La mujer se mordió la lengua para no continuar hablando, la mirada dura del mayor calló cualquiera de sus argumentos y después de mantener sus ojos fijos en Jeno, pidiéndole disculpas solo con este gesto, pasó por el lado de Kun, saliendo de la habitación y quedándose en el pasillo, esperando.

Jeno soltó un suspiro apenas ella salió. Su mente estaba maquineando qué debía hacer para escapar. Jaemin no era suyo, ese tipo se notaba más encabronado que anciano con vejez solitaria y él tenía a Jaemin consigo, con su pequeña cabecita apoyada sobre su pecho, mientras le acariciaba los rizos, sin detener el movimiento, queriendo no asustarlo. Para ese momento, Jeno sabía que tenía todas las de perder.

- ¿Qué quiere? Hable ya.-

Después de que Kun caminó hasta sentarse en el mismo lugar que Taeyeon cuando le explicaba todo sobre el embarazo de su pequeño, Jeno soltó aire que ni siquiera había notado estaba conteniendo al ver que entre él y la puerta de salida no había un gran espacio de diferencia; así que si algo salía mal, podía siquiera intentar huir de ahí de la forma que fuera, no le importaba si se encontraba con más hombres tras esa puerta, nadie lo apartaría de Jaemin.

- Mi nombre es Qian Kun, Jeno, como ya escuchaste, soy el dueño principal de todo esto, y ex trabajador de Neko Corporation.-

De nuevo el aire no llegó a sus pulmones, ahora comprendía mejor la razón por la cual aquel sujeto le daba tan mala espina. Claro, esos aires de superioridad y aquella mirada fría solo podían significar un pasado tan oscuro que no cualquiera reconocía ¿Qué ganaba Kun contándole eso? ¿Causar temor? Porque lo que Jeno sentía eran unas increíbles ganas de golpearlo. No le tenía miedo, solo temía por la seguridad de Jaemin.

Jaemin soltó un maullido que calmó aquel ambiente tenso, mientras miraba a Jeno suplicante, llevando una de sus manitas a su abdomen para acariciarlo, el pelinegro sabía lo que significaba: Jaemin tenía hambre. Sin embargo, no pudo evitar la sonrisa enorme que apareció en sus labios pensando en que no solo era Jaemin quien tenía hambre, sino un pequeño bebito que estaba creciendo en la misma zona donde su bebé se acariciaba.

Escuchó la puerta y alzó la mirada, agudizando su vista cuando vio a Kun abrir, asomando la cabeza hacía el pasillo externo.

- Taeyeon, trae un biberón de los de repuesto, con leche tibia, por favor.-

Jeno no tenía idea si la mujer la había obedecido, pero imaginó que si para cuando Kun entró y cerró la puerta de nuevo, caminando tranquilamente de regreso a su lugar.

- ¿Jen? - Jaemin meneó las orejitas, observando a su amor con esos ojitos llenos de súplica, tomando una de las manos del mayor para colocarla sobre su pancita, soltando otro maullido, un poco más bajo que el anterior. — ¿Por favor?

- Sí, amor, ya la están trayendo ¿De acuerdo? Mucha leche para ti, bebé.- Besó la frente de su niño y escuchó su suave ronroneo, sonriendo tranquilamente de nuevo, no sabía cómo, pero la paz que le transmitía Jaemin parecía mágica. - ¿Te duele la pancita?-

Cuando el minino negó con la cabeza y Kun tosió, llamando de nuevo la atención de ambos chicos, mientras Jaemin volvía a apoyar su cabecita sobre el pecho de Jeno y este continuaba repartiendo dulces caricias por cada parte posible del gatito, escuchándolo ronronear, lleno de tranquilidad.

- Trabajé ahí y yo fui de los primeros en revelar secretos importantes de la corporación a esa organización de protección al menor para que ese lugar fuera cerrado y demolido casi a las horas siguientes, asegurándose de, con eso, exterminar todos los restos de los experimentos que se realizaban ahí.-

Neko Corporation - NominWhere stories live. Discover now