Capítulo 1

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Era un caluroso día de verano. 

Y como era habitual en los jóvenes durante las vacaciones, Emma y Gilda habían decidido comenzar a trabajar los fines de semana como camareras para un restaurante familiar. 

—Hace media hora no viene nadie— se quejaba la peliverde, sacando una revista de su mochila. 

Emma observaba la entrada al restaurante. Habían pocas personas en la calle y ninguna de ellas entraba al restaurante. Probablemente todas estaban yendo a centros con piscina para disfrutar el día. 

Y claro que lo entendía. ¿Quién gastaría parte de su sábado en ir a un restaurante habiendo 28 °C? En días como estos, la piscina se transformaba en un dulce hogar. 

Gilda comenzó a pasar rápidamente las páginas de la revista, buscando una en especial. —¿Has visto el último estudio de la revista Gracefield House? ¡Dice que te casarás con la persona que conociste a tus 16 años! —dijo, entusiasmada—Entonces, definitivamente Don es mi alma gemela —añadió. 

Emma se llevó el dedo índice a la barbilla, intentando recordar. — No creo que me pase algo así. Me mudé al campo de mis abuelos durante ese año y solo conocí al hijo de la familia que vivía en frente, pero no recuerdo más que su nombre. 

Gilda la miró, curiosa. —¿Cuál era su nombre? ¿No recuerdas si era apuesto?

Emma negó con la cabeza. —Su nombre era Norman. No puedo recordarlo, pero tengo la sensación de que era alguien muy amable.

Gilda dejó la revista sobre el mostrador y se cruzó de brazos. —Se lo contaré a Don. Y creeré en este estudio. Después de todo, los anteriores tampoco han fallado. 

Emma tomó la revista y le echó un vistazo. —El próximo año no tendremos tiempo de ver más revistas, la universidad no nos dejará. 

Gilda asintió. —Debemos aprovechar este año y divertirnos al máximo. El próximo año ya no tendremos días tan tranquilos.

Emma sonrió, con cierta nostalgia.

Gilda notó que alguien se acercaba y comenzó a buscar su birome en el mostrador. Pero aunque rebuscó hasta en los bolsillos de su camisa blanca, no logró encontrarla por ninguna parte. —¿Has visto mi birome?—le preguntó. 

Emma dejó la revista sobre el mostrador y miró la pequeña caja de madera que usaban para guardar las biromes. La característica birome color turquesa de Gilda, no estaba allí. 

—Quizás la dejaste en el baño como el otro día, iré a revisar— avisó la pelinaranja, encaminándose hasta el fondo del restaurante, donde se encontraban los baños para los hombres, las mujeres y el personal. 

Se apresuró en entrar al baño del personal y buscar aquella birome. No fue muy difícil encontrarla, pues Gilda la había olvidado a un lado del dispensador de jabón. La guardó en el bolsillo de su camisa y abandonó el cuarto de baño. 

Cuando iba de regreso hasta donde estaba Gilda, se dio cuenta que a un lado de la entrada al baño para hombres, había una escoba de trapear. 

Se acercó hasta la puerta y tomó la escoba con sutileza, comenzando a atraerla para sí misma. La escoba aún estaba mojada y no quería ensuciarse. 

De un momento a otro, la puerta del baño se abrió. Por inercia, Emma cerró sus ojos. 

Y lo próximo que supo en cuanto los abrió, fue que estaba sentada en el piso. Miró a su alrededor y notó que habían montones de hojas esparcidas junto a la escoba. 

Y en frente de ella, había un joven de cabello blanco y profundos ojos azules, disculpándose. 


final del capítulo. 




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⏰ Last updated: Jan 17, 2021 ⏰

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Amable - NorEmmaWhere stories live. Discover now