Sous le ciel de Paris

Від NatsumiNiikura

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Marinette y Luka disfrutan de una relación fuerte y sana, Kitty Section continúa adelante imparable y la rela... Більше

01.- Despertar
02.- Padre e hijo
03.- La joven compositora
04.- Un helado amargo
05.- Morir
06.- Sueño
08.- El balcón
09.- Comienzos
10.- Praga
11.- La vida sin Luka
12.- Nocturno
13.- Bunnyx
14.- Frío
15.- Debut
16.- Agreste
17.- El factor Chat Noir
18.- Akuma
19.- Abismo
20.- Consecuencias
21.- Pedazos
22.- París
23.- Reloj de arena
24.- Lento
25.- Conspiración
26.- Las decisiones que hay que tomar
27.- Un traje de serpiente
28.- Kwamis
29.- Un plan mayor

07.- Malas noticias

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Від NatsumiNiikura

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 2388.

07.- Malas noticias

Se miró en el espejo, estaba pálida como un fantasma, sus ojeras hinchadas tenían una mortecina coloración violácea, el único rastro de color vivo era el de su nariz enrojecida e irritada. Tenía un aspecto horrible, le sorprendió, aunque no debería hacerlo, llevaba tres días llorando como un alma en pena.

Desde que Luka había debutado el miedo a que encontrase a alguien mejor que ella la asaltaba, si hubiese pasado le habría apoyado, aunque el dolor la devastase, porque él siempre le había ayudado, siempre había estado ahí para ella, era lo justo. Quería que fuera feliz. Nunca habría imaginado ser ella quien acabase con la relación y menos aún hacerlo en aquellas circunstancias y de aquella manera tan horrenda. Luka no merecía eso, ella tampoco.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al tiempo que le temblaba la barbilla, se dio cuenta de lo rota que se le veía, de lo rota que estaba en realidad. Comprendió porqué Tikki y sus padres estaban tan preocupados por ella. Entendió muchas cosas de golpe y entonces se percató de algo que pareció atravesarle el alma como un cuchillo. El pánico le ganó terreno a la tristeza y a la desolación. ¿Por qué Hawk Moth no la había akumatizado? En aquel estado era la víctima perfecta para un akuma, se haría con su prodigio sin ninguna dificultad. «Hola, soy Hawk Moth blablablá, el prodigio, blablablá», «sí, claro, Hawk Moth, aquí lo tienes. Todo tuyo. Que disfrutes destruyendo el mundo».

Salió del cuarto de baño dispuesta, por primera vez, a compartir su inquietud con Tikki. Sin embargo, el tintineo de su móvil al recibir varias notificaciones a la vez la distrajo, deseó que no fuera una alerta akuma, al ver la pantalla prefirió que lo hubiera sido. Su pantalla mostraba una agrupación de mensajes de la sala de chat de Kitty Section y un mensaje en solitario de Luka. Sabía que podía ignorarlos, también que no estaba bien hacerlo, así que suspiró y abrió primero el de Luka arrastrada por la idea de que quería advertirla de la avalancha en el grupo:

Buenos días, Marinette. Supongo que no tienes muchas ganas de que te escriba, pero he convocado una reunión con los demás y me gustaría que vinieras. Tengo que deciros algo importante, creo que te resultará menos incómodo si nos vemos con los demás rodeándonos que si lo hacemos a solas. Si no puedes o no quieres dímelo y buscaremos un momento que te vaya bien. Espero que estés bien.

No había ningún «te quiero», ningún sutil flirteo, sólo paciencia, espacio y consideración. Un par de lágrimas cayeron sobre la pantalla.

—Marinette —musitó Tikki preocupada.

—No pasa nada, estoy bien —mintió secándolas con la manga, porque no quería explicar lo absurdo que era sentirse triste porque el chico al que había dejado no le escribía que la quería.

