Epílogo

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La luz ya comenzaba a ser molesta para Jaemin, sin embargo no pensaba abrir los ojos, aun tenía demasiado sueño y no pensaba levantarse, pero unas lamidas en su rostro le quitaron el sueño e hizo una mueca, asqueado.

Esperen... ¿Lamidas en su rostro?

Okey, ahora tenía miedo.

Algo o alguien estaba lamiendo su cara, y su cerebro aun no podía procesar que era. Con algo de temor, abrió solo un ojos para ver que era eso.

Suspiro aliviado cuando lo supo.

—Ya déjame, Phoebe—se quejo con sueño dispuesto a volver a dormir.

Hasta que cayo en cuenta.

De golpe, se despertó extasiado y miro a la perrita, quien movió su colita y salto contenta cuando su dueño despertó por fin. Tomo a la perrita en sus brazos y la abrazo con fuerza, sintiendo como las lágrimas de felicidad comenzaban a salir.

Phoebe. Era ella, su pequeña perrita blanca con manchas cafés, con uno de sus ojos azul y el otro verde, era inusual, imposible no distinguirla con cualquier otro perro. La última vez que vió había sido hace años, Sunhee odiaba a los animales, por lo que se había encargado personalmente de deshacerse de ella. Jaemin había sufrido muchísimo cuando eso pasó, la había buscado por mucho tiempo hasta que se dió por vencido... Pero Phoebe ahora estaba con él, y nunca se había alejado de él.

Dejó a la perrita en su cama y salió corriendo de su cuarto, dirigiéndose al cuarto de Ten, y como siempre, siendo seguido por la cachorra. Noto algo inusual en su casa, se veia más acogedora, con más luz, con más vida, pero le tomo poca importancia a eso.

Necesitaba verlo. Fue tan rápido que ni siquiera se detuvo a mirar las fotos que le revelarían algo increíble.

Entró de golpe y comenzó a saltar en la cama para despertar a su padre, que dormía con todas las sábanas tapandolo.

—Papá, papá, papá—comenzó a sacudir el cuerpo que comenzó a quejarse.

—Cariño ¿Qué pasa?—contesto, aunque algo fastidiado por la forma en despertarlo.

Jaemin quedo sin aliento, pareció que su alma había dejado su cuerpo, no podía reaccionar.

Él estaba ahi. Estaba con ellos.

—Kun...—dijo sin creer lo que veía.

—Soy papá, no Kun—lo regañó el adulto algo adormilado.

— Minnie bebe ¿Qué sucede?

Su padre Ten salió del bañó que se encontraba en su cuarto, ya duchado y vestido, secándose su cabello con una toalla que luego dejo en su hombro, miro raro a su hijo por verlo encima de su esposo.

—Papi...—Jaemin no supo que decir.

No comprendía nada aún, hasta que los recuerdos comenzaron a llegar. Como un pulmón se llena de aire, su mente se llenaba de imágenes, de momentos, de felicidad, haciendo que sus antiguos recuerdos que vuelvan grises y opacos.

Nada era igual. Todo era mejor.

—Debe ser la emoción, cómo ayer fue su acto de promoción, seguro hoy espera hacer algo en familia—Kun lo abrazó haciendo que se recostara juntó a él en la cama y beso la frente de su hijo, quién sentía que iba a llorar de felicidad al sentir el cariño de su padre de cerca.

Ten los miraba enternecido por la interacción entre su esposo y su hijo.

—Sera despues. Tu hijo está esperado abajo que le prepares un rico desayuno—dijo Ten dirigiéndose a la puerta. Kun bufó.

La historia de nuestros padres [NCT]Where stories live. Discover now