Sueño de Navidad

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[Kunten]

Ten no podía creerlo, habia sido tan fugaz. Sus ojos se habian cruzado unos segundos, repetia la secuencia una y otra vez en su cabeza. Era como un sueño, un dulce hombre que habia sido tan amable con él.

Esa mañana hablo y hablo sobre el misterioso hombre con sus compañeros, no sabia si lo seguian escuchando o lo ignoraban ya desde hace tiempo. Sabia que a veces podia hablar horas sobre el mismo tema.

Miro a Jeno y este le sonrio.

—En serio Jeno. Es el hombre más dulce del mundo y solo lo vi unos segundos— Escucho suspirar a Doyoung desde la caja registradora. Agradeció a la dulce anciana en la tienda, seguramente lo habría insultado de no estar ella ahí.

—Deja de soñar Ten y vuelve a trabajar—

—A mi se me hace mágico— Sonrió hacia el menor, el podia entenderlo. Hace tiempo tenia una dulce relación y eran muy dulces.

—Doyoung dejará de ser gruñon cuando por fin le pida salir a tu hermano— Su gerente simplemente siguio como si arriba del mostrador existiera lo mas interesante del lugar.

—Ten ¿Puedo preguntarte algo?— Escucho a Jeno preguntar serio, el mayor asintio y escucho lo que tenia para decirle —Mark anda extraño, perdido en su mente y un poco decaido. Tu lo conoces desde hace mucho ¿Que piensas?—

Ten sonrio, no era muy dificil de saberlo. El tambien se sentia de esa forma muchas veces y mas en esta epoca.

—Extraña su hogar y ver tantas familias, el clima hogareño en el ambiente— Dejó en el aire la respuesta definitiva. Podia ser duro a veces.

—Disculpe— Ten se congeló en el lugar, creyendo que su mente le jugaba una mala pasada. Recordaba bastante bien la voz del hombre de hace unos días, respiro profundo y se dio media vuelta.

Fue recibida por una sonrisa con un hoyuelo, pudo ver como en el rostro del hombre se reflejaba el reconocimiento. Ambos sonrieron con timidez.

—Hola ¿En que puedo ayudarte?— Repitió las palabras que sabia de memoria, con un tono mas dulce de lo normal. No entendia porqué de repente se sentia timido y pequeño frente al hombre.

—No esperaba verte otra vez— Le respondio. Ten sonrió

—¿Me recuerda?— El tailandés no pudo evitar sentir que algo sucedia, parecía irreal en cierto punto.

—Hay rostros dificiles de olvidar—

—Lo mismo digo— Con una mano le indicó un lugar donde podia sentarse y hacer su pedido.

Ten sentia todo su rostro arder de vergüenza, no creia que un hombre tan angelical le habia coqueteado de manera indirecta. Le pregunto varias veces a Jeno si habia alguien sentado justo ahi y que no fuera parte de su imaginación o no existiera de verdad. El menor solo se reia y le respondia que era real. Ten lo pensó y decidio hacer algo al respecto.

Se acercó a la mesa donde estaba el hombre y sobre ella dejo su orden, cuando el hombre intentó sacar de su bolsillo la billetera, Ten lo detuvo.

—No. Tomalo como agradecimiento por lo del otro día— El chico parecio dudarlo unos momentos. Sentia que su pecho iba a explotar, el era muy confiado, pero todas sus paredes se caian a los pies de esa sonrisa de dientes blancos.

—Lo aceptaré con una condición— Ten asintió sin pensarlo dos veces —Tengamos una cita, esta noche—

—Claro— Ambos quedaron en un trance sin saber o entender lo que habia sucedido, un extraño lo había invitado a una cita, ni siquiera sabia su nombre —Soy Ten— Extendió su mano, el otro la recibio con gusto y algo confundido por el nombre —Soy extranjero— Explicó.

Cafe para navidad [NCT 2020]Where stories live. Discover now