Hua Cheng era la luz esperanzadora de muchas personas, aquella energía que te ayuda a seguir adelante en la vida, esa que te aparta de las más oscuras tinieblas. Además era un chico talentoso, inteligente, guapísimo. Simplemente perfecto.
¿Quién no...
El joven tuerto de ropajes rojos estaba paralizado por la conmoción. Su cuerpo no reaccionaba y por unos instantes dejó de respirar al ver por primera vez aquella muchacha de sus sueños.
¿Acaso su ojo le había engañado? ¿Estaba soñando?
He Xuan quién yacia a su lado no pudo percatar la escena por lo que al voltear y ver a su amigo totalmente aturdido le preguntó:
— Hey, ¿Acabas de ver un fantasma?
Hua Cheng no parpadeaba, no sabía cómo explicar que la visión de sus sueños inesperadamente era una realidad. He Xuan al ver que no recibía una reacción de su parte estaba a punto de darle un pequeño empujoncito cuando un grito de desesperación se escucha.
— ¡¡¡¿¿PRIMO DÓNDE ESTÁS??!!! ¡¡TU PRIMO ÚNICO Y FAVORITO HA LLEGADOO!!— La voz chillona de Qi Rong resuena por todo la mansión haciendo que Hua Cheng vuelva en si.
Miró a He Xuan y dijo analizando la situación.
— No me he vuelto loco, ella estuvo aquí. — Dijo sin una pizca de duda.
Aunque al principio He Xuan no entendió a quien se refería, al darse cuenta concluyó en su mente: "Este tipo ha perdido la cabeza".
Hua Cheng entendió la mirada de su compañero sin embargo a él no le importaba en lo más mínimo lo que pensarán los demás, si estaba demente u obsesionado no le valía nada. Si su corazón le decía que ahí era su lugar predestinado, entonces él haría cualquier cosa para lograrlo.
— ¿Y cómo estás tan seguro? — Preguntó He Xuan de brazos cruzados.
— Nunca me equivoco. — Dijo seriamente.
Dicho esto se aventuró hacia la mansión, adentro la madre de Xie Lian les esperaba con una gran sonrisa y los brazos abiertos. Ella al ver a Hua Cheng no pudo evitar emocionarse pues en secreto era una de sus fanáticas.
— Disculpe las molestias. — Dijo Hua Cheng.
— Ho, no te preocupes, ustedes son más que bienvenidos.
Hua Cheng aprovechó el momento para preguntar: — Dama, ¿Podría darme más detalles de la chic-
Una impertinente voz interrumpió.
— ¡¡¡Tía!!! ¡¡¿A dónde ha ido mi querido primo!! ¿¿Por qué no sale a recibirme luego de tantos años?? — Le preguntó malhumorado haciendo pucheros.
Hua Cheng desvío su atención.
La madre de Xie Lian le miró avergonzada por la actitud de su sobrino. Luego le dió una palmadita en la cabeza y respondió — Xie Lian ha salido a resolver asuntos de urgencia pero no te preocupes, volverá pronto.
Mientras tanto Hua Cheng observaba el lugar tranquilamente. El diseño de la mansión era de primera clase, el color dorado y plateado eran los más llamativos. Candelabros, grandes espejos y ventanales. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue una pintura que plazmaba la belleza y delicadeza en su máxima expresión. Sin importarle los demás se alejó de ellos y se acercó para verle mejor.
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