Capítulo 2

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Capítulo 2
"The boys"

La mirada curiosa de Hope recorría hasta el más mínimo e insignificante detalle de aquella casa. En esos momentos su mirada se encontraba sobre la mesa de roble que había en el centro del comedor. Tenía un mantel tejido en lana bordo, y sobre él había un recipiente con frutas artificiales de decoración. A pesar de saber que no eran reales, su estómago gruñó rogándole por algo de comida. No comía nada desde la noche anterior y su cuerpo estaba comenzando a quejarse. Agradeció estar a una cierta distancia de los tres chicos, ya que de esa forma no habían podido oír el sonido de su estómago.

Paredes cubiertas por un tapizado bordo, suelo de madera de caoba, muebles de roble, cuadros y más cuadros. Aquella casa no era muy distinta a lo poco que había visto de la academia. No era nada muy especial, sin embargo no podía evitar pensar en lo caros que debían de ser algunos de aquellos artefactos. Tenía la tentación de guardarse algo cuando no estuvieran viendo y así llevarlo al mercado y venderlo. A pesar de que ahora ella vivía allí, el dinero seguía sin alcanzarle a su tía, quien se había tenido que quedar a cargo de su tío enfermo.

Al sus padres morir cuando era aún una niña, ella había quedado a cargo de la hermana de su madre y su esposo. Ambos muy buenas personas, pero lo que tenían de bondad lo tenían de pobres. Su tío había enfermado cuando ella estaba comenzando su adolescencia, y del poco dinero que tenían la mayoría iba para poder pagar su medicina. Desde ese momento fue cuando Hope decidió que era hora de comenzar a robar por su propia cuenta, ya que lo que conseguía junto a su tía no era suficiente. Había días en los que no comían nada y apenas si podían beber agua.

Le parecía injusto como había familias como la de ella que apenas tenía para comer, mientras que otras tenían tanto dinero y en lugar de aprovecharlo lo derrochaban en cosas insignificantes como joyas o telas caras. Ese era el caso de la mayoría de los estudiantes de allí, por alguna razón el universo había decidido otorgarles el don de los benditos a unos cuantos niños ricos.

No le fue muy difícil darse cuenta que aquellos tres chicos eran de esas familias que ella tanto despreciaba. Con echarles un vistazo rápido pudo comprobarlo. Uniformes en un estado impecable, relojes en sus muñecas que a simple vista se podía notar que no eran nada baratos, y además, se podía notar que habían tenido una muy buena alimentación a lo largo de sus vidas por el buen desarrollo de sus cuerpos.

Los tres la estaban observando desde cierta distancia, viendo como ella curioseaba por el lugar.

—Deberíamos decirle algo, ¿no lo creen? —Reese mantuvo un tono bajo para evitar que la rubia los oyera.

—¿Algo cómo qué? —Asher lo observó alzando ambas cejas.

—No lo sé, pero creo que hablarle será mucho mejor que seguirla observando. Pensará que somos unos pervertidos.

—Si tan insteresado estás, ve y háblale tú —el rubio le dió un empujón a su amigo para que se acercara a la chica.

Reese soltó un suspiro con cierto fastidio por la actitud de sus amigos, pero sin embargo se acercó a la chica que en esos instantes estaba observando unos cuadros con fotos. En algunas de las fotos estaban ellos tres de pequeños, y en otras se podía notar que eran más recientes.

—¿Quieres ver cuál será tu cuarto? —eso fue lo único que se le vino a la mente a Reese. Se hubiera presentado, pero eso fue lo primero que hizo junto con Asher cuando los cuatro quedaron solos en la casa, antes de que se instalara el silencio.

La voz del chico llamó la atención de Hope. Desvío la mirada de las fotos para centrarla en él, y luego observó a los otros dos chicos. No se había dado cuenta de que la estaban observando, y se preguntaba si lo habían estado haciendo todo ese tiempo.

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