C-12.

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Capitulo dedicado a : EliG072016

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TINI.

♣️♥️♠️

Dicen que cuando te enamoras, la vida es más fácil. Pero casi nadie te dice que enamorarse también puede traerte problemas.

Mi mirada sigue fija en la pantalla de mi celular donde estoy etiquetada a varias publicaciones, el sólo hecho de verlas hace que el estómago se me revuelva.

Muchas fans tienen comentarios positivos, pero muchas otras atacan con palabras, ¿Por qué se sienten como dueños de su ídolo? Ser fan debería ser apoyar incondicionalmente a su ídolo sin importar que, y si eso implica estar con el cuando anuncia una relación, pues bien, vas y lo haces.

Tocan la puerta y caminó para abrirla.

—Ya decía yo que seguías viva.— El alma se me cae a los pies, siento que hasta respirar se me hace difícil y aprieto tan fuerte el celular con la mano que me lastimo.

¿Que hace el aquí?

¿Por qué justamente hoy?

—¿Que está haciendo aquí?— Pregunto y me aferró a la puerta, temiendo que en cualquier momento me caiga.

—Es esa la manera de recibir a tu padre.— dice y noto algo de burla en su voz.

Siento que con cada minuto que pasa la ira me sube por el cuerpo.

—¿Que es lo que quiere?— vuelvo a preguntar, y estoy a poco de cerrarle la puerta en la cara pero él se me adelanta y entra a mi departamento. —Que lugar tan pequeño, ¿Es eso lo que querías para tu vida?

Se sienta en el sofá y yo me acerco, esta vez no se saldrá con la suya.

—Si mal no recuerdo, mi propio padre me apostó a un completo desconocido.

—Ya deja de hacerte la víctima, el mundo no gira sobre ti Martina.— vuelve a atacar. Su voz es tranquila y eso me inrrita más.

—¿Que es lo que quieres?— mi voz suena tan firme que me sorprendo un poco.

—Vengo a darle una solución a tu problema.— responde, mirando con suficiencia a su alrededor.

—¿Que problema?— al instante suena mi teléfono emitiendo un sonido, la pantalla se enciende y otra etiquetación negativa aparece.

—A ese.— señala con la cabeza mi celular.— Vengo a darte la solución a todos tus problemas Martina.

—No entiendo de qué estás hablando.—contesto a la defensiva.

—Oh, mi ingenua hija.— hago una mueca. — Yo lo sé todo, y ¿Creías que te dejaría quedarte toda una vida con un simple cantante?

—Suficiente, no voy a permitir que vengas a ofenderme  en mi propia casa. ¡Ya no tienes poder sobre mi!

—¡Siempre tendré poder sobre ti Martina por qué eres mi hija! Sangre de mi sangre.

El corazón me late tan rápido, y algo dentro de mí me dice que aún falta lo peor y no lo quiero escuchar.

—¡Vete! ¡Vete de mi casa ahora mismo!— me pongo de pie y corro hacia la puerta para abrirla.

—No puedes huir de tus problemas si sólo los ignoras.— me dice y se levanta con calma.— te estoy ofreciendo regresar a casa, y hacer como que todo ese acto de rebeldía tuya no pasó. Es más, te estoy dando la oportunidad de dejar este lugar y demostrarme que si eres buena con la música te permitiré ejercerla.

Apostando un amor.Where stories live. Discover now