Inseguridades

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Y empecé a fijarme en los demás, aunque esta vez sin buscar comparaciones. Mis inseguridades me las sabia de memoria y la gente parecía no fijarse tanto en ellas como yo lo hacia. Empecé a fijarme en las personas a mi alrededor. En esa chica preciosa que se tocaba el pelo durante demasiado tiempo. La chica que sin darse cuenta se quedaba mirando el mío solo para ver su reflejo en el vidrio del autobús y acomodarse el pelo una vez más aunque desistiendo con una mueca.

Me fijé en ese chico increíblemente guapo,  y en como intentaba ocultar sus dientes cada vez que reía, como su cabeza se agachaba o su mano se posaba delante de sus labios cuando sus amigos le hacían reír.

También decidí fijarme en esa mujer de edad avanzada y en como se aferraba a su barriga a la vez que observaba a chicas más jóvenes caminar despreocupadas e orgullosas de llevar sus camisetas ajustadas. Aunque ella no se dio cuenta de que a la vez, esas chicas se miraban entre ellas, analizando cada centímetro de su piel.

Y entonces fue allí donde me di cuenta de varias cosas.

La primera, que nadie se fija en ti. O al menos no de la manera en que tu piensas.

La segunda, es que todo el mundo esta demasiado preocupado con sus propias inseguridades como para percatarse de las tuyas.

Y la tercera y la mas importante al menos a mi parecer, es que su pelo era de los más sedosos que había visto nunca. Su sonrisa contagiaba a todos los ojos que se posaban sobre él. Su barriga llevaba las marcas no de una, sino de tres historias diferentes y hermosas. Y esas chicas, tenían los complejos más preciosos que alguien pudiera haber visto jamás.
Porque que sea tu inseguridad, no lo hace un defecto y menos aún para la vista de otro. Porque realidades hay muchas así que prefiero vivir en una donde se nos pasen todas las tonterías y empecemos a disfrutar un poco de esto a lo que llaman vida.

Todo lo que nunca dijeWhere stories live. Discover now