Telltale Heart...

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Dedicado a art3miss_5362 por su cumpleaños.

Bum bum...

Bum bum...

Llegó a sus oídos un suave, triste y rápido sonido, como el que hace un reloj envuelto en algodón.

Aquel sonido también le era familiar.

Era el latido del corazón del viejo.

Su furia aumentó.

«¿Podría decirse que estoy loco?».

La enfermedad había agudizado sus sentidos, no destruido ni apagado. Sobre todo, tenía un agudo sentido del oído. No había nada sobre la tierra que no escuchara.

Oía cosas del infierno.

«¿Entonces, como voy a estar loco? Sí, soy nervioso, siempre lo he sido, pero ¿Podría decirse que estoy loco?».

Él quería mucho al viejo. Nunca le hizo nada malo, nunca lo había insultado; pero, por alguna razón...

Deseaba su muerte.

Tiene que haber sido eso.

¡Sí, eso fue!

De un color azul pálido, con una fina película delante; igual al de un buitre: su ojo.

¿Y como se quitaba ese ojo de encima para siempre?

Pues matando al viejo, idea que no sabe cómo surgió en su cabeza; pero, una vez concebida, lo persiguió día y noche.

Así fue, como cada medianoche, hacia girar el picaporte de su puerta y la abría, con mucho cuidado. Y, después, cuando la había abierto lo suficiente para pasar la cabeza, levantaba una linterna completamente cerrada; y, tras ella, pasaba la cabeza.

La movía muy despacio, muy lentamente, para no molestar el sueño del viejo. Una hora entera le llevaba pasar la cabeza por aquella abertura hasta donde podía verlo dormir en su cama.

«¿Puede un loco actuar con tanta prudencia?».

—¿Quién anda ahí? —dijo el viejo asustado en la octava noche que repetía la misma rutina.

Incluso había sido más cuidadoso de lo usual.

Se quedó quieto durante una hora entera, sin mover un músculo; y durante ese tiempo, no lo escuchó volver a acostarse.

Sintió un quejido lastimero. Era el viejo, diciéndose a sí mismo "no es más que el viento en la chimenea, no es las que un ratón que camina por el suelo".

Cuando hubo esperado un tiempo pacientemente, sin oír que se acostara, decidió abrir un poco la ranura de la linterna, hasta que un solo rayo —como una telaraña— cayó de lleno en el punto maldito, casi como por instinto.

Estaba abierto, muy abierto. Lo veía claramente, de un azul apagado, con aquella película que helaba el alma.

Y ahí fue cuando lo escuchó:

Bum bum...

Bum bum...

El sonido parecido a un reloj oculto.

𝕋𝕙𝕖 Ⓣ︎Ⓡ︎Ⓤ︎Ⓣ︎Ⓗ︎  𝕦𝕟𝕥𝕠𝕝𝕕  |᯽| Bungo Stray Dogs |᯽| ©Where stories live. Discover now