d i e c i o c h o

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Su padre apareció en la habitación y le dijo que podía descansar, ya que, una enfermera se haría cargo. YoonOh miró el reloj de "Pucca" que colgaba en la pared y le dio razón a su cansancio. Había estado jugando más de tres horas con el pequeño sin parar.

—Ve a la sala de descanso y envuelve los regalos que están sobre la mesa, ¿sí?

Su hijo asintió sin energía.

—Prepárate algo de comer mientras estás ahí y cuando termines, ayuda a las enfermeras a repartir los obsequios, por favor.

YoonOh asintió y caminó hasta el ascensor para ir al piso de arriba. Ni loco subía escaleras.

Hizo lo que su padre le pidió y debe decir que fue de sus cosas favoritas. Ver esos pequeños rostros iluminados al recibir los obsequios, no tenía precio.

Su padre le dio un fuerte abrazo para agradecerle por todo y desearle un feliz año con la voz a punto de quebrarse.

—Ve a dormir. Anda—palmeó su hombro repetidas veces y le dio un leve empujón en dirección al ascensor.

Luego de dormir una pequeña siesta, vio a su padre en su escritorio bebiendo una gran taza de café.

—¿Te desperté?

Negó mientras bostezaba.

—Qué bueno porque la sala de espera es una locura. ¿Podrías llevarles algo de té?

YoonOh asintió, se levantó y estiró un poco sus músculos.

Al llegar a la sala de espera, sirvió té para todos. La gente le preguntaba sobre sus familiares y él solo podía decir que buscaría a los doctores que llevaban sus casos para poder darles noticias acompañado de una sonrisa reconfortante.

Iba a ir en busca de más té, pero algo llamó su atención. A lo lejos se escuchaban gritos furiosos de un hombre acompañados de golpes en lo que YoonOh suponía, era el escritorio de la recepcionista.

—¡Mi esposo lleva media hora ahí adentro y dice que sigue sin aparecer un maldito doctor!

—Se-señor entendemos su preocupación—la recepcionista lo miraba aterrada—, pero la sala de urgencias está llena y-y...

—¡¿Y los doctores son igual de incompetentes que usted?! —golpeó el escritorio.

YoonOh no podía solo mirar eso, así que se acercó con cuidado y con la voz más tranquila que pudo, intervino.

—Señor, le voy a pedir por favor que se calme.

El hombre se giró para pelear con quién sea que estuviera calmándolo y al girarse no pudo decir nada.

¿Acaso sus ojos le estaban haciendo una mala jugada?

—¿Señor Seo?

—¿Qué haces aquí?

—¿Usted que hace aquí? —no pudo evitar sonar preocupado.

Sus ojos se aguaron y su labio inferior comenzó a temblar.

—Mi princesa, YoonOh—sollozó—. Estaba a punto de dormirse, cuando de repente no pudo respirar y se puso morada y comenzó a convulsionar—se acercó a él y lo abrazó con fuerza. Seguía odiándolo, pero necesitaba algo de consuelo.

YoonOh, aunque un poco sorprendido por el acto, correspondió al abrazo e incluso palmeó su espalda con gentileza.

—¿En dónde está?

—No tengo idea—se separó de él.

YoonOh les dijo a las enfermeras que se encargaría y le pidió al señor Seo que lo siguiera hasta encontrar a su padre.

Bizarre [JaeYong]Where stories live. Discover now