- ¡Gatito!-

Yeeun orrió para tocar a Jaemin pero fue detenida por los brazos de Jeno antes de siquiera rozar al minino, quien, por cierto, retrocedió unos cinco pasos aproximadamente cuando vio a esa pequeña desconocida acercándose peligrosamente a él. Subió la mirada hacía Jeno y le pidió ayuda con los ojos. Jaemin no se sentía seguro, él quería irse a su casa.

- Quieta, princesa.- Jeno alejó su mirada de su pequeño para dirigirse a su hermana, ahora cargada en sus brazos. - Jaemin es muy tímido y no le gustan las personas, no debes acercarte así o lo asustas ¿Entiendes? Si no harás llorar al gatito y nadie quiere eso ¿Verdad?- La pequeña Yeeun negó con la cabeza, abrazando a su hermano, mientras dirigía su mirada al minino que la observaba asustado, aún con su cola en manos y sus orejas inclinadas hacía abajo, temeroso.

- Perdón, gatito. -Susurró ella, recibiendo una caricia en su cabello por parte de su hermano mayor, quien la bajó después, observando la mirada curiosa de su mamá, enarcando una ceja; estaba seguro de que su madre no entendía absolutamente nada, pero tal como solían ser cuando Jeno estaba en casa, ella dejaba que él controlara la situación.

-Ahora ve adentro ¿Si, princesa? Dile a Gowon que no moleste a los bebés porque ya estoy aquí, y a Dodo y Eric que bajen a saludarme ¿Puedes cumplir con esa misión?- Jeno le hizo una pequeña caricia en el cuello a su hermanita, logrando que esta se estremezca por la cosquilla, encogiéndose y escondiendo su cuello alzando su hombro. Una vez la niña asintió con la cabeza y entró corriendo a la casa gritando el regreso de su hermano, Jeno le pidió un segundo a su madre en lo que se acercaba a su pequeño minino, arrodillándose en el suelo para quedar más a la altura del gatito.

Con cuidado, acarició los suaves rizos, recibiendo un quejido de Jaemin, no el típico ronroneo, así que definitivamente no todo andaba perfecto, pero Jeno se lo debió imaginar, sus hermanos eran demasiado cariñosos e impulsivos para alguien tan temeroso y cuidadoso como lo era su bebé.

-¿Estás bien, amor?- Jaemin negó con la cabeza, con sus ojitos brillando a causa de sus prontas lágrimas.

A Jeno le tomó unos segundos pensar en alguna forma para ayudar a su minino, pero después de meditarlo, se estiró de nuevo, parándose y tomando con cuidado a Jaemin en sus brazos, dejando que el felino enrede sus piernas alrededor de su cintura y sus brazos en su cuello. Jeno sintió al instante como su bebé escondía su rostro en su cuello y sus rizos le picaban la barbilla, haciéndole cosquillas.

-Iremos así ¿De acuerdo? Te prometo que nada malo te pasará mientras estés conmigo.- Se aseguró de rodearlo bien, con sus manos en los muslos del menor y escuchó un suave maullido, luego Jaemin afirmó con la cabeza, solo entonces Jeno camino hasta encontrarse con su mamá, quien continuaba mirándolo sin decir absolutamente nada.

Yoona confiaba muchísimo en su joven hijo, toda su vida, desde que nació Doyoung, Jeno había sido de los mejores hermanos que podían existir, por ello a sus cortos doce años, ella ya solía dejarle toda la casa a cargo y él tenía que arreglárselas, tal fue su sorpresa esa primera vez que dejó a su hijo solo con un pequeño bebé, que Jeno fue capaz hasta de preparar la cena en su espera, confirmándole que todo estaba en orden.

Ella confiaba más en su hijo que incluso en su capacidad de tener paciencia, y cuando lo vio hablar tan pacíficamente con ese pequeño niño con orejitas y cola, supo que la paciencia de Jeno hacía este era por toda la práctica que había tenido hasta hace poco, cuidando a absolutamente todos sus hermanos.

- Mamá. -Jeno tosió, aclarando su garganta para que su madre baje de su nube y lo observe, ya en frente a ella, con un niño meneando la cola siendo cargado por su hijo, aunque el más pequeño no se atrevía a mirarla. -Él es Jaemin. Amor, creo que ya la viste, así que ella es mi madre, Yoona ¿Recuerdas que te dije que ella nos iba a ayudar? Bueno, no te preocupes ¿Si? Es la misma mujer que antes me llamaba a mi departamento para sacar los ratones de la casa porque no quería llamar a un exterminador y que los mate; es adorable.-

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