta ardía en dolor ¿Por qué el aire era pesado para respirar? Bajó sus ojos marrones a la mesa haciendo que la fina pared de lágrimas se intensificara haciendose más gruesa, no debía llorar.

No tenía porque demostrar que era débil.

No debía mostrarse frágil ante Robert.

No podía dejar verse sola.

Sus ojos comenzaron a arder por no parpadear, si lo hacía, las lágrimas caerían y sin hacerlo fue cuestión de tiempo para que pasara, dos gordas y grandes lágrimas cayeron a la mesa pero milagrosamente no fueron notadas por Pattinson.

— Sé que amas a Tom, y eso está bien... Tienes la oportunidad de estar con él justo ahora. —Esta también era la oportunidad de aquel rubio. Pero esas palabras fueron sordas para la morena, no había escuchado nada pues se concentraba en mostrarse fuerte.

Robert tuvo la mirada puesta en sus propias mano mientras confesaba todo aquellos, hacía lo correcto y no tenía porque sentirse mal.

Él realmente merecía la oportunidad de amar y ser amado ¿Cierto?

Eso no lo hacía una persona egoísta ¿Verdad?

Alzó su mirada azul a la mujer frente a él para encontrarse con una morena que lo observaba justo ahora, cuando sus ojos se conectaron con los marrones, Moa le regaló la sonrisa más pura y bella de todos esos años de conocerse. Madgala sonó sus nudillos contra la mesa llamando la atención de la mirada azul antes de volver a extender su palma para que Robert le diera la mano.

Ambas manos se tomaron con timidez pero tan pronto como estuvieron en contacto, Moa se removió en su lugar para inclinarse ligeramente en la mesa, atrajó la mano de Robby a su propio rostro. La mano del varón quedó entre la mejilla del rostro moreno y la mano de la chica, como si fuera un felino con los ojos cerrados disfrutó del tacto en su rostro.

— Te mereces todo lo bueno del mundo y mucho más, eres una persona a la que le debo mucho y tengo tan poco para pagarte, haz estado para mí apoyandome y consolandome... Mereces a alguien que te ame con la misma intensidad con la que tú amas... No es nada malo que quieras alejarte, pero quiero que tengas presente que aunque decidas estar lejos de aquí... Estoy y estaré siempre para ti, velaré por ti tanto como haga falta...

Robert ensanchó una gran sonrisa al recordar cuando mencionó esas palabras.— Te cuidaré y protegeré sin importar donde esté yo o dónde estés tú... —Acompletó.

[Extracto del capítulo treinta y dos.]

Moa le devolvió la sonrisa, dejó de apresionar la mano de aquel varón, debía ser fuerte.

— Te amo.—Susurró ella.

En aquella amistad de cuatro, Daniel, Erin, Robby y ella no eran alérgicos a esa palabra así como tampoco al "Me gustas" con regularidad aquellos cuatro sabía la manera en la que se decían esas palabras sin alterar o sacar de contexto las cosas, Erin podía decirle "Te amo" a Robby así como él a Daniel y viceversa, la amistad de ellos era totalmente transparente.

Robby al escuchar esas palabras sintió una punzada en su pecho pero esa misma punzada no fue acompañada del dolor que creyó que sentiría, sabía que ella lo amaba de la manera más pura que podría hacerlo pero no lo hacía de la misma forma en la que él a ella y eso no estaba mal.

Él sabía que no estaba mal.

— Yo también te amo. —Le dijo a la chica, no fue en forma de declaración pero las palabras si estuvieron llenas de ternura.

El silencio se instaló entre ellos, ella miró con tanta ternura a Robert, él fue uno de sus pilares, es y era una persona importante que ahora se alejaba de ella.

No era malo pero tal vez pudo evitar eso.

Tal vez si lo hubiera intentado amar como dijo pero no, ella no podía amar a nadie más que no fuera Tom ¿Eso estaba mal?

— ¿Cuándo te irás? Podríamos hacer una noche de chicas.—Con Robby, así como con Daniel en su momento también, la morena solía hacer una noche de "chicas" que implicaba películas, comida chatarra y mascarillas de las tiendas comerciales.

Robby rió al escucharla negando suavemente con diversión, aún le ardía la piel de solo recordar la ocasión en la que fue sometido por la morena a depilarse con tiras de cera.

Había una y mil anécdotas entre ellos dos.

— Me gustaría pero me temo que no, me voy hoy. —Y la sonrisa que con esfuerzo y fragilidad se había curveado en ese moreno rostro se esfumó.

— ¿Hoy?

— Si, hoy... Tengo las maletas en el auto.

La mente de la chica quedó en blanco, era algo que ya había pensado con seriedad, las cosas en verdad iban en serio, él se iría y no volvería.

Entonces sus palabras pesaron.

"Me voy para no volver"

La sangre de la morena se heló por completo y estaba segura de que perdió el color en su piel, sintió como el aire que entraba en sus pulmones era caliente, muy caliente y húmedo a su vez, se sintió sofocada y pudo sentir con claridad en cada fibra de su ser como se estremeció su interior.

— Olga. —Habló el chico.

De repente, sin previo aviso, la morena sintió tantas ganas de llorar, Robert jamás la llamaba así, siempre fue Moon, Moony, rara vez Moa, o en su defecto Mi amor, Cariño o Cielo, pero jamás, casi nunca Magdala u Olga.

Él se iba.

— ¿Sí? —Preguntó la chica tratando de hablar con naturalidad aunque difícilmente el nudo en su garganta se lo permitía.

— ¿Estás bien?

Ella asintió con lentitud.

— Estoy bien... Solo quiero que me aclares algo. —Pidió.

Él asintió ahora.

Ella le sonrió con calma, amplió sus fosas nasales para inhalar más aire consiguiendo así que los escalofríos de su cuerpo se redujeran y las ganas de llorar disminuyeran.

— Te vas para olvidarme ¿Verdad?

— Sí...

— ¿Eso que implica? —Tenía el corazón en la mano.

Pudo percibir como es que todo en aquel varón se perturbó, y lo único que pudo sentir fue miedo, fue lo único que sintió, era la emoción más viva en aquel cuerpo menudo.

— Implica... —Robby rascó su nuca, acción que hizo que todo en Moa se volviera igual de frágil como una burbuja.— Implica no volver a vernos, no hablar, no estar en contacto, no saber de mí, ni yo de ti.

Un inquietante e insoportable chirrido se instaló en el oído de la morena, y justo cuando eso pasaba siempre decían que era porque la presión arterial de una persona bajaba de golpe.

— Implica... No estar en la vida del otro.

Robert podía jurar que había escuchado el corazón de la morena romperse pero cegado en que la chica lo tomaba de la mejor forma, siquiera le dio importancia, pero realmente no estaba equivocado, ella mismo podría jurar que escuchó su propio corazón fragmentarse.

Básicamente, nunca haber sido algo de él.

Imaginar que nunca estuvo en su vida.

Imaginar que jamás lo vio sentarse solo, tímido, en las bancas del Set de Harry Potter y El Cáliz de Fuego, momento en el que supo de su existencia.

Imaginar que no la hizo reír, que sus brazos no la consolaron, que él no estuvo ahí.

Ella no quería eso, ella estaba acostumbrada a él tanto como Daniel.

— ¿Cómo si nunca nos hubiéramos conocido?

— Al menos hasta que pueda superarte... —Esta vez habló con miedo el varón.

"¿Y si eso nunca sucedía?" Era una pregunta que ahora compartían esos dos adultos.

Ya había perdido a Daniel.

Ella no quería perder a Robert.

No quería quedarse sola.

— Bien... —Susurró con debilidad.

— Olga, yo...—El dolor agudo en el pecho de la chica volvió.— Créeme que n—Fue interrumpido.

— Robby... No hay nada de malo en ello, me parece excelente, yo no tengo porque enojarme con las decisiones que tomes, te apoyo.

Pero no lo quería lejos.

Ambos adultos se miraron, se sostuvieron la mirada, Moa observaba a quien había sido su mejor amigo y parte de su corazón por años con tanta, tanta, tanta ternura pero dolor a su vez, ella no estaba preparada para alejarse, no quería hacerlo, ella había perdido a Dann, Robby no lo sabía pero ella lo necesitaba.

— Eres un ángel. —Susurró Pattinson sonriendole a la chica, el interior de aquel británico era un caos que poco a poco se apaciguó, había tomado una decisión y no había vuelta atrás. Ambos adultos se pudieron de pie pues era hora de él irse, Moa se ofreció a pagar y aunque aquel hombre había batallado en no permitirselo terminó por ceder cuando la mujer a la que amaba lo amenazó con molestarse con él.

Los platillos, las bebidas casi consumidas, nada de pertenencias en la mesa era lo que se quedaba detrás, ahora ambos estaban frente a la puerta del restaurante, ahí fue donde Moa notó que Robert tenía aquel auto negro con las maletas ya hechas. Realmente se iba ¿A donde? No debía preguntar.

El viento agradable de aquel día era algo que nunca olvidaría la morena pues sería lo único bueno.

Robert y Moa se observaron con detenimiento, la morena era una bomba de emociones ¿Cómo es que no había llorado ya? No lo sabía y no quería cuestionarse justo ahora, sus ojos marrones apreciaban las facciones definidas de su amigo. El vampiro sonrió por lo bajo, era una despedida.

Ella no quería escuchar un "Adiós"

Él no quería decir "Adiós" pero era necesario.

Él sabía, confiaba en que hacía lo correcto al dejar a Moa ahora al cuidado de Tom, solo esperaba que él la amara.

— Adiós... —Susurró débilmente la morena.

Él le sonrió, se acercó a ella para abrazarla y esa fue la gota de derramó el vaso para que Moa dejara que sus lágrimas cayeran pero no tan fuerte como lo hubiese querido, se reprendía mentalmente por su fragilidas, Robby no pudo sentirse culpable y conmovido al escucharla sorber su nariz, cuando se alejó notó los ojos de la chica cristalizados.

— Perdona, las despedidas se me da fatal. —Burló ella.— No me gusta decir Adiós.

— Esto es un Hasta siempre, tonta.—Susurró tratando de hacerla reír cosa que logró.

Y tomando un rol más serio y profundo, Pattinson se acercó a ella para darle un beso en la frente con tanta ternura. Robert se alejó de ella con lentitud para caminar hasta la puerta del piloto de su auto, abrió la puerta y por última vez se vieron.

"Volveré tan pronto que no tendrás tiempo de echarme de menos. " —Dijo el varón sonriendole con tristeza, esa era una de las frase de la saga de Crepúsculo, la frase favorita de Magdala.

Robert nunca dejó de ver a Moa con tanto amor.

Dicho aquello, perturbando la tranquilidad de la chica aunque no lo pareciera, Pattinson entró en el auto y sin hacerse esperar comenzó a avanzar.

— "Cuida de mi corazón...—Susurró ella al ver como es que el auto negro que conocía a la perfección desapareció de su campo visual en aquella transitada calle.— Lo he dejado contigo" —Acompletó la frase que tanto amaba, pero justo ahora, la detestaba, dolía.

Su corazón estaba con Tom, sus sentimientos y su amor estaban con él pero ¿Por qué sentía que la vida se le iba justo como con Daniel?

Ahora estaba sola.



"Hasta siempre" | Expresión ocupada cuando se espera volver a ver a una persona después de un prolongado tiempo.

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