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Feliz cumpleaños, Makoto

Era el vigésimo primer cumpleaños del chico de ojos verdes, se estaba haciendo viejo (o eso le dijeron sus tan amables hermanos menores), ya le dolía la espalda y todo, ser un estudiante universitario era difícil.

Había quedado de reunirse con Haru en el departamento del chico de ojos azules, últimamente ya no tenían tiempo para verse, con el régimen tan estricto de Haru y los deberes de Makoto, era difícil. Pero a veces coincidían sus tiempos.

Caminaba tranquilamente por la acera, con el frío viento en sus mejillas, Tokio era tan grande comparado con Iwatobi. Estaba realmente feliz por poder pasar tiempo con su amigo.

Llegó a la casa del otro y tocó levemente, podía escuchar pasos hasta que la puerta se abrió y ahí estaba, Haruka Nanase, su amigo de la infancia, con su típica mirada estoica y esos grandes mares azules que se expresaban de mil formas.

—Haru-chan, es bueno verte—sonrío cálidamente con una inclinación de cabeza tan típica. El otro no respondió ya que abrió la puerta por completo y se escuchó a varias veces decir.

—¡Feliz cumpleaños!—Makoto, Makoto-senpai, Mako-chan, Tachibana, y todos los nombres que sus amigos utilizaban.

—Chicos—su rostro estaba sorprendido y su pecho se llenó de calidez, sus amigos estaban aquí. Todos a pesar de estar tan ocupados, incluso Rei y Nagisa—Me hacen muy felíz—entró al departamento, viendo las decoraciones, globos y el hermoso pastel, con crema verde y una linda leva dibujada en la cima.

—¡Haru-chan hizo el pastel!—Habló Nagisa para abrazar a Makoto y mirar fijamente el pastel, a punto de meterle un dedo Rei lo detuvo.

—Nagisa, no.

—Nagisa, sí.

—Bueno ¿Qué tal si cantamos el feliz cumpleaños?—sugirió Makoto—así todos podemos comer pastel. Todos asintieron pero Sousuke pareció hacer una llamada—¿Todo bien, Yamazaki?—preguntó.

—Sí, pero estoy llamando a Rin, me dijo que no podía quedarse sin cantar—Makoto rió levemente, hasta que vió la pantalla iluminarse y el rostro de Rin, con su sonrisa de tiburón apareció.

—Feliz cumpleaños, Mako—Makoto agradeció, mientras empezaron a cantar. Realmente sonrió todo el tiempo, tenía unos grandes amigos, nos los cambiaría por nada. Siempre tan considerados.

Comieron pastel, Nagisa hizo karaoke y hubo muchas risas, Rin y Haru compitieron por quién tenía un régimen de entrenamiento mientras Nagisa sólo alimentaba sus luchas.

Abrió sus regalos, un peluche de orca por parte de Nagisa, un libro llamado “Ocho técnicas de relajación para universitarios estresados y cómo mantenerse hermoso” de parte de Rei, junto con un lindo reloj. Un pantalón negro que Rin aseguraba que tenía que colocarse, porque iba mejorar su estilo.

Pero, el chicos de ojos Turquesa le dió un pequeño collar, de hecho era demasiado pequeño para que le quedará, tenía una pequeña gema verde colgando. Sus ojos se llenaron de confusión hasta que Sousuke le dijo que mirara atrás, y ahí estaba, Haru cargando un pequeño gatito blanco con los ojos más verdes que había visto jamás.

—¿Para mí?—preguntó lo obvio mientras su amigo le entregaba el adorable gatito, con una indiminuta sonrisa en su ceño habitual. Acarició levemente la cabeza del animal que maulló en respuesta. Le colocó el pequeño collar y agradeció a todos y cada uno por los hermosos regalos.

—¿Cómo se va llamar, Mako-chan?—preguntó el rubio con ojos muy abiertos.

—Emerald—respondió mientras acariciaba al animal en la nariz.

Tenía los ojos más verdes que había visto jamás. El mismo brillo que no notaba en los suyos.

Gracias a Makoto por alegrarnos con su hermosa sonrisa ¡Feliz cumpleaños!

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