Capitulo 6

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Alexandra llegó a casa pasado las tres de la tarde, Cintia no estaba, se encontraba trabajando y Alexandra quería darle una sorpresa para cuando volviera a casa, desempaco sus pocas cosas y los vestidos que su madre le compro los dejo sobre la cama por si alguno le gustaba y le quedaba a Cintia, luego de sacar otras cosas fue en busca de Michi que corrió a ella, quién lo cargo y acarició mientras él ronroneaba, le dijo que lo había extrañado y lo acicalo hasta que sintió hambre y se fue a la cocina para preparar algo de comer.

Alexandra corrió a la puerta cuándo vio que Cintia iba llegando, se la había pasado mirando a través de la ventana el resto de la tarde hasta que le vio aparecer, se situó en un lugar prudente detrás de la puerta, Cintia abrió y su rostro de sorpresa fue tanto que Alexandra sonrió de oreja a oreja y esa alegría llego a sus ojos, Cintia la abrazo con fuerzas y dieron de brincos juntas. Cintia sintió una alegría inusual por verla otra vez ¿desde cuándo había empezado a extrañar de más a esa menuda mujer?

-¿Cuándo llegaste? - le pregunto Cintia sin soltarla pero mirándola a la cara.

-Desde hace unas horas.

-Me alegra mucho que estés aquí.

-Yo igual.

Cintia y Alexandra fueron a la cocina luego de su efusivo abrazo, Alex le sirvió para después sentarse a hacerle compañía y contarle sobre su visita a la casa de sus padres, Cintia escuchaba atenta mientras comía. Al terminar lavo su plato y el vaso en el que bebió agua, pauso su charla para ir a lavar sus dientes para enseguida ir a la sala en dónde Alexandra la esperaba con Michi a sus pies, Cintia hacía preguntas y Alexandra respondía mientras Alex le mostraba las fotos de su familia, Cintia estaba asombrada por lo ricos que parecían, su enorme mansión y su modo de vestir, incluso Alexandra en esa misma fotografía no parecía ser la misma, aunque si no fuera porque la conocía diría que era otra, Cintia confirmo que su amiga era una mujer más que guapa.

Por la noche aún seguían platicando, de nuevo pausaron la conversación para irse a bañar y la continuaron después de su ducha en el cuarto de Alexandra, ambas se acurrucaron bajo las sábanas primero mirando al techo mientras Cintia escuchaba otra vez luego de varios días la voz dulce de Alexandra, sintió cierto escalofrió en su interior al darse cuenta de que le gustaba la voz de su amiga y que tal vez le gustaba todo de ella, le gustó recibir regalos por parte de Alexandra, pero mas le gustó saber que su amiga pensaba en ella siempre, de pronto se quedaron calladas.

-¿Te ha noqueado la pastilla? - pregunto Cintia.

-Si - confesó Alexandra - pero aún no me voy a la oscuridad - dijo riendo y se puso de costado para ver a Cintia y está la imitó.

-¿No conociste a ninguna chica guapa? - pregunto Cintia curiosa.

-No, realmente no hice mucho contacto con las personas invitadas.

-¿Por qué?

-Porque no las conozco y a decir verdad pasaron muchos años para que yo tuviera alguna relación con las personas ahí reunidas. Me sentí fuera de lugar.

-¡Oh! Mi querida Alex - y se acercó a Alexandra, la acercó a su regazo y la abrazo. Alexandra se dejó y descansó su mejilla cerca del pecho de Cintia, dónde pudo sentir su calor y el aroma de aquella mujer que nunca había mirado con otros ojos más que el de la amistad.

Cintia le comenzó a acariciar la cabeza, sus dedos por fin se hundían en los cabellos cortos claros de Alexandra, que comenzó a relajarse y a enredar sus brazos alrededor de Cintia, quién sintió su corazón latir por el contacto y ella también se relajo al poco tiempo.

-¿No preguntarás más? Porque si sigues así me quedaré dormida muy pronto - dijo Alexandra.

-No. Por hoy es todo. Dejaré que te duermas.

-Muy bien, porque lo que estás haciendo se siente muy bien.

-¿Siii?

-Si.

Cintia sabía que estar así se sentía muy bien, demasiado bien, su ex no se le comparaba con nada, ni cuando durmió con él la primera vez. Ahora que se estaba divorciando se daba cuenta de que casarse con él había sido su más grande error, su amor fue ciego haciendo que le diera todo sin pensar, creyendo que ella también recibiría todo de él, para su suerte el proceso de divorcio estaba siendo rápido, él creía que ella era una cosa que no servía por no haberle podido dar hijos durante el tiempo que estuvieron casados, pero ahora aquél dolor de sentirse inútil por no tener hijos estaba pasando, aunque no lo dejaba de lado, quería hijos y quizás seguir siendo parte de la vida de Alexandra.

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