Las manos comenzaron a sudarme... ¿era eso una señal?

—Idiota la vas a asustar—lo reprendió Ailey, luego me miro a los ojos y comenzó a hablar con el tono de voz que usaba cuando la situación se tornaba seria: —. Escúchame bien, Danforth. Vas a subir al auto sin causar problemas, sin hacer preguntas, y ni se te ocurra escapar porque...

— ¿Por qué? ¿Acaso piensas matarme? —pregunté indignada por sus advertencias, me reí de mi misma porque la chica que tenía al frente no se parecía nada a la que había conocido en el instituto.

No dijo más, pero el silencio lo decía todo para mí, le hizo una seña al chico y comenzó a caminar de vuelta al auto.

—Sube al auto, pequeña fiera—me ordenó el chico esta vez con voz afable. Vi sus musculosos brazos, tenía puesta una camiseta que marcaba su cuerpo, también noté unos rasguños en sus antebrazos, a pesar de la poca iluminación se veían rojizos.

Asentí como respuesta porque no tenía fuerzas para comenzar una discusión. El chico me escoltó hasta la puerta trasera del auto, era un Ford negro modelo antiguo, y me senté con los brazos cruzados en todo el medio del asiento, entre Ailey y el puesto del piloto que fue ocupado por el chico, segundos después encendió el auto y lo puso en marcha.

El chico conducía como si fuese dueño de la carretera, con una parte del brazo recostado en la puerta y la mano derecha al volante, hacia los cambios, volvía al volante, miraba a Ailey y volvía su vista a la carretera; Arboles rodeándonos y la oscuridad de la noche siendo parte del momento tenso. Nadie decía nada, el chico frunció los labios y se rascó la cabeza para luego encender el reproductor. Take me to church comenzó a sonar al perfecto ritmo de Hoizer.

Las preguntas en mi cabeza se estaban aglomerando como una torre de naipes inestables a punto de ser derrumbados por el simple aire expulsado de un humano sin razón alguna.

El chico al que Ailey había llamado Nilsen momentos atrás tarareaba la canción y le daba golpecitos al volante mientras conducía.

La música dejó de sonar y canciones desconocidas se comenzaron a reproducir, el auto se detuvo frente a un imponente portón color negro con dorado que en el medio tenía un gran escudo con símbolos marcados desde la letra O hasta la letra D. El supuesto Nilsen bajo del auto y se aproximó al portón para abrirlo, cuando estuvo completamente abierto entró al auto y arranco, cuando voltee hacia atrás el portón estaba cerrado nuevamente.

Seguíamos en una carretera de tierra, había pensado que el portón escondía una casa, pero estábamos en las mismas y el chico seguía conduciendo.

Ahogue un grito cuando el chico freno de golpe el auto haciendo que mi cuerpo se inclinara hacia el frente, tuve que deneter la inercia con mis manos al agarrarme de los asientos.

Unas cuantas maldiciones salieron de su boca cuando asomó su cabeza por la ventana para reñir a la persona que teníamos al frente. Mis ojos estaban tan abiertos que temía que se salieran de la cuenca y mis manos agarraban con fuerza el pobre vestido de coral, el corazón bombeando sangre estaba martillando mi pecho y la respiración la tenía acelerada por la impresión.

—Maldición, Kislev, ¡Te han dicho mil veces que no pasees tus putos cadáveres por la vía! —lo regañaba Nilsen desde la ventana, agitaba su mano y seguía soltando insultos sin pudor alguno.

Yo no sabía a quién ver, tenía dos interesantes opciones y las dos me ponían los pelos de punta.

De primer plano observaba al chico siendo iluminado por las luces del Ford, estaba totalmente inexpresivo y observaba el auto con cierta curiosidad ignorando los insultos de Nilsen, sus ojos brillaban por las luces y su cabello... Su cabello era una combinación del degrades del gris al blanco, sus finos rasgos me parecieron hermosos a primera vista, era como ver a un ángel manchado en sangre. Sujetaba el cuerpo de una chica cubierto en sábanas, una de sus manos colgaba y sangre pintaba su pálida piel, la cabeza estaba apoyada en el brazo del chico pero el cabello negro le bailaba cuando el viento soplaba.

Red - [La Orden Sangrienta]Där berättelser lever. Upptäck nu