5-Glorioso demonio.

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Omnisciente.

Danielle pasaba el tenedor por el plato de su comida, todos la miraban, estaba castigada por su tía Dorotea, su padre se sentía algo culpable por no decirle nada a su tía pero ella le había exigido hacerlo.

-¿Podemos ir mañana por una malteada con Robertas?- pregunta Sadie a su madre.

-Puedes, Danielle solo ira al instituto, por una semana- afirma la mujer.

Danielle suelta un bufido, quería golpear a su tía en la cara pero no era lo adecuado, solo optó por patear el pie de su padre el cual dio un quejido y bajo su mirada.

-Que sea la ultima vez que te vas sin permiso-sigue con el mismo tema Dorotea.

-Adiós- dice Danielle sin aguantar la situación.

Sadie la sigue para irse juntas al automóvil, la pelirroja se siente mal por la rubia, la mira triste y para ser su primera semana en el pueblo quería que estuviese feliz.

-Le diré a Roberts y a Millie que la pasen con nosotros el día de hoy, jamás se negarán- dice Sadie tratando de alegrar a Danielle.

-Ayer me pasó algo muy raro- cuenta la rubia- vi a Louis.

Se suben al automóvil, Sadie frunce el ceño.

-¿Y qué pasó?- pregunta.

-Pues me empezó a decir cosas extrañas, ese chico tiene la testosterona a todo lo que da- dice sin mencionar las cachetadas que se habían dado- es extraño.

-No te acerques mucho a el, sus ex novias terminan maltratadas física y emocionalmente- le advierte Sadie.

-No, no me llama la atención los chicos malos, me voy más por los soft- dice divertida Danielle.

-Aquí casi todos se quieren parecer a Louis, yo creo que por eso soy lesbiana- soltaron una carcajada las dos- hoy toca deportes, prepárate porque el uniforme es demasiado corto.

(•••)

Como lo había mencionado anteriormente Sadie, era demasiado corto, y constaba de un short azul con blusa roja, pero lo bueno aquí es que era una vez a la semana.
Danielle no había visto a Louis en las primeras clases, no le tocaba clase con el, supuso, pero no sabía porque quería verlo.

Diviso como había algunos chicos entrando fútbol americano a unos cuantos metros de nosotros, pudo divisar el cabello rubio de Roberts.

-Haz los ejercicios si no te va a poner a correr por todo el lugar- dice Millie

-Okay- respondió Danielle de mala gana.

Miraba como solo eran puras chicas, los demás estaban entrenando fútbol, baloncesto o fútbol americano.

-¿Y las chicas se tienen que aguantar esta clase?- pregunto, y asintieron sus amigas.

Escuchó como había caído un balón aún lado de ella.

-Primor, ¿me lo pasas?- miro a Louis con un raspón en su mejilla.

Ella tomo la pelota, miro uno segundos a Louis, sentía todas las miradas de la gente puesta a ella, hasta la de entrenador, el chico la miraba desafiante; ella apretó la pelota a su mano, la lanzó, tomando de desapercibido a Louis, haciendo que la pelota impactará en su nariz.

Danielle se tapo la boca sorprendida, ella había apuntado en el estómago del chico, todos la miraban divertidos y se burlaron de Louis, este tocó su nariz al ver que esta sangraba; todos creían que le diría algo a la chica, pero solo soltó una sonrisa divertida, le guiño el ojo y se fue de regreso a su actividad.

-Le acabas de romper la nariz a Louis y te coqueteo, ese chico sabe lo que quiere- le dijo una chica desconocida.

-Ten cuidado- le recuerda Sadie.

-Apenas lo conozco, no es que me valla casar con el-dice divertida la chica pero su mirada no dejaba de mirar donde estaba aquel chico.

(•••)

-Odio la clase de historia, yo no quiero saber cuántos hijos tuvo la reina Isabel- se queja Danielle mientras salían de su ultima clase.

-¿Entonces iremos todos a la casa de Dalia McQuaid?- pregunta Roberts.

-Pues si con todos te refieres a Millie y a ti estás en todo lo correcto- le responde Sadie burlona.

Iba a seguir hablando pero fue interrumpida por la voz de un chico.

-¿A donde iras?- le pregunta Louis a Roberts.

Haciendo que todos se miraran confundidos, menos Danielle que miraba con gracia esa pequeña situación.

-A la casa de Danielle y Sadie, le avisas a mi madre- le responde sin ánimos el rubio.

-McQuaid, ¿podemos hablar?- Partridge alza una ceja y mira a la chica, ella asiente sin ganas- a solas.

-Te veo en el auto- le avisa Sadie a la rubia.

Los dejan solos en los pasillos, solo se escuchaba como algunos maestros movían sus sillas para irse.

-Lindo tiro- dice mencionado lo de su nariz- que bueno que no la rompiste, o si no tendría que romper la tuya, ya sabes, para quedar a mano.

-Lo hubiera echo, para que te aguantarás tus ganas de poner una mano sobre mi, porque sabes muy bien que no dejaría que me hicieras algo- se acerca al chico tratando de intimidarlo.

Pero Louis estaba completamente fascinando ante la valentía de chica, quería sacar todo su potencial a la luz, para que se diera cuenta de lo poderosa que era.

-Eso podemos ver conforme pase el tiempo- muerde su labio, y pone un dedo en el de Danielle- voy a destruirte.

-No si yo lo hago primero contigo- dice Danielle viéndolo cara a cara, Louis soltó un raspón con su garganta.

-Me encanta cuando te comportas así, la actitud de niñita tierna no te la compro- aprieta los cachetes de Daniella.

Ella toma la mano de el, la estruja tanto que podía quebrarla si ella lo quisiera, pero no quería eso, quería provocarlo.

-No me importa que actitud mía te guste, deja tu estupidez de lado-quito su mano de la del chico para ponerla en el cuello, solo lo acaricio- eres tan idiota que fantaseas tanto con esto en tu mente, mientras yo sólo pienso en la cara de imbecil que pones cuando me comporto así.

Suelta una risita la chica, haciendo que Louis se sintiera algo estupido al estar de esa forma frente a una chica, pero quería más, y quería que ella fuera sólo suya.

-Me tengo que ir- quita su mano del cuello del chico.

Camina hacia afuera, dejando al chico con tantas malas palabras en su boca, queriendo más y cada vez más de lo que había pasado.

-¿Que te dijo?- pregunto Roberts a Danielle preocupado, deseado que no fuera nada malo.

-Solo quería molestar con mi familia - bufa Danielle.

Se sube al auto, no sin antes mirar hacia el instituto, donde estaba saliendo Louis con una sonrisa divertida mientras mordía su labio.

-Solo molestar, eh- susurra Millie en su oído, pero ella rio.

Enséñame a vivir (Louis Partridge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora