Capitulo 3

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Todos alguna vez en la vida hemos sentido que tenemos tanto miedo que se nos va el aire y no podemos ni gritar de la impresión. Creía que desde que a mi padre lo habían apuñalado frente a mi no volvería a sentir eso.
Estaba equivocada.

El ser que se encontraba frente a mi me dejo justo así. Media no menos de un metro ochenta, los únicos colores que poseía eran blanco y negro, tenía unos ojos fijos y vacíos. Su sonrisa estaba conformada por dientes filudos, al igual que sus uñas(que no se diferenciaban de sus dedos)
Lo que más me impresiono fue su nariz puntiaguda. ¡¿Qué clase de intento de payaso emo era este?!

-¡ENGENDRO DE SATANÁS!- pude al fin gritar alejándome torpemente de él.

Corre. Huye. Sobrevive.
Me ordena mi mente, y no reprocho. Mientras el engendro ríe descontroladamente yo intento salir por la puerta principal.
Algo me rodea la cintura y me atrae hacia si. Suelto un alarido y pataleo.
El brazo del payaso se había alargado hasta rodearme. Él me gira y me mira fijamente a los ojos.
-Oh Dios Mio...¿Qué eres? ¿De dónde saliste? ¿Qué quieres?- suelto llorando. El payaso cambia su expresión, se vuelve sombría y melancólica.

Pasa su otra mano por mi pelo y lo acaricia, me estremesco y chillo.
-Rojo...- susurra. Enarco las cejas, ¿ahora es retrasado? Es muy obvio que mi pelo es rojo encendido, así lo pinte.
Pero, ¿eso que viene al caso?
-¿Qué?- musito. Él me detalla físicamente y gime como si le hubiera herido.
Me suelta y caigo de culo.
-¡Auch, maldita sea!- mascullo sobando mi adolorida retaguardia.

El payaso parece haberse perdido en algún lugar en su mente. Aprovecho para dirigirme lentamente hacia la puerta.
-Isaac- susurra dolido. Cierra los ojos con fuerza. Abro la puerta y salto para correr hacia cualquier lado.

El brazo del payaso vuelve a rodearme y a jalarme adentro.
-¿Quien eres?- me dice ahora serio.
-Eh... Venecia- digo intentando controlar mis sollozos.
-Venecia...- dice analizandome - Soy Jack, Laughing Jack.

Abro los ojos como platos.
-Pero si te llamas como...
-Estaba dentro de la caja, es mía- me interrumpe.
-¿Como...?

Él duda un momento en responderme, dudando si decirme o no, supongo.
-Soy un ente, por eso no me viste salir a menos de que yo lo deseara.
Asiento.
-¿Y qué quieres?
Él me sonríe de lado.
-Ser tu amigo.
Levanto una ceja.
-No te ves muy amigable.
-Pues lo soy.
-Pues si eres mi amigo, ¿te puedo pedir un favor?
-Dime, amiga.
-Bajame de una vez, me estas apretando mucho- digo tanteando su brazo con mi dedo. Él vuelve a sonreirme ampliamente y me deja sobre el sofá.

Jack se sienta a mi lado y me observa en silencio. Me muerdo el labio y aclaro mi garganta.
-Así que... ¿Eres un ente bueno o malo?
-Depende de quien me juzge.
-¿Como te consideras?
Él se acomoda en una posición relajada y sonríe.
-Soy malo.

Trago con fuerza y dejo de hablar. Él sigue observándome, decido encender el televisor mientras proceso esto:
•Hay un ente "malo" junto a mi.
•Estaba en la casa de Marie.
•No se sus intenciones.
•Tengo que investigarlo.
•Tengo que cuidarme de él, podría hacerme daño.

Me quedo dormida al cabo de un rato, me gano el sueño.

.
Despierto en medio de la noche, sudando y jadeando. Sola.
¿Ha sido un sueño? No lo sabía, pero me picaba la curiosidad de saber quien era aquel ente.
Saco mi IPhone que estaba en mi bolsillo trasero y busco en el navegador "Laughing Jack".
Abro el enlace con su origen y empiezo a leerlo.

Oh por Dios.

Laugh |Laughing Jack|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora