8º La boda secreta

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La noticia tan repentina sobre el quiebre de alianzas, no solo traía conmoción a los unuas. Los humanos habitantes de Ithia, aun no estaban enterados. Al ser una colonia unua, el territorio no les pertenecía, pero podían seguir habitando en él, pues Ithia era la simbiosis perfecta entre ambas razas; una no podía vivir sin la otra. Pero eso significaba que el ejército humano debía abandonar la isla y replegarse al continente. Para los soldados que habían sido convocados ahí no representaría ningún problema; pero muchos otros habían nacido en Ithia o formado ahí su hogar y su familia, como era el caso de Kennan.

Charleen, antes de ir al continente, pasó a despedirse de su hermano y saber qué decisión iba a tomar.

-¡Kennan! -Charleen encontró a su hermano en la pequeña vivienda que le pertenecía al interior del campo militar. Extrañamente él no le rechazó el abrazo-. ¿Qué vas a hacer? En solo doce horas Abby expandirá el escudo, nadie sale y nadie entra. Por favor dime que vas a quedarte-. Se fue soltando de él y trató de adivinar en su mirada la respuesta, mas el joven hombre solo miraba al suelo.

-No quiero renunciar al ejército, pero este es mi hogar. Y... si me voy, Brisa querrá venir conmigo y no quiero condenarla al exilio, la vida en el continente será más complicada para ella.

-¿Brisa? ¿La guerrera unua que vi ayer y que en teoría no tiene nada contigo aunque no me lo hayas especificado? -preguntó. Entre tanta desdicha, algo le alegraba.

-Sí, esa Brisa, no hagas un escándalo.

-¡Cómo no voy a hacerlo! -exclamó con emoción-. ¿Es tu pareja?

-Sí, lo es... pero, solo no seas fastidiosa un momento. Nuestra situación es complicada, es decir, ¿alguna vez supiste de una mujer unua que sea pareja de un humano?

-No lo escuché, pero qué importa.

-No sabemos cómo lo vayan a tomar los demás. A los unuas no va a gustarles. Nuestro padre se dio cuenta y casi me expulsa del ejército.

-Nuestro padre es un idiota. Y de los unuas... pues ellos se relacionan con humanas todo el tiempo, no veo por qué en este caso debe ser diferente. Es decir, ¿la amas no?

-Sí, la amo. -Charleen, se sorprendió con la respuesta tan firme y segura de su hermano menor-Y... queremos casarnos por el rito humano, dado que no podemos hacer el rito de unión que hacen los unuas.

-No puedo creerlo, ¡te vas a casar! Es decir, nunca pensé que una mujer normal te aguantaría en una relación, pero una unua sí. Es perfecto para ti. Aunque se supone que odias a los unuas, lo cual es irónico...

-Deja de decir tonterías un momento ¿sí? Obviamente a ella no la odio. Acabamos de hablarlo, y no sabemos qué vaya a suceder cuando cierren la frontera por completo. Queremos hacerlo antes de eso. Sabes que para los unuas la formalización con sus parejas es importante, tal vez si lo hacemos antes del cierre no puedan ponernos ningún obstáculo.

-¿Van a casarse ahora?

-No ahora, ahora... en las próximas diez horas. Y Brisa pude necesitar tu ayuda. Quiere un vestido, flores y esas cosas. -Volcó los ojos.

Charleen, nunca, jamás, se había imaginado estar tan emocionada por una boda. Ethan y los niños reunían provisiones para el viaje, ella podía escapar para ayudar a organizar el matrimonio de su hermano en menos de dos horas. Así cuando su familia regresara, solo los llevaría a la ceremonia y Ethan no podría negarse.

No le había dicho a su hermano que ella sí tendría que retirarse de Ithia, le avisaría después, en ese momento lo siguió hacia el inicio de la selva, lugar donde Brisa lo esperaba.

La Quinta Nación (Foris #2)Where stories live. Discover now