Abrió la sala de chat sin contestarle a Luka, una treintena de mensajes de todo tipo y formatos llenaban la sala, buscó directamente el origen, el mensaje de Luka:

Buenos días.
Sé que habíamos acordado tomarnos este fin de semana de descanso, pero tengo algo importante que deciros. Nos vemos en el Liberty sobre las once.

Echó un rápido vistazo a las respuestas que oscilaban entre la alegría y el pánico decoradas con emoticonos surtidos. Regresó al chat con Luka y contestó:

Buenos días. Allí estaré, no te preocupes, estoy bien.

Su respuesta se marcó como leída, pero él no dijo nada más. Marinette odiaba que fuese tan bueno dando espacio y teniendo paciencia.

—¿Por qué no bajas a desayunar? —inquirió Tikki—. Llevas días sin comer bien y tienes tiempo

—Sí, de acuerdo —cedió. En realidad, tenía algo de hambre e iba a necesitar energía para enfrentarse a la reunión del Liberty.

Marinette se sorprendió al no ser interrogada por sus padres y recibir un simple: cuando necesites hablar estaremos aquí, cariño.

Sus padres adoraban a Luka, quizás por eso había estado esperando un interrogatorio agobiante que desembocara en un «¿por qué le has dejado si se supone que le quieres tanto?». Empezaba a darse cuenta de que su propia mala consciencia trataba de torturarla desde todos los ángulos posibles y que, además, tenía las de ganar.

Eran las once y cuarto cuando logró poner los pies en la acera sin que el pánico y la ansiedad la empujasen de nuevo hacia el interior de portal, pensó en Juleka, en que ella se enfrentaba a eso a diario y la admiró aún más por lograr salir adelante cada día haciendo todas esas cosas que parecían tan simples y que ahora veía que no lo eran. Juleka... le había pedido que no hiriese a su hermano y ella ¿qué había hecho? Le había pisoteado el corazón junto con el suyo.

El camino hasta el Liberty se le hizo eterno, siempre le había parecido que la distancia era corta y liviana, que podía llegar hasta allí en un momento, ahora en cambio, parándose cada pocos metros a recuperar el aliento le pareció que estaba a más de cien kilómetros de su casa.

Fue la última en subir a la cubierta del Liberty, se sentía incómoda, preferiría no estar allí, pero quería aparentar normalidad. Estaban todos sentados en círculo en el suelo, les imitó ocupando el hueco libre entre Iván y Adrien. Esquivó la mirada de Luka clavando los ojos en los tablones multicolor.

—Siento llegar tarde, los clientes... la panadería...

—Ahora que ya estamos todos, tengo que deciros algo importante —declaró Luka, con aquel tono firme y seguro echándole una mano para que no tuviera que inventar alguna excusa—. Sé que no es el mejor momento, pero ya lo he hablado con AURORA.

—¿Nos dejas por Jagged? —preguntó Rose agobiada.

—No tiene nada que ver con Jagged, pero sí que os dejo temporalmente.

Marinette alzó la mirada, se topó con los ojos de Juleka y Rose clavados en ella, Luka le sonrió.

—Serán tres meses, tengo que ir a Praga con el conservatorio.

—Pero...

—No es algo que pueda rechazar, Rose. Son las prácticas del curso, no he sabido la fecha hasta hace un par de días.

—¿Vamos a hacer un parón? —preguntó Adrien a quien la idea de perder la libertad que había ganado con Kitty Section le preocupaba.

—No tenéis porqué parar, AURORA traerá a una buena guitarrista para cubrirme.

—Pero Luka, tú eres el alma del grupo, ¿qué vamos a hacer sin ti?

Suspiró y le revolvió el pelo corto y rubio a Rose.

—Sólo soy un guitarrista, Rose. No soy insustituible.

Adrien estaba de acuerdo con lo que decía, en parte, porque un músico se podía sustituir por otro con un nivel y calidad igual, superior o parecida, pero lo que Luka le aportaba al grupo era imposible de reemplazar. Miró a Marinette de reojo que volvía a mirar las tablas del suelo, parecía estar a punto de echarse a llorar y quebrarse en pedazos. Sabía que había pasado algo entre Luka y Marinette, aunque no sabía qué. Ella evitaba su mirada y se le veía demasiado triste como para que fuera una simple discusión. Llevaba días sin participar en las conversaciones del chat, sin seguir las bromas y lo más significativo, Juleka y Rose no habían hecho ningún comentario sobre la separación temporal de su pareja preferida.

—Eres más que eso —declaró Iván.

—Sólo son tres meses, estaréis bien. Volveré.

Aunque Marinette se moría de ganas de levantarse y volver a casa permaneció inmóvil, tratando de mantenerse conectada a la conversación, pero sin participar en ella. Agradeció que estuvieran todos tan centrados en el desastre que se avecinaba con la marcha temporal de Luka, porque así nadie le preguntaba porque estaba tan callada y desanimada. Se habría marchado en el preciso instante en el que Adrien lo hizo si no fuera porque necesitaba aclarar algo con Luka. Aguardó hasta que sólo quedaron Juleka, Luka y ella en cubierta.

Juleka la miró con el ceño fruncido, no obstante, les dejó a solas. Juleka debía de odiarla si es que Luka le había explicado lo que había ocurrido y eso le dolía, ahora que eran tan amigas, perderla, era tan doloroso como su ruptura con Luka.

—Luka...

—¿Estás bien?

—¿Es por mi culpa?

—Si te refieres a lo de Praga, lo que he dicho es cierto, son prácticas no puedo rechazarlas si quiero graduarme.

—Pero ¿por qué Praga?

—El internado tiene un acuerdo con la Sinfónica de Praga —contestó paciente, ya se lo había explicado—, todo aquel que se gradúa hace las prácticas allí.

—¿Cuándo te vas?

—El próximo domingo.

»Tengo que devolverte el prodigio.

—¡No!

Puso sus manos sobre el prodigio, el tacto de su piel le encogió el corazón. Echaba de menos su tacto, su olor, sus besos, su cercanía. Echaba en falta todo de él.

—Quédatelo, Luka, si te necesitamos será más rápido que lo tengas. Que ya no estemos juntos no... —murmuró, enmudeció antes de que se le rompiera la voz del todo—. Eso no cambia que seas el portador perfecto para Sass, ni que seas la persona en la que más confío.

—Marinette, ¿estarás bien?

—Sí, lo siento, tengo que irme.

La mano de Luka se cerró en torno a su muñeca cuando ella dio media vuelta para marcharse.

—Mari, si necesitas cualquier cosa sigo estando aquí, ¿de acuerdo? No estás sola.

Asintió incapaz de mediar palabra a causa del nudo en su garganta y se marchó en cuanto él la liberó.

Luka bajó las escaleras colándose en la bodega del Liberty, aún quedaban algunas de sus cosas en su antiguo cuarto y no es que tuviera ganas de llevarse lo que quedaba por allí, pero necesitaba una de sus viejas libretas de partituras.

—¿Te vas porque lo habéis dejado?

Luka vio a Juleka apoyada en el marco de la puerta como si estuviera aguantando la estructura con su cuerpo, su ceño estaba fruncido, pero no había reproche en sus ojos, sólo preocupación.

—No, me voy porque quiero graduarme.

—Ya, pero decías que querías ir en el segundo turno para no coincidir con Cléa —soltó de golpe y con un punto de saña en su tono de voz—. Y ahora, de repente, te vas. Así que es porque lo habéis dejado.

—Igual Cléa ha cambiado de turno.

—Igual algún día aprendes a mentir, pero hoy no es ese día, Luka.

Suspiró resignado.

—Juls, me voy porque quiero graduarme, también porque necesitamos espacio. Los dos.

—Te está condicionando y...

—Juleka —la cortó con un tono de voz tajante que pocas veces empleaba y menos con ella—. Cuando empecé a salir con Marinette ¿recuerdas lo que te dije?

Se irguió, alzó la barbilla y cruzó los brazos sobre el pecho. Luka había dicho muchas cosas entonces y la mitad de ellas aún le preocupaban.

—Que si al final no funcionaba no sería culpa suya —continuó al ver que no respondía—. Así que no la culpes, sabía lo que hacía y sigo sabiéndolo.

—Eres mi hermano y no puedes evitar que me preocupe por ti.

—Juleka, no lo hagas más difícil de lo que es —continuó recuperando el tono suave y paciente—. Mientras no esté cuidad de Marinette.

—¿Y quién va a cuidar de ti?

Luka le sonrió.

—Yo estoy bien y tengo a Marco dispuesto a arrastrarme por toda la ciudad si es necesario.

»Prométemelo, Juleka.

—La cuidaré como si fuera la llave de la camioneta con la que escapar de un asesino en serie enmascarado.

—Bien, gracias.

º º º

AURORA cruzó la pasarela del Liberty con el repiqueteo de tacones habitual y sus capas de colorines sin sentido, se quitó las gafas de sol con su estudiado gesto teatral y paseó la mirada por los chiquillos ordenados en un círculo perfecto en el suelo. Algún día les hablaría de las bondades de plantar el trasero en una silla en vez de en el suelo. Buscó a Marinette con la mirada sin encontrarla.

Se sentó en el suelo soltando un leve bufido en réplica a la protesta de su rodilla.

—¿Estamos todos? —preguntó sabiendo que a veces era mejor no hacer preguntas específicas sobre dónde se había metido este o aquel.

—Sí, estamos todos —respondió Luka.

—Bien, niños —soltó AURORA—, como Luka ya os soltó la bomba ayer vengo a apagar el incendio. He cerrado contrato con Vivicia para el tiempo en el que nuestro guitarrista esté jugando con su violín en la liga de la gente emperifollada.

»No es lo ideal y lo sé, pero Vivicia es buena y Jagged no tiene previsto reanudar su carrera ahora mismo así que nos la quedamos.

—Si queréis componer algo mientras yo no esté hacedlo, me adaptaré a ello cuando vuelva.

—De hecho, habíamos pensado en algo —murmuró Adrien—. Queríamos componer algo con violín y piano, que suene clásico, pero potente.

—Sonaría bien, hacedlo.

—El problema es que no sabemos componer nada pensando en un violín —declaró Rose con una risita.

—Y yo sigo sin ser muy hábil componiendo —continuó Adrien—. Supongo que tendremos que aplazarlo.

AURORA miró a Luka con el ceño fruncido, sin él el grupo se iba a caer a pedazos en lo que a composición se refería. Al menos no tenían compromisos importantes porque Vivicia no iba a ser capaz de tirar de ellos como lo hacía Luka.

—Puedo componer algo, pero tendréis que arreglároslas con vuestra parte, no voy a tener tiempo para tanto.

—¡Eres el mejor! —exclamó Rose.

—No quiero sonar desagradable —murmuró AURORA—, pero tenéis que hacer algo con esa dependencia que tenéis con él.

—Luka es nuestro compositor —pronunció Iván.

—Luka no existe durante los próximos meses —soltó AURORA—. No puede estar siempre poniendo su vida y responsabilidades en pausa por vosotros. Sois un grupo, habéis acumulado experiencia suficiente como para saber mover vuestros traseros sin que os dé la manita.

—Está bien, compondré esto y dejaré que lo próximo lo hagan ellos.

—¿Dónde he oído yo eso antes? Déjame pensar... ¡Ah sí! En un hombre con exceso de maquillaje y un cocodrilo.

Luka meneó la cabeza encajando la comparación, había asumido y aceptado que ambos tenían el mismo mecanismo de defensa con la música y no le importaba que les comparase en aquello.

—Céntrate en lo tuyo, lábrate una reputación a la que puedas recurrir algún día si lo necesitas.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Por si Marinette no tenía suficiente con esa ruptura forzada ahora se le añade la marcha de Luka. ¿Será capaz de gestionarlo? ¿Le irá bien a Luka por Praga?
Nos leemos en unos días.

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