Empecé a moverme quisquillosa ¡no quiero!

¡Detente! ¡Es incómodo!

El chico no era síquico, ni era conciente de mis pensamientos y deseos. Prosiguió y al final, terminó bañandome. Por supuesto, con bastantes dificultades porque no quería que lo hiciera.

Resignada me recosté en su cama, ahora sólo tenía el pañal puesto, lo cual era sorprendentemente cómodo y refrescante.

Cómo mi cuerpo aún no era lo suficientemente fuerte para hacer grandes movimientos no tuve otra opción más que mover involuntariamente las manos y estirar mis extremidades dentro de lo que lograba antes de parar por no conseguirlo... Tal vez debería de ejercitarme un poco más y tomar fuerzas, estar acostada todo el día empieza a ser fastidioso, debería andar de aquí para allá en cambio.

—Eres difícil de manejar... —llego el chico que antes se había retirado para ir a quien sabe dónde volvió con lo que parecía ropa— sería mejor si no tuvieras movimiento como una verdadera muñequita... ¿Verdad Teddy? —hablo con el oso de peluche en sus brazos.

El sutil tono de voz mezclado con un inusual brillo en sus ojos me hizo estremecer, de repente sentí que el tierno chico tenía a su alrededor una peligrosa aura que solo me hizo temer hasta dejar de moverme y frenar mi respiración lo más posible.

—Como una muñequita~ —tararío mientras observaba los vestidos que había dejado a mi lado.

Intente ocultar mi presencia, la agitación en mi corazón gritaba mi temor.

El desvío la mirada hacia la mía.

Sonrió como niño.

—Estos vestidos están muy feos, debería hacer nuevos. —concluyo por si mismo—pero por ahora solo vamos a ponerte estos.

Tomo un vestido morado que ya tenía la sensación de haber utilizado antes. Era lila, con pequeñas florecitas al término de la falda.

—Aiko... Chihiro, Haruko, Jin, Masako, Nozomi, Reiko, Hoshi~ ¿Que nombre debería de ponerle Teddy? Hay muchos —Hablo en susurros mientras ponía gentilmente el vestuario en mi.

De repente me sentí como una mascota.

Puso suavemente una banda de flores blancas, que conbinabá con las flores al raz del vestido pastel, sobre mi cabeza.

Y antes que pudiera hacer algún otro movimiento mi estómago rugió.

Tengo hambre... Por dios, no puedo contener mis necesidades ni en lo más mínimo.

—Supongo que tienes hambre—el muñequito ladeó la cabeza curioso, sonrió. —vamos a alimentarte.

El ambientes antes tensó volvió a ser agradable ante su inusual emoción.

Solté una risa involuntaria cuando sentí un pequeño cosquilleo al momento en que este me levantó.

Salimos de su habitación y navegamos entre los pasillos.

—Es difícil movernos rápido por qué aún eres pequeña, de seguro será peligroso, Teddy lo afirma —hablo conmigo de cosas que no comprendí del todo.

Me límite a balbucear unos cuantos sonidos en respuesta.

—aaa... Ah eo... —él me miro y sonreí, en respuesta el me devolvió una pequeña sonrisa.

Antes de darme cuenta otra vez estábamos en frente de la puerta del despacho del pelinegro.

El de ojos violetas entró sin siquiera tocar, y antes de que el demonio negro soltara cualquier regaño el muñequito hablo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 02, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La princesa de la casa (___ x Diabolik Lovers)Where stories live. Discover now