Mi venganza ~Villain Deku~

Mi propósito

—No puedes convertirte en un héroe— El héroe número 1, All might sentenció al escuchar la pregunta del joven de cabello verde —No me lo tomes a mal chico, pero seria estupido darte falsas esperanzas — All might notó como el joven parecía romperse, sus hojos cristalinos anunciaban que estaba a punto de llorar, el demacrado héroe intentó suavizar lo que le había dicho — no te sientas mal chico, pero sin un Quirk... Serías destrozado, pero puedes volverte un policía... Son otros tipos de héroes, a veces se ríen de ellos... Pero ellos también han salvado vidas, ¡no te rindas chico! — Intento darle ánimos.

All might se despidió de su pequeño fan, con la esperanza que recapacitara y no pusiera su vida en peligro, sin comprender que había activado una bomba de tiempo.

Izuku Midoriya no pudo aguantar más y soltó a llorar, su única esperanza se esfumó, ¡no!, lo habían destrozado justo en su cara. En su cabeza solo podía escuchar el "No puedes ser un héroe" dicho por su ídolo. Él quería que al menos una persona creyera en él, pero al parecer la vida quería solo golpearlo, con paso lento bajo por las escaleras de aquel edificio, caminó cabizbajo sin rumbo fijo ignorante de la conmoción que estaba causando un villano de aspecto lodoso. No escuchaba nada solo eran él y sus pensamientos que cada vez se hacían más deprimentes hasta llegar a su casa.

Inko Midoriya, recibió a su hijo con una sonrisa que al poco rato desapareció al ver el estado de su único hijo.

—Izuku... ¿Estás bien?— Preguntó con precaución y cautela al joven Midoriya

— Si... Mamá... Estoy bien, solo estoy cansado— intentó con todas las ganas de sonreír, no quería preocuparla... Después de todo ella se había vuelto un manojo de nervios por su culpa. Para eso era bueno, para hacer sentir mal a su madre; por su inutilidad y su poca fuerza ella tuvo que curarlo, era el pan de cada día llegar hecho un desastre, moretones, cortaduras y ropa destrozada. —¡Hoy regresé de una sola pieza! — intento animarla pero lágrimas salieron de los ojos de inko— No... Mamá... No llores— la abrazo dándole palmaditas en su espalda.

— lo siento Izuku— esas palabras siempre eran unas dagas en su corazón, era señal que solo era un inútil y que solo causaba problemas a su querida madre que lo daba todo por él —es que me preocupas mucho... Solo quiero verte feliz y mi corazón no aguanta verte en este estado.

— Lo sé...— dijo Izuku sientiendose horrible, después de todo ahora su madre era su único soporte emocional, lo que lo mantenía aún con ganas de vivir o eso es lo que quería creer al solo ser una carga para ella y tal vez para su padre, que a pesar de que casi no lo ve a mandado continuamente dinero para que los dos puedan tener una vida cómoda.

— Ya se... Te prepararé tu comida favorita para levantar los ánimos— Inko sabía que no estaba ayudando al estar deprimida, así que decidió preparar algo para su hijo.

— Mamá... No hace falta

— Pero yo quiero hacerlo, quiero que tengas todas las ganas posibles para terminar bien tus estudios y te prepares para el colegio que quieres ir — Inko intentaba darle y darse ánimos para quitar el ambiente pesimista —compraré algunos ingredientes, regresaré pronto.— Inko salió del apartamento en búsqueda de los ingredientes que la faltaba para preparar Katsudon, el platillo favorito de Izuku.

El joven oji verde no pudo detenerla, realmente su madre era un ángel... Sin embargo sentía que algo malo estaba a punto de suceder, sacudió su cabeza intentando disipar esa sensación, tal vez sea por culpa de sus pensamientos pesimistas. 

Se dirigió a la sala a descansar un poco, hoy fue un día horrible... Toda la clase se había reído de él y su sueño de ir a la UA a pesar de ser un Quirkless, una humillación grupal, y después, aguantar a Bakugou y sus arranques de ira explosiva hacia su persona y sus objetos personales. Pero a pesar de eso, tenía una gran admiración hacia él y su fuerza... Tal vez era masoquista al ver a su Bully personal de esa forma.