Capítulo 1

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 Septiembre

   —¿Estás listo para esto? —preguntaba mi padre, mientras sujetaba mi mano como a un niño pequeño. Lo cual no me avergonzaba—. Diecisiete años contigo en casa. Esto se siente como llevarte por primera vez al jardín de niños.

Reí, mientras esperábamos a que la directora nos atendiera, para que me llevara a mi respectiva clase. —Sí. Papá, sí lo estoy.

   —Si sientes que no puedes o algo te empieza a abrumar... —La puerta de la oficina se abrió y la voz ronca de la directora nos invitó a pasar—, ¡me llamas! —agregó finalmente mi padre, antes de entrar.

   —¡Bienvenidos! —dijo ella. Nosotros tomábamos asiento—. Me alegra que estén aquí. Leí su correo detalladamente y déjame decirte a ti Ambrose, que me siento muy orgullosa de que hayas tomado esta decisión. Siéntete libre de hablar lengua de señas, aquí la mayoría de maestros y estudiantes la conocen.

Desde que dije, que quería entrar a un instituto para vivir la experiencia antes de graduarme, mis padres se tomaron el tiempo de buscar una donde manejen la lengua. Este instituto tenía clases especiales una vez por mes, incluyendo la que enseñaba lengua de señas

   —¡Gracias! respondí. 

   —Bueno señora Mosley, ya hice la transacción de la cuota de estos seis meses a la cuenta escolar. Espero y no se olvide del acuerdo de que, si Ambrose no quiere seguir nos haría la devolución respectiva —mencionó mi padre. Eso sí me hizo sentir incómodo. 

   —Claro que sí, señor Grey. De hecho, puede firmar aquí para que esté más tranquilo —mi padre firmó y tomó unas cuantas fotos—. Ambrose, estoy enviando un mensaje a la maestra de esta hora, para que envíe un estudiante para que te guíe, ya que lamentablemente tengo reuniones justo ahora. ¿Puedes con eso?

Yo asentí con la cabeza. Nos levantamos, le dimos un apretón de manos y salimos. Mi padre, después de rogarle que se fuera lo hizo.

Luego llegó un chico de rasgos asiáticos, con unas grandes gafas negras iguales a las de Harry Potter.  —¡Hey! ¿Qué tal? —Levantó su mano en forma de saludo y luego la estrechó con la mía. Yo le alcé el pulgar para hacerlo más simple—. Ya me hablaron de ti empezamos a caminar. Yo lo seguía, y quiero que sepas que puedes contar conmigo desde ahora y... —Tomó aire y se detuvo—, qué sé lengua de señas diciendo esto en señas, mientras me sonreía. Se veía un chico amable—.  Me llamo Atlas Hank y tú eres Ambrose, ¿verdad? —asentí con la cabeza.

Después de enseñarme todo el lugar, llegamos al salón. Es de admitir que me había empezando a poner nervioso.

Al entrar todos dejaron de hablar y la maestra me invitó a pasar al frente. —Chicos y chicas. Él es Ambrose Grey, nuestro nuevo compañero desde ahora —yo levanté la mano en forma de saludo, los demás solo miraban. Luego ella me señaló que ya podía ir a sentarme—, ¿recuerdan cuando les hablé sobre mutismo selectivo? Bueno Ambrose lo tiene, espero que sean respetuosos y le ayuden en todo lo que necesite, así como él lo hará con ustedes.

Era la primera hora de clases, no hacían nada en especial, solo socializar. Yo me senté al fondo y saqué mis audífonos, pero antes de ponerlos llegó una chica de ojos azules y cabello castaño claro, y se sentó junto a mí.

   —¡Hola! —dijo, mientras veía al frente—. Soy Aitana, la prima de Atlas, pero también su mejor amiga —volteó a verme y me estrechó la mano.

Iba a responder como normalmente lo hacía, pero me interrumpió. —No, no —se tapó la boca con la mano. Estaba apenada y con risa nerviosa—, no sé lengua de señas, discúlpame —se levantó y dirigió a su lugar, sacó de su bolso una libreta con un bolígrafo y volvió —, podemos hablar así si quieres.

La voz de AmbroseWhere stories live. Discover now